Su mayor debilidad.
〔NOTA DE LA AUTORA: Aviso, este capítulo es un poco desordenado y largo, pero las partes de transición son necesarias y la trama necesita avanzar. Espero que siga siendo agradable, no fue escrito en las mejores condiciones, pero- con todo el amor.〕
—¿Cómo que cómo comenzó esta guerra? Todos saben cómo empezó —dijo Sidon, incrédulo.
Link ni siquiera se molestó en responder. Simplemente frunció los labios y miró a Sidon con desaprobación. El príncipe entrecerró los ojos, ¿qué enseñaban a los hylianos en sus escuelas? Si es que tenían escuelas, claramente, ya que no sabía mucho sobre la educación hyliana.
—Bueno... —Sidon se giró de lado, ajustando su larga aleta en la almohada y mirando al pequeño ser a su lado—. Empezó hace unos setecientos años, bajo el reinado de mi abuelo: el Rey Varar. Pero, quiero decir, incluso tú sabes eso, ¿verdad?
El hyliano simplemente se encogió de hombros. Eso era conocimiento básico para todos.
—Bueno, mi asistente ignorante —Link movió las orejas—. Es una hermosa historia sobre amor, traición y una justa búsqueda de venganza. Todo comenzó en la juventud de mi abuelo, cuando aún estaba lleno de sueños, cuando el aire frío de Tabanta no había llegado a su corazón, cuando...
Mientras levantaba el brazo que no estaba sobre el colchón hacia el techo, Link suspiró, sacudiendo la cabeza.
—Amigo, hazlo corto. Por favor.
—Tienes razón, tiendo a olvidar que eres tan divertido como Muzun. ¿Dónde me quedé? —Sidon se dio unos golpecitos en los labios con un dedo—. Mi abuelo era un soñador: aunque le habían prometido a una noble rica del Dominio, no estaba muy entusiasmado con su prometida y nunca lo ocultó. Podía tolerarla, estaba dispuesto a aceptarla como esposa debido a las tradiciones y obligaciones reales. —Como él y Kada, ninguno estaba contento con el emparejamiento, pero...—. Pero se enamoró. Ella era la hija de uno de los pescadores locales. No sé cómo se conocieron, pero empezaron a verse en secreto y para cuando el consejo se enteró, ella ya estaba esperando un huevo. ¡Y así es como nació mi padre!
Link asintió antes de levantarse y hacer un gesto vago para que Sidon continuara mientras él comenzaba a preparar su rutina habitual. Era extraño cómo una de las pocas cosas que realmente parecía gustarle al hyliano era ese mueble. Algo sobre no tener que luchar con su pierna al levantarse.
—Entonces... —Sidon reanudó mientras Link ajustaba su cabello bajo la larga peluca rubia—. Aunque no era lo planeado para él, mi abuelo dejó claro que se quedaría con el niño y contrató oficialmente a mi abuela como su cuidadora. Cuando el huevo eclosionó y quedó claro que el recién nacido era varón, el juego había terminado: el reino tenía a su heredero, Varar no tenía más obligaciones morales para casarse y se estableció felizmente con la persona que eligió. Aunque ella nunca fuera considerada oficialmente una reina, por supuesto.
—Aw, Rojo, parece que de verdad te gusta esta historia.
Sidon no sabía si el otro se estaba burlando de él o no, a veces era tan difícil saberlo, pero en cualquier caso no le gustaba que lo consideraran un niño. Resopló ignorando al hombre que ahora decoraba sus ojos con líneas negras y cosas raras que los hylianos parecían apreciar tanto.
—Claro que sí, no muchos podemos casarnos por amor, ¿sabes? No conozco los detalles, pero la suya tuvo que ser una batalla contra todos para mantenerla a su lado.
—Claro...
—Me identifico mucho con eso, no puedes entender lo horrible que puede ser estar prometido a alguien que no amas.
Hubo un momento de silencio mientras Link en silencio parecía considerar sus opciones, Sidon sabía que no era una conversación que el otro quisiera tener, no cuando siempre se mostraba tan desinteresado en todo lo que no tuviera que ver con su trabajo y-.
—Rojo... hechos, no sentimientos.
Caso en cuestión... rodó hacia atrás en la cama, murmurando entre dientes. Sabía que a Link no le gustaban las charlas personales, pero a veces era pesado tenerlo de compañero de cuarto.
—Hechos. El abuelo pasó algunos de los años más felices de su vida con su familia. Dicen que ella fue su golpe de suerte, que él era el tiburón martillo más guapo de su generación. Mi buen aspecto tiene que venir de algún lado...
—Rojo, céntrate... Te estoy preguntando cómo empezó esta guerra, no la historia de tu familia.
