Capítulo 25
(Escuchar canción mientras leen)
Caín Warner
No sé en qué momento empecé a correr, ni en qué momento fue que las palabras que salieron de la boca de Elías pasaron de ser una mala broma a una mala realidad.
Pero sí sé una cosa, y es que estoy asustado.
Mis pasos retumban por todo el pasillo y de camino a los escalones.
La gente fuera de sus habitaciones están apilando los cuerpos de los soldados a un lado y su gente, a los nuestros en otro lado.
No puedo evitar pensar en el mal presentimiento qué tuve durante todo el día de ayer antes de irnos de aquí, presentía que algo malo sucedería pero jamás pensé que eso malo iba a pasarle a Abby, pensé que iba a ser a mi e incluso le resté importancia pensando que aquel sentimiento sólo era nerviosismo por lo que podría suceder.
Pero al parecer no fue sólo nerviosismo sino que yo ya presentía la muerte que asechaba dentro de estas paredes.
Llegando a la enfermería siendo guiado por los gemelos, estos se detienen frente a una puerta blanca. No sé si es la ira o el sentimiento de dolor en mi pecho pero me cuesta respirar y soy plenamente consciente de que los que me siguieron hasta aquí están igual de mal que yo.
Lukas está sollozando y Julian con la mirada perdida lo consuela.
-Está aquí.- Jordy dice con voz apagada. Abre la puerta lentamente pero yo no me muevo.
No sé si estoy listo para que mis ojos la vean de esa forma, ciertamente ninguno lo está.
Miro por la delgada abertura, pasando saliva para evitar que un grito o un sollozo salga de mis labios porque es justo lo que quiero hacer.
Quiero romper cosas, quiero encontrar a todos y cada uno de los soldados que lograron escapar de aquí y desmembrarlos uno por uno, quiero encontrar a los Primeros y hacerlos pagar. Pero sobretodo quiero que esto no fuera verdad, que Abby fuera capaz de abrir los ojos otra vez.
Me siento como años atrás, cuando el sentimiento de pérdida era mi pan de cada día. Me había negado a dejar ir a alguien más, se suponía que mi deber era cuidar de mi familia pero no pude hacerlo esta vez y ella pagó el precio.
Es Lukas quien me aparta para entrar y una vez más me sorprende su valor, yo me había quedado mirando la abertura pero sin querer ver más allá.
Fue hasta que él entró y sus sollozos se volvieron más ruidosos que tomé el valor para moverme.
Y ahí estaba ella.
En una cama en medio de la pequeña y blanca habitación y en una silla a su lado estaba Sam tomando su mano y con su mirada vidriosa y derrotada en su rostro.
Algo en mi se rompió al verla inmóvil e inconsciente. Sus ojos grises estaban cerrados y su tono de piel, antes sonrojado de manera natural ahora estaba demasiado pálido y su cabello rojizo tan opaco como una rosa roja marchitándose. Así estaba ella en estos momentos. Marchita.
Pero era su rostro el que me inquietaba más.
No era lo que esperaba ver en ella. No había señal de dolor en su rostro, ni una sola mueca que mostrara que sufría. Sus labios estaban ligeramente curvados como si al cerrar sus ojos por última vez lo hubiera hecho feliz.
Una lágrima corre por mi mejilla derecha, haciéndome cosquillas.
Ella parece tan tranquila.
Quisiera estar molesto con Sam, después de todo, que ella esté así es a causa de lo que le sucedió a él.
Pero sé que si Abby estuviera despierta y escuchando mis pensamientos se enojaría conmigo.
Así que me obligo a calmarme, después de todo, el enojo sólo es una vía de escape para dejar salir mi dolor.
Sam no tiene la culpa de esto, Abby tomó su decisión al salvarlo. Su vida por la de Sam y lo hizo con gusto, con una sonrisa en su cara.
-Lo siento.- Los ojos de Sam suben lentamente hacia mi rostro al escucharme hablar y una arruga profunda se forma en su frente.
-Estoy tan cansado de que hablen de ella como si estuviera muerta.¡No lo está! Sólo escúchala Caín, su corazón late, lento pero late. Mira estas máquinas, les están gritando a todos que está viva.- Su voz se quiebra en más de una ocasión.
Sí, ella no estaba muerta, como dijo Sam, las máquinas a ambos lados de su cama demostraban su pulso latente.
Pero lo que Sam se negaba a reconocer es que en cualquier momento esas máquinas soltarían un pitido dándonos a conocer que ella ya no está con nosotros.
