Capítulo 7
-Esto es una mala idea, una muy mala idea pero como soy un adolescente que no piensa en los riesgos de la vida etsoy feliz por participar.- Murmura Lukas a mi lado, Julian y yo nos vemos y rodamos los ojos.
-íbamos a dejarte pero bueno, sabes demasiado.- Le contesta Julian en broma.
-Sí claro.
Es media noche, no hay nadie aquí en el salón de entrenamientos, ni un alma o susurro fantasmal. Estamos solos.
Luego de ver a Caín, fingí estar de acuerdo con el tiempo que me pidió pero vamos, no podía aceptar quedarme de brazos cruzados por tres semanas más.
Mentiría si dijera que hago esto por cumplir mi venganza con los Primeros, lo hago por si hay una posibilidad de encontrar a Sam, si fuera por mi venganza entonces hubiera esperado.
EL amor te hace hacer cosas inesperadas, nubla tu juicio y tu razón, te hace hacer cosas peligrosas, cosas que podrían incluso acabar con tu vida.
Pero preferiría morir por amor que morir no sintiendo nada.
¿De qué color es la vida si no sientes nada? Es gris.
¿Si reprimes tus sentimientos y finges no sentir nada entonces que sientes por dentro? Un vacío puro.
Así que el amor no es del todo malo y peligroso, es complicado, es doloroso pero al final de cuentas trae vida con él.
No me lo tengo que pensar dos veces, si tuviera que dar mi vida por Sam, la daría porque vale la pena, porque sé que él haría lo mismo.
Recuerdo cuando Sam me dijo que si un día tenía que elegir entre su vida y la mía, no dudaría en escogerse a sí mismo, tiempo después incumplió su promesa salvándome de un Caníbal y saltando al agua fría y oscura por mi, no pensó en él o el peligro en que se metía, pensar en eso hace que mis ojos se empañen, recordar cuando esa misma noche nos abrazamos para que entrara en calor y cuanto lo disfruté a pesar de que no quería admitirlo.
Lo quiero de vuelta, a él, su roce, sus labios, sus ojos, todo él o sino, el mundo va a arder, arderá de verdad y el cielo se teñirá de rojo.
Julian tiene un plan y lo seguiremos, sólo nosotros tres en medio de la noche.
-Ya saben, arriba de los edificios, nada de andar por las calles.- Nos advierte él.- Si tenemos suerte encontraremos uno de sus camiones y lo seguiremos.
-¿Pero y si es muy largo? No me digas que nos regresaremos con las manos vacías...- Replica Lukas.
-No sabemos lo que encontraremos ahí.- Le digo yo.- Veremos más adelante hasta donde podemos llegar, espero que hasta el final peros sino... tendremos que regresar por más armas y comida por si el recorrido es de días.
-¿Cómo pasaremos a los guardias de la entrada?- Pregunta Lukas.
-Déjenmelo a mi.- Le digo con un guiño.
Luego de ponerme mi traje de combate y los chicos ya llevan sus armas a mano, salimos de la sala de entrenamientos con las miradas al frente y sin mostrar debilidad, no nos encontramos con nadie en los pasillos porque la mayoría está durmiendo, pero al llegar a la entrada, dos guardias están sentados jugando naipes frente a la puerta de salida.
Cuando nos ven se enderezan y sus ojos viajan a mi.
-¿Necesitan algo?- Nos pregunta uno de ellos con respeto.
-Sí, necesitamos salir, Caín quiere que Lukas se entre fuera para probar sus habilidades, Julian y yo nos ofrecimos a guiarlo, estaremos en un grupo de vigilancia ¿Hay algún problema con eso?
-Ah... no.. no, no te preocupes.- Me dice el otro. Si algo tengo en claro es que la gente de aquí me respeta, y saben que Lukas es el favorito de Caín, algo así como su hermano y sé que no dudarán de nuestra palabra. Así mismo lo confirmo cuando sin problema nos abren la puerta y salimos.