—Sidon, concéntrate... Te estoy preguntando cómo empezó esta guerra, no la historia de tu familia —dijo Link, impaciente.
—Voy para allá. La historia de mi familia es la historia de cómo empezó todo esto, centenario. —Sidon levantó las manos, Link tenía la sensibilidad de una roca a veces—. ¿Cómo es que no sabes esto? Sigues diciendo que los hylianos están tan bien organizados y todo eso, ¿cómo pudieron perder algo tan importante?
—Bueno, piensa en esto: primero, todos nuestros archivos se han perdido; segundo, cada tribu tiene una versión diferente de cómo comenzó todo; tercero, la esperanza de vida promedio de un hyliano es de cincuenta años, eso son más o menos catorce generaciones para nosotros.
Sidon se levantó de un salto, casi asustando a Link que dejó caer su lápiz labial y agarró instantáneamente su bastón, un gesto que Sidon empezó a asociar con estar listo para enfrentar una agresión.
—¿Perdón? ¿Cuál es la esperanza de vida promedio?
—¿Cincuenta? Más o menos... Espera, ¿realmente no lo sabías?
—¿No tienes veinticinco o algo así?
—Oh, entonces sí leíste mis documentos.
—Yo... ¿partes de ellos? Cuando te mudaste aquí, recuerdo ese detalle porque me sonabas terriblemente joven. No tenía idea de que eras un hombre de mediana edad.
—¿Y eso te molesta, porque...?
—Porque... ¿sólo te quedan veinticinco años?
Y vaya si sabía por qué eso era tan angustiante, se sentía engañado de alguna manera y no podía expresarlo con palabras, ni siquiera en su mente. El otro parecía simplemente molesto por su comportamiento.
—¿Rojo...? —La cola de Sidon se agitó con irritación—. Veinticinco años son suficientes para terminar una guerra si jugamos bien nuestras cartas. Quiero ver a mi reina en su trono una vez más, haré todo lo que esté en mi poder para poner fin a esto en lo que dure mi tiempo de vida.
Sí, esa era la explicación perfecta de por qué se sentía molesto. Estaba poniendo todas sus esperanzas en Link y lo último que él y su Dominio necesitaban era perder al principal estratega debido a la vejez, la demencia o lo que fuera.
—¿Sabes qué? Olvida que pregunté. —Iba a pensar en las cosas buenas, como todas las tierras que habían recuperado y cómo finalmente sería considerado un líder adecuado una vez que la guerra terminara. Siempre que Link completara su tarea, no importaba si iba a desaparecer en menos de tres décadas—. En resumen: los Orni visitaron con la excusa de una reunión diplomática y mataron a mi abuela e intentaron matar a mi padre. Es... honestamente un milagro que sobreviviera. Intentaron culpar a otros por sus terribles actos, pero las pruebas contra ellos eran abrumadoras y mi abuelo declaró la guerra. Incluso porque su enfermedad comenzaba a alcanzarlo, parece ser algo genético en la familia que afecta a los hombres de nuestra sangre, y... eso es todo.
Hubo un largo silencio mientras Link terminaba de prepararse. Al parecer, esperó que la explicación continuara, pero no salió nada más de Sidon.
—Bueno, pasaste de una explicación detallada a algo rápido y apresurado... —Link sacudió la cabeza mientras sus orejas caían, claramente descontento con el cambio repentino de ritmo de Sidon—. Recuérdame preguntar a Muzun cuando lo vea. No digo que no te crea, pero él estaba por ahí cuando tu padre era pequeño, ¿no?
—Él no vio el comienzo de la guerra, pero... sí, supongo. No sé qué estás buscando con esto, pero... ¿realmente importa cómo empezaron los Orni? Estamos lidiando con las consecuencias de sus acciones.
El hombre sacudió la cabeza, poco impresionado con los comentarios de Sidon.
—Bueno, pongámoslo de esta manera: tan molestos como pueden ser los Orni...hay una flecha con el nombre de Revali en mi carcaj— realmente no tienen motivo para venir y matar no a una, sino a dos reinas. Ambas, y aquí corrígeme si me equivoco, elegidas por el monarca en lugar del consejo.
—Sí, pero...
—Y tan molestos como pueden ser: no son estúpidos, han estado frenando a tu gente durante, literalmente, siglos... Me resulta difícil creer que dejaran sus armas y rastros claros. He estado lidiando con sus sabotajes en más de una ocasión y puedo garantizarte que son increíblemente difíciles de notar.
—¿Qué estás...?
—Antes de que saltes a su defensa, no estoy diciendo que el consejo esté detrás de esto, pero: ¿y si alguien tenía interés en crear un conflicto?