Porque aunque ella no es humana y su cuerpo se cura rápido, lo que le sucedió podría incluso matar a los Primeros.
Sam estaba muriendo a causa de la espada en su pecho rozando su corazón, Abby sabía que podía dejar esa espada ahí hasta que Sam se desangrara a causa de que su herida no cerraría y en algún momento su corazón se dañaría, podía quedarse con él hasta que diera su último aliento o podría sanarlo con ayuda de la conexión entre ambos, darle a él energía y fuerza vital necesaria para curarse, para lograr sacar la espada aunque esta rasgara su corazón pero con su ayuda lograría reponerse, incluso sabía lo que pasaría si ella lo hacía. Sabía que dándole a él toda su fuerza vital haría que sus propios órganos empezaran a detenerse lentamente, provocando que su sangre dejara de circular y su corazón se detuviera. Lo sabía y aún así lo hizo.
Sólo que justo cuando su corazón se estaba deteniendo Sam despertó y no la dejó ir.
No todos saben que cuando alguien sufre un paro y se le hace RCP puede hacer que su corazón se estabilice pero también podría provocar un coma.
Sam no lo sabía cuando lo hizo, cuando intentó traerla de vuelta.
Y ahora ella está aquí, dormida, acostada en esta cama pero sin poder abrir los ojos.
¿Su corazón late? sí.
¿Sus órganos están bien? Apenas
¿Puede respirar por su cuenta? No, ella está entubada porque no puede hacerlo así que los tubos respiran por ella.
¿Despertará algún día? No lo sabemos.
Ni siquiera me atrevo a decir todo eso en voz alta, por la manera en que Sam la sostiene y observa él espera verla abrir los ojos en cualquier segundo, él confía en que las modificaciones genéticas la harán inmune a esto tan... humano como es la muerte.
Pero la verdad es que no, ni siquiera Abigail Williams es inmune a la muerte. Aunque en vida fue valiente, fuerte e inteligente. La muerte no perdona a nadie, incluso si esta persona merece una segunda oportunidad.
No culpo a Sam por no haberla dejado ir y haber provocado este coma en ella porque creo que en su lugar yo hubiera intentado lo mismo, hubiera hecho de todo por hacerla respirar de nuevo.
Así que apoyo mi mano en su hombro con fuerza y asiento.
-Sí, es verdad Sam, ella despertará.- Lo digo incluso cuando ni yo mismo lo creo.
Puedo ver la culpa en sus ojos y la histeria.
Me apiado de él sabiendo que sin duda se culpa por esto.
-Sé lo que estás pensando en estos momentos pero fue su decisión no la tuya.
-Prometí que la cuidaría y mira cómo acabó.
-Necesitas descansar...- Intento alejarlo de la camilla pero no me deja.
-¡No!¡No puedo dejarla, ella va a despertar y no me verá a su lado!- Y aunque su voz parece enojada, su agarre hacia ella es suave como la seda.
Lukas está del otro lado de ella, acariciando su cabello rojizo y murmurando cosas en voz baja. Para él también es duro ya que era importante para él, se había encariñado tanto de ella que me dijo en más de una ocasión que era lo más cercano a una madre o hermana que había tenido en años.
Unos pasos resuenan y cuando me giro veo a Natalia entrar con una mirada horrorizada en su rostro, se deja caer al suelo llorando. Zack aparece detrás de ella y la intenta levantar por detrás.
Ella forcejea contra él.
-¡No, no no, ella no por favor!¡Abby!- Pronuncia su nombre en un sollozo que termina de desgarrar mi corazón.
-¿Dónde están sus padres?- Le pregunto a Elías.
-Su madre se había desmayado, la tienen en observación...-. Justo en este momento Jared entra negando incrédulo con su cabeza. Lentamente su cuerpo empieza a temblar.
-Esto no puede estar pasando, no puede, no.- Sus ojos se cristalizan y segundos pasan cuando las lágrimas ya están cayendo.
Sam se levanta de la silla al lado de ella, dándole paso a Jared. Pero este no va hacia la silla sino directo hacia Sam.
En un borrón de tiempo y rapidez Jared empieza a golpear a Sam.
-¡No!- Deja salir Lukas.-¡Esto no es lo que ella querría ver!
Entre los gemelos, Karum y yo ayudamos a separarlos, aunque era Jared el que se resistía, el rostro de Sam estaba impregnado de sangre de las heridas que ya se estaban curando, sin embargo no metió ninguna mano para evitar ser lastimado.
Lo ayudo a levantarse.
Jared aún está rechinando los dientes.
-Esto es tu culpa, mi hermana estaría bien si no fuera por ti, ni siquiera la amas, ni la recuerdas. ¡No valías la pena!
-¡Calla Jared!- Le ordeno.
-¡¿Acaso vas a negarlo, Caín?!¿Que esto no es su culpa?¿Que incluso tú no lo culpas por lo que sucedió?
-Abby tomó su decisión, todos aquí debemos respetarla porque incluso tú hubieras hecho lo mismo por Karum¿O me equivoco? Todos aquí tenemos alguien por quien morir. Todos aquí tenemos a alguien que amamos tanto que no nos importaría dar nuestro último aliento por ella. Abigail Williams era de las pocas personas que sabía amar, que era lo suficientemente osada para arriesgarse a sufrir, romperse en el intento pero que igual seguía prefiriendo dar su corazón que mantenerlo guardado en una caja.- Era justo lo que yo hacía, y justo lo que ella jamás tuvo miedo de hacer. Porque era valiente, de las pocas personas que ya no hay.- Así que nadie tiene derecho a juzgar sus decisiones porque a ninguno le gustaría que lo hicieran si de ustedes se tratara.¿Entendido?
Todos se quedan en silencio aceptando mis palabras.
-Ella no está muerta.- Repite Sam en voz baja, sus labios tiemblan por un segundo antes de que se pase la mano por el rostro.- Con permiso.- Murmura antes de dejar la habitación.
El sonido de los latidos lentos y débiles llena mis oídos y yo sólo quiero... gritar.
Jared llora a su hermana por varias horas.
Me quedo a un lado mirando cómo cada uno le dedica unas palabras, como todos lloran por su estado, incluso Cam siendo el más cruel y duro de todos.
-No permitiremos que te vayas pequeña.- Le dice con voz entre cortada mientras le deposita un beso en los nudillos.- No estamos listos para perderte.
Su mejor amiga le peina el cabello con los dedos mientras le canta en voz baja, no reconozco la melodía y supongo que era cosas de ellas.
Los gemelos también se quedan por varios minutos, cada uno con la mirada cargada de tristeza.
Cuando James, su padrastro entra, noto el instante en que su corazón se rompe.
Entonces Jared se levanta, lo abraza y luego sale, me doy cuenta de que es mejor dejarlos a solas así que salgo también. Y en cuanto llego al pasillo dejo salir un tembloroso suspiro.
No es posible.
No estaba listo para esto.
Ni siquiera recuerdo cuáles fueron mis últimas palabras hacia ella ¿Siquiera la abracé antes de irme?
Lo peor de todo es que ni siquiera puedo tomarme mi momento para sufrir su pérdida porque allá a donde quiera que mire hay sangre y restos de la batalla.
Así que para evitar romperme en frente de todos empiezo a dar órdenes.
Toco la puerta de Elis dos horas después llevando conmigo un botiquín médico.
Ella se sorprende cuando abre la puerta y me mira. Pero me deja entrar.
Su habitación huele a rosas.
-Lo lamento.- La escucho decir. Sin embargo no me atrevo a verla, no quiero que vea la derrota en mis ojos.
-Supuse que no te haz zurcido la herida.- Le enseño el quit médico y sonríe tristemente mientras señala la cama. Ella se acuesta levantando levemente su camisa, lo suficiente como para ver su herida y otras cicatrices que no había notado antes. No comento nada al respecto.
-No esperaba verte.- Admite luego de un rato. Le doy un nudo final y corto el hilo, incorporándome.
-No podía dejarte así, después de todo la bala iba a dirigida a mi y tú...- Me detengo antes de terminar la oración.-¿Por qué lo hiciste?
-No iba a dejar que te hirieran.
-Pero no tenías por qué hacerlo.
-Y tú no tienes por qué simular que estás bien frente a mi cuando sé que por dentro te estás rompiendo.- Ella se sienta en la cama y mira hacia arriba, estirando su cuello para poder verme a los ojos.
-No hagas esto.- Digo con la mandíbula tensa.
-¿Hacer qué? ¿Ofrecerte un brazo al cual aferrarte para evitar caer?- Ella atrapa mis muñecas y hace que caiga de rodillas, me quita el botiquín de las manos y yo la miro sin saber qué pretende.
-No estoy de humor.- Dejo salir.
-No es sexo lo que busco de ti, idiota.- Parece enojada, de hecho, podría golpearme y la dejaría sin importarme la razón. Pero me deja anonado cuando me toma de los hombros y me atrae hacia un abrazo. Sus brazos me sostienen con tanta delicadeza que me recuerda cuando mi madre me abrazaba al estar triste o al necesitar algo de su cariño.
No es un abrazo apasionado, no es un abrazo que dice "Te amo" sino uno que dice "Estoy aquí para ti"
Me muerdo los labios cuando estos empiezan a temblar y sin saberlo, mis brazos la envuelven también y mi rostro se entierra en su cuello mientras que su mano me acaricia el cabello.
-Déjalo salir, estoy aquí, déjalo salir.
La primera lágrima cae en su hombro y las siguientes manchan su camisa.
Dejo que por fin, el dolor rompa la caja en donde estaba encerrado y para cuando me doy cuenta estoy sollozando.
Lloro por mi amiga, lloro por mi gente rota, lloro por todo lo que hemos tenido que pasar y por lo que tendremos que pasar después de hoy y rezo a Dios porque no se lleve a la persona en esa camilla porque ella es demasiado joven para ver a la muerte a los ojos, tiene mucho qué ver, tiene mucho qué conocer y sin duda, tiene que conocer una vida en la que la guerra no esté frente a ella desde que despierta hasta que se duerme, ella se merece ver al mundo que empezará cuando los Primeros mueran y tiene que vivirla junto al hombre que ama, junto al hombre por el que dio la vida y este tiene que recordarla, tiene que recordar cada momento que pasó con ella, cada sentimiento, cada respiración y es mi oportunidad para devolvérselo, sólo falta que ella abra los ojos para verlo por sí misma.
Elis no me suelta en todo el tiempo que paso desahogándome y ella me canta.
Su voz es hermosa al igual que las palabras que pronuncian y cuando me besa en la cabeza cierro los ojos sólo para dejarme ir en ella.
Y justo en este momento entiendo por qué Abby dio su vida por amor.
Y comprendo que vale la pena hacerlo.
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Horas después cuando estuve más estable reuní a todos para darles las noticias nuevas.
No sólo a mi familia sino todos en el búnker ya que se merecían saber la verdad. Como era de esperar, todos quedaron horrorizados por el tema de los soldados.
¿Quién diría que los chips que en el pasado se les obligó a muchos utilizar serían los causantes de esta manipulación mental? Abby estaría furiosa.
Por otro lado también hablé sobre la cura.
La habíamos encontrado, o mejor dicho, Lukas la trajo hacia nosotros.
Las posibilidades de lo que se podía hacer con ellas eran infinitas.
Por fin podríamos avanzar en nuestra investigación. En cuanto encontráramos la forma de reproducir la fórmula empezaríamos a ayudar a las personas infectadas.
Y por último hablamos sobre Abby.
No sólo el grupo estaba afligido por su estado de salud sino todos en el búnker.
La miradas tristes y los comentarios dolidos eran persistentes durante toda la charla.
Sam no estuvo a la vista en ningún momento y es porque no se despegaba de su lado.
Una vez terminé de hablar, dejé a los gemelos para dar las instrucciones de precaución para evitar que algo así suceda otra vez, refiriéndose a que nos tiendan una emboscada desde adentro.
Ya lo había hablado con los chicos.
Ahora todos empezarían a recibir clases de autodefensa y armas tanto dentro como fuera del búnker.
Se me es difícil pasar por su puerta pero sigo caminando para llegar a la de Jesse.
Paso también la de Cody, que ahora está vacía.
Se me informó antes que Cody fue sacado de su habitación cuando los soldados anunciaron su retirada.
Luego de que Sabría trajera con ella ayuda de otros grupos y las personas del búnker que antes se estaban escondiendo salieran una vez fue llevada la noticia de que Abby había caído, los soldados se dieron cuenta que eran una cantidad mínima a la que había contra ellos y huyeron.
Pero hubieron demasiados muertos, demasiados heridos, sé que será difícil recuperarnos de esto.
Y más cuando fue uno de los grandes que cayó en la lucha.
Jesse se ha llevado la peor parte.
Su madre fue asesinada y él fue herido gravemente por Aria, ella al fin volvió para cumplir su promesa.
Cuando entro a la habitación de Jesse él está despierto, apenas me mira pero no dice ni una palabra.
Se le ve tan mal.
Con piel pálida exceptuando al área de debajo de sus ojos que están de un color azulado.
Su cabeza está vendada y su brazo derecho tiene una férula que da a entender que su brazo ha sido rotos.
Su abdomen se llevó la peor parte porque según me dijeron los gemelos, Aria lo abrió con un cuchillo.
Jesse hubiera muerto si Maggie no hubiera llegado a tiempo.
Y aunque Jesse una vez no estuvo de nuestro lado y asesinó a una persona importante para mi y sin mencionar cuánto lo odié en el pasado, me dolía ver a uno de los míos en este estado.
Drew hizo lo que pudo con las heridas.
-Lamento tu pérdida. - Jesse tensa sus labios al escucharme hablar y me sigue con la mirada cuando me siento a su lado en una silla de metal.
-Yo he asesinado a casi toda mi familia. - Su voz es apenas audible, su garganta también fue dañada y prueba de ello es el collarín que lleva para mantener su cuello quieto.
Si Jesse Thompson con sus acciones una vez estuvo en deuda, ya ha pagado cada una de ellas.
Y lo sabe, me lo acaba de confirmar con sus palabras.
Sabe que si nunca se hubiera ido con su padre o si nunca hubiera asesinado a Natasha.
Él hubiera estado junto a sus hermanos cuando Sebastian murió y pudo haberlo evitado y Aria jamás hubiera ido por su madre para vengar a su hermana.
Pero Jesse tomó una mala decisión, como cualquier persona, humano u origen.
Son ese tipo de errores que terminamos pagando con sangre los que más nos duelen.
Y los que siempre nos quedarán en la cabeza.
-Debes mantenerte fuerte para Zack, eres la única familia que le queda. - No pude mentirle diciendo que no era su culpa. Las palabras simplemente no me salieron.
-Aria sabía dónde estábamos, ella nos siguió hasta aquí cuando vinimos y luego se fue en busca de Mauro para unírsele. Estaba tan llena de ira hacia mi, sólo quería cumplir su promesa e hizo todo lo posible para conseguirlo.
La vi asesinarla. Ella ya la tenía para cuando llegué a las celdas.
-No tienes que hablar de ello si no quieres.
Pero me ignora, ni siquiera me mira cuando comienza a hablar de nuevo, y se le ve tan destrozado, tan... Vacío.
-La tenía encadenada, unos hombres me mantuvieron agarrado mientras ella la cortaba lentamente. Los gritos de mi madre... - Sus ojos azules se cierran con dolor y lágrimas se desbordan por su rostro.
Nadie merece esto, nadie tendría que sufrir este tipo de dolor.
Ni siquiera él.
-Todavía puedo oírlos, ella me estaba llamando, decía que me quería... Incluso cuando ella le cortó el cuello no apartó sus ojos de mi.
Murió con los ojos abiertos directos en los míos.
Lo imagino, repito la escena en mi cabeza y tengo que respirar profundo para no revivir mi propia pesadilla familiar.
Mi madre también murió con los ojos abiertos dirigidos a mi.
-Luego vino por mi, yo ni siquiera forcejeé, sólo... Sólo quería que mi madre supiera que la amaba.
Fui egoísta, dejé que me cortaran y casi mataran porque quería irme detrás de ella y ni siquiera pensé en mi hermano.
Tomo su mano buena.
-Estás aquí, eso es lo que le importa.
-Maggie... Ella... Yo la traté tan mal tantas veces, yo estaba ciego por el amor que le tenía a Abby que no me fijé en la chica que tenía frente a mi, estaba tan ciego que no pude reconocer a mi alma gemela hasta que estaba casi muriendo.
Dos cosas me golpearon en seguida.
Primero: Jesse y Maggie eran almas gemelas.
Segundo: Él no sabía lo que le había sucedido.
Debe haber notado mi expresión y haberla malinterpretado.
-No sé lo había dicho a nadie. Ella llegó por mi, atacó a los hombres que me sostenían e hirió a Aria, pero ella logró herir a Maggie también, la hubiera asesinado sino fuera porque le ordenaron retirarse.
La hubiera matado también.
Cuando Aria se fue me arrastré junto a Maggie y ella sostuvo mi mano, yo estaba listo para morir y entonces lo sentí, esa conexión, esa luz...
Y aunque tenía los intestinos casi de fuera me sentí vivo otra vez.
-Yo... En serio me alegro por ti, te mereces todo el apoyo necesario en estos momentos.
-Fui tan egoísta con todos, yo los defraudé, me volví contra ustedes y aquí están ustedes ahora, dándome todaa ayuda que necesito para no morir. Sólo quisiera que mi madre hubiera tenido la misma suerte.
Sarah debe estar destrozada, ella y mi madre eran amigas.
Nota mi silencio y mi mirada caída.
-¿Qué sucede Caín?
Decido mentir.
-No es nada, es que... He tenido un día pesado, hemos descubierto tantas cosas en el viaje pero no importa, no estás en condiciones para escucharlas, debes descansar.
-No es eso, conozco esa expresión. La tenía mi padre cuando me dijo que Sebastian estaba muerto. Por favor dime que nadie más murió.
Oh sí supieras...
A veces la muerte no es el peor de las noticias.
-Caín, dime qué sucede por favor.
-No estás listo.
-Vi a mi madre morir hoy frente a mi, no me digas que hay algo que peor que eso. - Dice enfurecido.
-Algo le sucedió a Sam durante la batalla...
-Oh, Abby debe haber estado tan asustada. - Se pasa la mano por la cara sin tocar su collarín.- Me estuve preguntando por ella y esta vez no fue para pedirle que me ame de nuevo. Estaba tan seguro de que moriría que quería pedirle perdón una vez más pero si Sam está herido no es el momento.
-No es Sam quien está mal.
Por un momento él no reacciona y cuando lo hace, las máquinas se empiezan a volver locas con su ritmo cardíaco.
-Dime que no está muerta.-Dice con la mandíbula apretada. - Ella no, dime que no está muerta por favor.- Sus ojos vuelven a humedecerse.
-Ella está en coma.- Mi voz sale amarga, tan débil así como por dentro me siento.
-Eso no es posible, ella puede curarse en segundos.- Jesse me mira confundido.
-Cuando hirieron a Sam ella se sacrificó por él, dándole su fuerza vital a través de su vínculo, eso hizo que sus órganos se detuvieran poco poco y que el oxígeno le llegara al cerebro cada vez menos, su corazón se hubiera detenido por completo si no fuera porque el mismo Sam le hizo RCP y Drew ayudó a estabilizarla con el carrito rojo en la sala de operaciones. Pero a pesar de que corazón volvió a latir lo suficiente como para mantener la con vida, ella quedó en coma y no sabemos si despierte otra vez, sus órganos están muy dañados, apenas y funcionando.
-No puede ser... - Sus ojos están abiertos hasta el tope y parecen tan asustados como los míos.-Ella no puede morir... No ella también.
-Jesse, quiero que me escuches.
Tiempos oscuros se acercan, ya hemos entrado en ellos y sólo juntos podremos encontrar la luz otra vez. No puedes dejarte vencer, todavía tienes personas por las cual pelear, todavía tienes una familia aquí.-Sostengo su mano buena.- Te queremos vivo. Te necesitamos ¿Me entiendes? No puedes dejarte ir.
Cuando la noche llega, el silencio se vuelve asfixiante.
No es lo mismo, no somos los mismos.
Hay un lugar vacío en la mesa y todos miramos hacia ahí cada pocos segundos.
Es tan duro, tan oscuro.
Si fuera cualquiera de nosotros estoy seguro de que Abby estaría aqui dándonos todo su apoyo.
Jamás me imaginé que esto le sucediera.
Mi mano se cierra al rededor de la de Elis cuando las lágrimas amenazan con salir y ella me devuelve el apretón.
-Estoy aquí. - Murmura en voz baja.-¿Tú quieres estarlo?
No.
Por eso nos despedimos de todos y caminamos por el pasillo.
La sangre ha sido limpiada entre todos, los cuerpos han sido quemados, tanto los de los soldados como los de los nuestros.
Los soldados al fin de cuentas no tienen la culpa, ellos sólo son controlados por gente mala, ellos tuvieron la pésima suerte de ser atrapados y portar ese maldito chip.
Por desgracia no podíamos sólo resignarnos a no matarlos ya que sus órdenes son eliminarnos.
Aunque sean personas inocentes o con una familia esperándolos o llorándolos en algún lugar del mundo, esto era la guerra. Esto era la vida. Si no disparas primero entonces estarás muerto antes de que te des cuenta.
Siento que un día de estos ustedes van a encontrar mi casa y asesinarme 👀.
Lamento dejarlos con la intriga el Domingo así que aquí les dejo el capítulo se la semana, voy a ver cuando hago un pequeño maratón.
Dejen sus comentarios, siempre disfruto leyéndolos.
Saludos.
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