— ¡Eh, Stevie! —escucho mi nombre ser gritado desde la distancia, detengo mi paso, doy la vuelta y no me sorprendo de ver a Luke caminando hacia mí, hace girar las llaves de su camioneta en su dedo, luce tan despreocupado en estos momentos, tan casual usando ese suéter negro y conjunto en general del mismo tono. Le hace lucir pálido y resalta el color de sus ojos.

— ¿Qué sucede? —cuestiono una vez ha llegado a mí lado, arrugo mi rostro por el resplandor del sol y le veo expectante.

—Parecía que huías por el campus —se burla y maldigo internamente. Siempre siendo tan obvia.

Es lunes y desde ayer que hablé con Lilie en su habitación he estado evitando cualquier tipo de contacto con el rubio, en la mañana hasta me levanté más temprano para poder irme sin topármelo porque no sabría cómo negarme si él se hubiese ofrecido a traerme. Pueda ser tonta mi actitud, pero es que honestamente no sé qué hacer.

—Voy un poco apurada —le digo y asiento lento. Luke frunce el ceño.

—Hilary dijo que tenías que hacer algo a primera hora, que por eso viniste temprano —comenta y me veo obligada a comenzar a caminar con él puesto que Luke avanza.

—Sí, tenía que hablar con un maestro —miento.

— ¿Ya saliste? —cuestiona luego de un rato. Presiono mis labios en una fina línea, no quiero seguir mintiendo, pero tampoco quiero seguir involucrándome en esta situación, ¿Acaso Luke no es capaz de notarlo o es que acaso no le interesa? Ojala no sea la segunda porque ya estaríamos jodidos.

—De hecho —comienzo a decir y por obra divina a los lejos mis ojos atrapan una figura que reconozco al instante sentada en una de las mesas del campus—. Tengo que ir donde Calum —completo distraída, enfoco mi mirada en la de él y su semblante es serio.

— ¿Calum? —pregunta confundido a la vez que agarra la correa de su bolso.

—Sí, me está esperando —le hago una mueca de pena—. Te veo luego-

— ¿Quién es Calum? —interrumpe con curiosidad.

No digo nada y señalo a lo lejos, donde el moreno está sentado fumando un cigarrillo y leyendo un libro. Las cejas de Luke se alzan para luego retroceder y asentir.

—Vale, nos vemos luego —dice a modo de despedida. Le muestro una sonrisa, pero él solo se da vuelta para caminar hacia el estacionamiento.

No dudo en dirigirme donde el novio de mi amiga, quien al ver que me acerco le da una fuerte calada a su cigarro y cierra su libro.

—Sabía que vendrías acá —suelta con diversión, le veo mal y me siento al frente suyo. Dejo mi bolso en la mesa, apoyo mis brazos en este y no dudo en esconder mi rostro. Calum suelta una risa—. ¿Qué ha pasado?

—No sé —contesto y mi voz sale amortiguada porque aún tengo la cara cubierta.

—Lorena me dijo que tu charla con la tal Lilie salió mal.

Por supuesto, Lorena le cuenta casi todo a Calum.

Me incorporo, llevo mi cabello detrás de mis orejas y veo directo al moreno. Ha apagado ya el cigarro y me observa atento.

— ¿Crees que hago bien evitando a Luke?

—No —responde al instante—. Si evitas a Luke muestras lo que temes, ya sabes, solo deja que suceda lo que tenga que pasar, sigue a como antes.

Frunzo el ceño, acuno mi rostro en mis manos, apachurrando mis mejillas y suspiro pesadamente.

—Pero será raro.

—Haz de cuenta y caso que no pasa nada, a mí me sirve la mayor parte del tiempo.

—Uhm —musito, procesando lo que me dice—. Perdí la oportunidad de ir en vehículo hasta la casa, ahora tengo que tomar el autobús.

—Ya ves —niega divertido, hago una mueca de fastidio y le observo levantarse, tomando su libro y bolso—. Te llevo, igual pensaba ir donde Lorena, me pidió que le llevara unos apuntes.

Y sus palabras no podrían alegrarme más porque en verdad no quería tener que tomar el autobús.

***

Al llegar a casa, me bajo del auto de Calum con prisa porque lo único que deseo en estos momentos es encerrarme en mi habitación y dormir, hoy no tengo que ir a trabajar y ya he avanzado con algunos trabajos pendientes de mis clases.

—Dile a Lorena que venga a verme en la noche —le digo a Calum, él asiente distraído porque tiene la vista fija en su teléfono mientras camina hacia la entrada de la casa de mi amiga, niego divertida y voy hacia la mía, donde la camioneta de Luke está estacionada, indicando que está adentro. Saco las llaves para abrir, pero para mi sorpresa la puerta es abierta antes de que siquiera las introduzca.

Me quedo estática viendo a Luke justo enfrente de mí, tengo que alzar la mirada para verle directo a los ojos y este solo trae el ceño fruncido. Lleva su gorra negra puesta hacia atrás y su llavero en manos. Va a salir.

—No hay nadie en casa —me avisa con tono calmo y por fin me aparto de su camino, dejando que salga de casa. No digo nada, le observo alejarse hacia su camioneta y subirse.

Retomo mi postura antes de ingresar y cerrar la puerta a mis espaldas, me recuesto en esta, sintiendo una extraña sensación en mi pecho.

La verdad es que no sé qué haré, el consejo de Calum sigue rondando mi mente, pero tengo dudas. Dios, ni siquiera debería de estar pensando sobre esto, no debería de afectarme, no debería de estar involucrada.

***

No sé qué hora es, ni dónde estoy o por qué hay ruido viniendo de todas partes. Me obligo a abrir los ojos, siento mi boca pastosa y uno de mis brazos está entumecido. Estoy a oscuras, trato de recordar y vuelvo a cerrar mi vista, aun cansada.

Me he dormido luego de venir de la universidad.

Suelto un gruñido al escuchar a lo lejos unas carcajadas, me reincorporo, tomo mi celular y me fijo en la hora. Las 7pm. Bueno, no es tan tarde a como pensé.

Salgo de mi cama a regañadientes, tomo mi Hoodie para ponérmelo porque solo ando puesto un corpiño y unos shorts. Amarro mi cabello en una moña y mientras camino hacia la puerta voy restregando mis ojos para quitar cualquier seña de sueño y suciedad.

El panorama que me recibe al otro lado me hace sonreír de inmediato. Hilary, Lorena y Calum están sentados en el suelo, alrededor de la mesa del centro, todos ellos con sus espaldas apoyadas en lo bajo de los sillones. En la mesa se encuentra el Monopoly que Hilary una vez consiguió en una tienda de segunda mano, pero que casi no jugábamos.

—Págame ahora —le oigo decir a Calum, que extiende su mano hacia su novia, esta le ve mal, pero se ve obligada a darle unos cuantos billetes falsos de colores.

Una vez estoy lo suficientemente cerca, me dejo caer en el sillón, asustándoles.

—Por un demonio, Stevie, creí que pasarías en coma hasta la media noche —me dice Hilary.

—Lo hubiese hecho si ustedes se callaran y dejaran de gritar.

Mi cuerpo aún sigue adormilado, me encuentro desparramada en todo el mueble, mis piernas saliendo por el apoya brazos y mi cabeza mirando al techo. No dudo que mi rostro esté inflamado por dormir tanto.

—Perra, me mandaste a decir que viniese, vengo acá y me encuentro con todos despiertos menos tú —reclama Lorena, volteo a verle y observo cómo mueve su ficha por el tablero.

Pienso en sus “Todos” y no dudo en pensar en Luke y Lilie, si estarán encerrados en la habitación de la rubia ya que no se encuentran en ningún lugar de la sala o cocina.

Noto un tazón con frituras en las piernas de Hilary y llevo mi mano hacia allá para agarrar de las frituras. Me reincorporo para sentarme, cruzándome de piernas, arrastro un cojín para abrazarlo y me limito a robarles de sus golosinas y sodas mientras observo cómo juegan y se quejan.

Trato de ignorar el pensamiento que me ataca con frecuencia sobre el paradero de la pareja de la casa, algo en mí desea saber dónde están, es obvio para todos acá que Lilie no se sentaría a jugar con nosotros jamás de los jamases, siempre fue así, según ella no tenía tiempo para ese tipo de cosas. Pero Luke, ¿Pensará igual que ella? Es lo más probable, si algo tienen en común ellos dos es que ambos son bastantes serios.

— ¿Dónde están Luke y Lilie? —cuestiono, tratando de lucir desinteresada a la vez que agarro por segunda vez la lata de soda de Hilary para darle un sorbo. Esta me observa con los ojos entrecerrados. Intento ignorar la mirada que me da Calum y Lorena, probablemente juzgándome por haber hecho esa pregunta.

—Salieron a los minutos de que nosotros llegáramos —contesta la pelinegra con ambas cejas alzadas—. Señorita pedante no soportó tenerme en su radiar.

—Dios, Lorena, probablemente ya tenían planes para salir —le reprime Calum.

Y como si el destino nos hubiese escuchado, la puerta es abierta, dejando ver a los dos rubios entrar a la casa. La atención de todos va hacia ellos, el ambiente se vuelve tenso de inmediato. Me encojo en el sillón, abrazando más el cojín.

Mis ojos examinan todo, es mucho para procesar. Luke trae una bolsa de Walmart colgando perezosamente de su mano, Lilie trae otra más liviana. Luke solo viste una camisa blanca básica y unos shorts deportivos negros, como si hubiese salido deprisa y no tuvo tiempo de agarrar su Hoodie o gorra. Y ahora su expresión, su expresión es lo que más me intriga. Luce enojado, sé que trata de ocultarlo, pero su semblante está levemente arrugada. Lilie a su lado luce algo nerviosa.

Ambos avanzan por la sala en silencio. Lorena se aclara la garganta y le doy una mirada amenazante.

Se detienen en la cocina para dejar unas cuentas cosas en el taburete, Luke está tenso mientras busca en la bolsa de sus compras algo, me obligo a apartar la mirada, tampoco quiero que se dé cuenta que le vigilo o algo.

—Debemos irnos ya —avisa Lorena, hace el amago de levantarse, deja sus billetes falsos sobre la mesa, al igual que Calum, se levantan.

—Te llamaré más noche —le digo a ella, me he reincorporado también para acompañarles hasta la puerta. Me dispongo a abrazarles, Hilary igualmente ha venido a despedirse.

No puedo ignorar que la atmosfera que nos rodea ha cambiado, el aire está pesado, el silencio es ensordecedor, mi amiga también lo nota una vez la pareja se retira de la casa. Temo dirigir mi mirada hacia donde está Luke, quien se ha sentado en uno de los taburetes, pero lo hago, está viendo su teléfono concentrado mientras bebe de una botella que reconozco al instante es cerveza. Lilie se mueve en la cocina preparando algo de comer, supongo.

Me pongo a ordenar el pequeño desastre que dejaron mis amigos en la mesita del centro, guardo el Monopoly en su caja, Hilary se encarga de las latas y tazón de frituras para llevarlas a la cocina luego, gracias a Dios, porque yo entrar a ese espacio sería como entrar a una mina cargada.

— ¿Qué sucede? —se escucha por toda la estancia, rompiendo el silencio. Es Luke, quien tiene su celular pegado a la oreja—. No —espeta y se vuelve a callar— ¿Justo ahora?

Hilary y yo intercambiamos una mirada.

—Vale, estoy ahí en 5.

Y si las cosas no pudiesen ponerse peor, Lilie encara a Luke una vez este cuelga la llamada.

— ¿Vas a salir? —cuestiona la voz de la rubia.

—Sí —contesta a secas, levándose de donde está sentado, vuelve a agarrar sus llaves, ve a Lilie directo a la cara y le dice algo en un murmuro que no llego a oír para nada, pero que provoca que la expresión de su novia cambie drásticamente a una furiosa.

Hilary y yo nos quedamos en silencio y quietas cuando Luke pasa por nuestro lado con prisa. Le observamos salir y al otro lado de la casa resuena un plato siendo estrellado en el lavavajillas.

Pero qué demonios…

Okay, pensaba hacer un capítulo desde la perspectiva de Luke, qué opinan?
Voten y comenten♡

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