El tiburón levantó ambas manos, una cosa era sospechar que alguien tenía algunas razones desagradables para empeorar las cosas para todos los involucrados, otra era asumir que alguien tenía las agallas para comenzar una guerra solo porque sí. Sin mencionar que ya estarían muertos.
—¿Por qué?
Hubo una indecisión inusual en el rostro de Link mientras dejaba sus herramientas decorativas, fruncía el ceño y finalmente volvía a la cama, sentándose en su lado del colchón.
—Entonces... como sabes, cada bando está sesgado en decir que no son los que están equivocados, ¿verdad?
—Supongo que tiene sentido.
—Bien... quiero decir, los Orni dicen que son las víctimas, las Gerudo apoyan esa afirmación, los Zora dicen que son las víctimas, los Hylianos pueden o no fingir que lo creen...
La cola de Sidon se movió nerviosamente de un lado a otro, ¿por qué tenían que terminar con los peores sirvientes posibles?
—Pero digamos hipotéticamente que hay un... lugar. Donde personas de todo tipo se reúnen. Y viven juntos, superando sus diferencias. —Una pausa y el príncipe se giró, apoyando su cabeza contra la pila de almohadas que separaban sus espacios personales. No era una pregunta hipotética, lo sabía, pero no podía imaginar un lugar donde una comunidad mixta pudiera vivir junta, no cuando cada frontera estaba controlada y cada ciudadano revisado.
—¿Y si hubiera alguien que no tuviera ningún interés personal en mentir sobre cómo comenzó todo, que estuviera de acuerdo en que es raro cómo se ha borrado en su mayoría de los registros históricos y que pensara que algo se siente raro en todo esto?
—¿Y quién sería esa persona? ¿Un Sheikah? —Sidon no sabía mucho sobre ellos, solo que abandonaron Kakariko tan pronto como los Zora se mudaron y probablemente vivían escondidos en el bosque prohibido ahora. Solían servir a la familia real hyliana, pero vivían en las sombras y no eran conocidos por sus... modales. Había innumerables dichos sobre cómo nunca era prudente confiar en uno de ellos y...
—Un Goron.
Oh. Sidon parpadeó un par de veces, sin saber qué decir. Los Goron nunca dejaban la Montaña de la Muerte y... oh.
—Centenar, no estás siendo sutil aquí: está allá afuera y tú has estado en ese lugar, ¿verdad?
Él asintió en respuesta.
—Bien, entonces... ¿qué estás tratando de decirme? Puedo suponer que no compartes más detalles, porque ahí es donde está tu preciosa Zelda, pero... ¿qué debo entender de esto?
—Solo que... quizás... las cosas no son tan blanco y negro como te gustaría creer. Quiero decir... si yo fuera tú... presionaría a los miembros del consejo para obtener más información al respecto. Y ver dónde se contradicen. Son los ancianos, han vivido una vida larga, deben saber más que un hyliano de corta vida y un príncipe joven, ¿no?
—Pareces confiar en Muzun, ¿por qué no le preguntamos a él?
Link rodó los ojos, murmurando algo entre dientes.
—¿No ves que él no es... sabes qué? Pregúntale tú. Pregúntale por qué no está al lado de tu padre a pesar de ser su mejor amigo la próxima vez que hables con Muzun.
Sidon frunció el ceño, mirando a Link mientras se levantaba de la cama por segunda vez, saltando lentamente sobre una sola pierna hasta estar al lado del príncipe.
—Vamos, grandulón, vamos a escuchar a los miembros del consejo cubrirte de elogios por un rato. Trabajaré en lo que haremos después tan pronto como tengamos todos los informes en la sala.
· · · ◦ ☽✮☾◦ · · ·
Cuando llegaron a la sala del consejo, todos les esperaban ya y Sidon se apresuró a sentarse lo más elegantemente posible mientras cargaba con su pequeño hyliano. Le notó tenso en cuanto cruzaron la puerta, pero al principio no le prestó atención, simplemente supuso que se le había olvidado alguna pieza de su disfraz como la última vez que había pasado, nadie se iba a dar cuenta si le faltaban los pendientes o el collar de perlas, pero en cuanto echó un vistazo a la sala supo por qué.
Olom estaba sentado en el lugar de su padre.
El brazo del príncipe rodeó instintivamente la cintura de Link para mantenerlo en su sitio, aunque el hyliano fuera pequeño y no pudiera moverse bien, no tenía ninguna duda de que asaltaría al tiburón gris si le dieran cualquier oportunidad.
—¡Señor Olom! —exclamó con la sonrisa más brillante que pudo lograr—. Es un placer verlo, ¿cómo es que nadie me informó que asistiría a esta reunión?
