Luke.

Ojalá hubiese agarrado mi Hoodie antes de salir disparado de la casa porque una vez estoy abriendo la puerta de mi camioneta la brisa de la noche azota mi cuerpo, mis brazos se erizan y no es cuestión de segundos para que mi nariz se ponga helada. Una vez en el interior de la camioneta me apoyo en la cabecera y suelto un largo suspiro exhausto.

Mi celular vuelve a sonar impidiéndome caer en un poso de pensamientos. El nombre de Alec aparece por segunda vez.

—No tardes tanto, primor, se pueden acabar las cervezas.

—Ya no le digas primor —se escucha otra voz al lado, presiono mis labios en una fina línea evitando sonreír y enciendo la camioneta de una vez, provocando un fuerte rugido del motor.

—Podrían callarse, eso ayudaría —les espeto y no dejo que Alec diga algo más porque cuelgo la llamada.

Suelo manejar en silencio, raramente prendo la estéreo, pero hoy es uno de esos días en lo que prefiero tener música pegajosa del chart de Billboard sonando para ahogar y apaciguar mis pensamientos.

Las luces de las calles y los semáforos se cuelan en el interior del vehículo, alumbrándome de vez en cuando, me siento mareado y la voz chillona que suena de la radio no me ayuda en nada, pero antes de que pueda seguir quejándome, ya he llegado a mi destino.

El gran edificio gris con cientos de ventanas se alza ante mí, dejo estacionada mi camioneta a un lado y llego a ver el auto negro de Alec al otro extremo.

Subo por el ascensor hasta llegar al piso 2, donde una familia entra haciendo bulla. Frunzo el ceño, el bebé que carga una mujer no para de llorar. Maldigo. Es como si este día se encargara de hacerse peor conforme pasan las horas. Salgo disparado del elevador en el cuarto piso y por fin me encuentro solo en aquel pasillo crema.

Silencio, algo que parecía necesitar.

Camino a pasos lentos buscando el apartamento indicado mientras saco mi celular, lo prendo y como si fuese una tortura; la foto de Lilie que tengo de fondo de bloqueo aparece, sus ojos ven directo a la cámara, como si estuviese viéndome de verdad. Voy a mis contactos y llevo el teléfono a mi oreja.

—Ábreme ya —ordeno sin titubar. A los segundos una puerta en el pasillo es abierta. Claro, era esa.

Camino hacia allá, solo para encontrarme a Alec sonreírme anchamente, lleva dos botellas en sus manos, su celular sigue prisionero entre su hombro y mejilla. Cuelgo de una vez e ingreso.

No dudo en ir a dejarme caer a uno de los sillones de cuero, suelto un gruñido de cansancio y cierro los ojos.

—Hola, sí, estoy bien, me alegra que preguntes —comenta Alec, dándome una botella de cerveza.

—De nada —musito.

—Déjalo, ¿no ves que está abatido? —cuestiona con diversión otra voz que viene desde la cocina, abro los ojos para verle y sonrío al notar al dueño del apartamento venir con una bolsa de frituras y un cigarrillo entre sus labios. Rodrick solo alza ambas cejas a modo de saludo.

— ¿Abatido? Púdrete —le devuelvo, aunque me contagio de su humor. Me reincorporo para quedar apoyado en una esquina del sillón y le doy un sorbo a la botella, Rodrick le da una calada al cigarro para segundos después quedar rodeado de una nube de humo. Alec se sienta en un Puff morado que está en el centro.

— ¿Qué sucedió esta vez? —cuestiona mi amigo con una expresión de duda y diversión, seguro al muy maldito le da gracia todo esto. Rodrick espera mi respuesta con una ceja alzada.

—Lilie —susurro y vuelvo a beber para evitar decir otra cosa.

Observo cómo Rodrick y Alec comparten una mirada cómplice, como si yo no estuviese ahí. A veces odio a mis amigos.

—Luke, si tanto te molesta vivir con Lilie, te dije que podías venir acá —expresa Rodrick, viene diciéndomelo desde hace una semana, pero por alguna razón siempre declino su oferta. Y lo vuelvo hacer justo ahora.

