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Capítulo 24

Caín Warner

Es el día.

Los chicos y yo hemos esperado por horas desde que los primeros rayos de luz empezaron a teñir el oscuro cielo y a transformarlos en coloridos centellos.
Para cuando escuchamos los primeros ruidos de motores ya habíamos plegado nuestras tiendas de acampar, apagado el fuego y comido un poco para estar fuertes.

Ajusto el intercomunicador en mi oído, nos hemos separado para ver mejor a las línea de camiones que hacen fila para entrar al pueblo.

El plan es simple, tomar el último camión y hacernos pasar por soldados. Entre Lukas y yo podemos camuflar a todos.

Me escondo detrás de un tronco y luego de otro para hacer mi camino hasta el final de la fila. Me sorprende que mis pisadas no se escuchen por la velocidad a la que voy.

-El sargento está revisando los camiones uno por uno al llegar a la entrada del pueblo, la contraseña es veinticuatro tres cero.- Me informa Cam, su voz viniendo por el aparato en mi oído.

-Copiado. ¿Hay soldados fuera de los camiones que puedan vernos actuar?

-Hay cinco soldados al final de la fila, Elis y yo nos encargaremos.- Me informa Natalia con voz agitada, ella debe estar en movimiento como yo.

-¿Alguno ha visto a Mauro?- Les pregunto yo. Eso es lo que he estado tratando de hacer, reconocer al hombre por el que estamos aquí pero no ha aparecido, sólo una docena y media de camiones llenos de soldados que entran. Supongo que él no tardará en aparecer.
-El camino está despejado, pueden venir al camión.- Nos informa Elis a todos.

Me dispongo a dejar mi búsqueda y hacer mi camino directo al camión.

Las chicas ya están en la cabina, cuando me ven se bajan de un salto. Los otros aparecen de entre los árboles.

-Suban atrás, Lukas ve con ellos y camúflalos. Elis tú vas de copiloto.- Ella me mira una vez que doy la orden, parece sorprendida de que la escogiera.- Tengo que mantenerte vigilada.- le aclaro para que no crea que lo hago por lo que me dijo anoche. Aunque me ha ablandado no puedo admitirlo.

Ella asiente apartando la mirada y no tarda en subir nuevamente al camión. Antes de que me suba al camión veo a la chica muerte correr hacia nosotros, viene de el lado contrario al pueblo.- He visto unas camionetas todo terreno acercarse, creo que en una de ellas viene Mauro.
-Bien, si es así es mejor que nos apuremos a entrar.- Le informo.- Ve atrás.

Me subo al camión y cierro la puerta. 

Lukas abre la ventanilla que separa la cabina de la parte trasera.
-¿Has visto los soldados que iban en la cabina? No cometas el error de copiar a los mismos soldados que yo.- Cuando lo veo por el retrovisor ya no es un chico de dieciséis sino un hombre con barba y del doble de su tamaño. Lo miro con diversión. Se nota que está nervioso.

-Ya hemos hecho esto, por supuesto que los vi, ahora tranquilízate. 

Lukas no iba a estar sólo en esto por lo que su energía mezclada con la mía nos ayudaría a conservar nuestro hechizo de camuflaje.

A la vista de todos seríamos soldados cualquiera. Qué bueno que no portan uniforme, sino hubiéramos tenido que desnudar a los soldados para poder vestirnos como ellos.

Murmuro el hechizo en voz baja y en unos segundos siento el cambio en mi cuerpo. Elis se mira los brazos ahora gruesos y tal vez es cosa mía pero la escucho reír en voz baja.

-El cinturón de seguridad.- Le digo seco.

Avanzamos en la fila a velocidad lenta. La tensión se puede respirar en el aire. Yo estoy tan tenso que ni siquiera me he detenido a parpadear. 

Se supone que somos soldados, los soldados de Mauro sólo hacen lo que él les diga. Un movimiento en falso y podríamos ser descubiertos.

Un error podría ser hablar cuando no se nos ordena o ver por la ventana de forma distraída cuando debería ir viendo al frente.

Creo que el café y el azúcar que compartí con Lukas hace unas horas para reponer la energía no está ayudando. 

En el asiento de conductor me siento incómodo y el cinturón de seguridad me asfixia. 

Cuando el camión delante de nosotros pasa la entrada contengo la respiración, piso el acelerador lo suficiente como para llegar hasta la cabina de vigilancia que puedo asegurar no estaba ahí la primera vez que estuve aquí.
Bajo la ventanilla lentamente mirando al frente y cuando el sargento a mi lado me ordena dar la contraseña la repito con voz neutral y clara, ni siquiera parpadeo.

Los segundos pasan en silencio y aunque me urge mirarlo de reojo para ver si he cometido un error, me obligo a mantener la mirada fija al frente como he visto a otros soldados hacer.

-Muestra tu gafete de entrada soldado.- Me ordena el hombre.

Mis manos se aprietan al volante y algo se estanca en mi pecho. ¿Gafete? ¿Qué gafete?

¡Maldición!¿Será que Cam olvidó mencionarlos o no los vio del todo?

¿Pero y sí...?   

Hay una posibilidad de que esto sea una trampa, si lo es y no doy la respuesta correcta, todo se va al carajo, porque aunque no pueda verlos por el retrovisor ya que eso llamaría la atención, sé que detrás de mi hay una fila de camionetas todo terreno que esperan a que pase.

Si fracasamos, nos atraparían.

Así que rezo porque mi respuesta sea correcta cuando hablo.

-No hay ningún gafete, señor.- Las palabras me salen con calma, como si no estuviera pensando en planes B, C y D por si algo sale mal. 

-Soldado, baje y abra las puertas traseras.

-Sí señor.

Pongo el camión en neutro y meto el freno de mano antes de bajar. Mi espalda recta y mi barbilla levantada.

