Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 37

Abby

Sam, Lukas, Zack, Jesse y yo aparecimos en la azotea del edificio.
Los tres francotiradores que apuntaban hacia abajo fueron derribados por un Sam furioso que apareció y desapareció detrás de ellos hasta que los tres cayeron por el borde.

Sam volvió con nosotros asintiendo hacia la puerta que daban a las escaleras. Sabía que el resto del grupo estaría atacando desde las entradas de abajo y acabando con todo aquel que les apuntará con un arma en busca de Caín, mientras que nosotros atacaríamos de la misma manera sólo que al revés, empezando desde arriba y revisando detrás de todas las puertas en el camino en busca de Caín. No importaba en dónde estaba siendo oculto por Mauro, lo encontraríamos.

Antes de caminar hacia la puerta con ellos, me asomé por el borde. Desde aquí el campo de batalla me recordaba demasiado a la vez en que nos enfrentamos a los cazadores.
Olía igual, a sangre y polvo.
Se veía igual, todos luchando, cayendo y atacando.
Pero ahora con la oscuridad de la madrugada las masas se perdían en las sombras y los que se mantenían cerca de las luces eran más fáciles de detectar por el enemigo.

Con un suspiro me alejé y llevé mi mano hacia mi cinturón-espada liberando el arma y sintiendo su peso en mi mano.
Sam me estaba esperando en la puerta y me dejó pasar primero antes de cerrar la puerta tras nosotros.

Jesse y Zack iban al frente con un fusil en mano y otro cruzado por el hombro y pasando debajo de sus brazos.
Lukas iba en el centro con un par de M23 en las manos y otras en las fundas cerca de sus rodillas.
Sam y yo también teníamos armas pero los dos llevábamos espadas, él se le hacía más fácil aparecer y desaparecer y atacar silenciosamente con ella y a mi me gustaban más las hojas que las balas.

Bajamos las escaleras metálicas teniendo cuidado de no hacer mucho ruido.
Habían activado una alarma. Sonaba Cada pocos segundos acompañada de una luz amarilla. Y luego las luces se apagaban cuando la alarma acallaba y el proceso se repetía.

Los primeros soldados quedaron a la vista cuando llegamos al final de las escaleras y cruzamos un pasillo ancho con azulejos blancos.
Ellos apuntaron hacia nosotros, ladrando órdenes y dispararon.
Zack detuvo las balas en el aire y se las regresó, ellos cayeron al piso y seguimos avanzando.
-Recojan las armas que puedan.-Les aconsejé en voz baja mientras tenía en la mira las primeras hileras de puertas a cada lado del pasillo, les hice señas a los chicos mientras se recargaban.
Caminé hacia la primera puerta y me quedé en el borde por si alguien dentro se le ocurría disparar.
Sam se colocó del otro lado mientras que Jesse y Zack lidiaban con otro grupo de Soldados que se acercaban.

Caín había tenido una idea, era no dispararles y entendía por qué. Ellos eran inocentes sólo que no lo sabían pero no podíamos no disparar cuando ellos lo hacían a muerte.
Sé que luego de este día tendré más sangre en las manos, la sangre de todos los soldados que caigan por mi orden de disparar.
Inocentes o no, ellos levantarían sus armas a nosotros y no podíamos quedarnos helados.
Asiento a Sam y él le dispara al cerrojo antes de que yo le dé una patada a la puerta para abrirla de golpe con la espalda en alto.
Me agacho a tiempo de recibir un disparo en la cabeza, con un movimiento de manos libero la daga hacia la doctora con el arma y cae al suelo. Me giro al cuarto, está lleno de camillas llenas.
Sam entra conmigo.
-Te dije que usaras un arma.- Me regaña. Ruedo los ojos.
-Yo sé lo que hago.
Me aproximo a los cuerpos en las camillas, observo cada uno de sus rostros, Sam hace lo mismo con las hileras del fondo de la larga habitación.
-Ninguno es Cam o Caín.
Asiento distraída por el suero que gotea por la branula hasta llegar a la aguja bajo la piel de la chica acostada.
El suero no es transparente, es de un tono oscuro parecido a la sangre.
Por lo que Sam me contó y reuniendo las piezas de lo que veo, supongo que este líquido es una mezcla de la sangre de los Primeros con otros medicamentos para poder hacer a estas personas en soldados desarrollados.
Ya deben tener el chip dentro.
Apuesto a que hay varias docenas más en las siguientes puertas del pasillo.
-Estarán bien, Mauro nos los usará hoy, no están listos aún.- Dice Sam revisando los monitores cardíacos.- Sigamos.
-¿No te parece extraño que estén tan poco vigilados?-Le pregunto al salir.
-Eh... A mi no me parece así.- Dice Lukas señalando los soldados muertos amontonados a lo largo del pasillo.
-Pero esperaba más.- Me encojo de hombros.
-Recuerda que Mauro piensa que estás muerta y tiene a su poder a Caín así que no esperaba este ataque.- Me dice Sam.- Además, la mayoría de los soldados están abajo luchando.
-Qué suerte que no todos.- Todos nos giramos hacia la voz femenina al final del pasillo.
Jesse se estremece ya sea de enojo o de miedo ante la visión de Aria, yo me quedo helada en mi lugar, ni siquiera me fijo en el pequeño ejército detrás de ellos.
Yo sólo la miro a ella, la última vez que supe de elma estaba de nuestro lado.
-Al parecer tienen siete vidas.- Aria mira entre Jesse y yo.- Mauro va a estar tan sorprendido de que estés aquí Abby.
-Así que es cierto lo que me han dicho.-Le contesto yo, ignorando su comentario sobre Mauro.- Estás aquí porque quieres no porque te han obligado.

