Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 4

Cruzamos la calle juntos pero al mismo tiempo separados. ¿Se entiende?
Nosotros, nuestro grupo de confianza, los que éramos una familia y ellos, el trío, unidos por su cuenta pero pretendiendo que podíamos confiar los unos en los otros.

-¿Así que han pasado semanas caminando de pueblo en pueblo hasta llegar hasta aquí? Me imagino que estando en ese pueblo del que nos hablaron no tenían ni idea de lo que pasaba aquí.- Murmuró Alexander desde adelante, miré a Caín quien charlaba con la chica.
-En realidad no.- Le contesto yo ya que los otros no iban a hacerlo, Sabrina hasta rodó los ojos al escucharlo.- Pero nos lo imaginábamos.
-Vivir e imaginar no es lo mismo.
-Bueno, pues te aseguro que de haber estado con nosotros no hubieras luchado por salir de ahí.- Asegura Sabrina con tono serio, del mismo modo en que su rostro está.

Alexander gira su cabeza levemente para verla y entrecierra los ojos.-Sólo trato de decir que esperaba más de ustedes.
-Con todo respeto, ninguno de nosotros pidió el título que se nos dio.- Le contesto yo.- Y sin embargo, aquí estamos ahora, trazando un plan para acabar con el verdadero enemigo, me importa una mierda si no era lo que esperabas.

Alexander se ríe de forma incómoda.- Con todo respeto, claro.

Lo bueno es que el tipo capta las indirectas.
Y si no fuera por la silueta que venía corriendo hacia nosotros, estoy segura de que Sabrina habría agregado algo, pero no lo hizo, porque esa silueta era Natalia.

Alexander fue el primero en sacar su cuchillo pero lo detuve de inmediato agarrándolo por el codo.

-No, está con nosotros.

Estaba amaneciendo por lo que pude verle el rostro una vez que estaba cerca, lo cual me hizo vacilar entre ir a encontrarla a medio camino o quedarme donde estaba.
Ella estaba llorando, estaba llorando y parecía devastada.
Lo que significaba que algo había pasado.
-Natalia.- La llamo avanzando unos pasos, incluso Caín deja de hablar y casi corre hacia ella.-¿Qué ocurre?

Ella se para frente a nosotros y se apoya en mi hombro, su cabello alborotado y sus ojos cristalizados y rojos.
-Es... es Sebastian.

Escucho el cambio en la respiración de Sabrina a mi lado mucho antes de terminar de comprender lo que sus palabras significaban.
-¿Qué ha pasado con mi hermano?- Pregunta Sabrina con voz mucho más alta de lo necesario, puedo escuchar en su voz el tono de desgarro que intenta ocultar y yo sólo puedo pensar en que, cualquier cosa que haya pasado es mi culpa.
Natalia parece nerviosa de continuar, su mano que está en mi hombro se retuerce.

-Por alguna razón eludió el hechizo y despertó... y cuando se enteró de que estabas a fuera quiso ir a buscarte.

Caín está pálido y su mirada está llena de angustia y muy por lo bajo escucho cómo Aaron le pregunta a alguien quién es Sebastian. No quiero ver el rostro de Sabrina cuando hago la pregunta que todos quieren pero al mismo no, escuchar.

-¿Qué le ha pasado?
-Le han disparado al salir, alguien, una de las personas que huía de los Caníbales le disparó por error y...

-No.- Le corta Sabrina caminando hacia ella, me pongo tensa al pensar que pueda golpearla pero sólo cierra sus ojos y tensa su mandíbula, seguro evitando gritar.- No lo digas, quiero verlo.

Natalia asiente agitada y nos hace gestos de que la sigamos, todos lo hacemos a paso asegurado, incluso el trío se ha quedado en silencio. Yo tengo que resistir el impulso de disculparme con ella por lo que he hecho.
Casi corremos al edificio donde la puerta de vidrio está cerrada, pero cuando Natalia toca tres veces pausadamente Jesse la abre y se asoma para dejarnos pasar. Sabrina prácticamente lo empuja al pasar, Caín es el siguiente y luego yo.

Todos estaban despiertos, todos estaban ahí, al rededor del escritorio donde Sebastian estaba acostado sin camisa y sangrando. Y es lo que debía pasar si algo ocurría, el hechizo que los mantenía despiertos se anularía y lo que pasó fue que le dispararon a uno de nosotros.
El sollozo de Sabrina es inevitable mientras corre hacia su hermano, Elías y Drew están presionando su pecho con un trapo repleto de sangre, James crea un poco de luz en la estancia por lo que todo es visible.
Sebastian está apretando sus dientes y puños mientras los chicos tratan de sacar la bala.
La bala que está en su pecho.
-Tal vez con magia...- Digo yo.
Caín ya está en eso, revisando la herida.- La herida es demasiado grave, lo que puedo hacer es intentar que el dolor disminuya.
Sabrina le está murmurando algo a su hermano mientras sus manos temblorosas intentan acariciarle el cabello.

