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04 - Mi legado


Feiro fue, desde muy pequeño, un ser humano ambicioso. Creció con sus padres en el sector Linna, en condiciones económica buenas, se codeaban con la alta sociedad. Su familia fue cercana a la capitana y gracias a ella lo recibieron en la academia. Siempre elitista se entrenó entre los grandes, pero su batalla favorita es el dominar la mente de las personas débiles. Una de las razones por las que decidió unirse al sector político de ciudad Ritma fue la admiración que sus padres sentían por los Primeros, los idolatraban; entonces se interesó por el método en que todo el orden funciona.

Cuando tuvo la oportunidad compitió para ser elegido como escolta. Su anhelo era entrar al sector Krisal y ser partícipe de las creaciones de dicha capitana, pues siempre estaba pegada a los Primeros, su mano derecha y portavoz entre sus colegas. Sin embargo, gracias a su rostro varonil y rasgos gallardos, tuvo la desdicha de ser elegido por Nitel. La niña que fue puesta al frente de un sector lo humillaba en cada oportunidad, pese a las quejas del guardia no hubo manera de ser movido de puesto. La vio crecer, entre berrinches convirtiéndose en adolescente y entonces a ayudarle en sus prácticas ilícitas.

Conoció a todas las capitanas, una por una las estudió. Y descubrió todas las opciones que tiene el poder. Los Primeros vivían de lo mejor, las capitanas mantenían sus hobbies muy ocultos mientras que el pueblo se mantenía en armonía gracias a las reglas que se inventaron. Ninguno debía preocuparse por un oficio porque el sistema le decía cuál sería, la tecnología los había convertido en marionetas, los empresarios inventaron la manera de que el pueblo necesitara sus inventos.

Descubrió que muy poca gente tenía anhelos, y los pocos que soñaban eran infelices. Se preguntó cómo fue la vida en la Tierra. Empezó a imaginar un mundo de gente capaz hacer lo mismo, se vio como un ser humano autónomo, eligiendo su profesión y entonces supo que si ese fuera el caso, Feiro sería quien estaría al mando de la sociedad. Crearía nuevas reglas, no encarcelaría a nadie, quitaría los sectores y habría sólo una manera de gobernar, él podría ser la autoridad.

Pero aquello eran sólo ilusiones. No tenía el coraje de enfrentar el sistema.

Sus padres murieron el mismo día, como si ese lazo que los unía se hubiera roto y entonces uno no podría vivir sin el otro. Ese mismo día, tomó la decisión de hacer lo que deseara sin enaltecer a nadie porque su padre jamás estrechó la mano de alguno de los cinco, murió sin hacer lo que más anhelaba.

Gracias a los encargos de Nitel recorrió toda la ciudad, cada rincón de Ritma, y descubrió maneras de hacerse de dinero fácil, pero se dio cuenta de que ni todo el dinero podría llenar su corazón, el esplendor de la ciudad tenía que ser suyo, de nadie más.

Construyó diferentes refugios con la intención de tener un poco de tranquilidad y como siempre, cuando terminó, no le fue suficiente. Los lugares eran demasiado grandes para él, quería rodearse de gente que tuviera su visión, pero las personas pertenecientes a los sectores eran fieles creyentes del sistema, no tenían porque pensar si alguien más lo hacía por ellos. No había contaminación, había comida, se mantenían ocupados.

Un día en que visitaba el sector Jaime, se encontró con un niño que magistralmente le robó la cartera. Lo siguió hasta llegar a las fábricas y vio reencontrarse con su familia. Sabía sobre gente que no estaba registradas en el sistema, pero nunca los habia visto. Visitó el lugar sin el uniforme de guardia y los conoció de cerca. Sentía repugnancia por ellos, pero representaban una distracción, les dio alimento, dinero y ropa. Se ganó su confianza y ellos le mostraron a un grupo de personas iguales. Él no se sorprendió, esa era la gratitud. Sin embargo, una vez cumplido con sus deseos, denunció el hallazgo con la capitana Jaime y ella tomó acciones. Feiro, él mismo, vestido de guardia asesinó al niño quien suplicó por su vida.

Ese recuerdo lo llevó a pensar en que necesitaba más personas que lo idolatraran, compró favores y las personas de los bajos barrios hacían lo que él pedía, pronto sus refugios se llenaron de delincuentes sin ley. A Feiro le divertía verlos retarse, gritar, pelear porque los más fuertes acaparaban la poca comida que les daba. Ese hombre se convirtió en su salvador y lo seguirían hasta donde él quisiera.

Pero su vida cambió una mañana en que rondando por el sector Nitel, Ángela apareció bañada en sangre y en estado de shock.