Las manos de Link rodearon con fuerza la banda del príncipe, algo que a estas alturas Sidon sabía que podía asociar a una agresividad apenas contenida. Uf, pensar que estaban allí para celebrar... pero entre la historia de Link y la inusual reticencia de Muzun a hablar de los días pasados de la inundación... Sidon no podía mirar a Olom como solía hacerlo. Aunque tuviera que fingir lo contrario.
—Mis disculpas por incorporarme tan repentinamente, mi príncipe, pero el señor Nejen ha presentado oficialmente su dimisión esta mañana. Su salud le ha fallado en este gran momento de necesidad y, aunque sé que mi presencia es requerida en las fronteras, debo ocupar su lugar como su único heredero. Me dijeron que usted había sido informado, me aseguraré de que el mensajero que debía hacerlo reciba un castigo apropiado.
Eso fue... repentino. Y pudo sentir cómo Link se tensaba cada vez más entre su brazo. La gran mano del príncipe se movió desde las caderas del hyliano hasta su espalda, masajeando suavemente, sólo para verlo girar y mirar en su dirección con suficiente ira como para hacerlo estremecerse.
Vale, tenía que ser él quien tuviera el control aquí, al menos hasta que el centenar no se relajara un poco, no podían echar a perder su tapadera porque uno de ellos no pudie controlar sus sentimientos. La mano se movió aún más hacia arriba, esta vez se colocó contra la cabeza del centenar, obligándolo a apoyar la cabeza contra el pecho del príncipe.
—Nadie debe ser castigado, estoy seguro de que hay buenas razones por las que no se me informó a tiempo. He notado que nuestra red de comunicación tiene sus... contratiempos a veces. Sólo le doy la bienvenida, señor Olom, es un honor tener a un héroe de guerra como usted a mi lado.
—Y para mí es un honor trabajar con usted, mi príncipe.
Unas cuantas cortesías más, unos cuantos saludos más formales y por fin todos estaban listos para empezar.
Más o menos, teniendo en cuenta que tenía un manojo de nervios entre los brazos. Se alegró sinceramente de que no estuvieran allí para discutir otros planes, sino sólo para comprobar sus progresos actuales, porque estaba claro que el centenar no estaba en condiciones de trabajar. ¿Cómo estaba Sidon tan seguro de ello? Cuando le ofreció la mano por debajo de la mesa, Link realmente la sostuvo, con los dedos clavados profundamente en la piel del príncipe y las uñas presionando contra las escamas con una fuerza que habría sido dolorosa para un Zora más pequeño.
Todo iba a estar bien, sólo necesitaban...
—Ya que estamos todos reunidos, tal vez podamos empezar a discutir lo que nuestro príncipe tiene en mente.
Joder. Ni siquiera había empezado a discutirlo con Link. Aun así, sonrió en dirección al anciano Viri.
—Bueno... no puedo decir que tenga mucho hecho por ahora, no cuando acabamos de recibir nuestros informes de las fronteras. Ciertamente estoy orgulloso del éxito de nuestro actual ataque, pero al mismo tiempo no puedo precipitarme en las decisiones, no cuando tantas vidas dependen de nosotros.
—Sabias palabras, mi señor. —Sidon se giró en dirección a Viri, que ya se había puesto nervioso por su tono—. ¿Pero no es lo normal planificar con antelación cuando enviamos nuestras tropas a la línea del frente? Ya debes tener algo en mente.
Tragó saliva, sabiendo que realmente no podía confiar en Link para esto.
—Por supuesto, pero... prefiero acudir a ti una vez que esté más seguro de qué hacer en lugar de-.
—Príncipe, este es un momento crucial, no tendremos hylianos desechables en las fronteras, las vidas de nuestros propios hombres están en riesgo. Debemos ser capaces de enviar mensajeros tan pronto como sea posible para informar a nuestras tropas sobre qué esperar, por lo menos.
—Lo sé, aun así, no debería apresurarme...
—¿Estás apuntando a la Pradera de Farone y a las playas? Ese sería un gran territorio para poner a los hylianos una vez más en primera línea.
—Bueno, ciertamente lo estoy considerando, señor Kijah.
—¿Pero no tenemos un peligroso Wizzrobe del trueno acechando en el Pantano de Tehona? ¿No sería una terrible idea ir tan lejos?
La cola de Sidon se crispó ante eso, se le había olvidado por completo... aun así, sus mapas estaban más que desactualizados en esa zona y, bueno....
—Aunque tienes razón, nuestros espías informan que las Gerudo pasan por debajo del Monte Molvatt para llegar hasta nosotros, supongo que ya se han ocupado de cualquier plaga que hubiera en la zona si es un camino que suelen tomar.