-No te vayas.- Puedo captar que le dice.- Por favor no te vayas hermanito, tú no.

Mis piernas me tiemblan al pensar en lo que pasará. Sebastian no, él no.
No puedo creerlo.

Alguien se le acerca a Sabrina, es Jesse y le sigue Zack, ellos parecen tan afectados como Sabrina y entiendo el por qué, ellos se conocían desde pequeños, Sebastian era el mejor amigo de Jesse, todavía recuerdo la primera vez que Jesse lo mencionó o cuando yo misma lo conocí, en ese tiempo él tenía el cabello largo y nos ayudaba con un plan para acabar con Caín, Caín, el mismo que está ahora tratando de calmar su dolor porque no puede hacer nada más que eso.
Sebastian, el chico hechicero que luchó desde el principio con nosotros, el mismo que está agonizando ahora. 
Los ojos se me empañan y niego con la cabeza para alejar las lágrimas que amenazan con salir. 
Esto es mi culpa, Cam me lo advirtió, me advirtió que estaba arriesgando a todos aquí por salvar a esos civiles.
Natalia abraza a Zack por atrás quien no soporta las lágrimas y la visión de su amigo muriendo y esconde su rostro en el pecho de ella.
Y veo a Maggie tratar de consolar a Jesse, ella le pone la mano en su hombro pero él con sus labios temblando la aparta, la mirada de Maggie no me pasa desapercibida mientras se aleja otra vez.
-No llores Sabrina.- Dice Sebastian en forma entrecortada por el dolor mismo y la toma de la mano, la mano de ella se llena de su sangre.- Ni ustedes hermanos, estoy bien, estoy bien.

El cuerpo de Sabrina se sacude violentamente por el llanto y Jesse trata de abrazarla pero ella no se deja, se niega a dejar ir a su hermano.

-Quiero despedirme.- La voz de Sebastian, aunque baja llega a oído de todos, porque no tardamos en rodearlo. Todos excepto el trío.

Y cuando esos ojos oscuros se fijan en mi no puedo evitar estremecerme y aún con su dolor, aún sabiendo su destino, él me sonríe.
-Abby...- Hace una mueca y sus ojos se entrecierran.- Gracias por hacerme parte de esto.

Mis labios tiemblan.- No Sebastian, yo te agradezco a ti por ayudarnos siempre.
-Fue un honor... ahora... quiero... necesito que cuiden de mi hermana.- Sus ojos viajan hacia Sabrina que ahora está en brazos de Jordy, él la sostiene mientras ella llora.- Ella es fuerte pero... esto va a afectarla.- Yo asiento.- Caín, sigue así hermano, no permitas.... no permitas que los Primeros ganen...- Sus palabras son interrumpidas por su violenta tos, la sangre brota de su boca y eso sólo hace que Sabrina llore aún más fuerte.- Todos ustedes.... fue un honor ser parte de esta familia, nunca pensé... que...- Su voz se va apagando poco a poco.- Que... llegaría a encontrarla otra vez.- Y entonces sus ojos se cierran y la imagen de él, muerto a centímetros de mi, es como una bala que me atraviesa. Y el mismo pensamiento sigue en mi pecho, el mismo pensamiento de que es mi culpa.
-No... no... no ¡No maldita sea!- Grita Sabrina con fuerza pero yo no la veo a ella, busco con la mirada a Cam y él, aunque no estuvo con nosotros desde el principio, también llegó a convivir con Sebastian y parece afectado como todos, al sentir mi mirada la levanta en mi dirección y yo solamente la bajo, porque no soportaría que me recordara por qué sucedieron las cosas. Si no hubiera querido salir a ayudar, él estaría vivo.

No puedo soportarlo más, los sollozos, el olor a sangre, no puedo. Empiezo a retroceder hasta llegar contra la pared. Se fue uno de nosotros, un integrante de la familia. ¿Cuántos más hasta que consigamos la victoria?¿Cuántos más?
Maldita sea.

Alguien me agarra de los hombros con fuerza y me hace levantar la mirada, es Cam y parece enojado.
-Escúchame bien Abby, pude ver tu mirada y sé lo que piensas, pero no es tu culpa.- Me dice con dureza, pareciera incluso que me regaña o al menos así lo siento yo.- Deja de pensar que todo lo malo que nos sucede es tu culpa, él murió, pero no fue por tu culpa ¿Me entiendes?- Asiento.- Pregunté que si me entiendes.- Repite más fuerte.

-Sí.- Contesto con voz dura porque mi garganta se siente apretada así que mi voz no puede salir suave.
-Bien.- Cam aleja sus manos de mi.- Porque si Sam estuviera aquí no estaría feliz de verte así. 

La ira y la tristeza me hacen mirarlo al rostro y pronunciar las palabras que he querido decir en voz alta y no he podido, hasta ahora.

