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Capítulo 29

Justo hoy se cumplía un mes desde que Abby entró en coma y para todos fue una dicha saber que sus órganos estaban empezando a funcionar correctamente , sus latidos eran más constantes y por todo eso su aspecto pálido tomó un poco más de color. Eso fue como un rayo de luz en medio de este cielo nublado. Eso nos dio esperanza ya que había una posibilidad de que si seguía mejorando de esa forma ella despertara algún día. Antes, eso era sólo una posibilidad lejana, ahora es algo que puede suceder en cualquier momento.

Pero a pesar de que eran buenas noticias, no todos estaban tan esperanzados como yo, como por ejemplo el hombre delante de mi, con su cabello café revuelto y sus ojos verdes encendidos en furia.

Jordy sostenía a Sam y Zack a Jesse para que estos evitaran golpearse de nuevo
Me habían llamado de emergencia y llegué en cuanto pude pero el daño ya estaba hecho. Sam estaba golpeando a Jesse como si su vida dependiera de ello y aunque Jesse devolvía los golpes con fuerza no se comparaban a los movimientos fluidos y expertos del cazador. 

No pude evitar enfadarme.¿Cómo es que en vez de estar felices por los resultados de Abby se ponían a pelear? Ellos deberían estar aliviados de que Elis formara grupos de búsqueda para aparatos médicos que podían dar un mejor diagnóstico de Abby y por ello es que ahora sabemos que sus órganos mejoran cada vez más. 

-¿Qué carajos pasa aquí?-  Me paro en medio de ambos y coloco mis palmas en sus pechos para empujarlos más lejos.-¿Se dan cuenta de lo insensatos que son? Ella está justo aquí, en esta habitación y ustedes par de cavernícolas no respetaron eso.- No puedo ocultar el enojo en mi voz y lo peor es que en vez de tratar de calmarse ambos parecen querer morderse el uno al otro. Pensé que sus diferencias habían sido dejadas atrás, pues parece que no.- Quiero una explicación. Ahora.

Los ojos de Sam, cargados de ira y otros sentimientos oscuros se fijan en mi por primera vez y su mandíbula tensa hace que cuando hable parezcan gruñidos en vez de palabras.- El estaba aquí cuando vine para verla...

-¡Siempre vengo aquí, maldito idiota!

-¡Me importa una mierda! ¡Sabes muy bien que no fue porque estuvieras aquí que te golpeé! 

Miro entre ambos.

Jesse había visitado a Abby desde que pudo caminar sin ayuda y Sam lo sabía, también sabía que Jesse no estaba al tanto de lo que su padre provocó y Sam había entendido que era mejor para él no saberlo, había aceptado a no decirle la verdad por voluntad propia.¿Qué había cambiado ahora?
-Nada vale lo que hicieron.- Les gruñe Jordy.-¿Acaso creen que a Abby le hubiera gustado verlos golpeándose entre sí?

Sam se ríe de forma burlesca.- La conozco lo suficiente para saber que ella misma lo hubiera golpeado si hubiera podido hacerlo.

Mi ceño se frunce y casi de manera automática los de Zack y Jordy.

-¿A qué te refieres?- Le pregunto confundido.
-¡Vamos!¡Diles, maldito bastardo! Diles qué fue lo que escondiste todo este tiempo, lo que le escondiste a ella.

Me giro hacia Jesse que a pesar de estar furioso y a consecuencia de eso estar soltando vapor frío de su cuerpo hay algo en sus ojos que sólo puedo reconocer como culpa. 

Oh Jesse, no otra vez. Pienso casi como una súplica.

Le miro interrogante.- Habla.- Le pido con tono suave pero igualmente firme. 

Zack mira entre él y yo, igual de confundido y puedo apostar que también está rezando porque Jesse no hiciera nada imprudente otra vez. Pero por la forma en que él se remueve incómodo y con la mirada acusadora hacia Sam me dice que hay algo que no me gustará oír.

-¡Habla, maldita sea!- Le grita Sam ganándose un apretón de Jordy hacia atrás.

-¡Baja la voz!- Le dice este.- Recuerda a Abby.

La mirada de Sam se suaviza.

-Jesse, por favor acláranos esto.- Le pide su hermano, el único que le queda.

-Lo lamento.- Dice este con la mirada baja.- No había podido decirle la verdad a Abby porque ella ya me odiaba, que lo supiera sólo haría que fuera peor.- Se prepara para soltarlo, lo noto cuando toma aire y casi de manera forzada levanta la mirada hacia mi.- Mi padre me dijo la verdad cuando me fui con él, el padre de Abby no fue asesinado por unos cazadores, él lo asesinó.

A todos nos golpea la revelación. 

Por instinto, el enojo quiere que suelte exclamaciones inapropiadas hacia él e incluso hacen que entienda por qué Sam lo había golpeado. Ese era un secreto que no le correspondía ocultar.

Abby merecía saberlo.

Tengo que recordarme a mi mismo todo lo que él tuvo que pasar para evitar lanzarme encima de él.

Niego con la cabeza y con varias inhalaciones silenciosas logro calmarme lo suficiente para hablar.

-Fuiste un cobarde al no decirlo Jesse.

-Lo sé Caín pero ambos sabemos lo que Abby hubiera hecho si supiera la verdad, no sólo odiarme sino ir a por mi padre, ella lo mataría y yo no quería presenciar eso, a pesar de que ese hombre ya no es mi padre no soportaría verlo morir otra vez.

-Oh chico...- Murmura Jordy con la cabeza ladeada y los ojos entrecerrados, le hago callar con la mirada.

-¿Así que no se lo dijiste a ella pero sí a Sam?¿Qué pasaba por tu cabeza?- Pregunto confundido.  

Estaba más que claro que Sam lastimaría a cualquiera que le hiciera daño a Abby, fuera quien fuera. Así que ¿A Jesse no se le ocurrió que decirle a él iba a ser el doble de malo que decírselo a ella?

-Oh no, el muy cobarde no me lo dijo, yo entré cuando él estaba aquí con ella, no tuvo el valor de decírselo cuando estaba desierta así que decidió hacerlo cuando ella no podía escucharlo.-La voz furiosa de Sam cortó las que Jesse estaba a punto de decir.
-Me siento culpable.- Le gruñó este de vuelta.- Yo jamás pensé que ella terminaría así, sino se lo hubiera confesado en cuanto la volví a ver.
-El karma es una perra ¿Verdad? - Sam lo mira burlesco.
-¿A qué te refieres?

Los ojos de Sam se encuentran con los míos y de inmediato comprendo la situación.
-No lo hagas Sam.- Niego con la cabeza.- No lo...
-No Caín, él no merece misericordia. Perdió a su familia, lo entiendo y creeme cuando te digo esto. Ellos no se lo merecían. Pero tú, tú mereces todo el dolor que estás sintiendo, tú y tu maldito padre están cortados por el mismo cuchillo. Porque tu padre asesinó a su padre y vaya, años después quiso venir por su pareja. ¿Tanto odio le tiene a una chica de dieciocho años? ¿O es miedo?
-No comprendo a qué viene esto.-Murmura Jesse confundido.-¿Qué quieres decir?
-Lo que él quiere decir es que Abby está así por culpa de tu padre.

A todos nos sorprende escuchara la voz de Zack en vez de la de Sam.
Todos los rostros se giran hacia él.
-Fue Michael quien atacó a Sam, él clavó esa espada en su pecho y Abby para tratar de salvarlo dio su vida.

Jesse mira a su hermano con dolor en su mirada y también resentimiento.
-¿Lo sabías? ¿Lo supiste siempre y no me dijiste la verdad?- Luego se gira hacia mi.- Todos lo sabían ¿Cierto?
-Estabas demasiado débil, tanto físicamente como emocionalmente, ese habría sido un golpe demasiado duro.- Le trato de explicar.

Su mirada se dirige a Abby y sus ojos se llenan de lágrimas contenidas.
-Esto es mi culpa. Todo lo malo que le ha sucedido ha sido por mi sangre. Entiendo por qué me odia tanto.

Sam aparta la mirada de él y hace una mueca.
-¿Sigues pensando que tu padre merece ser salvado?- Le pregunta este.
-Supe desde el momento en que él trató de sacarme información en vez de cariño paternal que él no mercería ser salvado pero no quería volver a pasar por su duelo. Sin embargo, si tú Sam o ella o cualquiera de ustedes le diera caza ahora... Yo no los detendría. Sólo... Sólo no quiero estar presente cuando eso suceda.
-Lo lamento Jesse.- Le digo seriamente.-No quería que tengo enteraras así.

-No, Sam tiene razón. Merezco todo esto. Zack, por favor, suéltame necesito aire.- Su hermano lo libera dudoso luego Jesse se lo quita de encima y sin darnos otra mirada sale de la habitación sin limpiarse la sangre que resbala de su frente, cerca de su ojo. Le lanzo una mirada asesina a Sam.

-Estuviste mal.- No es como si él no lo supiera, simplemente...

-No me importa Caín, él le hizo mucho daño, él y su padre, no puedes esperar que no haga nada.

Quiero defender a Jesse pero no me salen las palabras, entiendo a Sam y su impotencia por proteger a los que quiere.

-Hoy te quedarás hasta tarde en la sala de entrenamientos.- Se encoje de hombros restándole importancia.

Jordy lo suelta sin mirarlo con enojo, parece más bien complacido.

-Si quieres yo te acompaño.- Le ofrece este y yo ruedo los ojos. 

-Como sea.- Salgo de ahí en busca de algo qué hacer.

