
♡₊˚🌷.୧﹕11
Una semana había pasado desde que Mew y Gulf se habían visto en aquel parque.
Gulf había estado deprimido encerrado en su casa y mirando series mientras ahogaba sus penas en comida.
No había dado señales de vida en sus redes sociales, no había subido más vídeos y ni siquiera había sido capaz de abrir su TikTok. Había ignorado por completo los mensajes de Mew, pero habían pasado dos días desde que dejó de escribirle, quizás se había dado por vencido
Intentaba hacer como que no le importaba pero vamos, ¿Quién va a estar una semana hablando prácticamente solo y enviando mensajes para que nadie le respondiera?
Quizás estaba siendo muy duro y debía al menos darle una explicación. Pero su rabia, frustración y tristeza no le permitían pensar con claridad.
Y tampoco es como que pudiera decirle que estaba celoso y quería una explicación acerca de por qué le había dicho de esa forma a la persona detrás del teléfono.
No era absolutamente nadie para reclamar o pedir explicaciones. Y eso era lo que más dolía.
...
Mew estaba tirado en su cama junto a su mejor amiga que había vuelto de Estados Unidos, ambos mirando el techo, Mew pensando en que estaría pasando con Gulf, si estaría bien, por qué no le respondía los mensajes, por qué su desaparición en las redes tan extraña y si le había pasado algo grave.
Estaba muy preocupado de no recibir respuestas y de que todo había cambiado tan drásticamente desde que se habían encontrado en aquel parque.
Y se sentía tan inútil al no poder hacer nada, nada más que mandar mensajes y desde hace dos días se había rendido. Porque no sabía que más hacer, no sabía donde buscarlo o como llamar su atención.
Larissa, su mejor amiga lo ve tomar su celular por milésima vez desde que estaba ahí y sólo bufa.
— Sólo hazlo, Mew.
El azabache muerde su labio y asiente.
— Una vez más y si no contesta, no lo molestaré más.— murmura para si mismo.
"Kana... sólo quiero que me digas si estás bien y si pasa algo. De verdad estoy muy preocupado por ti, bonito. ¿Podrías responder al menos con un sí? Sólo quiero saber que estas bien, cariño."
Relee el mensaje varias veces y decide enviarlo luego de unos segundos, deja el celular sobre la cama y tapa su rostro con una almohada nervioso y frustrado.
Aunque no pasa mucho tiempo hasta que vuelve a sonar su celular.
No duda ni dos segundos en tomarlo y casi salta de emoción al leer el mensaje. Un mensaje tan simple pero que lo hacía tan feliz.
"No es necesario que te preocupes, Mew. Estoy bien, ten un buen día."
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