Alrededor de una hora después salió un médico para dar información sobre Mew. Buscaba familiares y la única persona que estaba ahí era Gulf, así que tuvo que hacerse pasar por un primo.

El doctor no se interesó mucho en eso y solamente le informó del estado de Mew diciendo que estaba estable, que le habían curado las heridas y los golpes pero que había una costilla que estaba muy lastimada y tendría que permanecer en reposo por lo menos tres días.

Dijo también que pasaría toda la noche ahí y al día siguiente lo dejarían salir en una silla de ruedas para que no hiciera esfuerzo. Y luego de eso le informó que podría verlo.

Gulf acompañó al doctor hasta llegar a la habitación de Mew. El ojicafe se sentía muy pero muy culpable, sabía que esos golpes que había recibido el azabache se los merecía él y no Mew, él no debería estar en ese estado.

El doctor los dejó solos y le pidió a Gulf que por favor no le hiciera hacer fuerza, ni nada por el estilo. Mew lo miraba con una pequeña sonrisa mientras su abdomen estaba vendado. Y sólo llevaba el bóxer con el que había ido, pero estaba tapado con una sábana.

Gulf se acercó a él, tomando asiento a su lado en una silla que estaba ahí, le sonrió también aunque no estaba nada feliz, bueno, un poco porque después de todo estaba bien, pero no le gustaba verlo ahí, menos si era por su culpa.

— No tienes de que preocuparte, Kana, estoy bien.— murmura el mayor al notar la expresión preocupada del mencionado.

— No deberías estar aquí, lo siento, de verdad.— suspira jugando con sus manos.

— Tú estás bien y eso es lo importante, bonito.— sonríe buscando la mano del otro para entrelazarla con la suya.

Gulf sonríe un poco y corresponde el agarre en silencio.

— Gracias.— murmura después de un rato, aunque sigue sintiéndose culpable.

— No hay nada que agradecer, Kana.— sonríe acariciando el dorso de su mano.

— Hay mucho que agradecer, créeme.— sonríe también acercándose para dejar un corto beso en los labios contrarios.

Después de eso ambos estuvieron siendo muy cariñosos el uno con el otro, Mew le hizo un ladito a Gulf para que se acostara a su lado y estuvieron abrazados charlando hasta que la hora de visita se acabó y el ojicafe debía salir de la habitación, se despidió triste y prometió estar esperándolo afuera para cuando saliera y cuidar de él los tres días que debía estar en reposo.

Y luego de eso, salió de la habitación.

Había entrado triste, sintiéndose culpable y muy afligido y había salido feliz y radiante. Porque ese era el impacto que tenía Mew en su vida.

Mew le daba paz y felicidad.