—Entonces probablemente deberíamos apuntar al menos a la Llanura de Orseh y a la Pradera de Taobab, creo que es una posición perfecta tanto para los Hylianos, en la parte norte donde está demasiado seca, como para nuestros hombres, cerca de los estanques del sur.
—Eso... es exactamente lo que estaba pensando.
—Oh, sí, a los hylianos les encantará construir un fuerte en las zonas del norte, he oído que hay un montón de caballos maravillosos allí, ¿quizás podrías conseguirle uno a tu Perla?
Las orejas de Link se movieron dos veces, una levantándose ante la mención de los caballos y la segunda apuntando inmediatamente hacia abajo cuando el anciano lo llamó Perla. Realmente le gustaban los caballos, ¿eh?
—¿Deberíamos informar a nuestros hombres que nos movemos al Oeste, entonces? Sólo para que estén preparados de antemano...
—Yo... eso suena como un buen plan, anciano Maja.
—No entiendo, querido...
Literalmente todas las cabezas, incluida la de Sidon, se giraron en dirección al joven hyliano quien –sólo las diosas saben cómo– ahora miraba al príncipe con la expresión más inocente y confundida.
—¿No dijiste que esa zona es inhóspita para los Zora y que está custodiada no por uno, sino por dos temibles Centaleones? Mi príncipe, no soy muy lista, pero...
—Príncipe, dile a tu animal que se calle.
Las orejas del hyliano bajaron y Sidon se alegró de que su expresión quedara oculta a los demás mientras le miraba, Link se mordió literalmente los labios para no chasquear en dirección al otro tiburón, canalizando toda su paciencia en un solo segundo antes de girarse para sonreír a Olom e interrumpirle también.
—Discúlpeme, mi señor, pero me pregunto por qué nuestro señor lo está poniendo a prueba cuando claramente consideró todas esas opciones anoche mismo... —Un jadeo fingido—. Oh, no... los estaba poniendo a prueba, ¿verdad? Oh, querido, siento mucho haberme entrometido...
Sidon tenía que reconocerlo, era un actor y mentiroso jodidamente bueno. Y si algo había aprendido de las pocas veces que Link habló en público, era que intentaba evitar que cometiera un error y trataba de decirle cosas: así que lo estaban poniendo a prueba, ¿eh? Miró en dirección a Muzun, pero la expresión del anciano era ilegible.
—Mi príncipe, ¿por qué se permite siquiera a esta criatura entrar en esta habitación?
—Solaz y disfrute personal, señor Olom. A veces sobrepasa sus límites, pero ¿no es el encanto de las criaturas inferiores?
—Ella no debería estar aquí ni hablar.
—Bueno... —Muchas cabezas se movieron en la dirección de Link mientras hablaba, su tono lo más inocente posible—. Siddy me dio el permiso para hablar así que no veo por qué no debería.
Oh, no...
—No le faltarás el respeto a nuestro príncipe dirigiéndote a él así-.
—Le gusta cuando uso apodos cariñosos, pero ¿qué sabrá alguien como tú? No es que hayas estado tan cerca de nuestro príncipe como yo.
—¿Cómo te atreves, pequeña peste?
Una parte de Sidon quería tomar un tazón de truchas y simplemente disfrutar del encuentro entre Olom y Link, la otra parte sabía que iba a terminar mal si dejaba hablar al centenar. Aun así, no se atrevió a detenerlo de inmediato.
—Me atrevo porque es verdad. A mí es a quien abraza, a quien besa, a quien susurra dulces palabras y a mí es a quien le toca escuchar su brillantez cuando se le ocurren sus planes.
Ninguno de los ancianos intervino tampoco, Sidon pudo darse cuenta de que algunos estaban realmente divertidos por el inesperado acontecimiento, pero no supo decir por qué.
—No eres más que un juguete, una esclava sexual glorificada, no tienes derecho a hablarme así.
—No tienes derecho a tratar de ridiculizar a nuestro príncipe.
—Sólo intento asegurarme de que todos entendemos lo que piensa, intento aprender de él, yo...
—Entonces cállate y confía en él como yo. ¿O estás diciendo que no confías en nuestro príncipe, señor Olom?
—Pequeño-
—¡BASTA! —En cuanto el tiburón tigre se levantó de su asiento, Sidon hizo lo mismo de inmediato, sus grandes manos rojas golpearon la mesa y el pequeño hyliano casi se cae al suelo ante el repentino movimiento—. ¿De verdad, Olom? —El príncipe enderezó la espalda, bajando la aleta de la cabeza y frunciendo el ceño—. ¿De verdad estás discutiendo con un despreciable? ¿Se supone que debo esperar encontrarte también ocupado discutiendo con cachorros de mantarraya?
—Yo... no, mi príncipe.
