La cita perfecta.
〔NOTA DE LA AUTORA: Advertencia por la mención de crímenes de guerra reales en algún momento y canibalismo (solo se da entender, no se explica gráficamente). Este capítulo es un poco pesado, pero si estás aquí, ya sabes que esto es un fanfic de "todo el mundo es horrible".
Mención de heridas y todo eso, ¡disfruten!〕
Darle a Link la oportunidad de hablar con las concubinas de Viri dos veces por semana mejoraba drásticamente su humor y Sidon tenía que admitirlo, se alegraba de ello. ¿Estaba el soldado acostándose con alguien? No lo sabía, no quería saberlo, pero el simple hecho de que dejara de escupirle veneno a la cara cada vez que hablaban era... agradable.
Todo lo agradable que podía ser hablar con el imbécil peludo, claro.
Seguía sin tener pistas reales sobre quienquiera que estuviera, según él, acechando en la corte del Anciano Viri para hacerle daño, pero... el hyliano insistía en que estaba haciendo progresos... Significara lo que significara. En parte, Sidon entendía por qué Link probablemente esperaba con ansias esas visitas, si todas sus interacciones fueran sólo con el hyliano también buscaría compañía en otra parte, en parte... eso no le gustaba demasiado. Y lo que le molestaba era que no terminaba de entender por qué.
—Pareces feliz —murmuró finalmente asomando la cabeza fuera de la piscina, el hyliano llevaba horas ocupado con su papeleo, pero todo el tiempo no paraba de canturrear y moverse con las muletas que le regalaron las concubinas de Viri. No lo entendía, cuando se ofreció a pedirle a un médico un juego adecuado el hyliano lo rechazó, cuando aquella mujer le presentó dos piezas de madera que claramente eran de baja calidad sus ojos se iluminaron como si hubiera visto la luna.
—Sí. Y seguiré siendo feliz si tú puedes guardar silencio, Rojo.
Sidon entrecerró los ojos mirándolo, Link parecía aún más pequeño cuando se sentaba en el gran escritorio que había sido claramente hecho para el príncipe, sin embargo, parecía perfectamente cómodo con él. El hyliano mencionó indirectamente que, en realidad, prefería tener que estar de pie para hacer su trabajo, porque estar sentado demasiado tiempo no le sentaba muy bien a su pierna, fuera cual fuera el problema, pero al mismo tiempo... Nunca le pareció del todo bien al príncipe.
—Me gustaría al menos saber por qué sigues sonriendo como un idiota, un poco más y empezaré a sospechar que estás estudiando un plan para deshacerte de mí.
—Oh, cariño... —La cola de Sidon se sacudió, si bien en público ese era uno de los apodos que utilizaban, podía sentir el sarcasmo y la total falta de respeto que tenía el hyliano cada vez que lo usaba mientras estaban a solas—. Créeme, si estuviera planeando algo en tu contra... serías el último en notarlo.
Resopló colocando ambos brazos sobre el tablero de su piscina y apoyando la cabeza contra ellos, aunque odiaba admitirlo... en realidad podía creerle al hyliano en eso. Podía ser increíblemente astuto cuando quería y algunos comentarios aquí y allá dejaban bastante claro que sabía usar sus diversas horquillas como arma, esa era una de las razones por las que gastaba tanto en decorarse el pelo cada día, aunque usara esa... peluca-cosa.
—Hagamos de cuenta que te creo, noté que estás menos... vitriólica cada vez que sales-
—Oh, cariño, confía en mí... —La cola de Sidon se crispó una vez más con irritación, esos apelativos cariñosos eran honestamente tan... irritantes. Sabía que Link los usaba sólo para burlarse de él y cada vez crecía en él una poderosa necesidad de no ser el superior y simplemente golpear al hyliano en la frente. —, si estuvieras en mi posición y sólo pudieras beneficiarte de tu compañía también atesorarías cada momento que tienes con los demás. No me gustan los Zora en general, pero... ya sabes, entre Muznu y la corte de Viri me siento un poco más esperanzado aquí.
