Capítulo 14
Los tres miramos hacia la silla vacía y la soga desparramada en el suelo.
Elis se ha escapado.
-¡Maldición!- Exclama Elías con tono enojado.- Sólo fui a la cocina por agua y al regresar...- Gruñe con odio.- Ni siquiera fueron diez segundos.
Yo respiro profundo y me restriego las manos en la cara.
Lo sentí, el momento en que atacó mis defensas con su don.
Lo sentí en mis huesos, me sacudió y despertó, pero ella ya había traspasado las barreras.
Ni siquiera sabía que eso era posible.
No sé si fue realmente eso o el hecho de que no estaba del todo concentrado en la protección de la casa. Eso es lo que pasa cuando alguien está en tu cabeza. Te distrae, debilita, te vuelve... un blanco.
-Debemos encontrarla, sólo así lograremos entrar al búnker o al menos hacerlo salir.- Dice Jesse a mis espaldas. Al menos ha recuperado el color en su rostro.
-Tampoco podemos tomarnos el lujo de perseguirla por días, no sabemos lo que ha pasado con la parte del grupo que permanecía en el búnker, no sabemos si Abby cumplió su misión, si no es así significa que está bien, él no la tocará hasta que obtenga de ella lo que necesita.
-Sólo espero que no lo haya hecho.- Murmura Elías con preocupación.- Pero esos dos tipos, Devon y Cam cuidan de ella, Aaron tendrá que pensarlo dos veces antes de atacarla estando cerca de los dos cazadores.
-Y ni hablar de Julian.- Dice Jesse.- Oh, sólo espero que mi madre esté a salvo.
Lukas viene a mi mente, es tan sólo un niño.¿Y si le hace daño?
Respiro profundo.- Ella no puede estar lejos, sentí su choque contra la barrera hace al menos veinte minutos, podríamos alcanzarla en el camino.- Les aliento yo.- Vamos por nuestras cosas.
Jesse¿Crees que puedes..?
-Claro que sí, un disparo no me detendrá, necesito saber si todos están bien.
No sé si desear que los chicos se dirijan al búnker o no, ya sea dentro o fuera es peligroso para ellos, para nosotros. Porque la bestia vive dentro y afuera hay varios demonios.
Cinco minutos después nos estamos precipitando fuera, dejando las cadáveres de Anthony y Alexander atrás.
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Durante toda mi vida he sido traicionado.
La primera vez fue en el inicio de mis días como un niño huérfano.
Mi familia había sido asesinada hace poco y yo tuve que huir, viví en las calles mucho tiempo hasta que un día llegué a un lugar, era un Dojo de karate, era dirigido por el sensei Clark, él me vio, todo arapiento y solo.
Me dio un lugar en el Dojo, un lugar donde dormir y come a cambio de ser su ayudante, fue ahí donde aprendí a pelear, él siemore me dijo que tenía que quemar el odio en mi y nunca usarlo durante mis peleas pero yo jamás le hice caso. ¿Cómo hacerlo? Mi familia había sido asesinada por gente mala y yo estaba solo y con todo ese poder consumiéndome.
Pasé un año y tres meses con ese hombre, se convirtió en mi guía, con el tiempo fui tan bueno como él y ya no era él el único que impartía clases, yo también lo hacía, pero había u. detalle, un pequeño detalle que cambió todo.
Él no sabía lo que yo era y cuando lo supo fue demasiado para él.
Un descuido mío sin duda, el evitar que un viejo jarrón se rompiera usando mi magia para mantenerlo estático en aire, él lo vio y se asustó, como le tenía confianza le dije la verdad.
Y fue un error.
Él llamó a la policía, no le importó que fuera yo, aquel niño que acogió y enseñó, él sólo me miraba como un monstruo que no podía ver a la cara.
Me Fui antes de que la policía llegara y seguí mi camino.
Fue la primera vez que alguien cercano a mí, me traicionó.
Pero no creo que eso fuera tan malo, todo pasa por una razón.
Y lo que pasó me ayudó a formar a mi propio grupo, reuní un grupo de Orígenes y los entrené para ninguno de ellos fuera lastimado por los cazadores, pasamos de ser veinte a formar una gran comunidad.
Y ahora, años después sigo siendo traicionado.
¿Y sigue doliendo?