—Entonces, aunque ciertamente la reprenderé por hablar y arruinar mi evaluación te pido que seas el superior, como debe ser, e interrumpas este patético espectáculo de una vez.
—Sí, mi príncipe.
—Bien —comentó colocando su brazo una vez más alrededor de Link y jalándolo hacia atrás sobre su pierna mientras se sentaba—. Tú también juega bien, pequeña, así no es como espero que te comportes.
—Mi príncipe... —Contuvo un suspiro mientras volvía su atención al anciano—. ¿Por qué nos estabas poniendo a prueba?
—Por la misma razón que tú hacías lo mismo conmigo, anciano Kaja.
Hubo un largo momento de tenso silencio mientras todos sopesaban la situación y Sidon quiso saltar para abrazar a Muzun cuando éste finalmente habló y, básicamente gritándoles a todos, le dijo a todo el consejo que dejaran de jugar y volvieran al trabajo.
· · · ◦ ☽✮☾◦ · · ·
—Link...
—Lo sé, perdí el control ahí afuera.
—Link.
—Escucha, no estoy orgulloso de ello, pero yo sólo... odio a ese tipo.
—¡Link!
El hombre dejó de saltar en el pasillo, girando y levantando ambas manos con exasperación, casi perdiendo el equilibrio durante el movimiento.
—¿Qué?
—¿Quieres saltarte las próximas reuniones hasta que te sientas más... preparado para enfrentarte a él? No me importa tu salud mental ni mierdas como esta. —Oh, cómo deseaba que fuera verdad, odiaba admitirse a sí mismo que empezaba a preocuparse por ello—, pero hoy no estabas completamente ahí, sólo has estado escuchando las palabras de Olom y... necesito a mi mejor estratega, centenar, no a un resorte emocional dispuesto a echar por tierra meses de esfuerzos en cuanto ese hombre hable.
Eso pareció calarle, al menos un poco; la piel de Link enrojeció una vez más, algo que rara vez ocurría y Sidon aún no podía entender exactamente, y el hyliano escondió la cara tras el brazo en lo que era aparente vergüenza. La boca de Link se abrió tres veces sin que ningún sonido escapara de sus labios mientras el príncipe se arrodillaba frente a él tratando de asomarse por debajo de sus brazos, al final suspiró y casi se desinfló... algo que lo hizo ver aún más pequeño de lo normal.
—Lo siento. —Espera, ¿de verdad acababa de... disculparse? Eso era nuevo... —. Yo sólo... yo...
Vale, también se había quedado sin palabras, una sorpresa tras otra. El príncipe respiró hondo y se sentó frente al hyliano en cuanto tuvo la confirmación de que estaban solos, no podía creerse que estuviera manteniendo una conversación así en medio de un pasillo casi vacío.
En realidad, ni siquiera sabía qué decir. Link había sido reservado sobre su vida y apenas compartía nada sobre él, aunque sabía por qué Olom era un problema para el otro ¿cómo se suponía que iba a asegurarse de que... las cosas podrían funcionar? Necesitaba que el trabajo de Link continuara correctamente, no... joderlo.
—¿Debería invitar a Tetra a pasar la noche?
Link se puso aún más rojo ante eso, su brazo todavía tratando infructuosamente de ocultar su expresión mientras el otro estaba contra la pared para mantenerlo de pie. Así que eso era... ¿vergüenza?
Ante el asentimiento del hyliano simplemente se lo echó sobre los hombros como un saco de almejas y caminó hacia su habitación, su hermana sin duda iba a saber qué hacer.
· · · ◦ ☽✮☾◦ · · ·
—¿Qué el señor imbécil qué?
A Tetra casi se le cae el cesto de la ropa que llevaba cuando Sidon se le acercó para hablarle de la... situación de Link. Luego echó un rápido vistazo a su alrededor, torpemente ofreció una cálida sonrisa, inclinó la cabeza y en voz alta declaró que 'venía inmediatamente a limpiar el desorden', permitiendo que Sidon la llevara a una zona más apartada.
Era agradable ver que a otro hyliano le gustaba tanto su antigua amante.
—Entonces... —Tetra tiró al suelo las cortinas que debía limpiar antes de girarse con ambas manos en las caderas para mirar al príncipe—. ¿Cuánto sabes?
—Eh... Me contó cómo se rompió la pierna en la biblioteca del castillo de Hyrule, cómo Zelda lo salvó, cómo... pasaron demasiado tiempo simplemente intentando sobrevivir y cómo aparentemente mi gente... no ayudó precisamente.
La mujer era absolutamente ilegible y Sidon podía sentir lo parecidos que eran Link y ella.
—Y aunque me cuesta creer lo que dice de Olom, no puedo negar o ignorar cómo reacciona cuando está cerca. Hoy casi... se expuso. Está demasiado apegado a su trabajo como para arriesgarlo todo por una artimaña.