—Ya para qué, el viernes regreso a mi apartamento, me da pereza recoger mis cosas.

El pelinegro pone los ojos blanco y como a las demás veces no trata de convencerme, en verdad lo agradezco.

—Pensé que lo ibas a arreglar las cosas con ella —interviene Alec, se ha puesto un ridículo gorro rojo, cubriéndole su cabello castaño rizado.

—Iba a hacerlo, la verdad no sé —confieso y soy honesto, no sé.

Al recordar lo que pasó hoy y la actitud que mostró mi novia mi ceño se frunce y el sabor de la cerveza en mis papilas gustativas se vuelve más amargo de lo normal.

— ¿Qué hizo esta vez? —interroga Rodrick, como si supiera que esa podría ser la razón de mi enojo, y no se equivoca. Me conoce tan bien, por nada no llevamos siendo amigos por años.

Me concentro en su pregunta, trato de organizar los hechos del día de hoy conforme pasaron, sin dudas, un día de mierda.

Todo comenzó al levantarme, estaba tranquilo, juré que sería un día normal, pero me equivoqué cuando Lilie amaneció molesta conmigo sin razón aparente, traté de pedirle una explicación, pero solo me dejó hablando solo. Cuando ya me iba hacia la universidad me enteré que Stevie ya se había ido, así que me tocó un viaje solo en la camioneta, me sentí tan extraño en el silencio en el que se supone que tendría que estar cómodo. Me encontré extrañando esa mirada fugaz café, las preguntas cortas de Stevie y el silencio reconfortante que solíamos tener, y eso me molestó más, me molestó la idea de echar de menos esa sensación.

Así que en mis clases fue todo una completa mierda, terminé llamando la atención de un catedrático en un auditorio por mi falta de interés y luego choqué con un chico e hice que se le derramara el café, (Por suerte era frío). Me disculpé un montón de veces hasta que a lo lejos divisé a Stevie caminar por el campus y un impulso tonto me obligó a ir hacia donde ella, ¿Por qué? Ni la menor idea. Stevie me había visto, pero hizo como si no lo cual provocó una sensación entraña en mí, sin embargo mi obstinación hizo que fuese a hablarle sin importar qué.

Fue raro, incómodo y solo quería terminar con todo de una vez. Y lo siguiente que sucedió fue lo que me hizo irme extrañamente tenso, Stevie se había ido donde un chico moreno que estaba fumando en una mesa, básicamente salió huyendo de mi lado. Quisiera entender por completo el porqué de su actitud, me confunde demasiado.

Y si soy honesto, el hecho de que toda esa situación tuviese un efecto en mí me molestó, no debería de importarme o ponerle atención, pero el resto de horas me la pasé sobre pensando por qué había ido a hablarle a Stevie, seguro quedé como un pelmazo.

Luego vino lo peor: Lilie.

Cuando fui a buscarle al trabajo por la tarde, no quiso entablar una conversación conmigo, supuse que le había ido mal con alguna de sus compañeras, siempre solía contarme que no les caía bien, así que decidí no molestarle. Iba a tratar de arreglar las cosas con ella.

La cuestión es que, no puedo ignorar esto, por más que quiera hacerlo, por más que retenga ese pensamiento en lo más recóndito de mi cabeza, es un hecho que no puedo ignorar. Sé que Lilie siente ciertos celos de Stevie desde hace días, desde que le ayudé aquella noche en la que casi le hacen algo en la calle, habíamos hablado de eso y dejado las cosas en claro, supuse que todo estaba bien.

Mal. No hay que suponer.

Una vez estando en casa, ya en la noche (O sea hace más de una hora) Lilie comenzó a actuar raro, Hilary estaba en la sala, leyendo un libro, de Stevie no sabía nada, pero mi novia preguntó su paradero y Hilary nos dijo que llevaba dormida un buen rato, lo cual pareció tranquilizar a Lilie. Estábamos en la cocina, ella había comenzado a dirigirme la palabra al fin cuando la puerta sonó.

Me había quedado helado al ver al chico de la mañana, no pude evitar cuestionarme si vendría a ver a Stevie, pero mi ceño se frunció al ver a Lorena, la otra amiga de Stevie, esta venía agarrada del brazo del chico y de repente comprendí que ellos dos eran novios. De la nada sonreí discretamente.

El chico, Calum, se veía tranquilo, se presentó conmigo y me cayó bastante bien, saludó a Lilie también, pero esta solo asintió hacia su dirección. Lo siguiente que pasó fue que ella me pidió que fuésemos al supermercado a comprar algo que necesitaba, eso me lo pidió después de que Hilary nos invitase donde ellos.

Supe por qué había hecho eso Lilie, no quería que me juntase con ellos. No dije nada para no armar un drama, así que solo acepté en silencio y ambos salimos de casa. Esta vez fui yo quien no le dirigí la palabra, parecía bastante complacida por haberme sacado de ahí y eso me molestó.

No necesitaba nada del supermercado, compró unas cosas que yo estaba seguro que ya poseía, cada minuto que pasaba me molestaba más. Ella comenzó a hablar y hablar sobre su día y sobre lo que quería hacer al siguiente, y por primera vez desde que éramos novios, no me importó nada y sabía que eso era un problema. Estaba dispuesto a solucionarlo cuando empezó a hablar mal de Lorena y por ende de Stevie. Me había mantenido en silencio todo el rato mientras le oía decir cosas desagradables, rumores y burlas que jamás pensé que Lilie manejaría. En ese momento no le reconocí y le encaré, más enojado de lo que debería. Se trató de disculpar, pero la ignoré.

En el camino de regreso, ella venía en el auto lloriqueando mientras se disculpaba por su actitud. Tuve el impulso de encender la radio.

Estaba tenso, molesto y cansado. Quiero decir, lo estoy, justo ahora sigo estando así.

Me sigo sintiendo exhausto y rígido cuando termino de contarles todo a Alec y Rodrick. Alec va por la tercera botella de cerveza y Rodrick ha prendido otro cigarro. Este último solo se encarga de verme con las cejas fruncidas.

—Así que, uhm —empieza a balbucear el pelinegro, se lleva una mano hacia su largo cabello para sacudirlo y cuando habla, el cigarrillo en su boca se mueve también—. ¿Te llama la atención otra?

Estoy a punto de darle un trago de mi botella cuando me detengo de golpe, espera, ¿Qué?

—No, ¿De qué hablas? —espeto bajo, suelto un bufido y de repente siento una inesperada presión subir por mi cuello.

—No eres estúpido, solo no quieres aceptarlo —dice Alec con burla y decido ignorarlo.

—Vale, esta chica, Steff-

—Stevie —corrijo casi inmediato, provocando una sonrisa socarrona en Rodrick.

—Stevie —se corrige—. ¿No te llama la atención para nada?

Pongo los ojos en blanco.

— ¿Por qué decides hablar sobre ella de todo lo que te dije?

—Uhm, quizás porque suena a que ella es el centro de todo de lo que nos dijiste.

Me quedo en silencio, presiono mis labios en una fina línea y frunzo el ceño. Quizás tiene razón.

Bueno. No quizás, sí tiene razón.

Me hundo más en el sillón, Rodrick y Alec empiezan a argumentar sobre mi situación, oigo a Alec decir que debo arreglar todo con Lilie y Rodrick le dice que se pudra, que mejor deje todo.

La pregunta de mi amigo martillea con fuerza en las paredes de mi cerebro, es una pregunta que jamás planteé en hacérmela, pero ahora, ahora me siento confundido. No sabría decir con exactitud lo que me provoca Stevie, si es que me provoca algo.

—Rodrick —le llamo para que me preste atención, este me ve atento con sus ojos entrecerrados—. Vamos a tomar algo más fuerte.

Alec parece fascinado con mi idea porque se levanta de un salto del cojín morado y Rodrick solamente asiente.

¿Qué diablos estoy haciendo?

quiero decir que el personaje de Rodrick podría empujarme y yo le diría muchas gracias jaja.

Qué piensan del cap y de la postura de Luke?

Voten y comenten♡♡♡ les quiero tanto que actualicé dos veces, vieron.