—Intentar hablar contigo es una experiencia tan agotadora cada vez, que no entiendo por qué sigo fingiendo de vez en cuando que podemos mantener una conversación civilizada.
—Sabes... —Cada vez que Link bajaba su pluma, en lugar de mirar sus documentos, por lo general significaba que estaban teniendo una discusión real y no era sólo Sidon golpeando contra una pared de sarcasmo y veneno—, en realidad me confunde. ¿Por qué lo intentas siquiera?
Oh. Vale, esa no era una pregunta a la que quisiera responder.
—No sé... esto es muy aburrido. Desde que llegaste no puedo hacer nada de lo que me gusta aquí.
Link parpadeó y por un momento pareció procesar la respuesta. Realmente echó un buen vistazo a su alrededor antes de finalmente volver a hablar.
—¿No estaba la habitación básicamente vacía cuando llegué aquí? Quiero decir, literalmente soy el dueño de todos los muebles de este lugar.
Poseer era una gran palabra, apenas estaba usando las cosas del príncipe, pero... Sidon se estaba cansando increíblemente de pelear por la cosa más pequeña.
—Solía tener muchos más invitados, ¿sabes?
Inmediatamente se arrepintió de haberlo dicho tan pronto como terminó la frase, honestamente esperando algún tipo de comentario burlesco a cambio. Link sólo suspiró rodando los ojos como si fuera él quien realmente estuviera cansado de sus interacciones.
—Sabes que puedes fácilmente irte por ahí mientras sigas fingiendo que también me usas como tu concubina, ¿verdad? —Genial, ahora Link iba a creer que el problema principal para él era... estar demasiado caliente, sólo porque el príncipe no pudo encontrar una mejor explicación. Las orejas de Link se movieron cuando volvió a tomar su bolígrafo una vez más.—. Además... escucha, sé que no es de mi incumbencia, pero ¿podrías considerar... darme una lista completa de tus amantes recurrentes? Sólo... para saber si debo tener cuidado con eventuales puñaladas por la espalda.
—Ellos nunca...
—Chico. Sabes que soy un paranoico, sé que eres ingenuo, trabajemos juntos, ¿mh? No necesito toda tu lista, sólo... ¿quizás los que estaban descontentos con todo este asunto de ser tu concubina?
Gruñó antes de desaparecer bajo la superficie por un largo momento, para cuando regresó sobre el agua Link ya suponía que la conversación había terminado y ahora estaba examinando... lo que fuera. Se reunió de vuelta en el palacio que solía ser un archivista de la familia real después de un montón de conversaciones hostiles, pero Sidon no entendía muy bien lo que el otro hacía todo el día.
—... No tengo tantas parejas. Está Redo...
—Tu crush...
—Mi crush. Es irrelevante, ya estoy comprometido con Kada de todos modos. —Link solo asintió escribiendo algunas notas—. Pero él ha estado... de acuerdo con esto. Nosotros. Nuestra alianza. —Inmediatamente levantó los brazos dándose cuenta de que se avecinaba una tormenta en cuanto terminara de hablar, Link bajando el bolígrafo de golpe era una bandera roja importante si le importaba su paz. —. No le dije nada, solo que quería probar cosas nuevas. De todas formas, me apoyó bastante.
Una pequeña pausa antes de encontrar el valor para continuar:
—Luego está Basun. Sí, el capitán de la guardia, no me mires así... es un hombre encantador, ¿sabes?
—No, no lo sé, nunca he intentado salir con un gran pez andante, pero te tomo la palabra.
Casi quiso replicar 'no tienes ni idea de lo que te pierdes', pero se detuvo a tiempo, lo último que quería era darle a Link una impresión equivocada. No es que el hombre fuera a considerarlo como una sugerencia, aun así... ¿en qué demonios estaba pensando?
—Me preocuparía si te gustaran los Zora, teniendo en cuenta que has estado compartiendo tu habitación con uno de los mejores hombres del Dominio. —El bufido divertido que recibió como respuesta fue exactamente lo que esperaba—. De todos modos, Basun también ha sido comprensivo. Los que no estaban a favor de esto eran Jarom-
—Qué decepción, creía que le caía bien porque no paraba de sonreír en mi dirección. —No sonaba para nada desconsolado—. Es bueno saber que es tan descaradamente falso.
—Probablemente está tratando de ser amable contigo, porque técnicamente eres mío-
—Sólo... continúa.
—Bien... y está Olom, probablemente hayas oído hablar de él, es todo un campeón de guerra. —Tristemente no vio a Link tensarse ante eso y sólo continuó hablando con un tono casi soñador—: Es un tiburón tigre, así que en realidad es casi tan grande como yo, lo cual es un cambio agradable. —Tampoco vio la pluma de Link partirse a la mitad entre sus dedos—. Cuando escuchó que iba a tomar una concubina se ofreció como tal, está bastante... enamorado de mí. Lamentablemente no puedo aceptarlo, no contigo aquí, y...
—Oh, no, por favor...—La voz del hyliano era grave y cuando el príncipe se volvió para mirarlo una vez más se sorprendió por la intensidad de su mirada.—, dame la oportunidad de estar a solas con el gran campeón Olom, tengo algunas cosas que contarle.
Sidon tardó un buen momento en darse cuenta de lo diferente que era la reacción de Link a ese nombre, a diferencia de cualquier otro que nombraba, tenía una aversión general por la mayoría de los Zora, pero esta vez lo sentía... personal. Y si delante de los demás el hombre parecía más controlado, y apenas podía leer su estado de ánimo mirándole las orejas y lo tenso que estaba... ahora mismo podía ver su rabia pura y sin filtros.
Le bastaba con mirarlo para saber que el hyliano quería a ese Zora muerto. Y, a pesar de la diferencia de tamaño y la más que evidente desventaja de Link, no sabía si quería apostar por el otro tiburón.
—Vale... yo... claramente me estoy perdiendo algo aquí. No se trata claramente de que sea mi amante, así que... ¿qué pasa?
—No es asunto tuyo.
Hubo una pausa, el príncipe esperó por cualquier otra información o comentario, pero no hubo ninguno. Eso...no era normal. No con Link, siempre anteponía su deber, sin embargo, sólo escuchar ese nombre había sido suficiente para que decidiera que la discusión había terminado.
Y eso no le gustaba.
—Bueno, tenemos que hablar.
—No tenemos.
—Link... —Nombre, apellido, era totalmente irrelevante bajo este contexto—. Te he contado muchas cosas sobre mí, creo que es justo que me expliques por qué sólo oír hablar de él te enfada tanto.
—No es lo mismo.
—Vamos, centenar, si asesinas a mi amante me gustaría al menos saber por qué. —Fue su último comentario mientras tomaba asiento al lado del hyliano, incluso sentado en el suelo podía alcanzar su altura mientras Link se levantaba.
El largo silencio que se formó casi hizo creer a Sidon que no había forma de sacarle más información, hasta que Link finalmente habló sin mirarlo.
—Él es la razón de que mi pierna esté de esta manera.
Los labios del príncipe se separaron en un 'oh' silencioso mientras sus ojos se paseaban por el costado del pequeño mamífero. Sabía que Link tenía que depender de analgésicos para pasar el día e incluso, si era increíblemente terco e independiente a veces, aceptaba que lo llevaran de un lado a otro... ¿y se suponía que eso era culpa de Olom? Pero él siempre fue tan... amable. Tenía que ser un error.
Aun así, verbalizar sus dudas no sería de gran ayuda, el hyliano siempre se apresuraba a levantar muros cada vez que hablaban de él y no podía imaginárselo siendo ni remotamente paciente sobre ese tema, no cuando claramente le dolía tanto.
—¿Podrías... contarme más?
Era tan extraño ver al hombre ser tan... emocional sobre cualquier cosa. Se enfadaba con él fácilmente, claro, pero nunca era... así.
—Yo... él no lo rompió, esa fue la inundación. Estaba en la biblioteca y cuando... el agua cayó del techo y me tiró una estantería encima. Yo... se suponía que debía proteger a la princesa, pero ella... tuvo que salvarme.
Sidon frunció el ceño, eso no sonaba como el trabajo de un archivista. Proteger a un miembro de la realeza era un honor para los rangos más altos del ejército, sin embargo, no podía dudar de él ni por un momento, porque por una vez sonaba tan honesto y su compromiso era tan evidente...
—Ella me mantuvo a flote durante no sé cuánto tiempo, ni siquiera recuerdo adónde nos llevaron las corrientes, y al final tuvimos la suerte de encontrar un gran tronco flotante. Recuerdo el dolor, recuerdo el hambre, recuerdo que nos turnábamos para descansar y a ella empujando durante el amanecer intentando alcanzar Hatelia. Y recuerdo... —sacudió la cabeza, claramente sin ganas de terminar la frase. Sidon siempre consideró la inundación como una molestia menor, al fin y al cabo, para los zora el aire o el agua eran lo mismo, pero por la forma en que Link hablaba de ello estaba claro que aún arrastraba un trauma—. Y entonces vimos a los Zora. Estábamos tan cerca de la tierra, estábamos cerca de los Picos Gemelos, y ellos... no dejaban entrar a la gente a menos que fueran aptos para el combate.
No sabía qué decir, era la primera vez que escuchaba algo así, pero la voz del hyliano empezaba a quebrarse, como si apenas pudiera controlar su rabia y sus ojos llorosos lo suficiente como para que Sidon lo notara incluso si miraba hacia otro lado.
—Sólo dejaban pasar a hombres y mujeres jóvenes si estaban bien. ¿A los ancianos? ¿A los niños? Simplemente... ni siquiera podían... —El príncipe escuchó a Link sollozar después de eso—. Es por eso que decidí que nunca tendré... No puedo imaginar... si yo hubiera sido uno de los padres allí... ellos sólo....
El hyliano presionó su mano abierta contra la mesa, haciendo el movimiento de empujar hacia abajo. Era difícil creer que su pueblo ahogara a civiles, pero Link estaba temblando mientras hablaba, parecía increíblemente vulnerable por primera vez desde que lo conoció. ¿Cómo era posible que la mención de un simple nombre desencadenara semejante reacción en él?
—Así que tuvimos que esperar y esperar y esperar, e intentamos avisar a los demás también y salvar a algunos, pero era tan... teníamos que comer, ya sabes, y sólo había una cosa que podíamos... no podíamos pescar sin herramientas. —Los ojos de Sidon se abrieron de par en par al darse cuenta—. Cuando por fin se fueron, llevábamos días en el agua, escondiéndonos como podíamos e intentando no morir de hipotermia. Gracias a Hylia ocurrió en pleno verano y había árboles cuyas ramas aún sobresalían donde podíamos quedarnos o...
No había necesidad de terminar esa frase, en realidad, mientras que los Zora estaban hechos para nadar en agua fría, los hylianos no tenían tanta suerte.
—Y para cuando conseguiste ayuda médica adecuada tu pierna ya... —Maldición, no conocía ningún término médico apropiado, sabía que los huesos podían calcificarse de la manera equivocada y nunca volver a su forma original, pero...
—Mis huesos se destrozaron cuando me aplastó ese estante, ya... ya es un milagro que no me cortara ninguno de mis vasos sanguíneos principales con una esquirla de hueso, pero... todos esos días que tuve que estar allí y verlo con sus soldados, yo....