Ella tarareó, asintiendo.
—Bueno, principito, pasamos días escondidos entre los árboles esperando no ser encontrados. —Pasamos. Así que ella también estaba allí...—. Todos estamos un poco jodidos por ello. Él más que nosotros, porque estuvo en condiciones terribles todo el tiempo y... ya sabes, a veces piensas que tienes que salvarlos a todos y lo único que puedes hacer es ver morir a la gente. —Se rascó la cabeza, el pelo rubio corto y desordenado moviéndose por todas partes en una mata indomable—. Escucha, no puedo venir esta noche, tengo una reunión con uno de nuestros informadores y luego otra con... ¡oh!
Ladeó la cabeza cuando ella pareció iluminarse.
—Vale, esta noche tendrás que vértelas con él, intenta no ser un imbécil. —Antes de que el príncipe tuviera oportunidad de protestar ella simplemente continuó—. Enviaré un mensaje al actual líder de nuestra unidad: él y Link son súper cercanos. Si puedes encontrar una excusa para darle un día libre a tu bella doncella, creo que le vendría bien disfrutar de la compañía de algunos viejos amigos, se ha pasado meses hablando sólo contigo y con Muzun, con el peso de una guerra sobre sus hombros.
Vale, ¿podría... hacer eso?
—Como concubina sólo puede salir si está en mi compañía, ya me encargo yo de llevarlo a la corte de Viri siempre que lo necesite...
—Eh, ven con nosotros al cuartel. Búscale una buena excusa, ¿quizá hacer algunas visitas formales a varios grupos y dejar la nuestra para el final? Sé que somos hylianos, pero usted podría hacerlo parecer un movimiento táctico para mejorar nuestra moral o alguna mierda por el estilo.
Eso no iba a ser fácil, dejar el palacio sin una escolta adecuada estaba fuera de discusión y no podía ver a Link relajado mientras estaba rodeado de guardias Zora. Tetra decidió hablar una vez más al verlo fruncir el ceño, era casi como si pudiera leerle la mente o al menos seguir su cadena de pensamientos.
—Sid. Cinco palabras. Rivan y tu futura esposa. Son soldados respetados, di que prefieres no atraer atención no deseada y cuando vuelvas más tarde sólo di que era una oportunidad para hablar con Kada y la aprovechaste. Sólo... déjanos a Link un par de horas, dale una agradable sorpresa.
Se rascó una de sus aletas, sacudiendo la cabeza.
—Ustedes los hylianos pueden ser realmente problemáticos, ¿sabes? —Oh, espera, había una cosa más que quería intentar hacer mientras hablaba con ella.
—Una pregunta más, me habló de cierto asentamiento mixto, ¿por casualidad sabes algo de eso? ¿Y sobre los Goron que hay dentro?
Aquello pareció pillarla finalmente por sorpresa, la mujer se quedó boquiabierta en su dirección durante un momento antes de recuperar la compostura. Casi toda.
Mierda, ¿de verdad te habló de la Aldea Arkadia? ¿En qué estaba pensando? —Ahora Sidon tenía un nombre y la confirmación de que Link probablemente no le estaba mintiendo, a menos que ambos ya lo hubieran planeado de antemano—. Sí, lo sé y sé lo de su Goron. Diablos, pensé que su enamoramiento había terminado, pero al parecer no es así si lo mencionó.
El cerebro de Sidón se detuvo en seco ante ese dato extra, Link... ¿estaba qué ahora?
—¿Los Goron no son... rocas? —A menos que se hubiera perdido algo en las clases de biología, eran criaturas sin género, sin concepto ni amor romántico, por mucho que se llamaran hermanos y cosas así. Habían estado aislados durante los últimos siglos, sí, pero...
—Sí. De todos modos, olvídate del lugar, olvídate de lo que haya dicho del goron, sólo dile a Link que mantenga la boca cerrada.
—Sigo queriendo volver al tema de que está enamorado de una roca, porque si puede burlarse de mis gustos, esto cambia mucho las cartas sobre la mesa.
Tetra se cruzó de brazos, frunciendo el ceño y mirando fijamente de una manera que hizo que Sidon se sintiera pequeño a pesar de la ridícula diferencia de tamaño entre ellos.
—Tiene un tipo: la gente amable. No puedes burlarte de eso, Sid.
—Bueno, yo...
—Calla. Es hora de que vuelva al trabajo, asegúrate de guardar un día libre en tu agenda la semana que viene para la reunión y no le cuentes nada a Link. No hablaremos más de la ciudad oculta o de su gente, te asegurarás de que Link no explote en los próximos días y por el amor de las Diosas oblígalo a dormir, no me importa cómo lo hagas.
—Mira nada más, dándome órdenes de esta manera...
—Como sea... —Hizo un gesto con la mano—. Soy una mujer de mediana edad que resulta que está muy cansada y cabreada, no tengo tiempo para cumplidos contigo y, como tú, necesito mantener la mente de nuestro principal estratega en su sitio. Sé amable y mantenlo distraído, ¿eh? Hablar de trabajo probablemente servirá, si le conozco.
Sidon ni siquiera se molestó en ocultar lo disgustado que se sintió cuando ella se atrevió a inclinarse más cerca sólo para acariciarle la mejilla como si hablara con un niño. Hylianos, uno peor que el otro...
—Ahora... —Volvió a recoger sus cosas—. Vete. De todas formas, la gente ya se estará preguntando por qué tardo tanto en limpiar un charco. Y recuerda, chico, ¡pórtate bien!
Sin siquiera esperar a que la despidieran, Tetra simplemente se alejó y Sidon se masajeó las sienes tratando de no gritar en su dirección. Diosas, si no necesitara a Link o a Tetra, ya estarían en la cárcel.
Pero necesitaba ganar la guerra, quería impresionar a todos, especialmente a Redo, y eso significaba que debía aguantar a ambos. Por ahora.
Era hora de volver a la otra plaga.
· · · ◦ ☽✮☾◦ · · ·
Como era de esperar, Link estaba trabajando, el escritorio parecía inusualmente desordenado en comparación con lo habitual y tenía una expresión... claramente angustiada mientras trabajaba en sus mapas. A Sidon no le gustó eso, mientras que el soldado estaba inquieto por inundar el área de Farone, esto parecía diferente.
—¿Qué pasa ahora? Oh... y Tetra no puede venir por ahora, nos visitará en cuanto termine con... cualquier deber que tenga.
Los labios de Link se apretaron en una fina línea y asintió como respuesta mientras arrojaba algunos papeles sobre el gran sillón. Había más marcadores que de costumbre en el gran mapa y un montón de documentos habían sido esparcidos con todos los informes más recientes, el hombre parecía más concentrado que de costumbre y... más caótico. No era que no fuera organizado, ¿era eso lo que Sidon debía esperar mientras Olom estuviera en el consejo?
—Centenar, habla.
Por segunda vez desde que lo conoció propiamente, Link pareció carecer de palabras, luego empujó con el brazo la mayoría de las cosas lejos del escritorio e invitó a Sidon a acercarse, clavando la ubicación de Cañón de Tanagar con una daga que el Príncipe ni siquiera sabía que tenía.
—No podemos movernos hacia allí porque cualquier intento de inundación será detenido por el Cañón, incluso manteniendo a Vah Ruta a plena potencia no va a ser suficiente.
Cierto... pero eso era en el lado norte, ellos iban a tomar el sur, ¿no?
—No podemos avanzar más allá de las Praderas de Farone, no sólo por los Centaleones, sino porque después de eso entramos en el rango de fuego de Vah Naboris y eso significa la muerte.
Sidon sólo parpadeó cuando empezó a darse cuenta de que eso significaba que estaban básicamente ante un muro con su conquista, ya era una bendición saber que la Bestia del Desierto no podía salir de sus arenas, no había forma de enviar hombres donde morirían electrocutados.
—Es un punto muerto, chico. Quiero ir más lejos, pero no podemos. O simplemente no se me ocurre una forma eficiente de conquistar más tierras Gerudo, no ahora, y lo odio.
El príncipe frunció el ceño, eso no era propio de él. Un suspiro y tiró al suelo lo que había en el sillón también, iban a poner todo en su sitio más tarde.
—Entonces... —comentó apoyándose en el mapa y tratando de pensar en algo—. Si no podemos empujar a las Gerudo, asegurémonos de que no vuelvan a nuestros territorios, ¿mh? Mientras tanto, has mencionado el Cañón de Tanagar. No tenemos acceso a él, no todavía, ¿crees que puedes encontrarnos una manera de llegar al Puente de Hyrule y tal vez a los terrenos cercanos al acceso de la Gran estepa de Tabanta? Eso también ayudaría mucho a mi hermana.
El hyliano jugueteó con su vestido durante un momento que le pareció eterno, los engranajes empezaban claramente a girar en su cabeza. Esa era la única «distracción» que podía ofrecer, ¿no?
—Yo... sí. Creo que puedo.
〔Muchas veces no reviso los capítulos antes de publicarlos, así que puede que siempre existan algunos errores, faltas de ortografía, etc. Pero me daré el tiempo de arreglar todo cuando haya tiempo, quizás cuando finalice la historia, jiji.
De todas formas, pido disculpa de antemano.〕
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