Cada vez.
Ellas y Jesse están enfadados, se sienten humillados por lo que sucedió.
Están nerviosos por lo que al resto le hayan hecho.
Pero yo, además de eso me siento herido, y es tonto porque a Elis la conozco desde semanas pero por alguna razón, no dudé de ella ni cuando me miraba con esos ojos llenos de arrogancia.
He desconfiado de tantos, incluso de los que no debería pero no desconfié de ella. ¿Por qué? ¿Por qué no pude verlo?
Lo peor de ser traicionado es cuando lo hace alguien que quieres. Porque no lo esperas de ellos, esperas todo menos un cuchillo en tu espalda, eso es lo peor de ser traicionado.
Así que me hago el sordo cuando, durante todo el camino los dos chicos hablan y gruñen, en vez de unirme a su conversación busco entre los edificios, una sombra, algún ruido, una cabellera rubia...
¡Demomios! Ella me lo advirtió, sabía que algo ocultaba y ella lo confirmó pero yo estaba ciego y no vi el peligro frente a mi.
Sin embargo, ahora lo veo.
Los tres nos detenemos al mismo tiempo y ambos se callan.
-Jesús.- Murmura Elías al tiempo en que se tapa la nariz.
Frente a nosotros, un grupo de seis caníbales están muertos y dejados en fila.
-¿Es ella?- Me pregunta Jesse.
-Sí, ¿Ves sus frentes? Están chamuscadas.
Me acerco a los cuerpos y veo como un delgado hilo de humo sale de la frente de uno.
-Está cerca.- Les indico a ambos.- Estén alerta.
-Veríamos mejor si nos subiéramos a los edificios.- Murmura Jesse.
-No seas tonto.- Le reclamo yo.- En tu situación no estás para saltar ¿Acaso quieres que los puntos se te abran?
-Podría cubrirlos desde el suelo.- Se encoge de hombros.
-No nos vamos a separar.- Le digo yo.
Hay gente fuera, veo a un hombre clavar una tabla de madera en forma de equis en su ventana. El martilleo resuena en toda la calle, algo no muy inteligente.
Cabezas se asoman ante el ruido.
El hombre nos mira cuando lo pasamos y sostiene el martillo con más fuerza mientras nos mira con desconfianza.
El martilleo vuelve a resonar pero no lo suficientemente fuerte como para cubrir el estruendo.
Levanto mi cabeza hacia arriba de unos edificios, alguien rompió algo, un vidrio quizá.
Pero sólo es un niño que ha roto una ventana.
-Odio estar tenso todo el tiempo.- Se queja Elías.- Solía reírme de Jody por ello, el idiota brincaba ant el mínimo ruido, si me viera ahora se burlaría sin duda.
Tiempo después empecé a sentir en lss plantas de los pies algo caliente, empezaba a cansarme, miré a los chicos, estaban sudorosos.
-¿Quieren parar?- Les pregunto.
Ellos niegan con la cabeza.
-No, hay que encontrarla.- Dice Jesse quien es el más afectado.
-Creo que deberíamos descansar.- Le recomiendo.- Quiero revisar tu herida.
-Pero en este tiempo que paremos,a avanzará.
-No importa, si eso se infecta estaremos en problemas.
Él le resta importancia con un gesto de la mano.
-Una de las ventajas de la auto curación ¿Recuerdas?
Era terco, muy terco.
-Descansaremos Jesse, es una orden.- Se detiene de mala gana. Elías me lanza una mirada asesina.- Mientras tanto intentaré ponerme en contacto con Lukas.
Eso parece tranquilizarlos a penas, nos sentamos en la acera de una casa.
Jesse se levanta la camisa, expone su estómago y la herida en el.
No se mira tan mal.
-Al menos no está infectada.- Murmuro con aprobación.-¿Duele mucho?- Asiente de mala gana.- Trataré de disminuir el dolor.
Coloco mis manos cerca de la herida, sin tocarlo y conjuro un hechizo sanador. La herida cobra un color sonrojado. La sanación es algo complicado, yo no puedo curar heridas profundas, más bien moretones y cosas leves como migraña, pero al menos puedo reducir su dolor.
-Listo.- Murmuro una vez acabo.
-Caín, quiero preguntarte algo.- Me dice Elías.
-Dime.