Las sombras se hacen tenebrosas en las paredes destruidas del centro comercial gracias a la luz de la luna que se filtra por los agujeros enormes donde puedo ver la primera planta del centro comercial, la segunda era donde nos encontrábamos, era subterránea, por eso fue tan fácil que el búnker quedara al descubierto con lo que había pasado aquí.
-Siempre es tan espeluznante como la primera vez.- Dice Lukas refiriéndose a la imagen a nuestro alrededor.- Ya ni siquiera sé por qué me asusta, hemos visto cosas peores, yo he visto cosas peores.
Parece enojado con su comentario, puedo ver su ceño fruncido incluso en la media oscuridad, yo le toco el hombro.
-A todos nos causa un gran impacto ver en lo que el mundo se ha convertido. Vamos.
Subimos por las escaleras eléctricas viendo por dónde pisar ya que además de viejas están resquebrajadas, un paso en falso y se pueden partir.
Yo voy de último, sintiendo un escalofriante hielo que se impregna en mi piel, veo repentinas veces hacia atrás ya que la sensación de ser observada me invade, lo que no es bueno, nunca es bueno. Al llegar a la segunda planta todo es igual de oscuro, igual de roto, nuestras pisadas incluso hacen eco y los vidrios que pisamos crujen bajo nuestras botas, a los tres nos asusta un perro que nos encontramos al doblar una esquina, nos hace brincar y sacar nuestras armas, el pobre perro viejo y desnutrido no levanta ni la cabeza cuando nos ve y tampoco lo hace cuando nos ponemos en posición de ataque, es como si ya no le importara morir. Lo dejamos atrás.
Salimos a la noche, hay un único ruido y es la que hace un señor al empujar un carrito de compras, si en el pasado lo hubiera visto por las calles, juraría que es un vagabundo pero ahora no distingo, quizá porque ahora todos somos vagabundos, sin hogar, sin alimentos y desamparados, el hombre va más de prisa cuando nos ve y finge que no lo hace.
Más allá en la calle está un grupo de personas, están reunidas cerca de un edificio y no notan nuestra presencia.
-Si esa gente no está escondida significa que no hay soldados cerca.- Murmura Julian mientras se coloca su capucha para cubrirse lo más que puede el rostro y Lukas lo imita, yo no, mi traje no incluye una.
-Entonces tenemos que alejarnos más de lo pensado.- Comento yo.- Sabremos que están cerca cuando el ambiente se vuelva pesado y la gente corra a esconderse, ah y también por el sonido del motor.
Recorremos las calles, con cada minuto, con cada paso, nos alejamos más del búnker, sería mentira decir que sabemos hacia donde vamos, no tenemos destino, sólo caminaremos hasta dar con ellos hasta que el sol despierte y nos ilumine.
Entre sumida en mis pensamientos y alerta por los peligros de la vida no dejo de pensar en que hay un porcentaje mínimo de que encuentre a Sam, al menos esta noche, pero nada ni nadie puede quitarme este vacío en mi interior, esa necesidad de volver a verlo, de volver a tocarlo o besarlo.
No es suficiente con la apenas conexión que tenemos, sus latidos son casi inaudibles, a veces me asusto porque pienso que su corazón ya no late. Es agonizante, como si una parte de mi faltara, ya no siento lo que él siente, me siento sola, incluso en mi mente.
Y ahí está otra vez, esa punzada en el pecho al recordarlo, esas náuseas al saber que en el siguiente segundo seguiré sin estar con él, que en el siguiente minuto seguiré vacía, necesitada de su presencia. Agonizante, sí, esa es la palabra.
En lo único que puedo pensar es que no le dije que lo amaba lo suficiente, que no lo besé tanto como quise, que no hemos hecho el amor en una habitación decente o que al terminar nos hemos quedado abrazados hasta dormir, no, no hemos tenido tiempo suficiente, necesito más, más de él.