-Pero no está, Sam no está aquí y lo necesito, porque lo he querido a mi lado todas estas malditas semanas, cada vez que caminamos por esas calles peligrando el pellejo ya sea por los Caníbales o por esos camiones militares que se llevan a los que encuentran, o cuando solamente encontramos un viejo edificio para pasar la noche y tenemos que dormir en el suelo, o cuando amanece y veo el sol, yo sólo pienso en él y en que podría morir mañana por lo que hizo y ahora está Sebastian que hace unas horas atrás me entregó una lata de atún porque fue lo único que quedaba y la compartí con él y ahora él no está, una bala impactó en su pecho y murió y eso podría pasarle a Sam o podría pasarme a mi y no estaríamos juntos.- Me detengo únicamente porque el aire no me llega a los pulmones a como debería y Cam al notarlo se acerca y me abraza y yo no oculto ante él mis temblores y sollozos porque lo necesito, necesitaba decirlo. Extraño a Sam y estoy molesta con él por dejarme, a pesar de que lo hizo para ayudarme.- Yo sólo quiero que esté aquí conmigo, si el mundo se acabara mañana yo quisiera pasarlo con él. Ni siquiera puedo oírlo, sólo sus latidos y eso... eso me duele, porque temo que esté herido, temo que pueda morir y yo no sabría en dónde encontrar su cuerpo.
-Shhh tranquila.- Murmura él.- Sam está bien, siéntelo Abby, usa tu conexión con él para saberlo.
-Lo he hecho Cam, muchas veces.... tantas desde que se fue. No quiero morir sin él a mi lado y no quiero saber que él ha muerto en boca de otra persona. La muerte está más cerca que nunca, prácticamente puedo olerla.
-Sam estaría contigo, incluso después de la muerte.
-Pero no lo quiero después de la muerte, lo quiero ahora.

Quemamos a Sebastian antes del amanecer, Sabrina lo lloró todo el tiempo hasta que el sol salió y entonces ella dejó de hacerlo, simplemente secó sus ojos y se enderezó y exigió que el plan siguiera adelante. Eso no me gusta, está ocultando su dolor y por experiencia propia sé que eso es malo, incluso más malo que la pérdida misma.
Ahora ella es reservada, no se posiciona cerca mío como antes o deja que los hermanos Thompson se le acerquen a hablar, ella sólo se aleja y ni siquiera quiere ver a Jordy quien se convirtió en un gran amigo en los últimos meses.

Así que aquí estamos al siguiente día, sufriendo el duelo en silencio, sin la oportunidad de un funeral como es debido, sin la oportunidad de llorarlo por días porque el dolor y la pena nos distraería y si nos distraemos podrían matarnos. 
-Ayer por la madrugada en medio del alboroto nos encontramos con estos tres chicos.- Estaba Caín explicando la presencia del trío al grupo pero muchos estaban con la mirada perdida en el suelo o mirando con poco interés la situación, aún así, Caín continuó.- Elis, Alexander y Aaron, ellos son Medio Orígenes y viven en el búnker, se ofrecieron para guiarnos.

Es Jesse el único interesado en eso.
-No los vi ahí.
-Es que somos muchos, unos doscientos como mínimo.- Contesta Aaron con calma.- Pero por lo que Caín nos dijo, tú fuiste uno de los que Scott mandó a las celdas.

-Sí, supongo que fui uno.- Le responde este cortante.

-¿Quién está al mando en estos momentos?- Le pregunto yo.

-Ah, un tipo amargado y estirado.- Contesta Alexander.
-¿Es como Scott? Me refiero a la parte de... malvado.
-No, lo contrario.- Me contesta Elis.- Es un buen tipo y sabe cómo liderarnos. A diferencia de Scott que solamente estaba dispuesto a arriesgar su vida por esa perra recelosa, él sí daría la vida por nosotros.
-Y a entablar liderazgos por supuesto.- Agrega Aaron sonriendo.- Supongo que sí es un buen tipo.
-¿Ese "él" Tiene nombre?- Le pregunto recelosa ya que no han mencionado ninguno y eso es sospechoso.
-Sí pero prefiere que lo llamemos señor.- Contesta Alexander sonriendo y Elis lo golpea en el costado para que deje de reír como estúpido porque vamos, está fuera de lugar.
-Como sea entonces.- Contesta Caín.- Aunque suene mal, estábamos apostando todo a que el nuevo líder, el sustituto de Scott fuera peor o tan malo como él, así podríamos tomar el lugar y yo podría liderar a esa gente pero a cómo dicen ustedes, si su... señor es bueno entonces lo planes cambian¿Creen que estará dispuesto a aceptarnos y dejarme mover algunas piezas? Porque sinceramente no lo creo, si alguien viniera hoy queriendo tomar mi puesto o tomar decisiones por mi lo mandaría a volar.- Lo miro de reojo, eso no es cierto, yo tomo decisiones por él  a veces e incluso le llevo la contrario pero supongo que es porque todos aquí somos una familia.

-Conozco bien al tipo, es flexible cuando al bienestar de su gente se refiere.- Contesta Aaron.- Sino, no los estaríamos llevando con él y con falsas esperanzas. Si están de acuerdo, podemos empezar nuestro camino hacia el búnker, creo que podríamos estar en el lugar en la noche.