La frase murió y con ella la conversación mientras Link bajaba la mirada a su escritorio, limitándose a agitar la mano en un débil intento de terminar con todo. Bueno, si había algo de verdad en eso –y le iba a preguntar a Muzu en cuanto tuviera oportunidad– podría empezar a entender por qué el otro parecía odiar genuinamente a todos los Zora y siempre se aseguraba de recordarle a Sidon que no luchaba por él, sino por su propia gente.
Se quedaron allí parados en silencio, el hyliano ni siquiera fingió que ya podía concentrarse en su trabajo y simplemente siguió limpiando el gran charco de tinta que se derramó cuando rompió su pluma con su vestido blanco. Sidon por su parte simplemente... no sabía que hacer o decir.
Al final sólo palmeó torpemente el hombro del otro, con cuidado de no empujarlo, y trató de pensar en algo serio o bueno para romper el silencio.
—Con eso mi lista de amantes está más o menos completa, así que no sé de qué más podemos hablar, si quieres puedo seguir con mi lista de fetiches. Ya sabes, las submarinas...
Eso no era lo que estaba planeando, pero al menos consiguió un bufido divertido de Link, incluso si todavía estaba ahogado detrás de otros sentimientos menos agradables.
—No, gracias.
—Bueno, entonces, ¿no es hora de que me hagas sentir inferior mientras me muestras uno de tus absolutamente desconcertantes –pero según tú– brillantes planes? Sigo esperando que nos devuelvas más tierras... ¿tienes alguna idea?
Había un brillo en los ojos del hyliano mientras su habitual sonrisa de suficiencia volvía a su rostro.
—De hecho...
· · · ◦ ☽✮☾◦ · · ·
—¡Recuperamos la Aldea Onaona!
El príncipe no pudo evitar bailar en el acto tras regresar por fin a sus aposentos, se las arreglaba para actuar de forma perfecta mientras hubiera gente importante cerca, pero... ¿una vez que Link y él eran los únicos en el lugar? ¿A quién le importaba?
Si el hyliano quería considerarlo un niño, entonces podía, al menos, permitirse actuar como uno una vez cada Luna Carmesí. Hablando de él... ¿por qué no iba a toda velocidad por el pasillo como de costumbre? El príncipe no le oía saltar como una rana para poner distancia entre ellos.
Se giró para mirar a la pequeña calamidad sólo para verle mirar en su dirección con una sonrisa de suficiencia.
—¿Qué?
La sonrisa de Link se hizo más amplia mientras se quitaba su larga y elegante peluca, dejando sobre su cabeza sólo la desordenada mata amarilla a la que Sidon se estaba acostumbrando.
—Te dije que el Monte Rízor y la Meseta de Breman eran los dos lugares perfectos para una maniobra de pinza. Cortarles los suministros y sacar provecho cuando empiecen a huir.
—Bueno, era arriesgado enviar tropas a la costa, tú mismo lo dijiste. De todos modos, deberías darme las gracias por convencer a los ancianos de dejarles la Aldea Onaona-
El hombre se echó a reír, dando por fin un paso al frente con su habitual y sonoro andar.
—Sólo lo conseguiste, porque el Pantano de Fandell son más favorables para un asentamiento Zora que una ciudad construida cerca del agua salada. Y porque somos más eficientes que tu gente pescando en el mar.
—Sólo porque hacen trampas con sus barcos.
—Bueno, discúlpeme, príncipe, por no haber nacido con aletas y branquias.
—¿Qué puedo decir? No todas las especies pueden ser perfectas.
—Al menos yo no huelo a pescado todo el tiempo.
—Bueno, discúlpame, hyliano —musitó en el mismo tono que Link usó un momento antes—, pero no puedo tomarlo como un insulto, ya que el olor a pescado es delicioso. —A diferencia del otro, quizás su experiencia se limitaba a olores que podía sentir en el agua, pero nadar cerca de un gran atún era en general una experiencia que hacía agua la boca.
—No estoy de acuerdo, pero supongo que eso es cuestión de gustos —murmuró encogiéndose de hombros—. Dicho esto...—Sidon se preparó para el eventual insulto que iba a seguir—, en realidad fue agradable verte enfrentar a esas viejas bolsas de basura. Bien hecho, Rojo.
La cola del príncipe se enderezó ante eso, ¿era un cumplido? Sí, sonaba como si Link estuviera elogiando a un niño por aprender a abrocharse las joyas correctamente, pero... eso fue tan inesperado como la oleada de orgullo que le siguió inmediatamente. Después de un momento de silencio, finalmente logró hablar de nuevo, ahora riendo a carcajadas y fingiendo no estar afectado en absoluto.
—Vaya, vaya... ¿le he impresionado, señor "estoy descontento con el mundo"? —El hyliano ni siquiera se molestó en contestar mientras seguía su camino, no es que esperara que lo hiciera—. De todas formas, no te relajes aún, mi perla. —El gruñido ante esas palabras lo hizo sonreír, sabía que Link odiaba que lo llamaran así, ser comparado con una joya tan frágil—, esta noche se espera que asistamos a una celebración como corresponde y espero que hagas lo posible por presentable. La mayoría de la gente ya cree que tengo un gusto terrible por elegirte, no les demos aún más la razón al respecto.
—Claro.... y no puedes, por ejemplo, asistir por tu cuenta. ¿Por una vez? Me gustaría mucho meterme en mi pijama y dormir, llevo una semana trabajando sin parar.
—Me encantaría dejarte fuera, especialmente considerando que habrá alguien cuya presencia definitivamente no... apreciarás. —Link parpadeó confundido y luego hizo una mueca al darse cuenta—. Pero no puedo excusarte, no cuando estamos celebrando... básicamente la recuperación de toda la zona de Necluda Oriental. —Una pausa—. Lo sé, debí haberte advertido, pero, honestamente, escuché que finalmente regresó de su misión hace menos de dos horas.
Los labios del hyliano eran una fina línea pálida mientras mantenía a duras penas la compostura.
—Asistiré. —Una vez más el tono de Link lo hizo temblar como si él fuera la pequeña criatura frente al hyliano, estaba tan lleno de emociones fuertes y negativas—. Si es asesinado, fui yo.
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En general, los banquetes públicos eran molestos tanto para Link como para Sidon; sólo habían asistido a tres juntos hasta el momento, pero siempre se traducía en que el hyliano básicamente se sentaba en su regazo para llegar a la mesa y el Zora estaba extremadamente limitado en sus interacciones con los demás. Sobre todo, porque siempre le habían asignado su propia mesa personal.
Pero al menos se alegraba de poder vigilar al otro, si Sidon aún tenía sus dudas sobre la historia de Link, la forma en que la postura de su cuerpo cambió y se tensó en cuanto vio al otro tiburón era suficientemente reveladora. Demonios, el hombrecillo acabó agarrándose a la banda del príncipe durante un buen rato y luego se centró en ajustarse la chalina. Una y otra vez. Probablemente tratando de escapar de cualquier pensamiento oscuro que estuviera llenando su mente.
—¿Estás bien?
—Lo estaré.
Al menos el paladín no pareció reconocer a su concubina mientras saludaba al príncipe e incluso le ofreció un par de leves insinuaciones, que antes de escuchar la historia del hyliano habrían bastado para hacerle derretirse. En lugar de eso, se excusó y se dirigió a su asiento mientras Olom tomaba asiento en una mesa cercana.
Diablos, ni siquiera su intento de soltar algún chiste para rebajar la tensión con Link funcionó, el hyliano era un peligroso resorte dispuesto a desatar su fuerza, y justo cuando Sidon pensaba que las cosas no podían ir peor... llegó la comida.