Pensó en que era una delincuente que escapó del Sótano, y nunca se enteró de su origen pues su abuelo ocultó su información y empezó su búsqueda en privado. Feiro decidió que la manipularía. Lo que no imaginó es que Ángela era letal. Pero lo más importante es que en ella encontró la esperanza por un mundo diferente. La chica no hablaba, y cada que podía se alejaba de las personas. En los refugios de Feiro se aburría por lo que provocaba peleas, su destreza y ataque la hicieron respetar. El hombre le dio el amor que su familia le negó, confió en Ángela, le dio la libertad que su origen le negó y a cambio ella le juró lealtad.

Ella odiaba a los Primeros, él deseaba ser un Dios. La crió como su hija porque era mejor tenerla de aliada, más sus sentimientos se volvieron reales, la llegó a necesitar.

Ahora, sentado en una silla importante, se siente vacío, no hay sentimiento más agobiante que el anhelo, y él necesitaba a Ángela a su lado para disfrutar de su triunfo, pero no se detendría en conquistar la ciudad.

—Hemos revisado los rastreadores y no aparece —informó Luis.

—Volverá —dijo Feiro—. En tanto irás al sector Jaime y te reuniras con una mujer llamada Sandra, ella te entregará un dispositivo que deberás conectar al tablero de la torre del sector.

—Entiendo, iremos por la conquista de ese sector.

Feiro sonrió.

—No, eso pensarán, pero nuestro objetivo es otro. Mirlo piensa que solo pueden morir los expulsados, pero yo decido si mueren también los de adentro, veamos qué hacen los Primeros cuando entremos a su fortaleza.



Marina llevó a Rafael a los límites del domo, necesitaba hablar con Sirel para saber una manera de entrar al sector Krisal. Se sentía responsable de que hayan capturado a Geral y necesitaba arreglar las cosas lo más pronto posible.

—¿Por qué lo hiciste? —Preguntó Rafael.

—¿Por qué no? —Marina lo miró fijamente, intentando descifrar en aquellos ojos esmeralda si él realmente era leal a los Primeros—. Solo me aburrí.

—¿Te aburriste de ser una capitana? Qué mentira más ridícula.

Ambos se acercaban al límite del domo, en donde Sirel siempre descansaba. Ella pensó en que la posibilidad de encontrarlo ahí era baja, además nunca supo si ese anciano trabajaba para Feiro.

—Odio este lío —Marina sentía lo mismo, pero no había confianza entre ellos para contarle sus verdaderos pensamientos—. Conocí personalmente a Feiro, él nos entrenó, hicimos buena relación, no imaginé que quisiera destruir nuestra ciudad. ¿Qué pretende? No se da cuenta de que hay equilibrio con las reglas que existen.

—Hablas mucho Rafael.

El hombre se avergonzó, pensó erróneamente que su relación sería la misma de hace años. Todos los guardias y escoltas reconocidos conocían a las capitanas, él se sentó en la misma mesa a comer y dialogar con ellas, pero Marina ya no se presta a la misma confidencialidad.

—Se dice que escapaste con un muchacho inmaduro, que al final te entregó al Sótano por la lealtad a Feiro. También que tú mataste a Nitel.

La mujer no se inmutó. Después de todo era verdad.

—Ese muchacho inmaduro asesinó a Jaime, si yo fuera tú, cuidaría mejor mi retaguardia.

—Crees que un traidor como ese me daría batalla, por favor Jaime...

—Mi nombre es Marina, y que esta sea la última vez que me llamas Jaime. Ahora, necesito que guardes silencio. Has venido conmigo, pero tú y yo no somos amigos. Estamos juntos porque ellos no confían en mí y tú deberías hacer lo mismo porque voy a ayudarlos con el único objetivo de que no me maten. Rafael, sabes mejor que nadie que los Primeros no perdonan una traición, así que sigo viva gracias a que soy útil para su propósito, y cuando esto se acabe van a matarme y yo me defenderé. ¿Estamos claros?

—Significa que yo tengo un rango más alto que tú ¡Ma-ri-na! No me amenaces, no te conviene.

La mujer respiró para contener la incomodidad.

—Y pensar que frente a Triscal eres un guardia muy bien portado.

Rafael estaba por repeler, pero a corta distancia observó a una joven parada mirando el exterior, inmóvil y vestida con ropa blanca con decoraciones azul celeste. Marina inmediatamente reconoció la prenda, era idéntica a la que encontró cuando despertó en la casa de Geral y usó por varios días. La mujer alargó la mano sin percatarse del límite.

—¡Espera! —Gritó Marina—. Está electrificado y te dará una descarga.

Sin embargo, ella parecía desearlo. Caminó unos pasos lentos con la intención de tocar el domo con su cuerpo. Marina corrió en su dirección para evitarlo, logró abrazarla y derribarla, sintió su cuerpo ligero y sus costillas, temió lastimarla. Notó el profundo vacío en su mirada, su rostro demacrado y pálido le indicó la falta de buena alimentación, pero supo inmediatamente que esa mujer no podía ser de la ciudad pues la cicatriz que comienza desde la mitad de su frente desciende por la raíz de su nariz, atravesaba su mejilla izquierda por la mitad y se pierde por su cuello era una marca demasiado cruel para un habitante de Ritma.

—Identificate —ordenó Rafael apuntando con su arma.

Marina ayudó a la desconocida a ponerse de pie, quien miraba con apatía el arma del hombre, como si aquello fuera un mal chiste de la vida. Parecía que en cualquier momento se desmayaría.

—Vamos Rafael, estamos en el límite, puede ser cualquiera.

—O puede ser un aliado de Feiro.

—No lo es, yo vi a todos y ella no figuraba entre sus allegados, además te aseguro que una chica con su apariencia no le serviría.

Spíti los miró con desprecio. Los odiaba, por el simple hecho de pertenecer a ciudad Ritma.

El tintineo de una campana los distrajo, era el andar de Sirel quien escuchó la conversación de ambos.

—Tania —llamó fingiendo no darse cuenta de que había personas—, hija ¿dónde te metiste?

Marina supo que aquello era una mentira, pero no la desmintió.

—Creo que te buscan —le susurró a la joven— deberías ir con él.

Spíti no se movió ni un centímetro. Sirel se acercó a ellas y se colocó a un lado de la chica. Reconoció la voz de Marina, pero con la misma complicidad fingió no saber quién era.

—Recibí información de que aquí podría encontrar a un anciano que fue el ingeniero de Krisal —Marina sabía que él entendería sin hacer preguntas—. Necesitamos verlo.

—¿Quién eres?

—Nosotros hacemos las preguntas, viejo —Intervino Rafael—, son órdenes de Triscal y será mejor que cooperes —y lo apuntó con el arma.

Marina suspiró por la torpeza del hombre.

—Disculpe señor, mi compañero parece que no se da cuenta de que es usted ciego —dijo mirando con recelo a Rafael, y señalando los ojos de Sirel en donde sus córneas completamente nubladas delataban su ceguera—. Pedimos su ayuda, debe saber que la situación se complica cada vez más, nuestra capitana Krisal está desaparecida, han atacado el sector Amec, y pedimos la cooperación de los ciudadanos para que esto termine lo más pronto posible.

Sirel entendía las palabras de Marina, además él estaba bien informado de los acontecimientos que estaba en el lugar porque era el único que ella conocía para encontrarlo, nunca le contó la verdad sobre para quién trabaja.

—Hay en el sector Jaime un túnel que conecta el Sótano y el laboratorio de Krisal, se construyó por órdenes de la capitana, parece que ella deseaba tener control de la cárcel, pese a que la encargada fue Jaime. Podrán ver el acceso a través de la encriptación de los planos originales, para ello solo necesitan el acceso de la capitana Krisal, y no puedo ayudarlos más. Tania necesita descansar.

Marina agradeció y empujó a Rafael a seguir caminando, poco le importaba quién era realmente la chica, después de todo, eso es lo que Sirel hace, rescata personas, eso mismo hizo con ella.



No se sentía aún seguro, pero necesitaba hablar con la capitana. Respiró profundo, intentó quitarse la cara de angustia y se postró frente a ella.

—Ya fue mucho tiempo, ahora, si quieres seguir viva me dirás dónde está mi hermano.

La capitana lo miró con burla. Ella mejor que nadie conocía la corrupción de la gente. Y a él le veía mucho potencial para manipularlo y usarlo para su causa.

—¿Sabes que nos hace diferentes?

—No intentes jugar conmigo, si no respondes te mataré.

—Es el poder, siendo capitana yo tenía poder, la Junta tiene poder. Óscar no lo tenía, pero lo quería. Iván, eres inteligente, pero te falta astucia —Iván apuntó la cabeza de Krisal, tenía las pupilas dilatadas y no estaba dispuesto a esperar más—. Tu hermano está vivo —ella no estaba segura de si dispararía, él está demasiado nervioso—. No sé exactamente en dónde está, sé que pretende regresar.

—No lo entiendo. ¿Cómo pudo sobrevivir?

—Yo tampoco, todos mis experimentos resultaron negativos, pero él está vivo fuera del domo, esto es un gran hallazgo. Necesitamos ayudarlo a regresar, Iván.

—Necesito pruebas de que lo que dices es verdad.

—Entonces consigue un comunicador y escucharás su voz. 



¡Cuarto capítulo! Espero que les haya gustado. ¿Marina y Spíti volverán a encontrarse? ¿Feiro tendrá éxito en sus planes? Solo queda esperar hasta el próximo capítulo.

Se despiden, seulRN Dulce-Miyuki

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