Me mira con desprecio.
-¿Esperaban menos luego de que me dejaran sola en ese pueblucho?
-¿Dejarte? Tú quisiste irte, tú fuiste quien dijo que se quedaría.
-Y no me detuvieron.

La miro incrédula. - ¿Es en serio? ¿Te uniste a Mauro por ese tonto juego?
Caín está sufriendo en algún lugar de este edificio y tú no lo estás ayudando, estás del lado de quien le hace daño. ¿Luego de todo lo que él hizo por ti?
-No le debo nada, yo luché a su lado muchas aveces, lo menos que esperaba de él era que me detuviera aquel día, que me pidiera quedarme porque si se hubiera tratado de ti entonces él habría tratado de detenerte.
-Eso no es verdad y lo sabes, Caín siempre ha respetado nuestras decisiones porque además de líder él es nuestro amigo, cuando yo me fui de Old Town hace un año él lo entendió, entendió mis razones y no me detuvo, cuando tú quisiste irte, él entendió que era tu decisión así que no inventes excusas para tu traición Aria, lo estás haciendo porque quieres.
-No me interesa lo que creas Abby, nunca me importó, estoy aquí por una única razón.- Aparta su furiosa mirada de mi y la fija en Jesse.- Mi venganza.
-¿Acaso no fue suficiente para ti matar a nuestra madre y casi acabar con la vida de Jesse? - Le pregunta Zack enojado. Cuando él da un paso adelante con el arma apuntando hacia ella, los soldados apuntan sus armas hacia nosotros. Hacemos lo mismo.

Un gruñido escapa de mi garganta.
Sam tenía razón, debí usar un arma en vez de una espada.
-No ganarás.- Le advierto.- Tomaste el bando equivocado Aria y es una pena porque tu hermana no habría deseado esto para ti.
-No podemos saberlo porque ella no está viva, gracias al traidor de Jesse Thompson. ¡Disparen!

La orden llega tan de pronto que tardo varios segundos en reaccionar.
Zack logra detener las balas pero entonces Aria lanza una ráfaga de fuego hacia él, me interpongo entre Zack y el fuego, moviéndome tan rápido como mis genes modificados me dejan.

Absorbo el fuego con mi mano y detengo con un golpe de espada soldado que estaba corriendo hacia mi.
Sam le dispara al siguiente y me cubre la espalda, eso hasta que Aria le ordena a los soldados asesinarnos a como dé lugar.
Ellos avanzan hacia nosotros sin dejar de disparar. Yo cubro a Zack para que se mantenga protegiéndonos de las balas.
Corto cabezas con mi espada afilada y derribo cuerpos hasta que se hacen una pila a mis pies.

De pronto me falta el aire, una estocada que estaba a punto de darle a un soldado queda a medias por el repentino cambio ambiente.
Abro mi boca para tomar aire pero no puedo, no me llega.
El soldado que había estado golpeando me lanza contra la pared con tanta fuerza que se agrieta bajo mi peso y luego me levanta en brazos y me impulsa hacia arriba hasta que me golpeo contra el techo.
Caigo al piso como un peso muerto mientras sigo luchando por respirar.
He dejado caer mi espada en algún lado, no la encuentro.
Me toman del cabello y me obligan mantener el rostro contra el suelo, veo unas botas masculinas, pertenecen al soldado que levanta una mano en mi dirección.
Tiene que controlar el aire o algo por el estilo, pero estoy segura de que es él el responsable de que me sienta así.
Giro mi torso para hacer caer al soldado que me retenía y hago que mi cuerpo hierva. El soldado sisea y suelta mi cabello y es todo lo que necesito.
Levanto mi pierna y la estampo contra su garganta. Se la agarra con ojos abiertos y sorprendidos.
Saco una daga de mi traje y la lanzo contra el soldado que me estaba robando el aliento. Literalmente.
Cae al piso y luego lanzo otra hacia el soldado que me estaba manteniendo en el piso.
Ambos muertos.
Alguien me dispara en el brazo, el impacto de bala me hace jadear pero no me ha perforado, el traje lo impide. Saco la bala del traje antes de quemar al hijo de puta.
Y es entonces cuando me doy cuenta de que he dejado desprotegido a Zack. Lo busco con la mirada, está luchando contra un grupo que lo ha rodeado. Lukas está haciendo levitar cuerpos y haciéndolos chocar contra los soldados vivos.

