La rabia se apodera de Gulf al escuchar el comentario y apodo que había usado sobre él y comienza a patearlo más fuerte.

El otro chico le da una fuerte cachetada y Gulf comienza a llorar mucho más fuerte, pero como puede le da una patada en la entrepierna y el pelinegro cae de rodillas quejándose y maldiciendo.

El que lo sostenía lo aferra contra el gruñendo y diciéndole que se callara o le iría peor. Ya estaban muy cerca del auto donde se lo llevarían, pero Gulf no se daba por vencido.

Seguía dando patadas y codazos hasta que logró darle justo en la entrepierna. Cuando nota que se ha quedado sin fuerza debido al golpe, le da otro y se safa del agarre.

Sale corriendo mientras solloza. Corre muy rápido y con las pocas fuerzas que le quedan.

...

No tarda mucho en llegar, por lo que entra y cierra la puerta detrás de sí mientras se deja caer en el piso y solloza sin más.

Estaba tan jodidamente harto de todo. Harto de que siempre lo vieran como un jodido objeto y que quisiesen hacer de él lo que se les diera la gana.

Estaba harto de no poder vestir como quería, estaba harto de no poder salir con tranquilidad por tantas mierdas que habían en la calle.

Lloraba de frustración y de rabia, lloraba porque se sentía sucio y asqueado, pero no de él, de las personas.

De tantos golpes que la vida le había dado había aprendido a hacer lo que quisiera y saber que nada de lo que pasaba era su culpa. Que nadie tenía derecho de tratarlo por puta sólo por usar faldas.

Pero una vez más estaba llorando desconsoladamente porque se daba cuenta que muy pocas personas pensaban como él y nada cambiaría, nunca.

Por eso había dejado de salir, por eso no le gustaba viajar, por eso no hacía más que grabar videitos de mierda para Tik Tok.

Lo peor era que no podía dejar de llorar, cerraba los ojos y llegaban a su mente imágenes del chico forzándolo para intentar llevarlo con él, luego la cachetada del otro y, su mejilla dolía, su corazón dolía, todo de él dolía, porque estaba tan frustrado y harto.

...

Pasan alrededor de treinta minutos cuando logra calmarse y se levanta del piso caminando hasta el baño para darse una larga ducha.

Llena la bañera y mientras espera revisa su celular, encontrándose con un mensaje de Mew:

En serio lamento haber tenido que irme. Fue un día genial para mí.

Oh, y eres mucho más bonito en persona, cariño. Espero poder verte de nuevo pronto, Kana.

Y es ahí cuando Gulf comienza a llorar de nuevo, ya se sentían tan agrías y tan vacías sus palabras que no quería leer más. No quería caer otra vez en el juego y salir lastimado como ahora.

¿Por qué era tan tonto de pensar que alguien lo quería por simples palabras bonitas?

Era un idiota.

Palabras bonitas las decía cualquiera.