eleven✧
El lugar sigue en silencio cuando estoy alistando mi bolso, me pregunto si los dos se fueron a la habitación de Lilie a seguir su discusión sobre mí. El solo pensar en eso me provoca un gigante nudo en el estómago, ni siquiera he hecho algo malo, estuve dándole vueltas al asunto mientras me duchaba. Tomo una gran bocanada de aire y agarro una manzana verde para meterla en el interior de mi bolso junto a mis arrugados apuntes.
Veo la hora en mi celular antes de guardarlo en mi bolsillo, aun puedo llegar a tiempo a mi seminario.
Al salir de la casa, me detengo a medio camino de la acera cuando mis ojos atrapan la figura alta de Luke apoyada en su camioneta. Está de brazos cruzados, lleva una gorra negra hacia atrás y su Hoodie azul. Es como si me hubiese estado esperando, me lo indica la expresión que ha puesto al verme.
—Iré a retirar las inscripciones de unas clases, te llevo —comunica casual, como si haber tenido todo aquel parloteo con Lilie no hubiese pasado en lo absoluto. Frunzo el ceño y hago una mueca que Luke nota— ¿Estás bien? Quiero decir… después de lo de ayer ni siquiera me imagino tu estado de ánimo.
Abro la boca, pero la verdad es que no tengo palabras, el recordar los sucesos de la noche anterior me dejan un sabor amargo en la boca y me revuelven el estómago, mi mente trata de suprimirlos porque de lo contrario me volvería a echar a llorar y ver a Luke justo ahora mostrando preocupación por mí hace que me sienta mejor de alguna manera. Así que le doy una sonrisa de lado.
—Estoy mejor, el haber dormido de más ha ayudado.
—Me alegra eso, ahora, ¿Te llevo a la universidad? —al repetir su oferta hay una sonrisa cómica en su rostro.
Asiento y me acerco hacia la camioneta, me subo en el asiento del copiloto bajo la mirada de Luke, es tonto decir esto, pero me siento como la criatura más frágil por cómo está actuando conmigo, digo, no es algo malo tampoco.
Estamos en silencio, me limito a ver por la ventana, el leve golpeteo que le da Luke al volante con sus pulgares es el único sonido entre los dos, la verdad es que ya me estoy acostumbrando a los silencios prolongados que tenemos, no necesariamente tenemos que decirnos algo para estar cómodos. Luke es la persona más tranquila y relajada que conozco, lo cierto es que no suele involucrarse en cosas, siempre se encarga de sus asuntos, cuando le conocí juré que era grosero por traer esa actitud de no importarle muchas cosas y la falta de interés, pero ahora puedo ver que se trata más bien de ser una persona reservada. Luke no es la persona más caritativa del mundo, pero sí se interesa verdaderamente por las cosas que le importan.
Giro mi cabeza para verle discretamente, está concentrado en la carretera con su ceño ligeramente fruncido. Nunca me había fijado en esto, pero Luke tiende a morder su labio inferior con frecuencia cuando está callado. Es curioso, es como si de un momento a otro varios datos y opiniones respecto a Luke se hubiesen desbloqueado en mi cerebro.
Suelto un suspiro y dejo caer mi bolso a mis pies para estar más cómoda. Sé que la atención de Luke está en mí cuando bajo la visera rectangular para cubrirme del sol que da a mis ojos. Al hacerlo cae un papel a mis piernas.
Lo tomo extrañada, no tengo intención de revisarlo, pero unas palabras al tope del papel me hacen fruncir el ceño.
“Materias inscriptas.”
Dejo el papel en el porta vaso del centro, observo a Luke, quien me devuelve la mirada. Ha detenido en un semáforo en rojo.
No tenía que ir a la universidad, mintió. Ahora que lo recuerdo, hablando con Lorena por teléfono ella me comentó que hace días ya se había acabado el plazo para llenar ese papeleo para inscribir clases para el siguiente trimestre. ¿Mintió para llevarme? Me debato conmigo misma sobre si debería decirle algo, la camioneta arranca de nuevo y con eso suelto mis palabras.
— ¿Mentiste solo para llevarme a la universidad? —mi pregunta cae fuerte en el ambiente, pero Luke parece no inmutarse, su vista se mantiene al frente y a los segundos me ve.
—Sabía que no ibas a aceptar que te llevara si yo no tuviese un motivo para ir también.
Me sorprende que ni siquiera lo haya negado, me cruzo de brazos, sintiéndome confundida. Estamos a minutos de llegar.
— ¿Por qué?
—No lo sé, Stevie —responde—. Créeme que no lo sé —dice más bajo, para sí mismo.
—No puedes hacer este tipo de cosas, Luke —espeto, comienzo a entrar en una especie de crisis, me confunde estas acciones viniendo de él y peor aun sabiendo que es probable que sea un problema para Lilie.
—No estaba seguro sobre si te sentirías cómoda en la calle o tomando un autobús con lo que pasó ayer, solo eso —se explica. Suavizo mi expresión, muestro una sonrisa que a los segundos trato de reprimir, me dejo reposar en la cabecera del asiento y observo de reojo al rubio.
Ha aparcado en el estacionamiento del campus de la universidad, nos quedamos quietos, ninguno hace la mueca de querer salir del vehículo, digo, no es que como que Luke tenga que salir de todos modos.
—No puedes llevarme a la universidad o traerme del trabajo siempre, tú sabes por qué, ¿No es así? —musito, me inclino hacia su dirección para verle mejor y Luke se encoge de hombros, su expresión ha cambiado.
— ¿Nos escuchaste a Lilie y a mí?
Sus ojos azules me inspeccionan, hay cierta pena en la forma en la que me mira.
—Sí.
—Lilie está apenada por su forma de actuar —me informa, asiento lento, recojo mi bolso para colocarlo sobre mis piernas y suspiro—. Lo siento, esto es demasiado incómodo.
—Lo es —susurro, me giro hacia la puerta para abrirla, bajo con cuidado y antes de cerrarla, me dirijo hacia Luke, quien ya me observa serio—. Gracias por traerme.
Luke asiente a medias para luego apartar la mirada, entonces cierro la puerta y comienzo a caminar con prisa hacia el auditorio donde será el seminario. Lo mejor será no pensar en lo sucedido… ni siquiera sé qué es lo que ha pasado si soy honesta.
***
— ¡Stevie!
Si sigo caminando como si no me doy cuenta que me están llamando, quizás dejen de hacerlo. Para mi mala suerte, no es así porque Ashton me ha alcanzado.
Le veo de reojo, está respirando agitado por haber venido corriendo a mi dirección. Sabía que tarde o temprano esto iba a suceder, tendría que topármelo en el campus, esperaba que le hubiese quedado en claro que ya no quería nada con él, pero al parecer no es así.
—Stevie, linda —habla luego de recuperar la respiración, sigo caminando seria y con la vista hacia el frente. Después de recibir ese largo y pesado seminario de contabilidad lo último que quiero es tener que lidiar con Ashton, pero acá estoy. Las cosas no son como uno quiere.
—Cualquier cosa que vayas a decir es un no —espeto, le escucho quejarse y pongo los ojos en blanco.
—Por favor, hablemos, necesitamos hablar para aclarar todo —pide, ha acelerado para ponerse justo enfrente de mí e impedirme el paso. Me quedo quieta viéndole, me cruzo de brazos y paso mi peso de un pie al otro.
—Para ser inmensamente inteligente, a veces eres un grandísimo idiota, Ashton.
—Stevie, no seas así —hace un mohín adolorido, frunzo el ceño.
—Está bien, dejemos las cosas en claro —acepto y en su rostro aparece una sonrisa aliviada—. Pero aquí, justo ahora.
—Vale.
—Primero: Me rompiste el corazón, segundo: No quiero regresar contigo y tercero: Deja de molestarme.
Hago el intento de apartarme para seguir caminando, pero su mano me agarra del brazo, impidiéndolo.
— ¿Es por ese idiota? —suelta en un gruñido. Me quedo quieta, volteo a verle con confusión y Ashton solo me muestra una sonrisa fingida y adolorida.
— ¿De qué hablas?
—Luke Hemmings, tercer año de Derecho, notas bastantes impresionantes tengo que admitir, ¿Te gustan los inteligentes, Stevie? —cuestiona con burla, le veo directo a los ojos con repulsión y halo mi brazo de su agarre, soltándome.
—Estás fuera de tu límite, Ashton, para ya este circo, mejor cada quien por su lado.
Él niega lento y bufa.
—Eres una-
Ni siquiera le dejo terminar su frase porque alzo mi mano en alto para luego dejarla caer sobre su mejilla con todas mis fuerzas. Ashton suelta un quejido llevándose sus manos a la zona afectada.
—Y así querías que te diera una oportunidad, ¿Eh? —espeto molesta, al pasar por su lado choco mi hombro con el suyo, empujándole. La verdad es que ni siquiera quiero voltear a ver a los lados y comprobar que hay gente observando.
Mientras camino hacia la salida sacudo un poco mi mano derecha por una fuerte ola de dolor que me llega. Maldición.
Ashton, una decepción más. Terrible.
Voten y comenten, les quiero mucho♡♡♡
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