Mi boca se abre pero ningún sonido llega porque me han hecho caer al suelo con una patada en la rodilla derecha.
Caigo de rodillas y meto la mano para no chocar completamente contra el suelo. Mierda. La rodilla me punza.

Me impulso hacia arriba para incorporarme pero entonces veo a la soldado frente a mi y no logro esquivar la patada en el rostro.
Me envía hacia atrás, me paso llevando a alguien más.
La sangre me brota de la boca, me trago gran parte y el resto logro escupirla en el piso.
Me agarró con la guardia baja.
Ella se ríe, es una pelirroja.
Me sorprende cuando muestra algún indicio de emoción, los soldados de Mauro no pueden hacerlo salvo que...

El entendimiento me golpea. Ella es como Aria, está aquí porque quiere.
Gruño incorporándome, ella se multiplica frente a mis ojos, y ya no sólo es una, son cuatro.

Todas vienen hacia mi a la vez, me rodean, he perdido la espada en algún momento de la batalla así que tomo un par de dagas con puños de acero integradas y las sostengo a la altura de mi mentón.
La chica es inteligente, no atacan una a una, lo hacen juntas.
Mientras ataco a una la otra me golpea en la espalda y la siguiente me corta el área cerca del ojo con un cuchillo.
Me agacho para evitar otra estocada y con la daga le perforo el estómago en línea diagonal.
La réplica jadea y se evapora en la nada.

Otra me toma de la coleta y me tira hacia atrás, me tambaleo pero logro volver a enderezarme mientras ataco a ciegas con las dagas.
Caliento las hojas hasta que brillan en tono naranja y de ellas brota humo.
Las clavo en las piernas y brazos de otra, pero recibo una patada en el estómago a cambio.
Choco contra la pared, me limpio la boca mientras las veo acercarse, dos, quedan dos.
Veo a mi alrededor, son muy pocos soldados los que faltan, hay más cuerpos en el suelo que los que están de pie y todos los caidos son soldados.
Jesse está luchando contra Aria, ella no tiene compasión, ya lo ha hecho sangrar, noto que Jesse no quiere lastimarla y sé que no quiere repetir el mismo error que con Natasha pero si sigue así, morirá.
Aparto mi mirada y la clavo en el par, no distingo a la original pero sé que si acabo con ella, la otra también lo hará.

Corro hacia la primera que me ataca, notando que los bordes de su cuerpo se miran borrosos y ella al mirarme piensa que la atacaré. Está equivocada, cambio de dirección, corro directo hacia la pared, me impulso en esta y doy un giro hacia atrás, paso a la copia y caigo sobre la original, clavando la daga en su frente. Ambas chocamos contra el piso pero sólo una de las dos lo hace viva.
Saco la hoja y produce un sonido viscoso. Limpio la sangre en su ropa mientras veo hacia atrás para comprobar a la copia. No está.

Ahora sí.

Corro hacia Aria y la derribo con mi cuerpo, cuando veo la estocada que quiere darme con su cuchillo en el cuello, hecho la cabeza hacia atrás a tiempo y luego impacto mi puño en su boca.
-¡¿Dónde está?!
Se ríe y me golpea la cabeza con la suya y luego clava su hoja en mi hombro, aullo de dolor mientras me lanza de costado.

También ha sido modificada, es tan fuerte y rápida como yo.
Aria levanta su cuchillo y trata de clavarlo en mi pierna pero falla cuando la aparto hacia un lado a tiempo.

Jesse la golpea con la culata de un arma y eso la hace tambalear, cuando él vuelve a arremeter ella coge el arma en su manos y tira de ella, apunta a Jesse.
-¡No! - Grito.

Aprieta el gatillo y me preparo mentalmente para verlo morir pero entonces la bala nunca impacta contra Jesse.
Ufff
El arma no estaba cargada.
Aprovecho el aturdimiento de ella para barrer sus piernas y hacerla caer.

Abby

Levanto la mirada, Sam está a unos metros de mi, me lanza una pistola, la tomo en el aire y le apunto a Aria a la cabeza.

Ella deja de tratar de levantarse.
-¿Dónde está? No volveré a preguntarlo.
Le quito el seguro al arma.
Ella se ríe.
-¿Caín? ¿O Cody?

Mi ceño se frunce para ocultar mi rostro de dolor.
Lo había olvidado, por todo lo sucedido se me había escapado el detalle de que Cody no estaba a salvo en el búnker, cuando Sam me contó todo lo que había pasado me concentré en rescatar a Caín y a Cam pero olvidé el hecho de que Cody también estaba aquí en contra de su voluntad.
Me odio a veces.
-Los tres, quiero saber dónde están los tres.

Mira al arma y luego a mi.
-No le temo a la muerte.-Dice en tono serio.- No cuando Jesse me quitó mi razón de vivir, lo único que me queda en la vida.- Ahora lo mira a él.- Ni siquiera pude despedirme y tú no diste la cara hasta que ya fue tarde.
-Lo lamento Aria, realmente...
-No me importa ¿Crees que con tus disculpas todo se arreglará? No, ya no me queda nada sólo viví para cumplir mi promesa de que un día iba a matarte.
-La vi.- Dice Jesse.- Cuando me heriste casi muero, entonces escuché una voz que me hablaba, era ella, de alguna forma me hizo quedarme.

Lo miro.
¿Jesse la había visto?

Por alguna razón la idea no me parece irreal. El eco de voces me hace cosquillas en los oídos, flashes borrosos pasan frente a mis ojos.
Sacudí la cabeza alejando el pensamiento de que tal vez en mi estado de coma también fui capaz de verla. Por que ¿Por qué ella me habría visitado si a ella nunca le agradé?
-Mientes.-Sentenció ella.- Lo haces sólo para que no te mate.
-No lo matarás...
-Abby, espera.- Me detuvo Jesse.-Aria, voy decirte algo que Natasha me dijo que sólo tú entenderías. Ella dijo que aunque el sol ya no brilla más, la luna podrá seguir brillando incluso con la oscuridad rodeándola.

Aria cerró la boca de golpe y sus ojos pasaron de ser furiosos a acristalarse.
-¿Cómo lo supiste...?

Busco a Sam con la mirada, está con Lukas y Zack revisando los cuerpos de los soldados para asegurarse de que no hubiera ninguno vivo.
-No te mentí, ella me habló cuando estaba muriendo, dijo que tu lo entenderías.
-El sol y la luna.-Repitió ella en voz alta.- Ella y yo éramos el sol y la luna.

Bajo el arma sabiendo que ella no va a disparar.
-Ayúdanos Aria, por favor...

Se levanta lentamente, sin hacer movimientos bruscos y mira a su alrededor.
-El laboratorio está en el piso que sigue, ahí lo tienen, le están borrando la memoria, quieren modificarlo, hacerlo un arma contra los que creían en él.
-¿Y Cody y Cam? - Pregunta Sam viniendo con nosotros.
-Ellos... A Cody le borraron la memoria luego de que le sacaran información sobre lo que sabía durante su estancia en el búnker y lo mandaron al área de caníbales....
-Espera...¿Qué? ¿Por qué? ¿Qué es eso? - Le pregunto rápidamente.
La angustia me invadió. ¿Por qué lo llevarían a cualquier lugar realcionado con Caníbales?
-El área de Caníbales es donde se lleva a los infectados para estudiarlos pero también a los experimentos fallidos de las pruebas de Mauro. Lo enviaron como sujeto de prueba.

Pude sentir cómo mi mundo se sacudió.
Me morí los labios para no lanzar paras inapropiadas.
Sujeto de prueba.
-¿Hace cuánto?
-Hace más de un mes.

Sentí las manos de Sam agarrarme por los brazos, yo no lo miré, ni a ella, sólo pude ser capaz de ver el piso bajo mis pies.
-¿Lo convirtieron? ¿Es uno de ellos? - Preguntó Sam.-Porque está la cura...
-La cura sólo sirve cuando el sujeto está en la primera fase, osea cuando aún sigue vivo. Cody fue enviado justo después de traerlo del búnker, hace más de un mes, le inyectaron sustancias de prueba para ver cómo reaccionaba, Mauro quería crear una nueva especie o algo así, sólo que las consecuencias de que no funcionara era ser un Caníbal ya que había una cantidad del virus impresionante en el suero experimental, muy pocos podían sobrevivir a la prueba y Cody no fue uno de ellos.

Sam me estaba hablando, fui capaz de sacudir la cabeza cuando me hizo una pregunta.
-¿Murió?
-Es un caníbal, lo tienen en una celda, por lo general se mata a los sujetos que se convierten pero Mauro conservó a Cody como una especie de trofeo.

Me dolía la garganta, quería gritar, llorar ahí justo frente a todos, no me importaba. Pero no podía, me sentía como entumecida.
-Quiero verlo... Pero no ahora, necesitamos... Encontrar a Caín y a Cam.

No habían lágrimas, no había nada que limpiar en mi rostro y aún así Sam me lo acunó entre las manos.
Cerré los ojos.
Era tarde para Cody pero podía salvar a Caín y a Cam.
-Cam está con Mauro y Caín, él ya es un soldado, borraron su memoria pero está bien, lo usarán para atraer a Sam, sabían que era tu amigo y como tú te escapaste y lograste recuperar tu memoria y tu control sobre ti mismo entonces... Lo capturaron en vez de asesinarlo ahí mismo.
-¿Cuántos soldados custodian el laboratorio? - Le pregunta Jesse.
-Una docena, envió a casi todos cuando los disparos en pesaron, lo tomaron por sorpresa, no los esperaba, al menos no hoy.
-Podemos con doce...

Me alejo del agarre de Sam y busco un lugar en el suelo donde sentarme. Aparto cuerpos y tomo asiento.
Sam viene hacia mi, se arrodilla hasta quedar entre mis piernas.
Podía oír la conversación de fondo.
-Mauro será difícil de vencer pero podemos si lo golpeamos juntos...
-El C-15 está guardada en su chaqueta, tiene acceso a todos los soldados en el mundo que fueron interrumpidos mentalmente por los chips, incluso si son de otros países, todo está ahí y sólo puede ser utilizado por él, por sus huellas dactilares.
-Podría tomar su forma.-Sugiere Lukas.- Zack tu podrías enseñarme cómo manejarlo.
-¿Y si Caín ya es un soldado bajo su mando? No creo que seamos capaces de luchar contra él...

Entumecimiento.
Mi cuerpo está completamente entumecido. Mis manos inmóviles sobre mis rodillas y mis ojos fijos en uno de los cuerpos en el piso.
Sam me está tocando pero no lo siento, sólo siento frío en mis venas.
Frío y tristeza cuando veo el recuerdo de Cody riendo, su mirada divertida y cejas juguetonas.
Se merecía más, mucho más que una muerte así, tan dolorosa y cruel.
Un recuerdo viene a mi mente.

Cody trae las palomitas desde la cocina, le robo el tazón mientras lo siento sentarse a mi lado.
Natalia toma un puñado en su boca sin apartar los ojos del televisor.
-Odio hacer eso con ustedes.- Se queja Cody.- Son chicas, deberían ver cosas más lindas como Crepúsculo o Harry Potter, no está asquerosa serie de zombies.

Natalia lo mira de reojo.
-No me digas que le tienes miedo a los zombies.

Cody bufa.
-Los zombies no existen.
-Pero si existieran...- Le digo yo.- Seguramente no serías capaz de combatirlos, estarías llorando como un bebé.
-¿Y quien no? Debe ser horrible saber que la muerte está en todas partes, ver a la gente que quieres, morir por la mordida de un jodido muerto y saber que no volverás a verlos porque morirán, ahora imagina estar solo durante una invasión zombie, sobrevivir por tu cuenta y pasar día y noche despiertos porque en cualquier momento los muertos vivientes pueden venir por ti. Y ser mordido... Eso debe ser lo peor de todo, saber que en cualquier momento dejarás de ser tú, que te convertirás en un monstruo...
-Oh, ya para, sólo es una serie, cosas así no pasan en la vida real....

Es un recuerdo tonto pero las palabras de Cody se me quedan grabadas.
Él le tenía pavor a esas cosas de muertos vivientes, en el pasado si quería molestarlo sólo tenía que mencionarlos.
Y saber que ahora él sufrió por todo lo que él temió hasta en sus pesadillas me hace sentir peor por no estar ahí con él, por no poder ayudarlo.
Debió estar tan asustado, tan solo.
-Hey....- Sam me da una sonrisa cálida.- Puedo sacarte de aquí, ahora. Créeme, podemos salvar a Caín y a Cam por nuestra cuenta...

Niego con la cabeza.
Abrázame
Le pido.

Sus brazos se envuelven a mi alrededor y yo suelto un sollozo silencioso contra su pecho.
Cody se ha ido.
Mi mejor amigo se ha ido y es duele.
-Tenemos que movernos ahora, le dije a Sabrina sobre la docena de soldados que custodian las puertas del laboratorio y ella de lo dirá al resto, nos moveremos juntos.

Sam no le hace caso a Lukas, continúa abrazándome.

Debo ser fuerte. Son estos momentos en la vida en los que uno debe agarrarse los pantalones y seguir caminando a pesar de las circunstancias.
Quiero llorar pero no lo haré porque si me tomo el tiempo para ello, entonces más de mis amigos morirán y yo ya no podría con ello.

Me separo de él y asiento para que sepa que estoy lista.

Jesse me pasa mi espada y me agradezco en voz baja.
Miro a Aria.
-¿Lucharás contra nosotros o con nosotros?

Sus labios se tensan.
-Haré lo que creo que mi hermana haría en mi lugar.
......................................................................

Caín Warner

Mi vida pasó frente a mis ojos.
Desde mis recuerdos de pequeño hasta dónde estoy ahora.
Recuerdos felices, tristes y trágicos.
Vi la gente que amaba morir, otros volver, aparecer en mi vida y luego me di cuenta de lo que estaba pasando.
Así que me aferré a todos esos recuerdos, me aferré al recuerdo de mis seres queridos y no le di la oportunidad a Mauro de llevárselos.

¡Despierta, vamos, despierta!

Sabía que si me dejaba ir lo perdería todo.
Me aferré a la razón y me dije a mi mismo que abriera los ojos. Incluso mi voz mental se escuchaba distorsionada.
Abre los ojos.
Abre los ojos, Caín.

Me sentía como en un sueño donde sabía que debía despertar.
Sólo que no era sueño, era la anestesia en mi cuerpo.

¡Abre los ojos!
¡Abre los malditos ojos!

Mis ojos se abrieron bruscamente, lo primero que vi fue el suelo, estaba boca a bajo en la camilla y por las correas que me sostenían no podía moverme. Había un agujero donde mi cabeza descansaba pero sentí desesperación al no poder ver a mis lados o levantarme.
Los monitores hacían ruido y estaba consciente de las agujas en mi cuerpo. Pero seguía sabiendo quien era y en qué bando luchaba así que algo había interrumpido el procedimiento de borrado de memoria.
No sentí manos sobre mi cuerpo así que supone que no estaban trabajando conmigo.
Cuando el eco de voces llamó mi atención, agudicé mis sentidos para escuchar mejor.

-Ahora sabemos por qué estos estúpidos se atrevieron a venir, estoy decepcionado de mi hermana por no poder con una simple origen siendo ella el doble de poderosa pero de ti Aria, estoy completamente orgulloso.
-Me alegra señor, sus amigos están muertos, el cazador murió para protegerla y ella prácticamente se dejó llevar.
-Me sorprende que te permitieran acercárteles luego de lo que hiciste con Jesse Thompson.
-Les hice creer que estaría de su lado y que los traería hasta aquí sólo que en vez de traerlos, los llevé directo a los soldados.
-Bien hecho Aria, espero cumplieras tu vengaza.
-No se imagina cuánto lo disfruté, gracias por permitirme trabajar junto a usted.

Incluso antes de que dijera su nombre sabía que se trataba de Aria.
¿Qué había hecho?
¿Abby Estaba aquí también?

Quería girarme, verlo con mis propios ojos pero no podía moverme.
Escuché un ruido apenas y lo capté, segundos después unas manos empezaron a tomar las correas de mis brazos que los mantenían unidos en forma de X en mi espalda.
Gruñí y fui silenciado con un Shhh bajo.
Las correas que me sostenían se aflojaron y luego una voz me habló, tan cerca de mi oído y tan bajo que sólo yo pude oírlo.
-Vinimos por ti.

No era una voz que reconociera y no es que hubiera alguien dentro de este lugar que me ayudara, pero una idea vino a mi cabeza.
¿Quién de nuestro grupo podía ser capaz de cambiar de forma?
Lukas.

Se soltó otra correa en mi espalda y luego él me colocó algo en las manos. Lo sentí bien, era una daga.
-Espera la señal.

¿La señal?
¿Cuál se supone que es la señal?

Mauro seguía hablando con Aria, seguía sin poder verlos pero esta vez era porque no quería que Mauro descubriera que estaba desatado de manos y que estaba armado.

Y entonces disparos provenientes de algún lugar lejano me hicieron saber que la señal estaba por llegar.

La charla entre Aria y Mauro se detuvo.
-¿Qué está ocurriendo?-Preguntó Mauro en un tono que reconocí como inestable.
Los doctores que recordaba haber visto antes de caer dormido producían pequeños murmullos incrédulos.
-Puede que algún grupo haya logrado llegar hasta acá.- Aria no había cambiado su tono sin emociones.
-Esos malditos...-Se quejó Mauro.- No importa, no lograrán entrar por esas puertas, tenemos a Caín Warner y Abigail Williams a nuestro poder, dentro de poco yo ocuparé el cuerpo de Caín y todos sabrán que nadie puede venir y retarme. Pronto, cada estúpido y miserable Origen será exterminado y con ellos, las asquerosas fallas.

No había estado preparado para ello.
Para aquella revelación.
Mauro quería tomar mi cuerpo, utilizarlo como su nueva vestimenta.
¿Acaso era posible? ¿Era suficiente mi parte Origen como para dejarlo adaptarse?

Si Mauro lograba adaptarse a mi cuerpo, entonces sería poderoso porque también tomaría mi magia con él. Sería mucho más poderoso que ahora.
Casi invencible.

Más disparos se escucharon y entonces Mauro empezó a ladrar órdenes.
-Los soldados los acabarán, hay que terminar el proceso de Caín, Aria, gracia por traer a Abigail contigo, sin duda nos será de ayuda también

No podía ver a Lukas pero sabía que seguía aquí. ¿Qué pasaba con la daga? La verían si se acercaban a mi.

Entonces los disparos cesaron y Mauro rio.
-¿Ven? Se los dije, ese pequeño grupo no tenía oportunidad contra los soldados, después de todo, los que eran verdadera amenaza ya no podrán levantar otra arma contra nosotros.
-Oh, en eso te equivocas.- La misma voz masculina que me dijo que aguardara la señal habló. Lukas.- ¿O no es así Abby?

Hubo un sonido, como de ataduras rasgándose y supe entonces que ellos no tenían a Abby, Abby los tenía a ellos.

Cundo Mauro maldijo y lanzó órdenes a sus doctores de terminar su trabajo conmigo, Lukas me llamó y supe que era la señal.

Ataqué con la daga al primer doctor que se acercó y le corté la mano.
Corté las ataduras de mis pies antes levantarme y empujar al resto de doctores con un campo invisible. Todos se amontonaron al otro lado de la habitación, entre heridos y muertos.
Entonces me enfrenté a Mauro.
Tres armas apuntaban hacia él y provenían cada una de Abby, Aria y el hombre alto de quien Lukas había copiado su imagen, un doctor supuse.

Mauro sostenía un arma en manos mientras que sus ojos nerviosos nos miraban a todos en la sala. Sin siquiera mover mis manos, le arrebaté el arma de las manos y la envié a las mías.
Ignoré las náuseas que crecían en mi estómago mientras me acercaba con pasos amenazantes.
Lo teníamos.

Lukas me lanzó un cambio de ropa que me lo puse en tiempo récord gracias a mis habilidades con la hechicería. Cuando estuve listo, Abby asintió y miró a Mauro. Y sonrió, de una forma cruel y honesta aunque sus ojos sólo podían destilar enojo.
-Hola Mauro, cuanto tiempo sin verte.

Entonces la puerta se abrió de golpe y el grupo entró. Todos y cada uno de mis amigos.
Vi a Elis, fue la primera a la que vi y cuando sus ojos me encontraron pareció vacilar.
Le guiñé para hacerle saber que era yo mismo y que mis recuerdos estaban a salvo conmigo.
Y ella soltó aire aliviada antes de apuntar su arma hacia Mauro uniéndose a todos.
Me abrí paso hasta él.
-¿Qué se siente saber que has sido derrotado por el grupo que intentaste destruir tantas veces y no pudiste?- Mi voz sonó tan fuerte y dura que me recordó a mi viejo yo, en parte también me sentía así. Quería arrancarle la cabeza yo mismo.

Levanté mi mano, listo para ponerle fin a su vida cuando...
-¡Alto! Caín, para.

Miré a Abby desconcertado.
-¿Por qué? ¿Qué ocurre?
-Cody, es Cody. Aria dijo que Mauro lo convirtió, no puedes matarlo aún, el único que podría saber sobre una cura que revierta los efectos del Canibalismo es él.

Ahora entendía su mirada preocupada. Se trataba de Cody.

Mauro seguía sin hablar o moverse. Al menos era inteligente. Sabía que al menor movimiento cualquiera de las armas apuntando hacia su cabeza y corazón le darían una muerte segura y ningún amigo hechicero lo ayudaría a cruzar a otro cuerpo nunca más. Estaría muerto, realmente muerto.
-¿Hay alguna forma? - Le pregunta Abby.-¿Tienes una cura para ello?

Los ojos de Mauro se movieron hacia ella con irritación.
-¿Por qué habría de ayudarte con eso? Igualmente dispararán después.
-Y lo haremos incluso sin respuestas.

Nos giramos ante la Chica muerte parada en la entrada, no la había visto desde que fui llevado con Mauro.
Él pareció reconocerla en cuanto la vio, incluso puedo decir que su tez palideció.
-¿Dalilah?
-¿Así que ya no soy experimento 12? Vine a cumplir mi promesa, Mauro ¿Estás listo para pagar tu deuda?
-¿Dalilah?- Preguntó Abby.- Dalilah no lo hagas. - Vio sus intensiones antes que nosotros.
La Chica muerte o Dalilah como en realidad se llamaba, avanzó hacia Mauro quitándose los guantes de sus manos en el proceso.
-Tú amigo no es mi problema Abby, lo único que me interesa es su muerte. De todas formas, las dos sabemos que no hay cura para lo que buscas.
-Retrocede.-Le advirtió Lukas.- Nos encargaremos pero no lo hagas, no aún, necesitamos respuestas...

Delilah miró a Lukas con dolor.
-Después de todo, pensé que tú serías el único en comprender por qué quería tanto su muerte.
-Y lo hago, pero si podemos ayudar a Cody en el proceso es una doble ganancia, sólo debes aguardar...

Mauro se movió, tan rápido que se ganó un disparo en el brazo de parte de Sam.
Pero no soltó la tablet que ahora tenía en sus manos. Incluso mientras si brazo sangraba.
-No te muevas o la siguiente irá a la cabeza.- Le advirtió Sam.

Mauro se burló con un resoplido.- No deberías amenazarme cazador, no cuando con un simple golpe en la pantalla puedo atraer a todos los soldados del lugar aquí para matarlos. Así que la amenaza va para ustedes, déjenme ir o mueren dentro de este edificio por miles de balas.
-Eres inteligente. Sabes que si mueves ese dedo sobre la pantalla no sólo lo perderás, sino que estarás muerto.- Le digo yo.- Después de todo, no tratas con principiantes que necesitan armas para matarte, estás rodeado por gente poderosa, estás vencido.
-No me matarán, yo sé dónde está ese amigo tuyo cazador, Cam, y de qué se trata la información que han intentado decodificar tan duramente y no han podido. Tantas preguntas y sólo yo conozco las respuestas.
Así que bajen las armas ahora o el resultado no les gustará.

Delilah lo miró con odio y él le devolvió la mirada antes de ver a Aria.
-Me sorprendes, pero no de una buena forma, pensé que serías más inteligente pero al parecer eres tan estúpida como tu hermana.

Aria apretó el agarre de su arma y fue distracción suficiente para que Delilah avanzara hacia Mauro intentando matarlo con su toque.
Ella se movió tan rápido que nos tomó a todos por sorpresa, todos a excepción de Mauro.
Pero antes de que Delilah lograra tocarlo, Mauro la envió hacia atrás con una ráfaga de fuego que mandó hacia todos nosotros.

Abby y yo nos movimos rápido. Yo envié un escudo que envolvió a todos y Abby consumió el fuego con su cuerpo y eso fue suficiente, pude ver el movimiento de su dedo al deslizarse por la pantalla del C-15

-¡No!- Gritó Aria. Pero era tarde.
Entonces Sam se movió, desapareció y apareció detrás de Mauro. Lo hizo caer de rodillas cuando impactó la culata de su arma en la cabeza de este y luego reapareció frente a él para arrebatarle el C-15, se lo tendió a Zack sin dejar de apuntarle a Mauro.
Jesse congeló los puños de este y mantuvo sus rodillas pegadas al piso con hielo.
-Fue por esto que nunca nos enfrentaste frente a frente.- Le dice Abby.- Porque no eres nada sin tu ejército, no eres nada sin tus armas o tus dones, por eso nunca viniste sólo a por nosotros y siempre mandabas a alguien más a hacer tu trabajo, porque eres un cobarde. Por mucho tiempo mi propósito fue asesinarte, a ti y a tus hermanas pero esperé más de ti, ahora sé que no vales nada.

Abby baja su arma y asiente hacia Delilah. Esta camina hacia Mauro con Lukas siguiendo sus pasos. Él ni siquiera tiene que tocarlo, sólo se queda frente a él hasta que poco a poco toma su forma. Lukas crece y se vuelve más musculoso, más viejo y entonces es Mauro.
-¿No quieres saber cómo ayudar a tu amigo? Si me dejas ir entonces buscaré una cura para él.- Es la primera vez que Mauro muestra algo parecido al terror mientras habla.
-Sé que Cody no lo habría querido, él habría preferido morir antes que dejarte a ti vivir, el hombre que asesinó a su alma gemela. Hazlo Delilah, cobra tu venganza, al parecer te quitó mucho más a ti que a mi.

Y justo en ese momento comprendo lo que Abby está haciendo. Está dejando ir a su amigo.

Y entonces sucede.
Delilah murmura algo en el odio a Mauro y luego lo toma de ambos lados de la cabeza, sus dedos aprietan su piel mientras que sus uñas se clavan profundamente en ella y la abre y hiere.
Poco a poco su piel empieza a agrietarse y volverse gris, los ojos de Mauro no dejan a los de Delilah en ningún segundo, incluso cuando sus ojos se vuelven grises y con apariencia marchita.
Mauro abre su boca.-Hija mía....

Es lo último que dice antes de que su mandíbula se desencaje y se vuelva cenizas, luego toda su cabeza lo sigue, el don de Delilah se esparce por todo el cuerpo de él hasta que no queda más que el polvo de lo que fue antes su cuerpo.
Miro anonadado a Delilah, no por lo que acaba de hacer sino por las palabras que Mauro murmuró hacia ella antes de morir. Hija. ¿Ella era su hija?

Pero no tuve oportunidad de preguntarlo porque entonces el edificio empezó a vibrar.
Nos miramos entre nosotros sabiendo lo que eso significaba.
El peso de cientos de pisadas juntas marchando hasta aquí.
-Los soldados ya vienen.- Murmuró Sam.
-¡Lukas apresúrate!- Le indiqué.- Tenemos que irnos de aquí, vayamos la azotea.
-¿Por qué no usamos un portal para sacarnos de aquí?
-Porque estoy prácticamente drenado después de lo que me han hecho y son demasiados para que tú y sabrina los saquen de aquí.
-Pero... - Todos nos giramos hacia Abby, sus ojos están brillosos.- No, yo no puedo, tengo que...

Sam llega hasta ella, está temblando.
-No puedo dejarlo así...
-Pero los soldados ya vienen, todos ellos, si te encuentran te mataran.- Le advierte Jesse.
-Lukas y Zack encontrarán la forma de pararlos, vamos a la azotea y cuando esto esté bajo nuestro control iremos por Cody.- Ella se gira ante la voz de Sam.
Asiente lentamente pero sé que no quiere hacer lo que le dicen.
-Vámonos.- Dice Aria.- Antes de que lleguen hasta aquí.

Corremos a la salida todos juntos, dejando los restos inservibles del hombre que empezó todo esto.
Con cada paso que doy hacia la azotea siento algo extraño en mi pecho.
Siento una especie de satisfacción pero a la vez un sentimiento de que nada volverá a ser como antes.

Elis envuelve su mano con la mía, la miro sin dejar de correr.
Y sé que en este juego he ganado y perdido, que el chico que fui en el pasado evolucionó gracias a la gente que lo rodeaba.
Y tal vez, después de todo, sí haya algo que agradecer a Mauro.
La familia que he ganado.

Mis queridos lectores, hoy subiré los últimos capítulos como una especie de maratón. Espero que disfruten los últimos capítulos y en serio me gustaría que al final de todo, escriban su opinión de la trilogía, por que su opinión es muy importante para mi.
¡Nos leemos en los agradecimientos!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro