Luego de un rato Gulf se separa lentamente, cayendo en cuenta que acababa de besar a Mew, y oh mierda, eso no era bueno.

Pide disculpas como diez veces bajándose de su regazo y volviendo a su posición de antes, pero ésta vez con las mejillas sonrojadas y muy, muy nervioso.

Mew suelta una risita para alivianar el ambiente pero Gulf sólo juega con sus manos y no ríe con él.

— Yo... lo siento, tú no tienes que pedir disculpas.— habla el azabache después de unos segundos.— Fui yo quien te besó, no sabía que iba a molestarte, pero lo siento, de verdad.

Mew hace una mueca y desvía la mirada incómodo.

Gulf muerde su labio y suspira mirándolo.

— No me molestó.— responde en un murmuro.

Casi inmediatamente el contrario lo mira y sonríe un poco.

— ¿No? ¿Y por qué reaccionas así?

— Porque tú ya estás con alguien.— susurra casi para si mismo y baja la mirada.— Y yo no quiero ser tu juguete y salir lastimado.— Dice sin más.

Mew se queda en silencio un rato pero repitiendo las palabras en su cabeza e intentando pensar porque decía eso, cuando siempre le hacía ver que era él quien le gustaba.

Y por lo tanto nadie más.

— ¿Por qué dices eso? No estoy con nadie.— se acerca a él y hace que lo mire.— No me gusta nadie más que tú.

Gulf tiembla nervioso ante la cercanía y ante lo que había dicho, fingiendo que no quería comenzar a gritar como loco... porque eso no se lo esperaba.

— El día... el día que nos vimos, tú le dijiste muchos apodos lindos a otra persona.— murmura sin verlo.— Apodos que también me decías a mí. Entonces, ¿Cómo sé que soy "especial" y que no tratas así a todas las personas? ¿Cómo sé que sólo estás interesado en mí y que no es una mentira? ¿Cómo sé que no estás jugando conmigo?— dice y se aleja suspirando.

Mew frunce el ceño y recuerda la llamada con Larissa, entonces todo cobra sentido. Entiende el cambio repentino de Gulf, la forma en la que se había alejado, su "desaparición", entiende todo.

— Mierda, yo... no me di cuenta, Kana, de verdad. Esa persona era mi mejor amiga, nada más que eso, lo prometo.— Ella vive en Estados Unidos, y hace mucho tiempo no la veía. Tuvo un problema con su familia, estaba muy mal y tenía horas intentando hablar conmigo y yo no había contestado. Le hablé con tanto cariño para calmarla, pero no trato así a todas las personas, Gulf. Yo de verdad te quiero, y nunca jugaría contigo, no sé como hacer para que me creas, pero trataré de demostrarlo si me dejas, cariño. Prometo demostrarte cada día que me gustas tú, y sólo tú.

El ojicafe se queda en silencio varios segundos mientras todas las cosas que había dicho Mew se repetían en su cabeza. Se le hacía difícil pensar que alguien de verdad estaba interesado en él y que lo quería. Alguien más que su familia.

Por un momento impulsivo se acerca al azabache y lo rodea con sus brazos, sonriendo en grande.

— Si prometes no lastimarme te permito todo.— murmura en su oído.

— Prometo no lastimarte, bonito.— sonríe besando la comisura de sus labios.— Prometo hacerte muy feliz, tanto como te lo mereces.

— Gracias.— responde con una sonrisa gigante clásica de un tonto enamorado.

— ¿Puedo volver a besarte?— Gulf responde uniendo sus labios con los del otro. Ésta vez en un beso más necesitado.

...

Quizás Gulf estaba confiando ciegamente en una persona que apenas conocía y que, para colmo, había conocido en una red social. Pero cuando estás tan necesitado de cariño y atención, aceptas cualquier cosa. Y te vuelves un poco ciego.