Y a pesar de la pérdida la esperanza me hace sentirme un poco mejor.-¿En serio?¿Tan cerca estamos?

Aaron asiente.- Creo que es el destino quien quiso juntarnos a todos nosotros.

-Supongo que el destino también odia a los Primeros.- Contesta Julian a quien protegimos ocultando la verdad de su origen porque nosotros que vivimos con él por meses casi lo matamos a golpes al saber la verdad, no sabemos lo que puedan hacer estos desconocidos con esa información.

-Sí bueno, ahora incluso las ratas lo hacen.- Murmura Elis.- Es mejor que traigan sus mochilas o lo que sea que carguen porque es temprano y entre más tarde actuemos, más tarde llegaremos.

Sabrina es la primera en salir por el pasillo hacia las oficinas del edificio, todos nos quedamos en silencio, dándole espacio. Luego Jordy la sigue.

-Creo que deberíamos comer algo primero, nos esperan varias horas de viaje y tal vez no tengamos la oportunidad de parar por comida, tenemos algunas latas aún, podemos compartirlas, si quieren claro.- Les digo yo al trío.
Ellos se miran entre sí.- Gracias, eso estaría bien, nosotros traemos botellas de agua en nuestras mochilas también.- Elis se quita la suya y me la entrega.- Puedes repartirla.
-Gracias, en nombre de todos.

-No es nada, ahora estamos juntos en esto.

Nos sentamos en el suelo porque bueno, no nos podemos permitir unas cómodas mecedoras  o un buen comedor y luego de eso nos ponemos en marcha, nos adentramos nuevamente en las calles que a la vista están desiertas y el sol que ha salido incluso hoy, un día nublado.
Caín va al frente con Aaron y hablan pero no sé de qué ya que en mi cabeza no tengo lugar para eso, el constante dolor en mi cabeza me hace parpadear varias veces para enfocar el camino frente a mi, es el cansancio mezclado con el estrés y la pena, todo es demasiado y mi cuerpo sufre las consecuencias. 
Natalia llega a mi lado y noto que se masajea el cuello.-¿También estás hecha papillas?- Le pregunto.

-Todo es demasiado, supongo que sigo en shock.

-Era un buen chico.
-Lo sé, él, Sabrina, Zack  y los gemelos solíamos pasar juntos en el pueblo, bastante y más en las noches en que no nos tocaba guardia porque jugábamos póquer.
-¿Te acuerdas cuando en la escuela di la excusa de que visitaría a un primo y luego de eso no regresé?
-Claro, lo recuedo, te extrañaba muchísimo. Supongo que en ese viaje lo conociste.

-Sí.- Me río.- recuerdo pensar en cuán irónico era que ambos Sebastians llevaran el mismo nombre...

-Y ahora ninguno de ellos está.- Dice una voz a mi derecha, es Sabrina y me sorprende su tono frío al referirse a su hermano. Tanto Natalia como yo guardamos silencio.-¿Qué?¿Ahora ninguna va a hablar delante de mi?
-No es eso y lo sabes, pero pensamos que quizá querías tener tu espacio.- Le respondo yo.
-¿Acaso el darme espacio traerá a mi hermano de regreso? 
-No hagas eso.

-¿Hacer qué?
-Volverte fría con la gente que te quiere, alejarte. Es lo que Aria hizo y al final afectó su juicio.- En vez de escucharme y tomar todo con seriedad decide reírse pero es una risa amarga, esa falsa que le das a una persona que te desagrada.

-Es irónico, la perra me caía mal pero ahora la entiendo, entiendo por qué la perra era tan perra. Es el dolor¿ Sabes?. Sí, el dolor que te corroe desde adentro, supongo que pudre tu corazón.

-No estás sola.- Le dice Natalia.
-Lo sé, pero eso no lo hace menos doloroso.

-Pero lo hace más ligero, si te alejas, y te refugias en la soledad será peor para ti.- Le contesto yo.- Y deberías escucharme porque yo pasé por diferentes dolores y sigo aquí.
-Si te refieres a lo que creo, Sam estuvo ahí para ti.
-Pero no desde el principio, pasaron meses hasta que lo conocí y en esos meses estuve sola y no porque mis padres y mi hermano me negaran ayuda sino porque así lo quise, tú nos tienes a nosotros, estamos aquí.
-A ti te traicionaron, no perdiste a nadie...

-Te olvidas de mi padre Sabrina, lo asesinó un cazador ¿Lo olvidas?

Ella me mira desconcertada.-¿Un cazador?¿Qué...?- Mira hacia al frente y luego hacia mi otra vez.

-¿Qué olvidaste que te lo conté hace tiempo?

-No sólo que...- Ella realmente parece sorprendida y no capto por qué, eso ella ya lo sabía.

-¿Ocurre algo?- Pregunto inquieta.

-No, no, tienes razón en lo que me has dicho... gracias.- Luego se aleja de mi y va con Jesse y Zack, la miro confundida ante su repentino cambio de actitud pero lo dejo pasar cuando Julian empieza a hacerme preguntas sobre el trío. 

El sol nos indica que es medio día y a pesar de que el resplandor es fuerte, sigue haciendo frío. Yo no puedo creer que esté tan cerca del lugar en donde tuve mis primeros combates, en donde asesiné al mejor amigo del hombre al que amo y donde Jesse, una vez mi pareja, me traicionó.

Y lo que me duele no es el recuerdo de Jesse sino el recordatorio del dolor que le provoqué a Sam en su tiempo y aunque él a su tiempo me perdonó y mi enojo se desintegró, él y yo no habíamos tenido de hablar a fondo sobre eso y quiero hacerlo porque sé cuán importante era él, Isak para Sam, era como su hermano menor y se lo arrebaté.
Y aún así, Sam aprendió a amarme, a aceptar mis demonios y sombras, me ayudó a salir de ese abismo en el que me encontraba y me perdonó.

Mi vista se torna turbia y disminuyo el paso, seguro es la luz del sol y las horas de caminata.
Sin embargo la cabeza también me ha estado doliendo desde la mañana.
-¿Estás bien Abby? Estás pálida y... transpirando mucho.- Me pregunta Maggie y es cuando empiezo a preocupame porque su voz se escucha lejana, muy lejana.

Niego con la cabeza y paro de andar tocando mi frente y cerrando mis ojos. 
Hay un martilleo en mis sienes, puedo sentir mi pulso cuando mis dedos se aprietan en mi cabeza.
-¡Esperen! Abby no se ve bien.
Hay murmullos, pasos pero no abro mis ojos porque el dolor me hace presionarlos con fuerza.
 ¿Qué está pasándome? No estoy bien, no estoy bien.
 Unas manos me sostienen el rostro y reconozco la voz de Drew cuando me dice:
-Abre los ojos, tienes que abrir los ojos.

Hago un gran esfuerzo para entreabrirlos ya que mientras más rato estaban cerrados, la sensación de ser succionada por un agujero era mayor.
Mis ojos se abren y su rostro se me es confuso de descifrar.
-Algo me pasa Drew...- Digo con la boca seca.
-Abby, mi niña ¿Qué te pasa?
-Aguarda mamá, Drew la está revisando.

-Ven Abby, siéntate.- Drew me hace sentarme en el suelo y mi cabeza da vueltas, ahora ya no es solamente la cabeza la que me duele, sino todo el cuerpo, como si me estuvieran estirando los huesos, de la cabeza a los pies.
Sus dedos me abren los ojos y no me permite parpadear mientras me examina la vista, luego repite el procedimiento con el otro.

-No ha dormido lo suficiente.- Escucho decir a Caín.- Ninguno lo hemos hecho.
-Pero ella estaba bien.- Dice Natalia, caminamos y hablábamos pero ella parecía estar bien.

Cuando Drew termina con mis ojos y me hace masajes en la cabeza yo empiezo a negar con esta.- No es verdad, he tenido jaqueca desde que salimos pero en un segundo todo empeoró.
-¿Por qué no dijiste nada?- Pregunta mi hermano en tono acusador.
-Ya te dije...- Me relamo los labios por la sequedad que me molesta al hablar.- Pensé que era solamente una jaqueca. Ahora me duele todo el cuerpo.
-Debe ser el cansancio.- Anuncia Drew poniéndose de pie.- Toleramos más cansancio que los humanos pero tampoco somos inmortales, debemos descansar.

-¿Ella estará bien?- Pregunta Alexander, no parece preocupado por mi y es obvio que no lo es, lo que a él debe estarle preocupando es que derrochemos el tiempo aquí afuera.

Natalia se arrodilla frente a mi y me ofrece agua, yo la tomo con dificultad.- Lo estará, esperamos que no sea nada grave.- Le contesta Drew.
-Deberíamos tomarnos un descanso.- Aconseja Julian y él si parece preocupado por mi, pero no por las razones humanas, no, él me ve como su arma, su oportunidad de asesinar a sus hermanos, si muero, las cosas se complicarán sin duda.
-No.- Balbuceo yo.- El tiempo es valioso, no es seguro para nosotros caminar de noche, ellos salen por las noches con más frecuencia.
-Pero tú no estás bien y no sabemos lo que ocurre, no me creo eso de la jaqueca.- Me dice él.
-Estaré bien.- Le aseguro y como para probarles mis palabras me levanto, Natalia también lo hace y me toma de los hombros apra estabilizarme mejor.

-¿Ven? Estoy bie...- Pero estaba equivocada, porque el dolor que había estado sintiendo, no se compara con el rayo de tortura que atraviesa mi cuerpo. No puedo evitar gritar a pesar de estar expuestos, el grito simplemente sale de mi garganta.
Empujo lejos a Natalia tomando mis brazos con fuerza, siento como si miles de agujas los atravesaran y esa sensación empieza a extenderse por mis piernas y caigo al suelo estremeciéndome. Mi abdomen se tensa y del cuello hacia arriba siento como si la piel se me congelara.

