[CAPITULO CINCO]
FORKS

La joven Swan se removió en su asiento del lado del copiloto despertando de aquel sueño que había tenido varios kilómetros atrás. Froto uno de sus ojos quitando cualquier rastro de sueño de su sistema.

Su padre le había explicado un poco del porqué su mudanza repentina a Forks, su prima, Bella Swan había tenido un novio el cual rompió su corazón haciendo que su tío Charlie se preocupara por ella debido a como reaccionó.

En un intento desesperado de Charlie pidió ayuda a su único hermano, Eros.

Khaleesi pudo ver el letrero que anunciaba la llegada a Forks por el ventanal del auto.

— Entiendes el porqué nos mudados, ¿cierto?

— Claro que si papá — respondió la menor acomodando la manta que llevaba. — Se que si fuera yo, el tío Charlie hubiera hecho lo mismo por mi.

Eros le dio la mano a su hija dándole un apretón, se tenían el uno al otro y le agradaba saber que su hija creció de la manera que su esposa quería.

El auto se estacionó en una de las pocas casas que estaban en el camino, cerca de la casa de su hermano Charlie.

Estar en Forks no le desagradaba en absoluto a Khalessi la idea de tener a su tío y a su prima más cerca tampoco le iba tan mal, veía cada rincón de la casa nueva y sentía que era una intrusa en la casa de alguien más.

No estaban sus recuerdos, las marcas en la puerta que indicaban como fue creciendo con el pasar de los años, tampoco estaba aquella marca que hizo su padre con un vaso al estrellarlo con la pared o sus fotografías de cuando era niña, ni mucho menos aquel cuadro pintado a mano que un viejo amigo de su padre le obsequió era un retrato de su madre.

— Se que no está lo mismo que Alaska, pero mientras estemos juntos cualquier lugar se sentirá como un hogar.

La joven Swan sonrió para alegrar a su padre. El timbre de la casa sonó anunciando su primera visita en su nuevo hogar.

— Eros

— Charlie, hermano.

Khalessi dejó la pequeña caja que traía en sus manos en el sofá pudiendo ver como su padre y su tío se abrazaban. Charlie no siempre demostraba su afecto a las personas a su alrededor y con Bella los últimos meses tampoco lo había podido demostrar del todo, pero ver a su hermano siempre le alegraría.

— Me alegra tenerte de nuevo en casa, hermano — confesó Charlie a Eros quien le dio un apretón en el hombro. —!Estas más alta, Khalessi.

— Estoy segura que tengo la misma estatura que la última vez que nos vimos, tío Charlie.

Sobrina y tío se dieron un abrazo, la joven no había visto a su tío desde hace dos navidades cuando el hombre fue hasta Alaska para poder pasar aquellas festividades en compañía.

Detrás de Charlie, la castaña de rizos pudo distinguir a su prima quien no traía la mejor cara del mundo, se podía ver unas ojeras en su rostro.

— No nos veíamos desde hace dos años, Khalessi— murmuró Bella a su prima.

— Deberías haber ido más a Alaska.

Las dos se dieron un corto abrazo, Bella no quería mantener el contacto físico mucho tiempo y la chica lo entendía.

— Ness, comienza a subir tus cosas, sacare las cajas del auto.

Tomando nuevamente la caja que traía subió escaleras arriba con Bella detrás de ella. Descubrió cuan era su habitación porque su padre dejó pequeñas notas adhesivas.

— ¿Quieres contarme? — Khalessi intentó entablar una conversación con su prima.

— La verdad es que no — respondió Bella.

Bella se había sentado en la cama mirando por la ventana del cuarto que daba hacía el bosque, aquel mismo bosque donde meses atrás Edward la había dejado.

Khalessi comenzó a sacar varias cosas de la caja, como sus fotografías con su padre y una que tenía de su madre, algunos de sus accesorios más valiosos.

— ¿Cuál era su nombre? — preguntó la menor mientras buscaba en la caja.

En el fondo encontró una fotografía con Edward, moría de contarle a su prima sobre el chico que conoció y del cual se había enamorado.

Mentalmente Bella se debatió entre responder o seguir sin decir una palabra, pero su prima no conoció a su ex pareja, no tendría que darle los detalles de todo que ocurrió.

— Edward Cullen — respondió Bella.

Al escuchar a su prima, Khalessi guardó la fotografía con Edward hasta el fondo de la caja esperando que su prima no la viera, sintiendo el latido de su corazón aumentar y sus manos sudar.

¿Existirían dos Edward Cullen en el mundo?

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Durante la cena Khalessi se había mantenido escuchando a su tío Charlie hablar sobre viejas aventuras que tuvo junto a su padre.

— Recuerdas esa vez que fuimos de excursión y terminamos atrapados en medio de una red — Eros se reía al hablar. — No puedo creer que caímos tan mal cuando nos sacamos la red.

— Pero no fue una mala excursión— habló Charlie con una sonrisa. — Allí fue cuando conociste a Winona.

Khalessi tuvo que tragar su bocado al escuchar el nombre de su madre.

— ¡¿Allí fue donde conociste a mamá?! — preguntó prácticamente gritando.

Eros se rio un poco al ver la emoción en el rostro de su hija.

— ¿Quién crees que era dueño de esa trampa, cariño? — contestó Eros con otra pregunta.

— Tú madre tenía esa alma aventurera — intervino Charlie con la sonrisa plasmada en su rostro. — Un alma libre que pudo domar al cabeza dura de tu padre, Khalessi y mi amiga.

Khalessi no volvió ha hablar escuchando atentamente las memorias que su tío y su padre le contaban de su progenitora.

— Vaya la hora que es — Charlie miró el reloj en su muñeca. — Será mejor que nos vayamos, mañana tienen clase ¿Khalessi, quieres que Bella te lleve?

Khaleesi estaba por responder, pero su padre se adelantó.

— Descuida hermano, la llévate yo.

Eros acompaño a su hermano y sobrina hasta la puerta despidiéndose de ambos, al cerrar la puerta miró a su hija.

— ¿Qué película veremos hoy?

— ¡Harry Potter! — exclamó Khalessi corriendo por su computadora para poner la película.