La mujer que vendió su alma.

Dolor.

Eso sentía.

Me acaban de hundir; ¿Qué les hice yo? ¿Por qué condenarme? Esto lo pagarán.

Agarre a mí hijo, luego de que aquellos miserables me culparan de brujería. Agarre el cuchillo más afilado, y se lo clave a mí pequeño; justo en su corazón. Esa era mí ofrenda, hacia él, por él.

Desistí de mí vida, en mí casa se encontraba un árbol. Con la rama colgada hacia abajo, es mí momento.

Pero antes;

"Todo aquél que se atreva a pisar mí casa, solo tragedias ocurrirán... Ya se sabe"

<•>

Escorias del mundo; ¿A caso no entienden? Mi espíritu ya fue consumido, soy un monstruo que no permite que su casa sea profanada. Eso lo mantuve por años, fue mi ultimo suspiro con vida. 

Hasta este día, en el cuál, esa horrible familia se atrevió a pisar mí casa, mí lugar, mí origen, y profanarlo. Pero, no lo iba permitir, todos conocerán mí nombre. 

Días han pasado, he intentado por todos los medios que se vayan de mi hogar, luego un deseo inundo en mi, y esa mujer con millones de debilidades.... Debía pudrir su alma.

Durante días, fui metiéndome en su interior, dejando mi marca, debilitándola, en un momento creí que había echo lo suficiente; pero, esa noche todo cambio.

Esa noche; debía actuar.

Ese día, irrumpieron en mí hogar, dos extraños pero con una aura que detesto tanto. Esa mujer, sabía que podía verme, debía quitarla de mí camino. Escuché lo que ese detestable hombre dijo acerca de mí hogar.

—Es necesario hacer un exorcismo.

Esas repugnantes palabras, solo despertaron la furia de mí alma. No podía esperar, debía terminar todo esto.

00:05.

Luego de que le ordenará a mis fuerzas atacar; esos individuos se fueron, pero yo estaba furiosa. Con gran facilidad, pude adherirme al alma de aquella mujer, e intenté  vender su alma a mí señor. Sujete a las dos detestable niñas y las lleve a mí hogar, una de ella corrió adentro de la casa y a la otra la lleve al sótano en donde intente clavarle una tijera en su corazón.  Quejidos gruñidos salieron de la mujer, con vos grave me gritaba que dejara a su hija en paz. La niña se libero en cuanto escucho a esos sujetos llegar.

—¡Ed! Ya es tarde, debemos hacer el exorcismo, ¡Ahora! —gritaba la mujer, mostrando una cruz en mí dirección.

—¡Ahhhh! —gritaba la mujer, junto a mí voz de fondo.

—De acuerdo, ¡Lo haré! 

Colocaron a la mujer, amarrada a una silla; y una sabana, agonizábamos de dolor mientras que ese detestable hombre murmuraba palabras sin sentido para mi, pero que hacían que mi cuerpo y alma reaccionen de la peor manera

Eleve la silla en donde estaba la mujer y la di vuelta, ella logró recobrar su mente, en un momento de mí debilidad. 

—¡Ayúdenme! Por favor 

—Nadie podrá ayudarte —murmure en su mente, logrando quebrarla nuevamente, el hombre se recupero de los objetos que le había lanzado y comenzó a murmurar nuevamente ese rito que lastimaba mi alma.  

—¡Dinos tu nombre! 

—¡Jamás! —grite a través de la mujer. 

—Yo se como te llamas. Pero quiero que tu me digas. 

De pronto deje que todo se mantuviera quieto y en un momento, levante el rostro de la mujer y con mi voz de fondo, dije: 

—Yo soy Bathsheba, y te condeno a ti y a todas estas personas al infierno.

—No Bathsheba, yo te condeno a ti ¡Y en el nombre de Jesucristo te condeno a ti...! 

No deje que terminara, solté a aquella mujer y me fui a buscar  a la niña, nadie sabía donde estaba pero yo si. Corrí en cuatro patas y me dirigí al escondite y allí estaba, temblando, justo cómo yo la quería. 

—¡No te atrevas Bathsheba! —grito la mujer.

con voz sínica, dije:

—Ya es tarde 

Cuando estaba por matar aquella niña y ofrecerle su alma a mi señor, la mujer en donde estaba me detuvo. 

—¡No te atrevas a dañar a mi hija! 

La mujer con aura espantosa le decía que me venciera y mientras ella adquiría mas poder, yo me debilitaba. Hasta que escuche las palabras que me condenaron al infierno eterno

— Yo te condeno a ti Bathsheba, por el nombre del padre, del hijo y del espíritu santo ¡Al infierno! 

Poco a poco mi alma se evaporo y fui saliendo de aquella mujer que solo logro debilitarme y condenándome al infierno como alguna vez lo hicieron. Lo ultimo que vi, fue un reloj en una esquina, que daban las 03:05. Hora en la que mi alma descansara en el infierno. 

TheAlphaGroup

#bloddynithawards.