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Tres días después se inauguró un área de estudio para niños y adolescentes.
Todo fue idea de Elis, guiar a los desafortunados chicos para que no pierdan su educación.
Así que cuando ella me buscó para preguntarme qué opinaba de ello, le dí luz verde.

Ella junto con otro grupo personas, limpiaron las celdas y las decoraron como mejor pudieron, cada celda fue arreglada con pizarrones y sillas, se arrancaron las rejas y botaron los grilletes que estaban incrustados en la pared para castigo de los rehenes que antes estaban aquí y en su lugar recortes de mariposas y pinturas en forma de las manos de los que ayudaron fueron pintadas en las paredes.
Ahora todos los pequeños y adolescentes pasan horas en el lugar que antes estaba hecho para castigar y que ahora era para ayudar.
Varias personas, entre ellos humanos, hechiceros, Orígenes y Medio orígenes que en el pasado eran docentes se ofrecieron a guiar en la educación a los jóvenes.
Ahora me llena de dicha cada vez que bajo y escucho las risas de los niños o sus voces al leer los libros que se les traen para que puedan divertirse y aprender más.
Y esas risas son las que me hacen saber que estoy haciendo bien las cosas.

Son las risas que le hacen falta al mundo.

Encuentro a Elis mirando al grupo esta tarde mientras cantan la canción del alfabeto. La mirada de orgullo que hay en ella me hace sonreír.

-Así que¿Cómo van tus alumnos, directora? 
Se gira ante el sonido de mi voz pero me regresa la sonrisa.- Oh, ellos están excelentes, escucha sus voces Caín y dime si no valió la pena.

-Valió cada esfuerzo invertido.- Le aseguro.  

Maggie, con su ahora cabello negro azabache como el de su alma gemela Jesse, repite la tonada para los chicos y señala las letras pegadas en la pared mientras los niños la siguen.

-¿Sabes? No había pensado en esto. Siempre estrategias, maniobras defensivas, guerra pero nunca en el futuro de estos niños, me siento egoísta por no ver cuán infelices eran y sin poder hacer mucho para ayudar salvo guardar silencio cuando una amenaza estaba cerca.

-Eres muchas cosas Caín, pero no egoísta. Alguien egoísta habría desechado la idea diciendo que lo más importante no era esto sino pensar en nuestra próxima movida. Pero como siempre, tu corazón te hizo tomar el camino adecuado.

-¿Qué te dio esta idea?

-La madre de Aaron, además de su trabajo dedicaba su tiempo libre a enseñar en una escuela pública, empecé mi educación ahí y luego fui avanzando hasta estudiar con Aaron en su cara escuela.

-Viste en estos niños tu necesidad de aportar algo.
-Así es. Ellos son el futuro, ya no somos sólo tú y yo, ambos con veinte y tantos años somos casi adultos pero ellos... ellos estarán aquí incluso cuando nos vayamos, siguiendo el ejemplo que se les dio, no el malo sino el camino de la bondad. Es importante que ellos sepan que hay cosas más importantes que la guerra, como el amor, como la unión.

Cuando habla puedo presentir algo en ella, la manera en que sus ojos brillan esperanzados y su voz se vuelve más liviana. 

Eso es lo que la esperanza provoca en uno.

Me permití sentirla, me he obligado a hacerlo por mucho tiempo a pesar de que a veces la vida y sus obstáculos me hacen dudar, vacilar sobre lo que realmente creo. Pero con todo lo que nos ha pasado, con lo que me ha pasado, perder la esperanza me destruiría, significaría que una parte de mi moriría.

Las personas que han muerto y han sido cercanas a mi tenían algo en común. Incluso en su lecho de muerte, ellos nunca perdieron la esperanza.

Los próximos días pasan rápido, convirtiéndose en una semana. No han habido inconvenientes, por suerte la gente de Mauro no ha atacado en al menos dos semanas, se han rendido al no poder traspasar el hechizo protector que yo y otros hechiceros hemos mantenido al rededor del búnker pero no sería sorpresa que un día de tantos lo logren, ya que los Primeros son tan viejos y tienen a muchos hechiceros a su disposición para contraatacar mi hechizo, sin duda más viejos y más experimentados que yo, sin embargo no tan poderosos como mi gente y yo.

La situación entre Jesse y Sam es complicada, este último no puede ver a Jesse sin querer tomarlo por el cuello, no es de extrañar que Sam quiera venganza en nombre de Abby por lo que el padre de Jesse le hizo a ella y a su familia, así que por la seguridad de ambos se mantienen alejados. Jesse se niega a hablarme por ocultarle que fue su padre quien lastimó a Sam y por ende a Abby pero parece seguir charlando con su hermano a pesar de que este también conocía la verdad, pero sino era con él¿Con qué otro familiar podía hablar? Ya casi no le quedaba nadie, sólo Zack y Maggie y por supuesto estamos nosotros que somos su familia pero yo sabía que el hueco que su hermano y su madre se llevaron iba a ser imposible de llenar.

Más tarde, Sam viene a verme a mi oficina, lo primero que se me viene a la mente es que ha atacado a Jesse pero no hay sangre sobre él, por suerte.

Me saluda con un movimiento de cabeza y cierra la puerta tras de él.

-¿Ha pasado algo?

-De hecho, sí. ¿Recuerdas aquel día cuando viniste a verme luego de despertar para hacerme preguntar y saber cuánto recordaba?

Asiento vacilante, no sé a qué viene esto.

-Por supuesto, lo recordabas casi todo, excepto...

-Excepto el lugar en el que estuve con Mauro.

Vuelvo a asentir.- Sí, sin duda fue una buena jugada de su parte el borrar cualquier existencia de su localización.
-Sí pero no tan buena al parecer.-. Sonríe de lado y es cuando veo su labio roto pero no sangrante.
Dos preguntas me vienen a la mente. 

La primera es...¿Ahora en qué problemas se metió para tener el labio así?

y la segunda pero no menos importante...  ¿A qué se refiere con "No tan buena"?

-Explícate.- Le pido inclinándome más hacia él desde el otro lado del escritorio, así puedo escucharlo mejor.

-Verás, estaba entrenando a un hombre y como que lo enojé al insinuar que su madre podía moverse mejor...

-Así que te enseñó que con su madre no juegues.- Tanteo adivinar, hace una mueca pero asiente.

-Bueno, se suponía que enojarlo era parte del plan pero no lo era el salir con una de mis mejores partes rotas.

-Al menos fue el labio y no...- Ahora yo hago una mueca al imaginar el dolor.- Bueno, como sea, sigue.
-La cuestión es que el golpe me hizo chocar la cabeza contra la pared y entonces unas imagines vinieron a mi mente.

-¿Recordaste el lugar en donde estabas?
-Sí, no todo pero... sí recuerdo una prisión. Las celdas eran utilizadas como nuestras habitaciones y el perímetro como campo de entrenamiento. Recuerdo cuando bajé del helicóptero, el territorio me parecía conocido pero como era de noche y Mauro nos hizo entrar demasiado rápido no pude enfocar mi mente mejor, ahora lo comprendo, sé dónde está la base de Mauro.

-¿Aquí en Londres?- Pregunto esperanzado.

Sam en vez de contestarme se levanta y camina hacia el gran mapa en la pared y tomando un marcador rojo hace un círculo en él. Me levanto yo también y casi me pego una bofetada mental por no haberlo visto antes.

Un lugar grande, seguro en donde nadie sospecharía que pudiera esconderse.

Una prisión.

-Podría abrazarte ahora mismo.- Digo sin dejar de ver el círculo y sin poder detener una sonrisa que se extiende por todo mi rostro.

-Así de espectacular soy. 

Me giro a verlo.

-¿Qué más recuerdas?
-No mucho, ya que antes de ser... programado o como se diga, no me dejaban salir mucho de mi celda, podía andar por los alrededores pero no salir del edificio, no pasó ni una semana cuando me llevaron a lo que le llamaban un laboratorio donde me ataron y obligaron a quedarme quieto para implantarme el chip. Los detalles son dolorosos, recuerdo que me resistí tanto que tuvieron que borrar a Abby de mi memoria porque era lo que me mantenía atado a quien yo soy, recuerdo que antes de que la borraran la desbloqueé sólo para llamarla... tratar de decirle cuanto la amaba pero no pude llamarla por ese apodo que...- Se ríe tristemente, negando con la cabeza como para apartar la tristeza que lo invade. Sin embargo se le hace imposible, puedo verlo en sus ojos.- Mis últimas palabras fueron Pastelito y luego los recuerdos se fueron borrando uno a uno y lo único que quedó en mi fueron los malos recuerdos, los de mi pasado, y en mi cuerpo sólo quedó el cazador que había dejado atrás. Ahora puedo recordar cuánto quise resistirme, cuánto traté de luchar pero todo fue en vano porque lo que me hicieron fue demasiado para mi cabeza. 

-Lamento que tuvieras que pasar por esto otra vez.
-No fue eso lo peor de recordarlo sino recordar todas las cosas que tuve que hacer. Maté a inocentes otra vez, niños...- Cierra los ojos con fuerza.- Abby estaría asqueada.

-Los dos sabemos que no sería el caso. Abby sabía que no tenías el control de ti mismo.
-Pero eso no quita que haya sangre de inocentes en mis manos, otra vez.
-¿Quieres hablar de ello?

-No, yo... no es que no sepa que eres de confianza sino que no estoy listo par dejarlo salir.
La verdad es demasiado oscura.
-A veces lo es.
-La mayoría del tiempo. Lo importante ahora es que sabemos lo necesario para empezar un plan de ataque o espionaje.
-Tienes razón, lo que me parece impresionante es que el lugar no está muy lejos de aquí, lo único que se me ocurre es que Mauro también lanzó un hechizo para hacernos creer que el lugar estaba vacío. Seguro fue esa la razón de que los grupos de vigilancia no notaran actividad ahí antes.
-Tendremos que averiguarlo.- Propone él.-¿Te apetece ir de excursión nocturna?- Pregunta divertido. Eso me hace recordar a Abby y sus salidas nocturnas para buscar a Sam.
-Oh, por supuesto, sería un placer. 



Miro por binoculares hacia el edificio aparentemente vacío.
Todo es silencio y tranquilidad.
Eso si no fuera por la cantidad de energía que siento incluso a varios metros de distancia.
Sam a mi lado no lo nota o tal vez sí pero no de la misma forma que Lukas y yo.
Los brazos de Lukas tienen la piel enchinada.
-No hay duda alguna, tienen un hechizo muy poderoso sobre ellos.- Comenta el antes mencionado.

-Hay soldados vigilando el perímetro, supongo que esos están fuera de los límites, por eso podemos verlos.- Comenta Sam, con cada bocanada de aire sale vapor frío de su boca y a pesar de estar tan abrigado como Lukas, ambos se estremecen por el frío. Yo no, mi parte Origen de fuego no me permite sentir frío de esa forma.

-Si queremos atacarlos entonces debemos encontrar una forma de anular el hechizo y por lo que siento... es muy, muy poderoso.

Lukas suelta un bufido.- Ventajas de tener a hechiceros ancianos de tu lado.

-Exacto.

-Pero ¿Es posible?- Ante la pregunta de Sam, Lukas y yo nos miramos.

-La única forma de hacerlo es absorberlo.- Le contesta Lukas devolviendo su atención hacia las calles debajo de nosotros. Desde aquí, arriba de uno de los edificios nadie nos puede ver y menos con el hechizo de camuflaje en nosotros. Hablando de eso, los Primeros no sólo habían utilizado un hechizo para proteger el lugar sino que utilizaron otro para ocultarse.  No es un sólo hechizo complicado, sino dos.

-Creo que volveré a preguntarlo¿Es posible? 

-Técnicamente sí ¿Cómo lo haremos? he ahí el dilema.- Le contesto yo.

Antes hubiera sido sencillo conseguir algún contacto que pudiera brindarnos ayuda, ahora eso era difícil ya que mis antiguos contactos ya no podían verse conmigo directamente, sin poder llamarlos o textearles, ni siquiera poder enviarles un mensaje de fuego al no tener su esencia en mi cabeza o algo material de ellos. Estamos solos, dudo que los hechiceros que viven con nosotros sepan tanto de magia, la mayoría son novatos, tuve que enseñarles el hechizo de protección al búnker y por varios días fuimos Sabrina, Lukas y yo quienes trabajábamos más ya que no todos lograban dominar dicho hechizo.

Mi padre una vez mencionó algo sobre absorber magia, pero eso pasó hace demasiado tiempo, ahora el recuerdo es borroso, sólo sé que es algo peligroso de hacer y sólo los más fuertes son capaces de lograr absorber magia y sobrevivir, de todas formas, los que sobrevivían lo hacían con consecuencias, algo así como una sobrecarga de poder.

Miro a Lukas de reojo sabiendo por su mirada y su sonrisa ladeada pero de una forma disreta me dicen que sabe algo al respecto, no recuerdo muy bien si mi madre escribió algo al respecto en el diario que le entregué a Lukas.

-Tal vez no sea necesario anular el hechizo.- Eso me gana una mirada decepcionada de parte de Lukas y una esperanzada de Sam.- Podríamos hacerlos salir. Me imagino que Mauro tendrá que salir otra vez, cuando lo haga será visible y podemos atacar.

-Podríamos pedirle a Cam y Devon que creen una distracción.-Sugiere Sam.

-¿Es en serio?- Lukas se gira hacia nosotros.- Tenemos la oportunidad de atacarlo en su propio hogar y...

-Te recuerdo Lukas que no queremos que nada más que los Primeros salgan lastimados aquí. Toda esa gente está ahí porque no tiene otra opción y tal vez hayan alguno que otro fanático que está por decisión propia pero tampoco merecen morir, simplemente están equivocados. Tenemos que esperar a Cam y Devon, estoy seguro de que ellos nos traerán las respuestas que queremos de cómo desconectar a todos de este tipo de... red controla cerebros.

-¿Entonces no actuaremos?

-Hoy no, mañana tampoco pero ellos pagarán, eso no lo dudes.

-Su muerte me basta.- Lo escucho decir.

Su mirada se vuelve fría y lejana y eso me molesta porque siento que no puedo hacer mucho para detener los pensamientos provenientes de su cabeza.

Lukas estuvo prisionero por ellos, por la gente de los Primeros, tanto tiempo cautivo que ni siquiera recuerda los rostros de sus padres o el amor de ambos.

Quiere venganza, así como todos, pero su razón es más significativa ya que los Primeros nos han arrebatado muchas cosas a todos nosotros, tanto materiales como emocionales, incluyendo a familiares, nuestros hogares e incluso, nuestro futuro. Pero a Lukas le arrebataron algo más. A él le arrebataron la vida desde pequeño.

Lukas no conoce un mundo donde te tienes que levantar temprano, no para vigilar un perímetro en busca de peligro sino para ir a la escuela, desayunar no con comida enlatada o rancia por la fecha de caducidad ignorada sino con un buen plato de huevos y pan tostado con un vaso de jugo fresco. Lukas no conoce lo que es tener amigos de su edad y poder hablar  de cómics o sobre el buen partido de fútbol del viernes, no sabe lo que es caminar sin tener que mirar hacia atrás constantemente o mantener la mano cerca del arma, no sabe lo que son los días de relajación, las comidas familiares, el ir al cine con amigos o tener una novia y tontear bajo las escaleras. Los Primeros le arrebataron esa vida y en su lugar lo que vio por años fue una pared desde su lado de los barrotes, la inconsciencia por las drogas y el temor de que el mañana nunca llegara o tal vez la esperanza de que no llegara.

Sé que Abby tiene como propósito matarlos a todos pero todos tenemos razones para querer lo mismo, incluso Lukas que no había mencionado antes el querer arrebatarle la vida a su opresor se le nota en la mirada el deseo de hacer justo eso. Me duele tanto que tenga que tener esos pensamientos, que haya tenido que arrebatar vidas para sobrevivir, él merece algo mejor en esta vida, una nueva oportunidad.

-Su muerte será el fin de esta vida gris, prometo que hay algo más además del caos y la destrucción.

Sus ojos enmarcados con sus lentes me devuelven la mirada.- Quiero creer que es cierto. 




Al regresar al búnker ya que no se pudo hacer nada más que observar el hechizo frente a nosotros, pensé que Lukas había acabado con la conversación, pero al parecer no fue así.

-Tengo que hablar contigo.- Su voz parece urgente. Asiento y abro la puerta de la oficina.

Lo veo caminar hasta uno de los sillones con pasos apresurados y para nada vacilantes, algo en su expresión cambió desde que estuvimos afuera, se volvió más cruda, más oscura y eso realmente me molesta porque no debería tener tanta oscuridad en su mirada y en sus ojos la palabra "Venganza" no debería resaltar más que la hospitalidad.

-¿Ocurre algo?- Sé que mi pregunta está de más.

Obviamente algo le pasa.

-Ese hechizo podemos deshacerlo y lo sabes.
Ahí estaba, una acusación más que una observación. 

-Lo haces parecer tan sencillo...- Niego con la cabeza mientras mi voz se apaga. Me siento frente a él y tomo un respiro antes de hablar.- Lukas, no es así de simple.

-¡Los adultos siempre complican las cosas!.- Exclama exasperado.- La respuesta está ah_ Caín, frente a nosotros y tú no quieres tomarla.

Me molesta tanto el hecho de que piense que no tomaría cualquier oportunidad para vencer a los Primeros, pero me supera el temor de lo que podría pasar si decidiera hacer lo que él propone, no conoce los riesgos, no conoce el precio. Porque hay algo que él debería saber a esta estancia, luego de que tuviera que robar vidas para mantenerse vivo mientras utilizaba un hechizo poderoso y es que toda magia tiene su precio.

-Lukas, si tan sólo fuera ir y absorber el hechizo, créeme que lo haría...- Su mirada de impotencia no desaparece. Conozco esa maldita mirada.- Pero hay algo más, algo oscuro acerca de ello.

-Explícame, por favor.- Pide en un susurro. Sus cejas se juntan dándole un aire más... aniñado, más juvenil de lo que es.

-Cuando un hechicero absorbe un hechizo, este se carga con energía, con poder y como sabes, hay hechizos blancos y hay hechizos oscuros, no importa de qué clase sea, todo eso uno lo absorbe.¿Crees que tener tanto poder en ti no producirá consecuencias?- Ni siquiera lo dejo contestar,  pesar de que estaba a punto de hacerlo.- Por supuesto que sí, sí la hay, siempre las hay. Si yo absorbiera ese hechizo, me sobrecargaría de poder y eso bien podría matarme o... volverme loco.

-¿Loco?

Asiento.- El poder enloquece Lukas, a veces ni siquiera te das cuenta, no hasta que te das cuenta de que haz empezado a convertirte en alguien que no querías ser cuando estabas cuerdo. Hay algo que no sabes de mi, una parte que no conoces. En el pasado cometí muchos errores, tenía demasiada sangre inocente en mis manos y si no hubiera recapacitado a tiempo habría más. Mi punto es... es que ese viejo yo podría volver, semejante poder podría corromper mi mente y traerlo de regreso. 

-Estás equivocado. Ese ya no eres tú, puedes controlarlo.

-No lo sabes, no lo sé. Cualquiera podría ceder ante el poder, por muy fuerte que uno sea, siempre está al borde de la línea que separa al bien del mal. Ese poder tan grande como para cubrir a tanto terreno, a tantas personas dentro, para camuflar la realidad podría ser un detonador para mi, no quiero averiguar si lo que temo sucederá.

-Ay Caín, actúas como si no conocieras tus principios.

-No, yo los conozco muy bien, pero no entenderás de lo que hablo hasta que lo sientas por ti mismo. Pero lo haz sentido antes¿Cierto?- No quería sacarle en cara lo que le había pasado pero es la única forma de explicarle esto, la única manera de que entienda.- Cuando estabas débil porque tuviste que camuflar a una parte del grupo para poder entrar de nuevo al búnker y que Aaron no lo supiera tuviste que recargarte, tú absorbiste la energía de varias personas así que dime¿Qué sentiste cuando lo hiciste?

Me mira solido y en segundos aparta la mirada incómodo.- No puedo creer que sacaras esto a conversación, sabes que no es algo de lo que me gusta hablar.

 -¿Por qué?- Le presiono.

Su mandíbula se tensa y es la única señal que obtengo antes de que se levante, limpia sus manos sudorosas en sus pantalones y ahí es cuando me doy cuenta de que sus manos tiemblan. 

-Dime.- Le pido con voz suave esta vez.

-Y-yo...- Deja salir un resoplido que parece más bien un suspiro de alivio.- Yo me sentí bien. Nunca antes había sentido tanto poder latente en mis venas, me... me gustó.

-Cuando la energía entró en tu cuerpo¿Qué pasó?

-Tuve que cerrar los ojos, todo era demasiado brillante para mi, y aún cerrando los ojos vi como luces debajo de mis párpados.- Eso era energía pura, poder emanando de él.- Luces brillantes de colores que parecían... parecían susurrar cosas.

-¿Qué te susurraban?

-No... no lo sé, no podía entenderlas bien.

-Yo sí sé, las escuché más de una vez, eso quiere decir que hice muchas veces lo que tú hiciste ese día. Sé muy bien lo que esas luces te decían.- Me mira otra vez, esta vez, sus ojos están cargados de electricidad, su cuerpo está tenso.- No pares. Eso es lo que te decían y a pesar de que no las entendías bien, tu cuerpo sí lo hacía, por eso mismo no te detuviste hasta que todo fue drenado del cuerpo de esos hombres, porque el poder, esas luces como tú las llamas, te decían que no pararas, querías más, te hacían creer que lo necesitabas. Y  se sentía tan bien cuando te dejabas ir¿Verdad? Cuando tus venas empezaron a picar de tanto poder, cuando tus sentidos se volvieron uno, cuando te sentiste... imparable. Ahora piensa en esto, tú sólo consumiste la energía de cuerpos, imagina consumir la energía de un hechizo tan grande como el que tiene Mauro cubriendo su escondite. Imagina ese poder multiplicado por diez y ahora dime¿Crees que lograrías soportarlo?¿Lograrías no obedecerle a las voces cuando te digan que uses todo ese poder a tu antojo y sin importar las consecuencias?

Guarda silencio, ni siquiera tengo que meterme en su mente para saber que está recordando esos momentos. Ese día lo marcó, pero él ya estaba marcado desde antes, lo que significa que logró sobrevivir a algo más.

Mi pasado es demasiado oscuro, plagado de cosas que ni siquiera quiero recordar en mi cabeza pero una de esas cosas fueron sacadas por él. Para que pudiera entender.
Mi historia sobre cómo sobreviví en las calles por un hombre que me acogió y luego abandonó al enterarse de que no era humano no termina conmigo huyendo a las calles otra vez. Esa no es toda la historia. Omití la parte en que succioné toda la energía de su cuerpo viejo y arrugado, omití el dolor que sentí al ver la vida abandonar sus ojos. 

Mi primer asesinato y ni siquiera tuve que utilizar un arma porque... yo era el arma.

Luego de eso, cuando sentí aquella maravillosa vibra en mi interior, algo se liberó en mi, las voces eran gloriosas así que las seguí, seguí sus consejos. Me dijeron que volviera a hacerlo, que no parara.

Y por mucho tiempo no lo hice, me volví adicto al poder, eso hasta que conocí a esos hermanos...

Elías es el único que sabía de mi condición, de mi fea adicción y fue también quien me ayudó a luchar contra ella.

Pero había sido tarde para mi, había demasiada oscuridad dentro de mi, demasiada culpa y sangre recayendo en mis manos que yo sólo me dejé llevar por un tiempo, ya no habían voces, era mi propia voz que me decía qué hacer.

La venganza fue mi objetivo, porque sólo eso me quedaba.

Dejé de hacer eso, de absorber la energía de hechizos y mucho menos de personas y si lo hacía era en casos de emergencia, como último recurso y Elías siempre se encontraba cerca por si era demasiado para mi.

Y ahora estaba esto.

La posibilidad de ahorrarnos muchas estrategias si sólo absorbiera el hechizo, pero si lo hacía, había una posibilidad de que él me absorbiera a mi. 

Lukas se pasa las manos por el rostro.
-Lo lamento.- Me mira con arrepentimiento.

-No tienes por qué disculparte, tú sólo querías aportar algo a la causa.

-No, no era sólo por eso.- Se acerca a mi lentamente y yo me levanto para estar a su altura.- Hay algo que...- Su voz se rompe, su postura desvanece.

Oh no... no, no.

-Lukas.- Su nombre se me hace pesado. Quiero creer que no es cierto.-¿Tú...?

-Lo lamento.- Repite. Esta vez me atrapa entre sus abrazos y me sujeta con fuerza en un abrazo necesitado. Mi pecho se sacude, tristeza y desesperación, ahora lo entiendo, eso era lo que había en su mirada pero no por necesidad de buscar una solución al plan de atrapar a los Primeros. Era necesidad por algo más.-No he podido parar, luego de ese día, cuando tomé esas vidas se sintió tan bien y tan mal que me asusté...- Siento la vibra de su voz en mi pecho. No puedo evitarlo, cierro los ojos con dolor. Le he fallado. Le he fallado a Lukas al no estar al tanto de sus problemas, por querer salvar el mundo no he salvado el suyo.- Quería volver a sentir aquello pero no quería seguir matando así que en vez de tomar la energía de humanos u Orígenes, empecé a tomar la de otros hechiceros, siempre tomando poco, lo suficiente para no drenarlos por completo y yo siempre me sentí... más fuerte, más... invencible. Pero no he podido parar. Esta noche cuando sentí toda esa energía yo quería... quería sólo tomarla, toda. Esas voces me llamaban...- Le siento estremecer mientras escucho su voz romperse. No sólo él está asustado, yo también lo estoy.- No sabes cuántas veces he sentido tu poder y querer... tomarlo. Lo lamento Caín, por favor perdóname.

Lo abrazo con más fuerza negándome a dejarlo ir.

¿Por qué?¿Por qué no pude evitarlo?¿Por qué no pude ayudarlo?¿Cómo es que no noté que era más poderoso? Ya de por sí lo es, ahora él es como... una bomba. Podría estallar en cualquier momento.
No voy a dejar que pase, no puedo.

-No Lukas, yo lo siento. Lamento no haber estado para ti, no haberlo visto antes y ayudado antes de que llegaras a este punto.

-Estoy asustado.- Me aferra con fuerza.- No quiero hacerle más daño a la gente, no quiero consumir a nadie más.

-No tendrás que hacerlo más, lo prometo. Saldremos de esto.

-¿Lo prometes?- Me pregunta desesperado.

-Lo prometo.

Algo dentro de mi cambia.
Me hace abrir los ojos.

¿Si sólo soy un líder entonces en donde queda Caín Warner entonces?¿Dónde queda mi vida luego de esto?¿Y si estoy cometiendo el error de tratar de salvarlos a todos y es justo eso lo que me hace no hacerlo al final?

¿Quién soy yo sin ser un líder?

No pude ver a Lukas en su momento más oscuro hasta que estuvo consumido, no pude estar para Abby en el momento en que todo sucedió, no pude salvar a Natasha porque estaba exponiendo a los Primeros frente a todos esos cazadores y lo peor de todo, ni siquiera pude tener mi duelo por la muerte de mis padres porque yo ya estaba planeando una venganza.

¿Quién es Caín Warner realmente? 

Me da miedo admitir que no sé la respuesta.  

    

Lamento no haber publicado en tanto tiempo, últimamente he estado ocupada pero no he dejado de escribir, si se fin bien es un capítulo largo y es que le agregué otro capítulo que tenía listo a este porque me había quedado muy corto así que se hizo extenso.

Quería recordarles que falta cada vez más poco para el final así que disfruten al máximo estos últimos capítulos.

Muchos me han preguntado si Abby y Sam tendrán un final feliz y déjenme darles un pista al respecto.
Su respuesta está en uno de los capítulos de Infierno Helado.
No les confirmaré cuál, sólo eso puedo decirles.
Prepárense porque estos capítulos que vienen serán un despertar.
¡Saludos!


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