-A-Ayudaaaaa- Gimoteo con dolor.
Los oídos me sangran, puedo sentir la sangre resbalando y cayendo por mi cuello, yo dejo de escuchar, sólo escucho un pitido molesto. 
Clavo las uñas en mi piel tratando de borrar aquella sensación horripilante pero lo único que logro es romper y herir esas partes.
Tengo calor y frío al mismo tiempo y el picoteo en mi cuerpo se siente como el mismísimo infierno.
Abro mis ojos hasta el tope mientras aún me retuerzo de dolor en el suelo y veo hacia arriba, el movimiento hace que mi nuca se tense pero los veo, sus rostros preocupados, sus bocas abriéndose seguramente gritándome y me puedo sentir a mi misma tratando de gritar. Pero no escucho nada, no puedo.
Y lo siguiente, lo siguiente hace que casi me desmaye.
Siento como si mi sangre se congelara dentro de mi cuerpo, se me vuelve pesada, puedo sentir mis venas obstruirse, mis extremidades entumiéndose y yo sólo puedo llorar mientras eso llega hasta mi pecho y corazón, si lo que siento es real, sobre mi sangre, significa que moriré.
Es cuando me doy cuenta de que ya no tengo control sobre mi cuerpo, me estremezco pero no es porque yo quiera sino un acto reflejo de mi cuerpo, por eso ya no parpadeo o grito.
Y llega, siento el  momento en que esa sensación llega a mi corazón porque mis latidos empiezan a ralentizarse y ahí es cuando dejo que el dolor me consuma y me dejo llevar por mis latidos, porque es lo único que puedo sentir y oír, mis latidos y los de Sam que ahora que me doy cuenta, late al mismo tiempo que el mío, igual de lento, igual de doloroso.
Y entonces lo sé. Todo este dolor, todas estas sensaciones no es algo mío, es algo que le está ocurriendo a él.
Y cuando trato de gritar su nombre, justo en ese momento algo se acumula en mi pecho, una fuerza que no me deja respirar y las luces se vuelven demasiado brillantes, todo se vuelve demasiado blanco y esa blancura me consume.

                                           ........................................................

Caín Warner

Dolor.

Ese sentimiento profundo y desagradable que tiene el poder de cambiar a las personas. Tan malo es a veces, tan intenso y molesto que muchos acaban con su vida por no tolerar otro tipo de sentimiento.

Yo he sentido dolor, todo tipo de ellos.

Empecé a sentirlo de pequeño cuando mi padre me enseñaba hechizos y mi cuerpo pequeño y débil a veces no podía soportal semejante poder. Ese es dolor físico.

Luego, cuando asesinaron a mis padres y mi hermanito Jason, dejándome completamente solo y en la calle, también sentí dolor, ese fue un dolor interno que abarcó desde mi mente hasta mi corazón y me volvió oscuro, terco y deseoso de sangre.

Y cuando me enamoré de Abigail Williams en el pasado y supe que era mi alma gemela pero que aún así, su corazón no podía ser mío porque le pertenecía a alguien más, sentí dolor en mi corazón y volví a sentirlo cuando ella se fue y luego regresó con Samuel Morrison.

O cuando Natasha, mi amiga de años murió, mi alma dolió y fue casi tan doloroso como cuando vi Old Town desaparecer frente a mi.
Y viene uno de los peores, cuando fui mordido y mi cuerpo reaccionando al virus creado por los Primeros, empezó a podrirse poco a poco, matándome en cada minuto que pasaba.

Así que fui el bueno, el villano, el del corazón roto, el enfermo, el que sanó y ahora soy el líder. Y todo gracias a esos dolores insoportables. Mentiría si dijera que jamás intenté quitarme la vida. 

Pero alguien estuvo ahí para impedirlo y es algo triste, ya que yo no estuve el día en que fue asesinada por Jesse Thompson.

Pero estoy curado, de todos esos dolores, inclusive del corazón y terminó de sanar justo cuando me di cuenta de que Abby, por mucho que la quisiera, estaba mejor en los brazos de su compañero, Samuel Morrison y entonces la dejé ir, me refiero a de mi corazón, ya que nunca la tuve, así que todo este tiempo, estas semanas han sido diferentes para mi en todo tipo de sentido, fue como una evolución de mente, corazón y cuerpo. La chica que me salvó una vez de la oscuridad, ahora es mi mejor amiga, la única que me queda del primer grupo que tenía y ahora ella está revolcándose en el suelo, muriendo.

Por un momento estoy en shock, ella estaba bien hace poco, o al menos eso parecía, luego ella dijo que no se sentía bien y ahora está en el suelo. Noto la mancha debajo de ella, es donde su calor está tostando la calle, está dejando la marca de su cuerpo impregnada en el pavimento pero al parecer, Jesse Thompson no nota eso porque intenta acercarse a ella.