Pasan dos horas, lo único que me reconforta es que ya no hay gente en las calles pero sé que no se debe mucho a los soldados sino a la hora, es de madrugada, casi nadie está despierto, los pocos seguro están de guardia o incapaces de pegar un ojo por el miedo de morir mientras duermen o ser capturados, eso también los (Nos) aterra.
Le tiendo a Lukas mi cantimplora, bebe y luego se la ofrezco a Julian pero la rechaza.
-Así que...¿Cómo es que nacieron?¿Si fueron los Primeros cómo fue que los concibieron?- Le pregunta Lukas a Julian, yo casi escupo el agua. Es una pregunta que todos nos hacemos pero que ninguno de nosotros habíamos planteado en voz alta por respeto, los miro a ambos,esperando furia de parte de Julian pero al verlo parece pacífico.
Julian se aclara la garganta, lo hace de manera dramática como si estuviera a punto de contarnos un cuento para dormir, me mira de reojo y sonríe levemente.
-Supongo que no han escuchado de la leyenda.
-Nop ¿Qué leyenda?- Pregunta Lukas, yo dejo que él haga las preguntas, igualmente las hará si se lo impido.
-La leyenda de nuestra creación, bueno, si no la han escuchado es tiempo de que lo hagan.
Todo empezó con el sol y la luna. En la creación, cuando los planetas fueron creados y las estrellas y nebulosas, nació la dama del sol, ella era luz y pureza, fuego y vida y a su vez, nació el caballero sol, él era oscuridad, fuerza, hielo y hierro, ambos se enamoraron, aunque opuestos, iguales en una cosa, ambos amaban con pasión. Con el pasar del tiempo, su amor fue creciendo como la población en la tierra y como su amor crecía, más su tristeza, su amor era imposible, era complicado, sin embargo ni la distancia ni el tiempo logró separarlos entonces sucedió, el primer eclipse solar, ahí, donde tanto la luna como el sol pudieron tocarse por primera vez, se unieron y mezclaron la oscuridad con la luz y ambos lloraron, lloraron por ellos, por su amor y por el fruto de lo prohibido, cada uno lloró y las lágrimas lograron traspasar las leyes e la gravedad y de una forma u otra, lograron traspasar la tierra, las lágrimas tocaron suelo y entonces se convirtieron en cuerpos, cuatro lágrimas, cuatro cuerpos, entonces nacieron los Primeros, los primeros frutos del amor entre la luna y el sol.
Me quedo en silencio caminando al lado de ambos, miro hacia el cielo, hacia la luna llena con el ceño fruncido.- Eso... eso no es real, es sólo una leyenda.- Murmuro yo.- Es imposible. ¿Cómo el sol va a ser una chica y la luna un chico?¿Cómo podrían enamorarse y llorar? No tiene sentido.
Lukas permanece callado, pensativo mientras que Julian suelta una risita.- Abigail Williams¿Cómo podrías tú, un Origen, un ser capaz de producir fuego decir que algo es imposible? Se supone que tú eras imposible, que no existías, que los únicos en habitar la tierra son los humanos, pero los tres aquí tenemos claro que no es verdad, así que no, no es imposible.
-¿Me estás tomando el pelo? - Me río.- El sol es una estrella y la luna un satélite, no son personas como nosotros.
- Al igual que nosotros parecemos sólo humanos, no te dejes creer por lo que veas.
-Oh por Dios... es... es tan poético.- Murmura Lukas con los ojos abiertos, en sus lentes se refleja el brillo de la luna.
-Sin embargo no nos has dicho cómo fueron tus inicios¿Los recuerdas?- Dejo atrás esa tonta leyenda. Puedo creer en los demonios, en las sombras que te persiguen, fantasmas, mutantes (Porque soy una, dah) y muchas cosas más, pero en esa leyenda simplemente no, ¿Cómo unas lágrimas podrían traspasar las capas de la tierra, desafiar la gravedad?
-Nosotros no fuimos bebés como ustedes al nacer, maduramos casi de inmediato pero nos mantuvimos en una edad fija, como inmortales, bueno, eso hasta que...
-Hasta que la población de Orígenes pasó del límite.- Completo por él.
-Exacto.
-Una pregunta...- Dice Lukas dudoso.-¿Cómo es que se reprodujeron?
-Bueno...¿Cuántos años tienes?- Le pregunta sarcástico, Lukas rueda los ojos.
-No lo suficiente pero puedo guardar secretos.
-Yo sí puedo escuchar, tengo la edad correcta.- Le guiño a Julian.
-Bueno, seguro piensan que fue... bueno, ustedes le dicen incesto pero no fue así, como nuestro gen era tan fuerte, cuando tomamos a humanos como nuestros amantes, la sangre de los bebés era prácticamente pura así que no hubo porblemas para que nuestros dones se les transmitiera a los niños.
-Debió ser difícil para las humanas en esa época el entender lo que pasaba.
-No tenían por qué, las asesinamos en cuanto dieron a luz.- Me quedo mirándolo boquiabierta.
-Eso es sádico.- Murmuro con disgusto.
-Sí bueno, al principio yo era como ellos, las mismas ideas, los mismos pasos, hasta que se dio la disputa con los hechiceros y mis hermanos hicieron que los humanos quemaran a las brujas.
-¿Te refieres a las brujas de Salem?- Lukas está realmente sorprendido con la noticia pero eso yo ya lo sabía.
-Sí, eso fue demasiado, supe que por ese golpe, los hechiceros golpearían incluso más fuerte, logré salvar a algunos brujos pero no todos, mis hermanos nunca se dieron cuenta, luego los hechiceros crearon a los Medio Orígenes y bueno, ya saben la historia.
-Debe ser horrible vivir por tanto tiempo.- Le digo yo.- Ver morir a las personas cercanas a ti, a las personas que has amado... no me gustaría una vida así.
-Por suerte para mi, es mi última vida, no más cuerpos poseídos, no más años infinitos, quiero conseguir la paz.
Le miro de reojo y me pregunto si él es realmente quien dice ser, si cuando llegue el momento nos dejará asesinar a su familia, si cuando estemos los bandos frente a frente él levantará su arma hacia ellos o... hacia nosotros.
Escucho el sonido de algo pisando agua, cuando miro hacia la calle veo que hay agujeros no tan profundos y que por la lluvia han quedado charcos pero cuando me fijo bien, me doy cuenta de que ninguno de nosotros hemos pisado uno, mi mano toma el mango de la daga y me giro, o al menos lo intento porque la voz de Julian me detiene de voltear hacia atrás.
-Ya vienen.
Y entonces también lo escucho, el sonido de un motor.-¡Ahora!- Nos dice a Lukas y a mi.
Señala el edificio a nuestra derecha donde hay una escalera de incendios.- Tengan cuidado, está oxidada.
Con cuidado pero con rapidez logramos subir al edificio, medio en cuclillas y medio de pie nos inclinamos para verlo acercarse. El camión militar hace mucho ruido pero ni los Caníbales más hambrientos se acercan. La tensión puede olerse desde aquí arriba.
El camión recorre la calle a un ritmo lento, cuatro soldados, uno en cada extremo del camión caminan a paso sincronizado, con francotiradores en mano, llevan una pañoleta roja que cubre su cara exceptuando sus ojos.
Cuando ellos nos pasan y siguen andando sin voltear atrás, nosotros aprovechamos para saltar al siguiente edificio, nos impulsamos y caemos con gracia sin producir mucho ruido, nos quedamos escondidos unos segundos y luego nos levantamos, nos fundimos con la noche, saltamos y giramos, el viento sopla en nuestra contra así que con cada salto escucho su silbido.
Todo estaba bien, ellos avanzaban a la perfección hasta que algo sucedió. Algo que incluso nos hizo parar a nosotros, el llamado de una chica.