Y se dio cuenta de que había olvidado decirles a sus cocineros que a su concubina no le gustaba tanto el queso ni la nata. Literalmente cubrían todo con ella, esta vez las bromas no tan amistosas de Sidon contra su compañero de cuarto no le parecieron graciosas como de costumbre.
—Debería hacerles saber que no te gusta, pero ¿podrías, por favor... aguantarte por esta noche? Sé que eres quisquilloso con la comida, pero...
—Red... no soy quisquillosa con la comida, soy alérgico a la leche y a todo lo que la contenga.
Por supuesto. Sidon quería golpear su frente contra la mesa, pero si Link lograba mantener una pequeña sonrisa en sus labios incluso ahora no podía hacer otra cosa. Eso explicaba por qué Link evitaba cuidadosamente cualquier cosa que entrara en contacto con alguna de las cremas si podía.
—No me va a matar, pero prefiero no enfermar. —Cierto. Diablos, iba a conseguir una porción doble de esa carne que el hyliano parecía amar tanto la próxima vez... ¿no mencionaron los cocineros que era de caballo? Ugh, ¿por qué sentía que le debía algo de todas formas?—. Escucha, está bien, simplemente... sonreiré y sacaré de tu plato en su lugar.
Sidon sólo suspiró, apenas pudiendo disfrutar de la cena mientras sonreía distraídamente al invitado sentado no muy lejos de ellos. Bueno, si Link se conformaba con masticar sus truchas él iba a dejar que pasara de una vez, la gente ya los consideraba íntimos de todos modos....
—Provecho —susurró antes de hacer rodar un pescado en su dirección. De algún modo, Link no parecía muy convencido, se lo llevó a la nariz y olfateó antes de coger otro y hacer lo mismo. Oh, daba igual, el estómago de Sidon seguía vacío y no iba a quedarse sentado toda la noche esperando a que el centenar decidiera, simplemente cogió su tipo favorito de trucha y se lo metió en la boca.
Lo que siguió a continuación ocurrió en lo que pareció un solo segundo: Link saltó literalmente de su posición y, sin previo aviso, echó mano al pez que ya descendía por la garganta del príncipe. En un momento Sidon estaba disfrutando de la maravillosa sensación helada de una trucha gélida acariciándole la lengua y dejando un agradable rastro de frío a su paso, e inmediatamente después toda su boca se llenó del sabor de la sangre de Link.
Los colmillos del zora se cerraron en torno a su hombro, el centenar se aseguró de hacer lo necesario para agarrar a tiempo el sabroso bocado del príncipe y una profunda sensación de pavor comenzó a invadirlo mientras permanecía allí, conteniendo la respiración y sin atreverse siquiera a moverse a pesar de la más que desagradable sensación de tener algo atorado en la garganta.
Al darse cuenta de que Link estaba, aparentemente, tan desesperado por evitar que se comiera la trucha, se puso en pie y apoyó la mayor parte de su peso en la pierna que siempre parecía dolerle tanto.
—Cari...—El hyliano tragó saliva, tanto su pierna mala como su brazo herido temblaban, aunque no soltaba el pescado— Cariño, ¿no decías...? —Una pausa para respirar hondo— ¿Qué eres alérgico a este tipo de pescado? No quieres morir, ¿verdad? —El énfasis en la última frase le hizo estremecerse.
¿Tenía que abrir la boca? ¿Iba Link a desangrarse si lo hacía? Podía darse cuenta que sus afilados dientes estaban cavando profundamente en su carne y- honestamente, no sabía nada de biología hyliana. Lo único que sabía era que si algo iba mal con su trucha y dejaba caer el bocado... no iba a tener forma de escupirlo, no cuando los Zora carecían de cualquier tipo de reflejo nauseoso.
Querida Diosa, sinceramente no sabía qué hacer y podía sentir los ojos de todos sobre ellos.