-¿Tú realmente quieres encotrarla?
No vacilo al responder.
-Por supuesto.
-¿Pero estarás listo para hacer lo necesario con ella?
-¿Por qué siquiera lo preguntas? ¿Acaso dudas de mi?
-Nunca. Pero noté la mirada en tu rostro cuando le apunté con el arma, parecías... Horrorizado.
-Pues viste mal.
Me levanto de la acera e inspecciono los edificios adjuntos.
Disimula Caín, disimula.
Pero cuando vuelvo a mirarlo me mira con cara de desaprobación.
-He visto esa mirada antes.- Me advierte y hace crecer en mi una chispa de irritación.
-No empieces.- Le advierto con los dientes apretados.
-Maldita sea Caín ¿Te gusta ella? ¿Justo ella?
Jesse mira entre nosotros, si sigue así se ganará un dolor de nuca.
-No. Me. Gusta.
-¿Crees que me chupo el dedo?- Me pregunta Elias.
-Me importa una mierda si te lo chupas o no, no siento nada por ella.
-¿Entonces no dudarás en matarla si es necesario?
La pregunta me cae como balde de agua fría.
¿Dudaría? ¿A pesar de lo que hizo?
-Si llegara a hacerlo, estoy seguro de que te encargarías.- Musito en voz baja.
-Bien, pero no quiero que vuelvas a mentirme, te conozco lo suficiente como para saber que tu enojo viene no sólo de la impresión sino porque no esperabas que ella lo hiciera.
Se me revuelve el estómago.
-Me contactaré con Lukas.- Le aviso antes de alejarme.
Cruzo la calle y me meto entre unos edificios buscando silencio y tranquilidad.
No pienso en ella, me rehúso a pensar en ella.
No tengo nada de Lukas con lo que pueda crear una conexión, ni papel ni lápiz así que tendré que improvisar.
Busco entre la basura y lo único que encuentro que podría servirme es un viejo periódico.
Un mensaje codificado será.
Encuentro carbón entre los escombros y empiezo a encerrar palabras.
Traición
Al
Grupo.
Advierte
Al
Resto.
Mando la sección del periódico que mandé y sólo espero que Lukas no se diera cuenta de eso a las malas.
Luego busco más palabras, necesito comunicarme con Sabrina, es la única hechicera que estaba de nuestro bando en los otros grupos.
Traición
¿Están vivos?
El papel termina de quemarse en el momento en que escucho el grito de Elías.
-¡Soldados!
Me incorporo alerta mientras empiezo a salir a la calle, un disparo pasa a centímetros de mi rostro.
Retrocedo y me oculto detrás de una pared.
Busco con la mirada a los chicos, están ocultos en una casa, veo a Elías sacar la cabeza por la puerta y le hago señas para que se metan.
Luego me giro a ver a los soldados, dos camiones.
Mierda.
-¡¿Plan?!- Grita Jesse.
Vuelvo a verlos. ¿Tendremos oportunidad?
Si alteraron a Cody ¿Los alteraron a ellos?
Pero no importa eso, nos tienen atrapados, si salimos y tratamos de huir es todo.
Pero si salimos y atacamos tal vez podamos distraerlos lo suficiente como para luchar.
Vuelvo a asomarme y miro directamente hacia los chicos. ¿Un plan? sólo conozco uno.
-¡Ataquen con todo!- Les ordeno en voz alta para que puedan escucharme y segundos después, salgo.
Las balas no tardan en llover sobre mi y yo las detengo en el aire con ambas manos levantadas, los chicos salen de su escondite, los siento a los dos a cada lado mío.
-¡Van a morir, hijos de puta!- Les grita Elías.
Yo empujo mis manos hacia el frente y las balas cambian de dirección, se giran hacia ellos y luego les llueven.
Los soldados corren a esconderse tras los camiones pero no todos logran escapar y son heridos por sus mismas balas.
El ruido estridente hace que las ventanas y puertas de los edificios se cierren de golpeo que la gente corra despavorida lejos de la escena.
Los soldados contraatacan, los más cercanos se llevan la sorpresa de Elías, este crea bolas de fuego que los golpea de frente.
Cuando veo a los camiones avanzar hacia nosotros a una velocidad me giro hacia Jesse.
-¿Te encargas?- Lo veo sonreír.
-Por supuesto.
Avanza hacia el frente con pasos decididos, Elías y yo nos encargamos de derribar a los que se avecinan a pie.
Jesse lanza una ráfaga de aire frío hacia ellos, cuando esta hace contacto con los camiones empiezan a congelarse. Las ruedas les fallan, las ventanas se hacen hielo puro y se congelan las puertas, entonces Jesse cierra su puño y hace añicos ese hielo y a los soldados dentro también.
Uno de los heridos se levanta, me doy cuenta de que es uno de los que Elías quemó, pero su piel en vez de lucir negra hasta tal punto de parecer carbonizado, esta está curándose de los parches quemados.
-Se regeneran rápido.- Digo en voz alta, asombrado por lo rápido que sucede, sin duda estos soldados fueron modificados como lo fue Cody.
-Oh, mierda.- Murmura Jesse.
-¿Y cómo se supone que los matemos?- Pregunta Elías a tiempo de lanzar otra bola de fuego.
-A la cabeza, así mueren los Caníbales, dudo que estos puedan curarse de un cerebro hecho papilla.- Dice Jesse rápidamente, no se me escapa el hecho de que con una mano congela el peligro frente a nosotros y con la otra se tapa la herida.
-A la cabeza entonces.- Les digo yo, listo para otra ronda, esta vez, ataco más de cerca.
Corro hacia el grupo de soldados más cercanos, ellos levantan sus armas pero las sueltan cuando una capa gruesa de hielo las empieza a cubrir.
Yo saco mi par de dagas de mis botines y las entierro en las gargantas de los dos que me amenazaban con atraparme, la sangre mancha las hojas de las dagas y me escurre por las manos, esquivo el puño de uno de ellos pero recibo otro golpe en las costillas, el golpe me manda hacia atrás, logro equilibrarme a tiempo.
Miro al tipo, el golpe fue fuerte sin duda, lo confirmo cuando recibo otro en el pecho. Los hago a todos retroceder con mi poder y rompo sus cuellos a unisono.
-¡Refuerzos en la calle doce, lo hemos encontrado, repito, hemos encontrado a Caín War...!- Jesse derriba al soldado con su cuerpo y luego le da un golpe de frío en el pecho que hace que su corazón se detenga y congele.
-¡Han pedido refuerzos!- Le aviso a Elías.
-¡Estoy ocupado!- Grita de regreso, cuando lo miro, está luchando con cinco a la vez y he de mentir si dijera que está ganando la partida.
Los lanzo a todos por los aires, Elías se levanta jadeante y se recompone a tiempo para evitar que uno de los más cercanos vuelva a golpearlo. Elías lo golpea de lleno en la cara y hace una mueca de dolor, luego corre hacia él, utiliza el pecho del soldado para impulsar su brinco hacia atrás que derriba a otro soldado, lo tira al suelo y Elías casi cae con él y entonces le dispara en la frente, se gira a tiempo para hacer lo mismo con el anterior.
Dos más miran a sus compañeros caídos y empiezan a levantar sus radios por ayuda pero entonces Jesse y yo los insertamos a tiempo.
Los dos caen, los dos mueren y cuando miramos hacia arriba, nos damos cuenta de que no hay más a la vista.
Con un suspiro me dejo caer al suelo, la cabeza me da vueltas y la vista se me empaña por el sudor que me ha entrado a los ojos.
Jesse se acerca renqueando y se levanta la camisa manchada de su sangre.
-La herida se abrió.- Gruñe enojado.
Elías patea un cadáver antes de acercarse con la mochila que ha cargado desde que salimos de esa casa esta mañana.- Por suerte guardé los hilos de sutura y la aguja.
Jesse hace una mueca y asiente antes se acercarse a Elías.
Me levanto y miro mis manos manchadas de sangre.
-No sé lo que le han hecho a estas personas pero no es bueno.- Murmuro de manera desaprobatoria.- Parecían... máquinas, no vi ninguna emoción en ellos mientras nos atacaban.
-¿A qué te refieres?- Pregunta Elías ya suturando a Jesse.
-Sus caras¿No las viste? Estaban en blanco. He visto la mirada de mis enemigos antes de que les arrebate la vida, siempre o están asustados como la mierda o están enojados como el demonio.
Pero estos soldados no reflejaban nada, ni al disparar ni cuando les disparamos.
-Yo vi eso.- Concuerda Jesse con los dientes apretados, Elías termina las suturas.- Incluso a mi me asustaría ser atrapado por hielo o ver una bola de fuego dirigida a mi cara, ellos no parpadearon.
-Eso es raro.- Comento en voz alta.- Como sea, iré a revisar los cadáveres, no queremos que otro de ellos se levante. Pero tenemos que irnos de aquí lo antes posible porque han llamado a sus refuerzos, no tardarán en venir.
Reviso los cuerpos, caminando entre ellos, los camiones están hechos trizas, no queda nada de ellos. Cuando me aseguro de que no quedó ninguno con vida regresamos a nuestro caminar.
Sin duda Elis se habrá adelantado lo suficiente como para que no la encontremos si paramos una vez más.
Cosa que nuestros cuerpos agotados necesitan pero negamos a darles.
Nos he puesto un hechizo de invisibilidad a los tres. Eso absorbe mi energía pero no tanta como para noquearme, he puesto empeño en hechizos más complicados, esto no me hace cosquillas.
O bueno, no lo haría si estuviera descansado y alimentado pero sin duda he perdido peso y horas de sueño infinitas.
No mucho después de haber empezado otra vez nuestra caminata, recibo un mensaje de Sabrina, el alivio nos llega a los tres y mejora nuestro ánimo.
Jordy y Sabrina están bien.
La nota nos dice qué sucedió con ellos.
Leo la nota en voz alta para que Elías y Jesse lo escuchen.
-Sucedió cuando salimos del último grupo que nos tocaba visitar, nos hicieron separarnos a Jordy y a mi porque supuestamente venían soldados de ambos lados de la calle y teníamos que revisar si era verdad, ellos nos alejaron, cuando estuvimos solos atacaron. Los matamos Caín y luego de eso hemos estado caminando sin rumbo, no sabíamos si regresar al búnker o no así que nos dirigimos hacia uno de los puntos marcados en el mapa que encontramos dentro del bolsillo de uno de los hombres, nos encontramos con Natalia y Zack, no los habían atacado pero cuando nos vieron lo intentaron, logramos escapar los cuatro y hemos tratado de buscar a los otros pero sin éxito. Espero que tú y tu grupo estén bien, Jordy ha estado preocupado por Elías, por cierto, le envié un mensaje a Lukas, algo grave ha sucedido Caín. Lukas me ha informado que Aaron los ha reunido esta mañana y les ha informado que un grupo de vigilancia observó cuando unos soldados se llevaron a Abby. ¡Se la han llevado!
Al terminar de leer el mensaje me quedo en silencio.
Los otros lanzan maldiciones.
Abby no está y estoy seguro de que Aaron fue quien la entregó, Abby no se dejaría atrapar tan fácil.
Pero si Mauro la tiene... No dudará en matarla o peor, hacerle lo mismo que a Cody y a esos soldados, la usaría como un arma contra nosotros.
-¿Ahora qué hacemos?- Elías pregunta en voz baja, se ha ido el brillo en sus ojos aunque puedo notar que está aliviado por saber que su hermano está a salvo.
Miro hacia las calles, el rugido de motores se hace predecible y si mis sentidos no me fallan, son el doble que la vez anterior.
No tardarán en llegar a nosotros pero esta vez no tenemos que enfrentarlos, no nos han visto.
-Debemos reunirnos con los chicos, dejemos a Elis atrás.- Murmura Jesse.- Ella no importa si el resto de los nuestros está en peligro.
Miro hacia Elías.-¿Estás de acuerdo con eso?
-Si tengo que elegir entre vengarme de esa...- Me lanza una mirada.- De ella y ver personalmente a mi hermano luego de casi morir a manos de esos imbéciles, escojo a mi hermano, además, Abby nos necesita.
-Entonces le enviaré un mensaje a Sabrina, nos reuniremos en un punto en común.¿Qué tal en el Puente de Londres? El que cruza el Támesis.
-Recuerdo que lo pasamos cuando íbamos de camino al búnker pero no pude verlo bien porque íbamos en el camión.- Dice Jesse pensativo.- Me parece un buen punto de reunión, el problema es que no sabemos cómo llegar.
-Ahí está el punto.- Digo en voz baja y doblando una calle, los sonidos de los camiones acercándose me ponen alerta.- La razón por la que no nos teletransporté al búnker era porque teníamos que encontrar Elis pero ahora que la dejaremos atrás lo puedo hacer en segundos y luego, cuando todos estemos juntos nos teletransportaré a todos al búnker.
-Está bien.- Acepta Elías.- Casi olvido que podías hacerlo pero no olvido las náuseas que esa mierda me provoca.
-Bien, puedo utilizar este papel para conectarme con Sabrina ya que ella lo tocó tengo su esencia. No hablen, necesito concentrarme.
Dejo la mochila en el suelo y estrujo el papel en mis manos, cerrando los ojos me concentro en el núcleo de mi poder y la esencia de Sabrina.
El papel pulsa en mis manos, empiezo a sumirme en un punto silencioso y es como si viajara desde donde estoy a su cabeza.
-Sabrina.- La llamo.
No tarda en responder.
-Oh Caín, me alegra tanto escucharte. ¿Estás bien?
-Sí, los tres lo estamos, escúchame, no tengo mucho tiempo porque los soldados se acercan pero quiero avisarte, debemos vernos en el puente de Londres, ese será nuestro punto de encuentro.
-¿El puente? acabamos de pasarlo, daremos la vuelta.
-Bien, los esperaremos ahí, luego buscaremos al resto juntos.
-Cuídense por favor.- Me pide.
-Ustedes también.
Corto la conexión.
Cuando abro los ojos veo que Elías y Jesse están mirando con preocupación a los alrededores.
-¿Qué sucede?- Les pregunto.
-Son los soldados, han estado disparando.- Anuncia Elías.
-¿Creen que se se han topado con uno de los nuestros?- Le pregunto.
-O tal vez están atacando a personas que estaban fuera de sus casas.
-No importa, deberíamos ir a ver, no corremos peligro porque no pueden vernos.- Dice Jesse.
-Bien, iremos pero si no es uno de los nuestros y los soldados son demasiados entonces no intervendremos.
Corremos hacia el ruido.
No tardamos en llegar al lugar. Al principio, el asombro me detiene de golpe.
Los soldados están muertos, al menos la mayoría. Los camiones volcados, incluso hay soldados atrapados debajo de ellos. Cuatro camiones y un mar de soldados muertos.
Pero no es eso lo que me asombra tanto como para hacerme contener el aire.
Es la persona que lucha contra ellos.
La chica que debería estar odiando con todo mi ser en este momento, la chica que me ha dejado confundido en más de una vez y la que debo asesinar.
-Elis.- Dice Elías con los dientes apretados, el enojo brota de él como el agua de una llave rota.
-¿Ella ha hecho esto sola?- Pregunta Jesse asombrado.- Los ha... asesinado sola.
Lo confirmo con la mirada, es sólo ella luchando contra ellos, es sólo ellos friendo sus cabezas con su electricidad.
Truenos y rayos se reflejan y resuenan en el cielo.
Ella está haciendo eso.
Los tres retrocedemos cuando los rayos bajan y golpean a los soldados que la atacan, los cuerpos caen como atraídos por el suelo y ella se queda ahí, en medio de ellos, jadeantes y con las manos hechas puño y entonces se gira hacia nosotros con la mirada fija en mi.
-Mierda.- Murmura Elías.
Ella es poderosa, no tanto como me imaginaba y fue porque nunca demostró serlo hasta este punto.
Ahora entiendo porqué siempre su belleza me pareció letal, porque lo es, malditamente lo es y ahora podría matarnos sin pestañar.
Pero ahora, cuando me mira al haber terminado de asesinar a esos soldados, no veo odio hacia mi o enfado, veo vacilación.
Mi pecho late enérgicamente y me odio por eso.
Me odio también por sentirme aliviado de verla sana.
-Quédense atrás, la traeré.
-Estás loco.- Me dice Jesse.- Te matará si te acercas.
No dejo de verla ni cuando digo:- No, si ella hubiera querido matarme, lo habría hecho antes.
Camino hacia ella con pasos lentos, paso los cuerpos de los soldados caídos y ella no se mueve de su lugar.
Me doy cuenta de lo que les dije hace unos segundos es totalmente cierto.
Elis pudo asesinarme cuando Alexander y Anthony estaban dispuestos a eliminarnos, pero ella no lo hizo, ella luchó contra Alexander hasta provocar su muerte.¿Cuán difícil habrá sido eso para ella?
Además de que me advirtió que el secreto que guardaba podía provocar mi odio hacia ella, tal vez lo hizo o sólo apagó mis sentimientos hacia ella hasta volverlos cenizas.
Pero lo prometió, prometió que no me haría daño.
Y cuando llego hasta ella, a centímetros de su rostro, le reclamo justo eso.
-Me lo prometiste.- Mi voz suena enojada.- Prometiste que no me harías daño.
Su ceño se frunce pero sus ojos se mantienen dolidos.
-No lo he hecho, no te ataqué.
La veo retroceder pero no correr lejos de mi.
-No, lo hiciste sólo que no físicamente.- Todo está dentro de mi, el daño de la traición que provocó no puede verlo, nadie puede verlo pero yo puedo sentirlo, lo puedo sentir consumiéndome, ahora entiendo lo que Abby sintió cuando Jesse la traicionó, entiendo por qué se fue lejos de los recuerdos de él, la entiendo completamente.
-Ni siquiera me dejaste explicarte, me ataste...
-¿Y esperabas menos? por tu culpa hirieron a mi amigo, pudiste evitar todo esto pero no confiaste en mi lo suficiente. Eso lo peor de todo, que de haber confiado en mi, les habría advertido a mis compañeros, yo te habría perdonado y no te odiaría en esos momentos.
-Lo lamento.- Murmura apartando su mirada. El sol empieza a iluminarnos nuevamente, los rayos desaparecen, el cielo se despeja.-Supongo que eso no significa nada para ti.
-No, en absoluto.- Mi voz sale fría, no había utilizado ese tono en meses.- Ahora tienes dos opciones, o vienes con nosotros de manera voluntaria...
Por el rabillo del ojo veo una sombra, volteo a tiempo para ver cómo la puerta de uno de los camiones volcados se abre y un hombre sale de este, se arrastra hasta que está afuera y luego se levanta.
Mi boca se abre de puro asombro y escucho a Jesse y a Elías decir algo al respecto pero no los escucho, estoy conmocionado.
-No puede ser.- Murmuro.
Elis se gira hacia él y un gruñido sale de sus labios, ella levanta su brazo y veo la electricidad brotar de su brazo al tiempo en que él levanta su arma hacia nosotros.
-¡No!- Grito, pero es tarde porque nos cosas pasan a la vez.
El arma se dispara y aunque yo caigo sobre Elis no evito a tiempo que un rayo lo golpee y que la bala le de a Elis en el brazo.
Ambos caemos al suelo, ella se golpea el brazo herido con el suelo, la sangre brota de ella.
-Dios.- Murmuro entre dientes, me levanto y le tomo el brazo para inspeccionarlo, cuando me aseguro de que vivirá corro hacia él.
Ahí está, tirado en el suelo, sus ojos cerrados y el cabello enmarañado.
Veo un agujero en su traje, lo ha provocado Elis, humo sale de él y me apresuro a abrir su camisa. El choque eléctrico ha traspasado el chaleco antibalas y ha quemado una zona de su pecho. Escucho que Elías y Jesse se me acercan.
-No puede ser.- Murmuran.- Es él, realmente es él.
Un suspiro aliviado sale de mis labios cuando me doy cuenta de que tiene pulso.
Oh, maldito bastardo con suerte. Casi podría llorar del alivio.
Elis se acerca tomando su brazo con fuerza, me sorprende darme cuenta de que no ha huido.
-¿Por qué has evitado que le friera el cerebro?- Pregunta entre confundida y enojada.
-¿Acaso no reconoces el rostro que Abby te pidió dibujar?- Le pregunto con voz demasiado suave, y no dudo al pensar que es por la conmoción.
-¿Es... él?- Pregunta asombrada, sus ojos abiertos tanto como los nuestros.
-Es Samuel Morrison.-Dice Jesse.- Sin duda alguna.
¡Boom!
Vaya forma de reaparecer, sin duda Sam hace las mejores estradas (^.^)
¿Qué les pareció el capítulo?
¿Qué creen que pase con Sam?
Estaré leyendo sus respuestas 7v7
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