El sargento camina detrás de mi a una distancia prudente.

Sólo rezo porque los chicos escucharan las órdenes del hombre y estén sentados en posiciones ordenadas.
Abro las puertas dobles, estas chirrean mientras dejan a la vista a mi equipo camuflados como soldados comunes. 

En unisono se levantan y hacen un saludo militar, supongo que Cam vio a los otros hacer eso y los instruyó a que lo hicieran también.

Sólo Lukas y yo podemos verlos como realmente son pero el sargento que los revisa como si de una boba oculta se tratara sólo ve algunos de sus hombres.

-Cierre las puertas y pase soldado.- Me ordena por fin.

Cuando vuelvo al camión noto que las manos de Elis están ligeramente temblando. Cuando cierro la puerta de mi lado y acelero para pasar 

No me atrevo a subir la ventanilla, solamente piso el acelerador y sigo a la fila de camiones delante de mi. Puedo escuchar respirar otra vez cuando pasamos la cabina y lo mismo pasa en la parte trasera del camión. Todos dejan salir maldiciones.

-Eso estuvo malditamente cerca.- Escucho decir a Julian.

-Diablos Caín, te juro que no escuché lo del gafete.- Cam se asoma por la ventanilla.

-Te creo, por suerte  respondí correctamente, sino tendríamos que formular un nuevo plan para no ser atrapados.

En cuanto los edificios se hacen visibles, una mirada atónita deja mi rostro.
Completamente distinto a lo que recordaba.

Hay altos edificios con sus cristalerías completas, no edificios a medio caer y calles tan vacías que incluso el viento hacía demasiado ruido.

No, ahora todo es diferente, ya no es más un pueblo fantasma.

Hay soldados caminando por las calles, todos en formaciones cada mínimo cinco cada una.
No hay civiles pero sí hay una vigilancia completa.
Ni siquiera reconozco el lugar.

Los edificios están repuestos, hay luces encendidas en la mayoría a pesar de que es de día, noto una vibra poderosa que hace que los vellos de mis brazos se enchinen. Una fuerza invisible y cargada.

-¿Has sentido eso?- Escucho a Lukas preguntarme.

-Sí, es magia.

Lukas debe haber creado un hechizo para ver a través de la estructura del camión porque escucho a los chicos murmurar frases sorprendidas que yo solamente me atrevo a pensar en voz baja.

-¿Qué habrá en esos edificios?- Pregunta Elis señalando a los más altos y repuestos.

Pasamos junto a ellos cuando doblamos en las siguientes cuadras aún en formación con los otros camiones.

-Probablemente tengan sus armas y literas. Malditos.

-No.- Le respondo a Devon.- Si te pones a pensar, este pueblo no es lo suficientemente grande como para ser una base militar. Son cientos, tal vez miles de soldados que están a manos de Mauro, no hay espacio suficiente para tenerlos a todos agrupados. Recuerden que cuando estuvimos peleando aquí, este lugar estaba casi lleno y no se compara a la cantidad de soldados que hay por agrupar.

-Si esta no es la base militar entonces¿Qué es?- Pregunta Cam. 

-Estamos por averiguarlo, al igual que averiguaremos qué hay en esos edificios. Pero primero tenemos que salir de esta formación. 

Esperamos hasta que las camionetas detrás de nosotros toman otro rumbo para perdernos de la fila de camiones. 

En un cruce tomo el camino contrario al que ellos toman y luego tomo el camino de regreso hacia los grandes edificios.

-No debimos perder de vista a las camionetas, Mauro debe ir en una de ellas.- Se queja la chica muerte.

-Aquí es donde nos separamos.- Les digo yo.- Tenemos que obtener toda la información que podamos. Natalia, Jared y Julian, ustedes seguirán a los otros camiones, tenemos que saber a dónde se dirigen y para qué. Chica muerte, Cam y Devon ustedes seguirán a las camionetas en busca de Mauro, descubran lo que puedan. Elis y Lukas vengan conmigo, iremos a esos edificios.
-Pero primero deberíamos volver a nuestras pieles, nos ahorrará energía, ellos no nos conocen de cara y vestimos como ellos así que pasaremos desapercibidos.- Agrega Lukas.
Una vez terminamos de repasar el plan, cada uno sale del camión.
El hechizo está roto así que somos nosotros mismos otra vez. Al único que tal vez Mauro podría reconocer soy yo, y que  pesar de que haberme visto de frente nunca, los rumores sobre mí y mi aspecto inusual pueden llamar su atención directamente.

Natalia, Jared y Julian se llevan el camión nuevamente para seguir a los otros. En cambio el grupo de Cam tiene que irse caminando tras las camionetas, al menos hasta que encuentren un vehículo.

Elis, Lukas y yo caminamos cerca de un pequeño pelotón mientras mantenemos nuestra postura de soldados.

-¿Ya vieron las cajas cerradas que están sacando de los edificios?- Pregunta Elis en voz baja. Inclinando la cabeza miro en dirección a los hombres que vienen de saliendo de las puertas dobles con cajas del tamaño de antiguo aire acondicionado. ¿Qué habrá en ellas?

-Deberíamos hacernos invisibles, por si hay una contraseña.- Sugiere Lukas.- Además podremos movernos con mejor facilidad.

-Estaríamos gastando más de nuestra energía.- Le digo yo. Aunque no lo había dicho antes, mi cuerpo ya estaba empezando a perder velocidad, debí dormir más horas, eso me estuviera manteniendo más alerta.

-Yo puedo soportarlo, podemos turnearnos.

-No creo que sea buena idea.- Contradigo. 

-Caín, creo que Lukas tiene razón, sería más fácil si entramos sin que puedan vernos, evitaría el tener que explicar qué hacemos ahí.

-Créeme Elis, no tienes idea de cuánto consume de energía, no deberías opinar sobre algo que no sabes.- Ella se encoje ante mi tono pero no dice nada más. Lukas me mira con el ceño fruncido, casi con una expresión enojada.- Entremos.

Cruzamos la calle. Los edificios siendo tan grandes que me siento como una hormiga en Nueva York. 

Justo cuando estoy por abrir la puerta de vidrio, alguien la jala hacia adentro. Contengo la respiración y ambos chicos detrás de mi se detienen con un jadeo bajo.

Un hombre sale del edificio sosteniendo una caja idéntica a las que los otros hombres llevaban antes mientras que con la otra mano abre la puerta, me mira de los pies a la cabeza.
-No estorbes soldado.- Inclino la cabeza y le dejo la salida libre, antes de que la puerta lo golpee, finjo que sostengo la puerta para él cuando en realidad la dejo abierta para nuestra entrada.

Dejo que los otros hombres detrás de él pasen, ni siquiera nos notan y cuando el último sale, nosotros entramos.

Debería no parecer sorprendido, pero se me hace difícil no hacerlo.
El edificio está lleno de tecnología militar.

Hay personas sentadas en escritorios con computadoras  planas y grandes con marcas en japonés. 

Televisores plasma en las paredes de pintura impecable que muestran la anatomía humana en un vídeo que parecer repetirse cada quince segundos. Las personas detrás de esas computadoras las teclean con tanta fuerza y rapidez que el sonido se me hace parecido al de varios lapiceros siendo golpeados contra una base sólida. Y todos tienen algo en común, parecen idos en lo que hacen. Como robots.
A ellos Mauro también los controla.

Pero eso es lo mínimo que me sorprende. Es la estructura del edificio, lo cambiado que está todo desde que estuve aquí. Esto no se compara a los pedazos de edificios que estaban aquí. Se nota que Mauro se llevó su tiempo para reconstruir este pueblo fantasma. 

Y lo ha equipado bastante bien.

Nos movemos a través de las diversas salas.

-Llevan batas.- Susurra Lukas detrás de mi.
Sí, de hecho la mayoría lo hacen, todos aquellos que no son militares.

Llegamos a un elevador, en un cartel mediano de color rojo con letras blancas se leen los diferentes pisos del edificio.

Uno llama mi atención.

-Laboratorio.- Digo en un murmuro bajo.

No me lleva mucho tiempo darme cuenta de que probablemente en este laboratorio fue creado el virus que ha afectado a la mayoría de la población de Orígenes y Medio Orígenes.

Eso significa que también tengan Caníbales de experimento.

-Definitivamente necesitamos esas batas.

Miro a la izquierda donde se lee "Baños" 

Con una mirada a los chicos les doy a entender lo que hay que hacer. 

Caminamos en silencio y pareciendo poco entusiasmados en el local y nos dividimos al llegar al baño de hombres y mujeres.

Lukas y yo abrimos la puerta.

Un aroma a cloro y otros productos de limpieza me golpea la nariz.
Hay cuatro urinarios y todos están llenos.

Uno de ellos cierra su cremallera y luego se larga, Lukas y yo le damos espacio para salir.

-No voy a sacar mi...- Le lanzo una mirada asesina a Lukas para que no siga hablando y él aprieta sus labios juntos.

Doy unos pasos adelante con la mirada clavada en los tres tipos con bata y credenciales.

Por sus miradas idas estoy seguro de que están siendo controlados.

Tenemos que tener cuidado en diagnosticar quiénes están siendo controlados y quiénes están aquí por voluntad propia.
Porque al principio creíamos que toda la gente que trabajaba y mataba por los Primeros lo hacían por voluntad propia cuando en verdad estaban siendo controlados de alguna forma u otra, haciéndoles perder su memoria.

Sam y Cody fueron modificados a la fuerza mientras que otros bien podrían estar del lado equivocado por gusto.

Por suerte estos tipos son esa especie de perras robots, y aunque sean más fuertes que nosotros y más rápidos, no tienen el control propio de sus movimientos así para mi, eso los hace más vulnerables que los que no están siendo controlados.

Uno de ellos levanta la mirada en el espejo y me mira fijamente.

-Soldado¿No deberías estar llevando la mercancía?- Dos cabezas se giran en mi dirección. Los de bata se suben la cremallera y se giran hacia nosotros.¿Llevarán armas también?

-Rompimos formación, a otro soldado se les cayó el producto fuera.- Los tres ponen cara sorprendida al mismo tiempo, es casi perturbador.

-¿Todos los envases se han roto? Las dosis estaban completas como el coronel demandó, eso significa que necesitará reemplazos.- Se miran entre sí alarmados y luego caminan a la salida. Me da tiempo de procesar todo de manera rápida antes de detener al primero que estaba por salir, colocando mi mano en su pecho.

-Alto ahí muchachos, vamos a necesitar esas batas.

-¿Nuestras batas?- Pregunta el chico frente a mi, sus ojos son esferas vacías de color café. Inclina su cabeza a un lado.-¿Cuál es tu nombre soldado?

Sonrío.- Caín Warner, a tu servicio.- Le rompo el cuello antes de que pueda reaccionar. Los otros tipos sacan un par de armas de su espalda y nos apuntan a Lukas y a mi.

-Ah ah, niños malos.- Se burla Lukas y con un movimiento de su muñeca hace volar las armas y luego hace que ambos tipos caigan dormidos uno sobre otro.

Le miro.

-Otra vez ese hechizo¿Debo suponer que es tu favorito?- Se ríe empezando a recolectar su bata, yo le sigo con el que le he roto el cuello. 

-Estás en lo correcto, es gracioso ver cómo caen dormidos como bobos.

-Muy maduro de tu parte.- Ruedo los ojos.

Cuando terminamos de ocultar los cuerpos en los cubículos y le he roto el cuello a los dos otros, salimos del baño. Elis ya nos está esperando fuera.

Un malestar se aloja en mi estómago.

Esas tres muertes están de más pero no podía arriesgarme de que les alertaran al resto que habían polizones en el edificio.

Tomo mi credencial, el chico es totalmente diferente a mi, desde el color de ojos hasta el color de piel.

-Que no vean de cerca las credenciales. 

Llegamos al elevador y pulsamos el botón que lleva al piso del laboratorio, cuando estamos dentro y las puertas se cierran es mi oportunidad para hablar.

-Esos tres hombres hablaron sobre unas dosis de algo, supongo que el coronel es Mauro ya que es el rango más alto, y lo de las dosis no puedo imaginarme de qué hablan.

-¿Será que con eso inyectan a las personas para que olviden y se vuelvan obedientes a él?- Pregunta lukas.

-No creo.- Responde Elis.- La mente es más compleja, un suero no te hará olvidar tu vida, se necesita de algo más específico, tan sólo miren a Sam, él no olvidó toda su vida, sólo partes porque de esa forma les servía mejor como soldado, el suero no podría escoger qué borrar y qué retener.

-Si el supuesto suero no es para crear soldados¿Entonces para qué es?- Pregunta Lukas.

-Ojalá esté equivocado pero creo que es el virus.- Ambos hacen una mueca.

- ¿Será?- Lukas me mira dudoso.- No lo creo, hay suficientes personas infectadas en el mundo, se supone que se creó para que las personas supieran de nuestra existencia y nos temiera, su razón de existencia ya ha sido cumplido. 

-No quiero ni pensarlo pero¿Y si ellos están preparando un nuevo virus?- Elis parece horrorizada por su pensamiento.  

-Estamos por averiguarlo.- Señalo el panel que nos indica que estamos por llegar al último piso.

Las puertas se abren, un grupo de personas con batas pasa frente al elevador sin notarnos. Salimos a paso firme y nos encontramos directamente con un inmenso laboratorio.

Todos parecen trabajar en silencio así que los ruidos que hay son por las máquinas y computadoras. 

El pasillo es ancho y pulcramente blanco, hay diversas divisiones en toda la planta pero podíamos ver todo a través de las divisiones hechas de vidrio.

-Mézclense.- Una orden rápida, al segundo los tres tomamos diferentes caminos.

Fijo mi vista en la mujer que se está levantando de su escritorio y me siento en su lugar una vez esta se va.
Rápidamente tecleo en busca de los documentos. Paso una larga lista de ellos hasta que uno llama mi atención.

Hay un documento con el nombre Proyecto D. Con un click abro la carpeta y la información empieza a llenar la pantalla del ordenador.

Proyecto D, clasificado. 

Murmuro una maldición mientras me salgo en busca de algo más.

Proyecto Clean.

En cuanto lo leo relaciono el nombre del proyecto con los soldados.

Una vez el archivo se abre sin el anuncio de "Clasificado"  me doy cuenta de que estoy en lo correcto.

Hay un sin número de de informes.

Primeras pruebas.

Sujetos.

Proceso.

Circuito integrado.

C-15

Voy leyendo por orden, mirando por encima del computador para asegurarme de que nadie me vea y de que la dueña de la computadora no regrese antes de haber aprendido algo sobre cómo hicieron los Primeros para lavarle el cerebro a la media mitad de los Orígenes y Medio Orígenes en el mundo. 

"Después de los innumerables errores en el proceso de implantación al fin descubrimos que el problema estaba en el lugar en el que el microchip fue implantado. Los primeros sujetos sufrieron parálisis a causa del colapso vertebral  ya que en las pruebas los huesos eran perforados de manera errónea. Se descubrió que además de provocar parálisis, las ondas no eran recibidas de forma completa al cerebro, lo que hacía que los sujetos no cumplieran las órdenes dadas por el  C-15."

Tan sólo me imagino lo que fue de esos primeros sujetos. Sometidos al dolor día a día y consientes de que estaban en manos enemigas, que sus vidas dependían de ellos.

Tanto sufrimiento, tantas vidas desperdiciadas, tanta pérdida. Por esto.

Ahora tantas cosas tienen sentido.

"Una vez fue llevado a cabo la versión 2.0 del proyecto original, se movió el chip a la parte alta de la médula espinal, implantando el chip en la parte trasera del cuello."

"Y aunque el implantamiento fue un éxito luego se descubrió que había una especie de exclusión por parte de los sujetos, se llevaron a cabo diferentes prueba para ver lo que estaba mal, en conclusión lo que hacía que los sujetos no fueran del todo controlados eran sus emociones así que mediante un programa se logró eliminar lo que provocaba emociones en los sujetos, como consecuencia ellos olvidaron sus recuerdos pero empezaron a acatar las órdenes sin abstenerse. Así fue como se le dio un nombre oficial al proyecto."

Tomo un alto para poder administrar la información.

El Proyecto Clean me sonaba de algo, había olvidado cuál fue el nombre que se le dio a lo que el gobierno hizo cuando se descubrió que los "Mutantes" vivían junto con los humanos. Todos los presidente de los países del mundo se reunieron para tomar una decisión al respecto y se declaró que todos debían utilizar un chip que indicaría si la persona que lo portaba era humano o mutante pero claro que muchos se rehusaron a tal cosa ya que los oficiales empezaron a atacar a inocentes en las calles por desobedecer los toques de queda. La gente se levantó en contra del proyecto lo que llevó en unos meses a una guerra mundial que destruyó todo lo que conocíamos.

Ahora tiene sentido ese nombre, tiene sentido lo de los chips. 

Estos no habían sido creados sólo para saber si las personas eran mutantes o no, fue sólo una cubierta que Mauro y sus hermanas le dieron para que la gente no sospechara sus verdaderos planes. No puedo ni imaginarme lo que hubiera pasado si todos en el mundo hubieran llevado estos chips. 

O sí, sí puedo.

Todos serían soldados de los Primeros.

Abby no podrá creer esto pero estará feliz de saber que Sam puede volver a ser él.

El pensamiento me lleva a otro punto. Necesito saber cómo devolverle a los soldados su verdadero ser. Cómo cortar los hilos que los mueven.

Justo cuando me voy al siguiente documento que dice "sujetos" la chica de la computadora aparece en mi campo de visión.
Oh no, neceito más...
Alguien choca contra ella, provocando que el café que cargaba y sus papeles salgan volando por los aires.

Varios rostros se giran hacia el ruido.

Una muy "apenada" Elis ayuda a la chica con sus cosas.

Sonrío para mis adentros.

Esa es mi chica.

No. ¿Qué rayos? 

Ignorando mis pensamientos elocuentes me adentro en los archivos de los sujetos a prueba y busco el nombre de Samuel Morrison en la barra de búsqueda.

Lo más parecido a su expediente aparece frente a mis ojos.

"Edad: Veintidós años.

 Altura: 1,90 m.

Especie: Medio Origen/Cazador.

Habilidad: Teletransportación.

Notas: El sujeto ha tenido una fuerte resistencia emocional. Se le practicaron dos procesos Clean ya que al primer intento se aferró a sus recuerdos. 

En el segundo proceso se le practicó una intervención masiva y por sus habilidades de caza se decidió que lo mejor sería dejar el sentimiento de ira dentro de él para que eso ayudara en sus habilidades de caza, por lo tanto se le fue dejado varios recuerdos a los cuales reaccionaba de manera violenta."

Justo cuando estoy por revisar lo que C-15 signidica, veo que la chica se acerca a pasos rápidos.

Me levanto fingiendo tomar unos documentos.
-¿Necesitas algo?- Me pregunta con voz monótona. 
-Estos archivos.- Los levanto indiferente.

-¿Para qué necesitas el archivo de la hermana del comandante?

 ¡¿Qué mierda?!
Contengo la respiración ante sus palabras.

 ¿Una de las hermanas de Mauro?

No sé qué decir ahora, ni siquiera sé por qué ella tiene el archivo así que mi respuesta debe ser realmente buena.

Veo a Elis caminar hacia nosotros.

-Aquí tienes tu café, no me presenté antes, lo lamento pero es que estoy apurada, me enviaron a decirte que Mauro ya está aquí, necesita que tú personalmente vayas a contar los frascos.- Su rostro tiene una expresión aburrida mientras que sus otros son demandantes. Está interpretando un excelente papel porque si no supiera que ella está de mi lado y no siendo una impostora incluso me lo creería.

La chica frunce el ceño.- Pero el suero ya está siendo llevado a los camiones.

-Entonces deberías apurarte, si falta un sólo frasco entonces él se encontrará contigo personalmente y me imagino, no quieres eso¿O sí?- Elis levanta una ceja, no sólo se está haciendo pasar por personal de Mauro sino por alguien de confianza a él, ni siquiera tiene que fingir indiferencia para que la chica crea que es una soldado controlada, basta con que le digan lo que Mauro podría hacerle para que ella caiga.

-Por supuesto que no, iré de inmediato pero...- Me lanza una mirada.- Cuida este archivo, no sé si él está autorizado para leerlo.

-Por supuesto que sí, Mauro lo ha enviado para que vea personalmente tus progresos con el suero.  

La chica se gira hacia mi.- Lo siento, no me habían informado de tu llegada.

-Mauro no tiene que avisarte de nada.- Demando yo con indignación en mi mirada.

-P-por supuesto...- Su vacilamiento culmina con mis dudas. Al parecer me he equivocado, ella no ha sido modificada, está aquí por cuenta propia.

-¿Serías tan amable de mostrarme el camino?- Le pregunto.

Mira entre Elis y yo.

-S-sí, sígueme.

Con un además de mi mano le indico que vaya primero. Elis y yo la seguimos por detrás mientras ella empieza a hablar.

-Bien, hemos trabajado en lo que Mauro nos pidió hace unas semanas. Como era de esperarse, Leah se desgasta día a día haciendo que la producción de su sangre sea cada vez más baja pero he arreglado que un pequeño tercio de los trabajadores intenten crear sangre artificial.- No entiendo lo que me está diciendo. ¿Sangre artificial? ¿Para qué? ¿Leah? Supongo que ella es una de las hermanas de Mauro. Pero si es una de las hermanas¿Qué tiene que ver su sangre en esto?

Le lanzo una mirada de reojo a Elis para ver si ella está captando algo pero parece más entretenida en el expediente en sus manos que lo que la chica rubia delante de nosotros está hablando.

Elías debería estar aquí, estoy seguro de que él entendería, ni siquiera sabía que se podía crear sangre artificial. Sería arriesgado preguntar para qué la utilizarán.

Llegamos a un espacio con menos gente, un pasillo ancho con varias puertas blancas a los lados. Ella los brazos abiertos.

-Aquí se realizan los proyectos Clean.

-Acerca de eso...- Digo curioso pero pareciendo como si fuera una pregunta casual.-¿Esos chips incrustados en los cuellos de los soldados...?- Elis levanta la mirada al instante y me mira de reojo.- Supongamos que se dañan¿Cómo se reemplaza el chip?

-Los chips no se dañan tan fácilmente así que no creo que sea necesario...

-No lo digo por si usted cree o no que es necesario, todas estas preguntas las requiere Mauro como valoración a su trabajo.

-Oh... en ese caso. Si el chip fuera dañado y se necesitara un reemplazo, el trabajo se necesitaría hacer con sumo cuidado ya que dependiendo el tiempo que el chip haya estado incrustado en  la médula definirá si es posible que sea extirpe.

-¿Me estás diciendo que si el individuo pasa demasiado tiempo con el chip dentro de él de alguna forma se hace parte de la persona?

-Así es, por eso es que escogimos esa parte de la médula, verás, el chip tiene unas especies de garras con las que se aferran a la médula espinal pero a veces esas garras pueden llegar a aferrarse hasta a sus raíces nerviosas, si esto pasa, al intentar extirpar el chip puede traerse con él dichos nervios y si esos nervios se rompen o se rasgan puede traer una reacción en cadena que acabaría con la vida del sujeto, por eso no es recomendable sacar el chip una vez está dentro.

En otras palabras, si Sam y Cody tienen esos chips aferrados a sus nervios entonces no habrá forma de quitárselos sin matarlos.

-Bien, aquí se encuentra Leah...- Su mano se aferra al picaporte pero antes de que lo gire una voz la detiene.

-¡Alto ahí!- Con la espalda tensa nos giramos.

Varios soldados caminan hacia nosotros. Miro a Elis de reojo, esto se va a poner feo.
Y lo peor es que Lukas no está a la vista.

Discretamente pulso el botón del intercomunicador fingiendo acomodar un mechón de cabello.

-Hay que salir, ahora, ahora.- Siseo en voz baja.

-¿Algún problema?- Les pregunta la chica.

-Hemos recibido una alerta de tu computadora¿Por qué has estdo husmeando sobre el proyecto Clean?¿Y qué tiene que ver contigo Samuel Morrison?

La chica se queda perpleja.- No lo entiendo, no me suena el nombre y no he buscado nada acerca de eso.

Los soldados miran a Elis y luego a mi con recelo.-¿Ustedes quiénes son? No los había visto por aquí, muéstrenme sus credenciales.- El soldado que nos está interrogando avanza hacia nosotros.

-Pero los mandó Mauro, están aquí para comprobar nuestro trabajo con Leah.

-Mauro no ha mandado a nadie a ver a su hermana, él está ocupado con un grupo de rebeldes que se han metido a la bodega.

Elis deja salir un pequeño jadeo y todos la miran.

Sus ojos parecen asustados.

-Sus credenciales, ahora.- Sentencia el hombre.

-Claro... por aquí la tengo...- Me registro los bolsillos.

-Está en tu cuello...

-No, no está ahí.- Levanto mi arma en sincronía con Elis y de frente tres armas nos apuntan a nosotros. La rubia deja salir un jadeo mientras retrocede hasta llegar a la pared del pasillo.

-Me engañaron, ellos me engañaron...- Dice horrorizada.

-No se muevan.- Les advierto mientras me concentro en sus armas y las hago volar fuera de su alcance.

-¡Seguridad!- Grita la rubia. Elis le apunta con un arma sin dejar el expediente atrás.

-¡Cierra la puta boca o te saco el cerebro de un balazo!

Uno de los soldados se mueve hacia mi, no tengo otra opción que disparar, el disparo hace eco en el pasillo y alerta a todos. Mierda.

-¡Lukas!¡¿Lukas dónde diablos estás?!

-¡Salgan sin mi, tengo un plan!- Me grita en el oído. Ignorando el dolor que me provoca le contesto:

-¡¿Qué diablos estás haciendo?!

-¡Me lo agradecerás después!    

La señal se corta.

-¡Caín!- Elis me hace recobrarme a tiempo para ver cómo uno de los soldados se multiplica.

-¡¿Caín Warner?!- La rubia pregunta horrorizada.  
-Es hora de jugar.- Se burlan los soldados. La docena de ellos mejor dicho y sin contar a los que escucho acercarse.

Elis se mete el archivo dentro de su chaqueta y se posiciona a mi lado con una mirada furiosa hacia ellos.

Todos corren hacia nosotros y los más cercanos chocan contra una barrera invisible, gruñen y tratan de rasgar algo que no pueden ver y les sonrío de lado mientras veo a Elis.

-Tu turno.

Elis eleva su mano hacia ellos, algo eléctrico recorre mi cuerpo y la estática hace que mi cabello se erice. 
De la palma de su mano salen hilos azulados cargados de energía eléctrica. 

Uno a uno empiezan a caer incluso cuando estos intentan multiplicarse más pero cuando Elis le da un choque a la impresora humana, todas sus copias se desvanecen. El cuerpo original cae al suelo con un agujero en su cabeza y el otro soldado que lo acompañaba intenta huir en busca de ayuda que sin duda se avecina pero no llega muy lejos porque le rompo el cuello en un segundo.

-¿Qué hay de ella?- Pregunta Elis.- Sabe cuánto sabemos, no podemos dejarla ir.

En lugar de ver a la mujer veo hacia las grandes puertas dobles y me debato entre entrar y arriesgarnos a que nos atrapen o irnos sin ver por nosotros mismos lo que hay adentro, o mejor dicho a quien.

-No pueden matarme.- Dice ella.- Soy quien dirige a los que están haciendo el suero. Soy la única que puede hacer posible la sangre artificial para que no necesitemos más sangre de Leah o cualquiera de los Primeros.

-No nos interesa eso.- Le contesta Elis.- Es más, si el secreto muere contigo, eso evitará que lo que sea que haga ese suero nos afecte a nosotros.

-Estás equivocada.- Le dice la chica a Elis con su voz temblando por el nerviosismo. Está tan asustada que si fuera posible atravesaría la pared por la presión que está haciendo contra ella.- El suero no es un arma, es una bendición.

-Estás tan loca como ellos, el hecho de que trabajes para ellos por decisión propia lo prueba.

-Ustedes son los que están equivocados.- Pasos resuenan por el pasillo. Tenemos segundos para salir de aquí.- No entienden a los hermanos, ellos le darán la bienvenida a un nuevo mundo. 

-Lo único que ellos quieren es que todos nosotros muramos por haberles robado su inmortalidad, debiste abrir los ojos antes...

-¡Es la cura!- Deja salir en un jadeo desesperado cuando ve que Elis está lista para atacarla.

Justo en ese momento los soldados aparecen en el pasillo pero ni a ella ni a mi nos pasa desapercibido la declaración de la rubia. La cura.

Armas se disparan y en un segundo  Elis se posiciona frente a mi como lista para recibir esas balas por mi. 

La tomo por la cintura y creando un portal en el suelo nos dejo caer a través de él mientras las balas pasan zumbando cerca de mi oído. 

Un leve vértigo se produce en mi estómago mientras llegamos al otro lado y caemos en el suelo.

Elis sobre mi me saca el aire y su coleta se desparrama por mi rostro.

Escucho su respiración agitada mezclarse con la mía y a las exclamaciones de los soldados cerca de nosotros.
Ella se mueve lejos de mi cuerpo y mira a su alrededor.

Estamos fuera del edificio pero no hemos salido del problema en que estábamos hace unos segundos porque los soldados que antes estuvieron sorprendidos aparecer de la nada ahora nos apuntan con sus armas.
A través de mi intercomunicador me comunico con Lukas.

-¡¿Dónde estás?! ¡Tenemos que irnos de aquí!

-¡Manos arriba!- Nos ordenan varias voces. Los soldados cruzan la calle sin dejar de apuntarnos justo cuando un camión militar viene doblando la esquina, este no se detiene ni cuando tiene a los soldados de frente. Estos son lanzados por los aires cuando el camión los atropella y se estaciona frente a nosotros.

Las puertas traseras se abren y la chica muerte, Jared y Julian se asoman.

-¡Entren!

-¿Dónde está Lukas?- Pregunta la chica muerte.

-No sabemos, no ha salido...- Ella suelta un gruñido enojado y se tira del camión en dirección al edificio.

-¡¿Qué está haciendo?!- Pregunta Cam desde la cabina.

-¡Yendo por Lukas!- Me sorprendo de decirlo incluso en voz alta.- Vamos Elis, sube...- Es cuando me fijo que sostiene uno de sus costados con la mano y a pesar de que la tela de su camisa es negra noto la mancha en ella.- Te han dado.

-No es nada...- Dice ella.

-A la mierda que no.- La tomo en mis brazos y ella sorprendida se aferra a mi cuello haciendo una mueca cuando el dolor de la herida se dispara. Julian me tiende los brazos desde el camión y me ayuda a subirla, antes de que se la entregue a Julian murmuro algo en su oído:- Gracias.

Justo cuando me dispongo a ir tras la chica muerte para buscar a Lukas la veo salir corriendo junto a él y dejo salir un suspiro de alivio. 

-¡Suban ahora!- Les ordeno al ver a los soldados que le siguen. Formo una barrera a su alrededor y las balas dirigidos a ellos rebotan sin herirlos.

La chica muerte sube y cuando Lukas lo está haciendo le doy un golpe en la cabeza antes de seguirlo dentro.

El camión arranca incluso antes de que yo pueda cerrar las puertas y casi me caigo de boca en el suelo. Julian me ayuda con la cerradura y me siento en el suelo antes de que los giros bruscos de Cam me hagan rebotar por todo el camión.

Me acerco a Elis.- Necesitamos sacar esa bala.

-Ten, este cuchillo está limpio.- Jared me lo tiende de la hoja y lo tomo con cuidado.

A su vez, Elis se levanta la camisa hasta el pecho, su abdomen queda al descubierto.

-¿Cómo zurcirán esa herida?- Pregunta Julian.

-Por el momento sólo necesitamos presión, en cuanto encontremos un lugar para estacionarnos sin que nos sigan nos iremos directo al búnker. Elis, aférrate a mi hombro y aprieta si sientes dolor.
Ella asiente y apoya su mano en mi hombro.

Con sumo cuidado empiezo a sacar la bala.

-Nos están siguiendo, Lukas¿Puedes hacernos invisibles?

No escucho su respuesta pero por la corriente de energía que siento de repente estoy seguro de que lo ha hecho.

Me duele la cabeza por tanta información acumulada. Todo esto estuvo tan cerca de nosotros y no lo sabíamos.

Y lo de los chips... 

Los malditos pensaron en todo, de verdad los enojó cuando los retamos hace un año en este mismo lugar.

No había conocido nunca a nadie tan enfermo de la cabeza.¿Cómo es que para ellos acabar con todos los Orígenes y Medio Orígenes y teniendo a todos bajo su control es una idea de un mundo mejor? Mauro y sus hermanas están tan equivocados. Y mucho menos puedo creer que gente crea en lo que dicen, todas esas mentiras vacías.
Los chicos no tienen ni idea de lo que pasa ahí dentro.

La bala cae de su cuerpo y con un trapo que Jared me tiende cubro la herida. 

Ella hace una mueca cuando pasamos un bache y la hace saltar.

Sus manos tocan las mías y levanto la mirada a sus ojos.-Puedo hacerlo sola.- me dice en voz baja. Sus ojos pareciendo más opacos.- No quiero tu lástima Caín.

Frunzo el ceño.- No hablas en serio.

-Sí, lo hago. Gracias por sacar la bala.- Me aparta la mano con suavidad.

-Oigan, tal vez no sea momento pero...- Lukas llama nuestra atención. Se le ve pálido.

-Lukas, deja que yo siga con el hechizo, te estás empezando a ver mal.

-No me interrumpas.- Rueda los ojos y se pasa la correa por encima de los hombros, quitándose de encima una mochila que ni siquiera sabía que llevaba.

-¿Qué es?- Pregunta la chica muerte sentada a su lado. Su largo cabello oscuro le cae en la cara cuando mira hacia abajo en la mochila.

Ella saca un frasco de vidrio que tan sólo puede contener cinco CC.

El rostro de Elis se ilumina incluso con su malestar y yo me quedo boquiabierto al ver el líquido azul fluorescente en ese pequeño frasco.

No puede ser.

-Tomé varios de unos estantes, estaba en eso cuando me hablaste apurado para que nos fuéramos, yo sólo tomé unos veinte y algo, realmente no los conté ni sé que son pero por lo que dijeron esos tipos en el baño, es algo importante.

Elis se saca algo de la chaqueta, reconozco los documentos.

-Yo tomé esto.- Los agita en el aire con una sonrisa cansada.

-Y nosotros nos dimos cuenta de muchas, muchas cosas.- Comenta Jared en un tono animado.

-Deberíamos esperar a llegar al búnker, hemos perdido a los idiotas pero no sé por cuánto tiempo. No quiero perderme el chisme.

Cam estaciona en una zona que parece muerta. 

Al parecer los Primeros y los soldados lograron renovar ciertos puntos del pueblo pero no todos. De este lado, los edificios están como antes, destruidos, viejos y abandonados. 

Bajamos del camión y nos reunimos en círculo.

-Estás pálido compañero.- Julian me mira.-¿Estás bien?

-Sí, sólo que son demasiadas cosas.

-Ni que lo digas.- Me apoya Devon. Por su aspecto sudoroso me imagino que le tocó correr un buen tramo. 

-Es momento de volver a casa.- Mi voz suena ronca y cansada y me alegro de no tener que tener la misma postura rígida otra vez o tener el rostro inexpresivo, por fin mis cejas pueden juntarse y fruncirse como la mayoría del tiempo hacen.

Hago un portal con las pocas fuerzas que me quedan, de verdad que necesito dormir y recobrar mis fuerzas.

Chispas salen de la nada y abren un portal.

Los chicos empiezan a entrar, Lukas carga con la mochila con sumo cuidado, y ni siquiera sabe lo que lleva ahí, cuán importantes son esos frascos y todo lo que podemos hacer con ellos y con la información que tenemos.

Elis pasa de penúltima y antes de que yo cruce por el portal, le prendo fuego al camión. Una rápida mirada a mi alrededor hace que flashes de una vieja guerra vengan a mi cabeza. Los recuerdos de los gritos estremecedores y de la sangre en el aire, los cuerpos caídos sin poder ser reconocidos por la cantidad y lo peor, aquel cuerpo caliente y sin vida que me tocó cargar hasta una fogata.

Ni siquiera había tenido tiempo de pensar en ello desde que entramos, hasta ahora y es demasiado tarde para pensarlo ahora.

Cruzo el portal pero no es lo que esperaba.

El búnker está en silencio pero no en uno pacífico.
Estamos en el área de la tarima y todo es un desastre.
Hay cuerpos tirados en el suelo, sangre salpicando las paredes y corriendo por el suelo.

El horror se dispara dentro de mi.

Todos están como yo, atónitos y sin habla.

-¡Han  vuelto!- Los gemelos corren hacia nosotros, hay sangre en ellos, tanto en su ropa como en sus pieles.

Saltan sobre los cuerpos para evitar pisarlos y cuando llegan hasta donde mi me abrazan con fuerza.

Me sorprende ver las lágrimas contenidas en los ojos de Jordy.

-¿Qué pasó aquí?- Pregunto sin aliento.

Este no parece el lugar que dejé hace unas horas.

Parece el salón de los horrores. 

-Soldados. Docenas de ellos, eran más que los que podían pelear aquí, nos masacraron Caín.- Dice mi amigo Elías.

-¿Dónde está Zack?- Pregunta Natalia, hay miedo en sus facciones y su cuerpo está tenso de tan sólo la idea de que él esté herido.

-Deberías ir con él.- Le aconseja Elías.

-¿Lo hirieron?

-No, no a él pero a su madre la asesinaron.

-Oh por Dios.- Natalia cubre su boca.-¿Quién?

Jordy fija su mirada en mi cuando le responde:
-Aria.

-¿Qué?- Preguntó confundido.-¿Aria?¿Nuestra Aria?

-La misma, sólo que ya no es nuestra sino de los Primeros, la perra cambió de bando Caín y vino a cobrar la promesa que le hizo a Jesse hace unos meses.

La recuerdo muy bien. Una venganza jurada con sangre y pagada con sangre.

-Asesinó a Lilith.- Lo digo en voz alta ya que la idea se me hace irreal. No puedo ni imaginar cómo deben estar Zack y Jesse.- Natalia, ve con él...

Ella ya estaba corriendo en su búsqueda antes de que terminara de hablar.

-¿Cómo está Jesse? ¿Lo hirió también?
-No es él quien debe preocuparte mi amigo.- Elías me agarra por los hombros pero más de forma fraternal que como regaño.- Jesse está bien, herido pero curará en unos días.

Cuando lo veo a los ojos noto algo en ellos.

Su mirada es demasiado pesada, demasiada llena de oscuridad y tristeza.

Un mal presentimiento cruza por mis venas.

-¿Quién más está herido Elías?¿Dónde está Abby?¿Sabe ella lo que le pasó a Jesse?

-Es Abby, Caín, ella está...




No se me vayan a desmayar, ni me amenacen... Ok no creo que eso sea posible.
¿Qué les pareció el capítulo?
Odio dejarlos así pero el próximo capítulo lo subiré el jueves sin falta.
Tengan linda noche ❤️






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