No entendemos el valor de los momentos hasta que ya se han perdido en el limbo.
No apreciamos a los seres queridos -al menos no lo suficiente- hasta que ya los hemos perdido.
No abrazamos la intensidad de la vida hasta que los momentos ya han pasado.
No disfrutamos de lo realmente importante hasta que el tiempo se nos acabe.

Por ello, dedico este libro a:
La persona que se convirtió en la primera lectora fiel del mismo. Recurrente con cada nuevo microrrelato y votando cada vez que puede; o quiere; o siente la necesidad de hacerlo.
La persona que busca la alegría en la desgracia.
La persona que, en su particular locura, intenta dar lo mejor de si misma (eso tampoco quiere decir que siempre lo esté logrando; pero a veces, la intención es lo que cuenta):
A mi madre. 💓

También me gustaría dedicarlo a todos vosotros que habéis decidido leerme por primera vez y sobre todo, a los que volvéis a por más -sea a través de wattpad, mis blogs o mis redes sociales. 🤗

¡Gracias!