Empujo a los que puedo de camino mientras corro lo más rápido que puedo para detenerlo y justo cuando yo lo tomo del brazo y tiro de él, escucho su siseo al toparse con el mentón de ella.

-Idiota.- Lo regaño.- Ella está hirviendo.- Lo aparto con un gesto rápido y los miro a todos.- Por favor denle su espacio, en cualquier momento su poder podría escapar, parece ser una sobrecarga de poder.

Ellos obedecen, pálidos y asustados por la situación y yo me arrodillo junto a ella siendo capaz de tocarla al compartir nuestro don de fuego, siento su calor emanar de ella, demasiado fuerte, sin duda no me equivoco.

Coloco una mano sobre ella sin tocarla y obligo al fuego abandonar su cuerpo. Una luz naranja empieza a fluir de ella y sube y pierde dentro de la palma de mi mano pero entonces pasa algo que me deja en shock.

Esa energía, ese poder que quería tomar para que la sobrecarga disminuyera, regresa a ella, como diciendo No, no eres ella.

Veo su cuerpo tonarse de un tono rojizo, su cabello cobrizo emanar un brillo natural que lo hacen ver más rojizo que antes.

No entiendo lo que pasa, sólo sé que le duele y quiero ayudarla.

Pruebo con un hechizo para hacer que su dolor disminuya, murmuro en mi mente las palabras correctas, recordándolas del grimorio que dejé atrás hace tiempo y que ahora no necesito.

Y gracias a Dios sus temblores disminuyen, sin embargo su color de piel y cabello perduran y entonces sus ojos que antes estaban enfocados en el cielo de manera permanente se deslizan sobre mi y con horror compruebo que esos ojos están vacíos y que hay algo más ahí, un tono más intenso de gris, uno más oscuro, más metálico. Y luego sus ojos se cierran y su piel empieza a desmancharse mientras que su cabello ahora parece unos tonos más rojizos que antes.

Miro hacia sus padres y luego hacia el resto del grupo mientras paso una mano sobre su pecho, comprobando que aún respira, su pulso es débil pero lo siento.

-Ella... no sé qué le ha pasado. - Murmuro con cansancio.- Jamás había visto algo así.
-¿Morirá?- Pregunta Natalia con voz temblorosa y asustada. Y yo quisiera asegurarle que no, que ella, a pesar de verse mal, seguirá con nosotros pero...
-No lo sé.- Admito.
-Tal vez pueda ayudarla Caín, sabes que mi don es la inteligencia, quizá si uno cabos...- Empieza s decir Drew.
-Su poder se ha salido de control, dale vapor de ella y dejará marca en el pavimento ya que está chamuscado, si harás algo debe ser desde la distancia o te quemarás.

Él asiente rápidamente y se acerca unos pasos hasta que en mismo vapor le pone un límite.
-Veamos, no hay sangrado por lo que sus órganos internos están bien, su piel tiene un tono raro, primero rojizo y ahora grisáseo pero puede ser a causa de la temperatura que a pesar de no afectarla, su piel reacciona a ella. ¿Y si no es ella la que está mal?
-¿A qué te refieres?- Le pregunto yo, totalmente confundido hasta que lo capto. Hace click en mi cabeza.- Sam.
-Puede deberse a su conexión.
-Pero pensé que él la había bloqueado, por eso ella no podía contactarlo.
-Sí, exacto, cortó comunicación con ella pero si él está en peligro o herido, a pesar de lo fuerte que sea el bloqueo, ella lo sentirá y si muere, será igual de doloroso.

-¿Entonces lo que estás tratando de decirme es que Sam está muerto?- Eso no puede ser posible, eso la mataría.
Pero Drew asiente con una mueca distorsionada en su rostro.- No lo sé con exactitud pero analizando el dolor de ella tan... desgarrador, creo que sí.

Miro inconscientemente hacia los amigos cercanos de Sam. Drevon y Cam y casi es sorprendente que muestren alguna emoción.

Sam no puede estar muerto, yo no puedo darle esa noticia a ella cuando despierte, no se lo merece.

Me paso las manos por el rostro.- Debemos parar, hay que ponernos seguros en un edificio yo... no podemos estar aquí afuera.

-Pero debemos llegar al búnker.- Dice Alexander y yo me giro instintivamente hacia él, dejando que mi enojo lo haga callar.

-¿Crees que la dejaremos aquí? Pensé que sabían bastante de nosotros, lo suficiente como para darse cuenta de que no dejamos a los nuestros cuando hay oportunidad de salvarlos.

Aaron lo mira mal también y baja la mirada.

-No me refería a eso, creo que podemos cargarla, tomar turnos hasta llegar.

-Sí, eso podría funcionar.- Lo apoya Jesse.

-Pero ella sigue inestable, los únicos que podrían cargarla son los gemelos, Jared y tu.- Dice Zack.

-Entonces lo haremos de esa forma.- Apoya Aaron.