-¡Hey!¡Ustedes perros asesinos!- Lukas golpea mi espalda cuando me detengo de golpe, primero miro a los soldados que paran de andar y se giran al mismo tiempo y luego la veo a ella, tan pequeña a esta distancia, tan pequeña a la par de ellos.
Pero aún así hay algo en ella, quizá su postura recta y que no deja ver miedo en ella, o sus puños apretados o su cabeza ladeada y sonrisa diabólica, no, es toda ella, me produce una escalofriante sensación. Cuando veo hacia los chicos veo que están igual que yo.
-¿Sintieron eso?- Les pregunto, ellos asienten.-¿Qué es?
-Poder.- Suelta Julian sin dejar de verla.- Demasiado poder.
La chica se quita unos guantes y los deja caer al suelo mientras camina hacia los soldados que levantan sus armas.
-¿Acaso tienen miedo de mi que no pueden acercarse sin sus armas?- Ella sigue avanzando su voz es un trueno en el silencio, su tono alto llega hasta mis venas.
-Van a matarla.- Les digo a los chicos en voz baja, niego con la cabeza. ¿En qué está pensando esta chica?
Los dos primeros soldados bajan sus armas como robots y avanzan hacia ella con una sonrisa macabra, los sigo con la mirada y al mismo tiempo me escondo más entre el edificio, Julian y Lukas hacen lo mismo a cada lado mío.
Deberíamos ayudarla, sin embargo¿Cómo bajaríamos sin que nos vieran?¿Sin alertar al resto de ellos que sin duda están dentro de ese camión.
Y entonces sucede.
La sensación es oscura, un viento frío nos golpea, sacude nuestro cabello, nos deja helados, los escalofríos se nos cuelan en los huesos, las uñas se me clavan en el concreto de la azotea porque es como un instinto y cuando la veo, cuando veo lo que hace, se me cae el alma a los pies, me deja sin aliento de puro miedo y sorpresa.
La chica de cabello oscuro se mueve como un maldito ninja, llega hasta uno de los soldados y esquiva casi de manera natural cada uno de sus golpes, intersecta una patada al soldado que intenta tomarla desprevenirla desde atrás, no usa sus manos, usa sus codos para golpear la quijada de uno y usa su rodilla para derribar al otro, ambos caen de rodilla frente a ella y es lo que hace a continuación lo que me hace incluso esconderme más.
Es la piel que empieza a tornarse negra en la cabeza de los soldados, justo ahí donde ella está agarrándolos con fuerza, ellos gritan de dolor mientras intentan arrancar el agarre de ella sobre ellos pero cuando ellos la tocan, tocan la piel expuesta de sus brazos, entonces sus dedos también empiezan a ennegrecerse. Ellos se vuelven como rocas, quedan como estatuas de ónix y ella da unos pasos retrocediendo para admirar su obra y luego da un manotazo al aire y los cuerpos se disuelven en pequeñas partículas negras, como cenizas.
-Ella... ella acaba de...- Lukas tartamudea a mi lado.
-Es la muerte.- Murmura Julian con horror.- Esa chica es la muerte andante.
-Tenemos que irnos.- Dice Lukas.- Si ella piensa que somos como esos soldados nos pasará lo mismo.
-Sería lo mejor.- Dice Julian, luego siento su mano sobre la mía, la aprieta con fuerza y es cuando me doy cuenta de que mis uñas seguían aruñando el concreto, mis uñas están rotas y hay sangre que me escurre y mancha el guante que llevo.
-S-sí.- Logro pronunciar, aún en shock por lo que acabo de ver.
La muerte.
Sí, ella lo parece.
Toda ella.
Desde su ropa oscura y brutalmente ajustado a sus curvas hasta sus botines de tacón grueso, una patada con ellos y uf...
Y su apariencia, pequeña, delgada pero parece estar hecha de acero, su cabello parece ónix, más oscuro que lo que ella es capaz de hacerle a las personas, más oscuro que las partículas que ahora están en el aire. No logro ver más que sus ojos porque lleva su rostro tapado por un trapo oscuro.
Es como una señal, quizá no sea buena idea seguir, ella va a matarlos a todos, no lo dudo y cuando otros soldados se den cuenta de la muerte de estos vendrán y con el doble de hombres y registrarán el lugar en busca de la asesina.
La oportunidad de encontrar a Sam esta noche se ha ido al caño por... por ella.
El enojo me llena las venas pero no quiero enfrentarme a lo que ella es, al menos no esta noche.
-Vamos.- Les digo.- Esto se va a poner feo.
Retrocedemos de la vista y en vez de saltar al edificio de al lado nos preparamos para saltar al de atrás, pero entonces lo escucho.
-¡Las manos donde pueda verlas!- Esa voz me paraliza, me evita saltar junto a mis compañeros, mi cuerpo se pone rígido y la voz me falla cuando intento decir su nombre en voz alta, no puedo evitar acercarme al borde del edificio y asomarme.
Mi mente me repite una y otra vez que no puede ser, que lo que veo es mentira, que su voz sólo vino a mi cabeza por el cansancio y desesperación por algo de esperanza.
Pero ahí está, con un arma levantada hacia la chica, su rostro está cubierto pero soy capaz de reconocer la maraña castaña de Cody.
¿Qué demonios estás haciendo Cody?
La respiración se me atasca en el pecho, no soy capaz de moverme pero sí de sentir, Lukas me tira del brazo, me hace mirarlo, ni siquiera puedo parpadear.
-Tenemos que irnos Abby.
-No, no puedo Lukas.- Miro hacia abajo, hacia ellos.
-¿Qué?¿De qué hablas?
-Es mi mejor amigo, el chico de ahí es mi mejor amigo.
Ahora él también se asoma, Julian regresa también pero no hace preguntas, se limita a observar lo que Lukas.
-Pero es un soldado...
-No, él es bueno, él es como mi hermano... esto.... esto no es real.
Pero es su voz la que sigue diciéndole, no, ordenándole con voz de acero que baje el arma a la chica muerte.
-No podemos ayudarlo Abby, quizá te has confundido.- Dice Lukas.
-No.- Le responde Julian, me giro hacia él.- Es él.
-¿Lo conocías?- Le pregunta Lukas pero yo ya no les pongo atención porque la chica Muerte ya ha atacado al otro soldado y las cenizas de este ya han salido volando, el siguiente es Cody.
Miro a Lukas y lo tomo del brazo con fuerza.- por favor Lukas, atrápame.
Veo en su mirada que no lo entiende, o al menos de inmediato pero cuando al fin lo hace, cinco segundos después, abre demasiado los ojos, asustado, inseguro.
Pero yo estoy segura de que si no ayudo a Cody, él morirá esta noche.
Me lanzo del edificio a tiempo para no dejar que los brazos de Julian me impidan hacerlo, la gravedad hace de las suyas y empiezo a caer, intento mantenerme quieta, rezando porque Caín lo haya entrenado para esto. Separo mis piernas mirando hacia el suelo y preocupándome al ver que no desacelero pero entonces una fuerza invisible me envuelve y es como si mi peso fuera como una pluma, el descenso es suave, caigo de cuclillas y en un microsegundo estoy de pie y lanzando una ráfaga de fuego hacia la chica. No la toca, el fuego no la quema porque mi intensión no es asesinarla sino alejarla de Cody.
-¡No lo hagas!- Le digo a la chica cuando la ráfaga se disuelve, ella me mira enojada y se abalanza hacia mi pero choca contra algo invisible, cuando levanto la mirada veo a Lukas al borde del edificio, con las manos levantadas y los ojos fijos en ella, aprovecho el momento para girarme hacia Cody y es cuando veo cómo apunta su arma hacia mi, a centímetros de mi rostro.