—Cariño, no pongas esa cara, no es la primera vez que me muerdes y sabes que me gusta —¿Cómo podía sonar tan despreocupado cuando casi le arrancan el brazo a mordiscos? Si Sidon le hubiera dado un mordisco en lugar de cerrar la boca, habría... podría...
Bueno, ahora sólo podía confiar en el hombre, ¿no? Las mandíbulas del príncipe se abrieron lentamente y sintió aún más sangre derramarse tanto dentro de su boca como sobre su persona. ¿Estaba eso... realmente bien para él? ¿Cómo iba a saberlo?
—Oh, querido, he hecho un desastre. Pero, mira, no hay trucha mala para ti... estás a salvo, querido. —Su pierna izquierda literalmente cedió y Link cayó contra él con un silbido ahogado de dolor— ¿Tal vez podrías llevarme de vuelta a nuestra habitación? Probablemente debería curarme antes de esta noche- iría por mi cuenta, pero- oh, deberías llevarte tu comida, así puedes picar algo mientras vamos.
Ni siquiera se detuvo a pensar, Sidon simplemente se levantó, tomó a Link entre sus brazos y ofreció un suspiro exasperado al resto de los presentes.
—Hylianos, son todos tan limitados, pero ¿no es eso parte de su encanto? —dijo ofreciendo una risa nerviosa. Se sintió como en el cielo cuando Muzun le dio la espalda levantándose de su asiento y gruñendo enfadado.
—Qué manera de arruinarnos la cena, ¿cómo es que tu mascota es tan propensa a hacerse daño? Vuelve a tu habitación, niño, yo iré a buscar lo necesario a la enfermería. No puedo creer que la hayas mordido otra vez.
El príncipe cogió algunos de los peces, se despidió alegremente del resto de los invitados prometiendo que volvería lo antes posible y abandonó elegantemente el comedor... sólo para precipitarse por los pasillos mientras casi corría hacia la seguridad de sus aposentos.
—¿Qué demonios, Link? —preguntó finalmente, ni siquiera completamente seguro de que estuvieran solos en los pasillos. Si el otro no estuviera claramente adolorido, él también habría exigido explicaciones apropiadas, ese fue uno de los momentos más embarazosos de su vida y también uno de los más angustiantes con los que tuvo que lidiar.
—Orquídeas de terciopelo rojo.
—¿Perdón?
Por fin en su habitación, corrió sobre sus rechonchas piernas hasta el montón de almohadas que era la cama del hyliano y lo depositó suavemente sobre ella. Había tanta sangre y-
—No me estoy muriendo, sólo... sólo duele. El que se arriesgó a morir fuiste tú...
—Explícate.
—Tú no puedes oler una mierda, pero yo sí. Alguien puso pasta de Orquídeas de Terciopelo Rojo dentro de tu comida, estoy seguro. Habrías caído muerto en cuanto hubiera empezado el proceso de digestión.
—¿Y lo sabes, porque...? —Sólo atinó a preguntar, aún demasiado conmocionado como para vendar correctamente la herida del otro con su propia banda a pesar de sus intentos. ¿Por qué tardaba tanto Muzun? El príncipe ni siquiera podía intentar hacer demasiado, sus garras eran largas y la piel del hyliano tan increíblemente delicada...
Y el shock aún era demasiado para procesar completamente que alguien acabara de intentar asesinarlo. ¿Por qué? ¿Por qué cuando empezaba a parecer un líder competente y por fin empezaba a reclamar algunas de sus tierras? Sí, Link era en teoría quien estaba detrás, pero...
—Bueno, Rojo. —El hyliano empujó suavemente su mano hacia atrás antes de asegurarse de que, en efecto, había agarrado al menos un par de los peces incriminados—. No te voy a mentir, lo he usado antes. —El príncipe cerró los ojos, claro que sí—. Pero eso también nos da un poco de ventaja aquí. Una vez que deje de sangrar... ¿estás listo para hacerte el muerto por un rato?
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