-O...- Interviene Elis y mi mirada viaja hacia ella, que me mira directamente a los ojos y por un momento creo que ella entiende mi desesperación. Pero tan rápido como me mira, ella aleja sus ojos y los posa en Aaron. Asiente hacia atrás y ambos se van a charlar. Una sensación extraña abarca mi cuerpo cuando los miro de reojo.
Pero me regaño a mí mismo y miro a Abby, la empiezo a levantar del suelo y su hermana me ayuda, con poco esfuerzo, él la toma entre sus brazos.

-Maldita sea Abby, espero que despiertes o...- Suelta aire claramente cargado de la necesidad porque despierte.

Y entonces Elis vuelve con Aaron, la espalda de él más recta que antes y su postura más correcta. Los ojos de ella se topan con los míos y hace un gesto afirmativo con su cabeza, pero no sé lo que significa, ella es un misterio. Lo supe desde que la salve anoche, incluso rodeada por Caníbales ella no cedió ante el miedo. 

-Hay algo importante que debemos decirles.- Empieza a decir pero Aaron la para con un gesto de manos y ella asiente.

-Les hemos mentido.- Con su confesión, mi sangre siempre hirviendo ahora parece congelarse. Estoy listo para atacar y por la postura de mis amigos sé que ellos igual.- Mentimos cuando dijimos que los llevaríamos al búnker para presentarles al líder.

Nadie se mueve, nadie habla pero todos están tensos esperando mi señal, mi propia mano va hacia la daga escondida en mi cinturón pero la voz de Elis me detiene.

-No, no por favor, escucha.- Me está mirando, no me gusta eso, no me gusta cómo me mira.

Pero mi mano deja la daga de todas formas.

-Dije que les mentí, no los llevaré al búnker para verlo.- Prosigue Aaron.- Porque él está aquí, soy yo, yo soy el líder. 

Nadie está callado ahora, se lanzan preguntas los unos con los otros, parecen enojados, incrédulos, así como yo.

-Eso no es verdad.- Digo con seguridad.-No puedes ser tú.

-¿Por qué no?- Pregunta él y ahora mi cerebro procesa sus movimientos, su forma de hablar, todo en él parece gritar poder, pero no lo había visto hasta ahora.

-No lo sé, simplemente no puedes creer que nosotros al no saber nada de ustedes confiemos en sus palabras.

-Bueno, pueden confirmarlo ustedes mismos si a pesar de esta información aún quieren ir allá, todos en el búnker se los confirmarán.

A mi mente vuelven mis confesiones, les dije, admití que íbamos allá a tratar de convencer a la gente de que yo sería un mejor líder que cualquiera que tuviera el puesto hasta el momento pero si lo que dice Aaron es verdad, nadie querrá cambiarlo y no sé si pueda o quiera tomarlo ahora.

-¿Por qué?- Pregunto.- Todo tiene un precio.

-Por supuesto que lo hay.- Asiente.- Y es que peleen junto a nosotros, tú me ayudarás a liderar esta revolución junto con ella y el resto de ustedes, los quiero peleando a mi lado, con mi gente.

Miro a mi familia, algunos están asustados, otros parecen incluso decididos.

Y miro a Abby, inconsciente en los brazos de su hermano. Si rechazo su ayuda, donde probablemente hay camas y medicamentos y un buen equipo médico, ella podría morir o quedar en coma.

Cuando miro a Jared él parece pensar lo mismo.

-No importa cuantos sean Aaron, si noto que traman algo contra nosotros, que siquiera intentan tocarle un pelo a mi gente, estarán muertos, todos ustedes y ni siquiera lo verán venir.

-Por eso los quiero conmigo.- Señala a Abby.- Puedo llamar a un vehículo, le robamos uno de esos camiones militares a un grupo de soldados y nos lo quedamos, puedo comunicarme con mi gente si les envías un mensaje de fuego, ellos vendrán por nosotros y Abigail Williams será tratada correctamente, todos ustedes estarán bien, pero conocen las condiciones, peleen con nosotros, no en contra.

Sabrina que ya perdió a su hermano y ya derramó muchas lágrimas durante toda la madrugada, ahora parece casi igual de debastada.

No puedo seguir perdiéndolos de esa forma, ellos no merecen morir por nada. No es lo que quieren.

-Hecho, pero ella tiene que seguir respirando.

-Es un trato entonces, necesito mandar el mensaje de fuego.

-Entonces te ayudo con eso.- Contesto convencido.

Y desde ahora sé lo primero que haré cuando estemos ahí.

Encontrar a Sam, ya sea vivo o muerto, pero lo haré. Por ella y él. Porque merecen ser felices, Sam es el único que puede ser bueno para ella, nadie más

Estoy preparada para las amenazas de muerte (^_^;) bueno, en realidad no jahahs, bueno, este fue un capítulo complicado de escribir y lo hice en varios días para asegurarme de no hacer lss cosas apresuradas y creo que salió todo bien así que...

Gracias por leerme, hasta el siguiente jueves 7v7

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro