Tzuyu planeaba una vida bastante normal. Lo típico, lo que todos en el fondo soñábamos. Una vida fácil y sencilla, llena de amor y buenos momentos.

Ella iria a la académica para policías y se graduaria junto con su mejor amiga, como lo habían querido desde simples infantes. Después de recibir su placa y su arma conseguiria trabajo y podría manos a la obra para limpiar la crueldad y los delitos de las calles.

Finalmente encontraria a su media naranja y formaria una hermosa y numerosa familia con esa persona, mínimo tres minis Tzuyu corriendo por el patio mientras que ella y su pareja los ven con una sonrisa. Tzuyu quería envejecer a un lado del acompañante de vida y locuras que le hubiera tocado si tan solo ella hubiera seguido su plan.

Y eso sería el fin de lo que planeo para el resto de sus días.

No había más.

En ningún punto del plan decía que terminaría cayendo por una sonrisa con dientes delanteros prominentes y unos orbes llenos de brillo.

Im Nayeon fue su primer error. Enamorarse de ella fue el segundo.

Sin embargo, tampoco buscaba formar una relación seria, sentir un amor tan poderoso que casi se le salía del pecho. Ella piensa que no se le puede culpar por fugarse junto a Naywon y tomar las riendas del negocio juntas.

“—¡Tzu! Despierta mocosa, llegaremos tarde.

Una cabellera rubia con mechones cortos es apenas visible por la oscuridad que envuelve a la habitación, ella suelta un jadeo cuando las cortinas son amarradas con un lazo y los odiosos rayos solares se adentran para chocar directamente con su rostro.

—No quiero.

—¡Tenemos exámen estúpida! ¡Apúrate que no llegare tarde por primera vez por ti culpa!

—Pff, nerd.

Minutos después en donde Tzuyu solo se vistió con lo primero que encontró en el Mar de ropas botadas por toda la extensión de la habitación y un desayuno poco nutritivo, ambas finalmente salieron para tomar sus clases.

Cada hora es más aburrida que la anterior, Tzuyu se enfoca en no cerrar sus párpados y caer dormida cuál perezoso. Sus oídos no escuchan nada y todo parece andar en cámara lenta.

Hasta que alguien toca la puerta y el profesor pronuncia su nombre seguido de un “Te necesitan afuera.” Ella sale confundida permitiéndole y se encuentra con una muy nerviosa Nayeon que no deja de removerse inquieta .

Ella y esa preciosa omega habían estado conociéndose desde hacía doscientos cuarenta y tres días.

Ocho meses de toques nerviosos, sonrisas grandes y encantadoras miradas, cualquiera que las viera juntas sabría que se estaban enamorando.

—¿Nay?

La mencionada por fin alza su rostro y como si fueran imanes Nayeon une sus cuerpos al cruzar miradas.

—¿Que sucede? ¿Estás bien? ¿Te hiciste daño?

Nayeon se separa de ella, sus brazos abrazan su delgado cuerpo que ha empezado a temblar.

—No he sido totalmente sincera contigo Tzuyu y yo lo siento...¡pero te explicaré todo con calma! ¿Si? ahora necesito que vengas conmigo.

Tzuyu frunce su ceño, mirandola incrédula.

—¿Q-Qué? ¿Qué tonterías dices? ¿Qué me ocultas?

La omega pasa sus manos por su rostro con una expresión frustrada.

—Yo... Dios... Solo ven conmigo, Tzuyu. Pronto te contaré todo.

La alfa junta aún más sus cejas, su corazón comienza a latir con velocidad ante las palabras que su amada dice.

—¿De que hablas Nayeon? ¿Ir a dónde?

La mencionada deja salir ese sollozo que había estado intentado callar desde que llegó a la institución cuando su teléfono comienza a emitir un tono de llamada.

—A Japón. Yo tengo que irme pero no puedo hacerlo...

Las manos de la coreana toman las de la extranjera, un visible temblor que lastima los sentimientos de la menor.

—... no si tú no estas ahí.

Los ojos llorosos y rojos de la omega hacen que el corazón de Tzuyu arda de dolor. Su mandíbula se tensa ante la decisión de último momento que tiene que tomar.

Sin importar que elija, eso cambiará el destino de su vida por siempre.

—No te faltará nada, ¡m-mira! Es el estado de mi cuenta bancaria, más ceros de los que podemos contar. ¿Sí?, te prometo por mi madre que nunca te dejare sola, te diré todo lo que quieras saber pero por favor, solo acompáñame.”

Y así fue como Tzuyu dejo sus estudios, sus sueños y sus amistades atrás por su querida.

No fue un mala decisión si se lo cuestionan. La vida que Nayeon había moldeado para ambas le encantaba, apesar del constante riesgo que sus vidas corrían.

Todos creían que la extranjera era la jefa de la mas grande mafia de todo el continente asiático, que era una alfa solitaria que había perdido a su omega hace años.

(Rumor inventado voluntariamente para que nadie tratara de investigar más de lo necesario)

La “Casa” (realmente un palacio) se dividía en distintas plantas/niveles. Uno y dos criados, tres reclutadores, cuatro chefs y choferes, y finalmente el nivel cinco.

Tal solo diez personas trabajaban ahí, de las cuales solo cinco tenían el honor de conocer a la pareja de la jefa.

Son Chaeyoung la chef del nivel cinco, amiga de Nayeon de toda la vida.

Myoui Mina y Minatozaki Sana, ambas parte del consejo de la omega.

E Im Dahyun, hermana de la coreana, y quién principalmente tomaría el puesto. Pero al no ser apta para el trabajo principal fue dada de baja, padre e hija mayor decidiendo que ella no sería fuerte ante las críticas del mundo, por lo que el cargo fue transferido a Nayeon esa tarde donde entre llanto le pidio a su alfa que la acompañara.

Sin embargo, Im Nayeon había sido escondida de todos los demás trabajadores de la casa por simple estrategia, mientras menos conozcas menos oportunidad de perder. Y no solo Dios sabe que Chou no puede perder a su amada omega.

Con ello, la Mafia tampoco puede perder a la cabeza de cada operación.

Porque si, Nayeon junto al consejo decidían que se hacía, en qué momento, cómo y por qué.

Mina conocida como el jodido Diablo y Sana como el dulce angelito.

La nipona alfa siempre era tan: “Solo acaba con él” y la omega tan “Solo hay que hacerle un piquetito Minari, no debes ser tan mala.”

Equipo equilibrado. Soluciones impecables.

Las dos japonesas daban sus puntos de vista, pero al final de la noche quién tenía la última palabra siempre era Nayeon.

Ella trataba de no tomarse las cosas a pecho, siempre con las palabras de su padre en la mente “En este negocio las mejores decisiones se toman con la cabeza fría, lejos de los problemas y con la información justa y necesaria” pero si cualquier persona le caía mal bastaba con un chasquido y ese ser humano no tardaría nada en estar sepultado tres metro bajo tierra.

Sin importar absolutamente nada, Nayeon mandaría y Tzuyu ejecutaría.

ustedes no tienen idea de lo poderoso q es escribir está historia con Dark Horse

(de una vez aconsejo conseguir pañuelos para el final jaja)

en fin, nos leemos pronto.