Lo golpeo en la muñeca y hago que suelte el arma, con la culeta lo golpeo en el pecho y luego tiro el arma lejos, se hace añicos. Ni siquiera me pongo a pensar en que eso es imposible ¿Acaso estaba defectuosa?
-¡¿Qué estás haciendo?!- Miro a Cody, mientras yo respiro con dificultad, él parece sereno, sus ojos verdes me preocupan porque son demasiado fríos, ni siquiera veo reconocimiento en ellos. Lo veo acercarse, se mete la mano en su bolsillo oculto y saca una navaja.-¿Cody?¿Qué haces?
Me ataca con la navaja, movimientos rápidos y duros, mis antebrazos duelen cuando bloqueo sus golpes.
No entiendo nada, no entiendo absolutamente nada.¿Dónde está Isabel?¿Por qué Cody me está atacando a mi, su mejor amiga? y por último¿Qué es eso en sus ojos? No parece él y sin embargo hasta se mueve como él.
-¡Maldición Cody!- Gruño cuando la navaja me corta el antebrazo, le retuerzo la mano cuando quiere volver a intentarlo, cuando él intenta volver el filo hacia mi, mi mano tiembla por el esfuerzo que ejerzo para impedirlo, tiene fuerza, demasiada.
Del esfuerzo incluso me muerdo la lengua, él me da una cachetada que me hace retroceder y luego una patada en mi abdomen y caigo al suelo.
Mi cabeza no se golpea con el suelo porque utilizo una de las técnicas que Sam me enseñó para caer y me levanto sin dificultad.
-Cody.- Lo llamo otra vez.- No quiero hacerte daño.
Su risa me produce escalofríos.- Pero yo sí.
Y entonces el suelo a mi alrededor empieza a congelarse, retrocedo, retrocedo hasta que mi espalda choca contra la barrera que Lukas hizo, la chica intenta agarrarme pero no puede.
Estoy entre mi mejor amigo que quiere congelarme viva y una pared invisible que me separa de una loca que te mata con el toque. Y una mierda.
Mi puño se estrella contra el pavimento, con fuerza, los huesos me crujen y la piel se me abre pero lo más importante, libero una onda de calor que derrite al instante el hielo que intentaba atraparme y Cody sale volando hacia atrás, no es hasta que me levanto cuando observo el daño que he causado.
El camión está volcado, sus vidrios rotos y del motor sale humo, hay cuerpos saliendo de entre las puertas abiertas y Cody está desplomado en la calle, no se mueve y escucho a la chica de atrás contener el aliento.
-No puede ser.- Murmuro.
Tapo mi boca observando el desastre que causé.
No, yo no quería esto, no quería que los edificios se chamuscaran o que sus ventanas se rompieran, no quería destruir ese camión y hacer volar por los aires a Cody, yo sólo quería parar el hielo. Miro mis manos, las venas que me resaltan y el humo que sale de ellas. ¿Yo he hecho eso?¿ He chamuscado todo esto con sólo un movimiento?
Dos figuras caen a mi lado izquierdo, son Lukas y Julian mirando boquiabiertos el lugar.
-Oh por Dios.- Murmura Lukas.
Miro el cuerpo de Cody y corro hacia él con Julian pisándome los talones, me arrodillo a su lado y con manos temblorosas toco su cuello.
-Hay pulso pero es... es débil.- Me paso las manos por la cara.
-¿Por qué lo has hecho? Pensé que era tu amigo.- Julian no lo dice en tono enojado, parece más bien sorprendido.
-No quería provocar esto.- Señalo a nuestro alrededor, la calle chamuscada, los edificios igual y los cuerpos...
De pronto se me ocurre... ¿Y si Sam iba en ese camión como un infiltrado?
Se me cae el alma a los pies mientras me levanto a revisar los cuerpos, pero ninguno es él y tampoco siento un cambio dentro de mi como se supone que debe sentirse cuando uno de los compañeros muere. Cuando me aseguro de que Sam no estaba aquí cuando sucedió todo, regreso donde Cody y Julian.- Quería descongelar el hielo.- Le aclaro.- Pero mi don se salió de control.
-¿A ti? Pero si eres una de las que mejores controla su poder, muchos no se han atrevido a explorarlo a fondo, tú sí pero ahora... lo he visto, es demasiado poder Abby, nunca te había hecho provocar tanto daño de manera involuntaria.
Nos vemos a los ojos.
Tiene razón, esto nunca me había pasado antes, descontrolarme de esta forma... sólo en mis primeros días de despertar mi poder.
Pienso en el día que desperté en aquella litera, la abulladura, los comentarios de Lukas sobre que mis golpes son demasiado fuertes y ahora, cuando lancé esa arma por los aires y al chocar contra el edificio cercano se hizo añicos, pienso en lo que Nat me contó sobre el día en que me retorcía de dolor.¿Y si ese dolor que pensé que Sam me transmitía a través del vínculo... me cambió?
Niego con la cabeza bajando la mirada, no, no es posible. No, debe ser otra cosa.
-Se me ha ido de las manos, no pensaba claro...- Miro hacia la chica que ahora parece estar encerrada en una caja invisible, Lukas trata de hablar con ella pero esta sólo responde golpeando a la nada.- Era mi amigo, la conmoción me ganó.
-¿Eso me lo dices a mi o te lo dices a ti?
Su pregunta me atrapa con la guardia baja así que contesto con la verdad.- No lo sé.
Suelta aire aceptando que no es momento para charlar al respecto y en su lugar mira a mi amigo inconsciente.
-No parecía ser un amigo desde allá arriba.
-No sé qué le pasó, Cody no es así.
-Lo sé, recuerda que los había vigilado desde hace tiempo.
-Cuando me miró fue como si no me conociera, no había luz en sus ojos sólo... maldad, una maldad vacía. Y su esposa Isabel no estaba aquí. Demonios, se suponía que ellos estaban seguros...
-Tenemos que llevarlo al búnker, aprovechar que está... inconsciente.
Miro a la extraña, esa de la mirada diabólica, tanto como sus poderes.-¿Y qué hacemos con ella?- Le pregunto a Julian.
Suelta aire, tratando de contener la calma que yo perdí.- Supongo que dejarla en el mismo estado que Cody para que no pueda seguirnos, tenerla en el búnker con ese poder y ese genio... sería peligroso para todos, incluso para ella.
Julian carga al Cody dormido, al verlo así, dormido, tan sereno se me hace casi imposible entender que realmente está aquí, que casualmente nos encontramos. Tengo muchas preguntas, tan pocas respuestas, son tan escasas como el agua en estos tiempos.
Pero sabremos más cuando despierte. Llamo a Lukas y le indico lo que tiene que hacer con la chica, él me dice que hay una mejor opción, un hechizo de sueño, reconozco ese hechizo, Caín una vez lo usó, en ese entonces quería matarlo y él quería llevarme a la comunidad, acepto lo que Lukas ofrece y mientras él la hace dormir esperamos.
La chica de mirada enojada y cabello alborotado empieza a ceder, sus ojos revolotean y se cierran, luego ella cae al suelo como un peso muerto, Lukas quita el hechizo que hizo anteriormente que la mantenía alejada y nos lanza una mirada de superioridad.
-Supongo que he pasado la primera prueba.- Murmura él.
-Borrarás esa sonrisa cuando Caín sepa lo que hicimos.- Hasta a mi me produce vértigo el pensar en lo que pasará ahora.
Y así es, al llegar al búnker, con lo primero que nos topamos fue con esa mirada naranja ardiendo en llamas por el enojo.
Hola, aquí de nuevo ¿Qué opinan sobre el regreso de Cody? ¿Creen que esta chica muerte es importante?
Quiero saberlo así que comenten ;)
Un saludo, nos leemos en el próximo capítulo, les pido que presten atención a cada detalle porque les he dejado pequeñas pistas sobre lo que pasará en el futuro.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro