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Capítulo 1

Estoy acostada sobre la nieve.

Tengo frío y hambre.

Y cuando miro hacia el cielo es gris, los copos que caen desde arriba amenazan con posarse sobre mis ojos.

Mis dedos se hunden en la nieve y se congelan al instante así que caliento mi cuerpo y el agua empieza a fluir por debajo de mi, estoy quieta un buen rato hasta que escucho una rama romperse en un lugar cerca. Es cuando me incorporo de golpe y noto al chico acostado a mi lado, con sus brazos por debajo de su cabeza y mirándome de manera penetrante con sus ojos verde musgo.

Mi pulso se acelera y estoy por llamarlo por su nombre cuando el mismo sonido se repite.

Entonces los veo, entre los árboles, son sombras escondidas, sombras que quieren salir a la luz.
-Es hora de correr, pastelito.- Dice Sam levantándose.

Suelto aire, entre asustada y cansada.

-¿Otra vez?- Le pregunto, él aparta un mechón que se me ha adherido al rostro y luego me hace una coleta alta.

-¿Aún no lo captas cariño?- Niego con la cabeza porque no, no lo he captado.- En este nuevo mundo o corres o enfrentas tus problemas.

-¿Y por qué no los enfrentamos entonces?

Su sonrisa me parece cruel, porque es dulce y tierna y algo dentro de mi tiene miedo de no volver a ver esa sonrisa nunca más. Así que es cruel pero la amo.

-Aún no es tiempo, pero sé que cuando los enfrentes, ellos pagarán.

Y justo en el momento en que Sam termina de decir esas palabras que se me quedan clavadas en el corazón como unas estacas, las sombras se vuelven hombres. Y Sam toma mi mano, para guiarme a correr fuera del alcance de los caníbales y los hombres con armas.

Y estamos corriendo, la nieve hace que mis botines se hundan al fondo y entorpezcan mis pasos pero Sam no suelta mi mano y no me deja atrás.

Escucho los pasos detrás de nosotros, armas se disparan y balas dan con los troncos que pasamos, corremos por segundos o por minutos, a como sea, el trayecto se siente pesado y el peso del problema me golpea hasta tal punto de tambalearme cuando veo lo que hay delante de nosotros a tan sólo unos metros de distancia.

Entonces vacilo, por la brecha, el acantilado que nos separa del otro lado del bosque helado, sin embargo, al otro lado ya no hay nieve, el pasto es verde y hay sol. Es como si la tierra estuviera dividida entre el calor y el frío.
-¡Habrá que saltar!- Me advierte Sam mientras seguimos avanzando.

-¡Salta tú primero!- Le digo de regreso.

-¡No pienses ni por un segundo que eso pasará, eres mi prioridad, yo iré detrás!- Y como prueba de que lo que dice tiene que hacerse, me posiciona adelante y él empieza a correr tras de mi, temo porque si una bala es disparada en mi dirección, al que lastimarán será a él y si lo hieren a él es como si me hirieran a mi.

Cuando estoy cerca del borde y tengo que prepararme para saltar, giro mi cabeza hacia él, y con palabras temblorosas digo:- Prométeme que cruzarás conmigo.
-Prometo que te encontraré del otro lado.- Murmura de regreso.

Y no es que sus palabras me animaran mucho, pero al llegar el momento de saltar su mirada suplicante me hace hacerlo. Agarro impulso y salto, despegando mis pies de la tierra, abajo de mi hay un arroyo pero no caigo al agua, cruzo al otro lado sin problemas, mis piernas débiles por la carrera se doblan cuando caigo sobre ellas y ruedo por el suelo, incluso más lejos del borde y cuando me incorporo es cuando veo a Sam del otro lado, parado, ni siquiera intenta cruzar. El miedo me invade, seguido por un intenso dolor en mi pecho.

¿Pero qué has hecho?
Le pregunto a través de nuestra conexión de compañeros. Veo su cálida sonrisa incluso desde la distancia y su mirada cargada de pasión y amor.

No olvides mi promesa, pastelito y no olvides actuar cuando llegue el tiempo de hacerlo.

Las lágrimas caen y ruedan por mi rostro sin poder controlarlo.

Lo haces sonar como una despedida.

Le reclamo.

No lo es, prometí encontrarte, eso no ha cambiado.

No olvides que te amo.

Y él me responde con voz tan clara y suave:

Olvidarlo cariño, sería como olvidar cómo respirar.

Y entonces él ya no está.

Porque es como si la oscuridad se hubiera tragado el otro lado, todo se vuelve oscuro, como de noche y yo me quedo sola del otro lado. A salvo pero sola, sintiendo los latidos de Sam acompañar los míos.

Y cuando despierto, el dolor sigue abundando en mi. Y sigo con hambre y frío.

Mis ojos se abren, con bastante dificultad puesto que el peso del sueño me carcome el pecho, intento no removerme mucho puesto que estoy acostada en medio de Natalia y Maggie. Y ciertamente estoy segura de que a mis pies está Jesse.

Sé que suena raro pero son las desventajas de dormir en el suelo. Lo hemos estado haciendo durante semanas, cuando no logramos encontrar un lugar con camas suficientes para todos.

Me incorporo con cuidado, mirando los bultos esparcidos por todo el piso del edificio, creo que antes era una papelería, ahora sólo es un viejo y sucio edificio que encontramos por suerte donde el agua no entra por goteras y hay espacio suficiente para que alcancemos todos.

Camino esquivando los cuerpos dormidos y llego hasta la ventana rota que hemos cubierto con una manta para evitar que el frío nos congele en la noche y también para que la gente oculta en los edificios posteriores no espíen por ella.

Han pasado dos semanas desde la última vez que vi a Sam, dos dolorosas semanas desde que me bloqueó y no puedo comunicarme con él.

Sé que está vivo, puedo sentirlo en mis venas, pero también siento su ausencia.

Desde que se fue y dejamos Old Town hecho polvo y cenizas, hemos sido una especie de nómadas.

Todos hemos estado caminando kilómetro tras kilómetro para llegar hasta Londres. Y a su paso, hemos tenido que dormir en diferentes edificios, en ocasiones somos bendecidos por cosas tan simples como mantas y almohadas y hasta una regadera y muchas veces, solamente hemos encontrado un espacio en el suelo para recostarse, como es la situación ahora.

Falta poco para llegar, ahora es verdad aunque me lo he dicho muchas veces en los días pasados cuando faltaban semanas para llegar, en ocasiones cuando tuvimos que dormir bajo la lluvia o no pegar el ojo en absoluto por los caníbales estando cerca, yo me lo repetía una y otra vez. Por fin es verdad, quizá un día o dos de camino y al fin llegaremos a Londres, al búnker y entonces podremos empezar nuestros planes.

Nuestra comida se acabó hace varios días y toda nuestra ropa está sucia así que en vez de cargar con esa ropa en nuestra mochila personal, decidimos dejarla en el camino y guardar todas las mantas posibles, cualquier lata o botella de agua que encontremos por ahí o cualquier cosa útil o comestible.

Recuerdo que hubo una vez que me quejé de vivir en una burbuja cuando vivíamos en Old Town, protegidos por una barrera invisible de magia. Sí, era solitario vivir de esa manera pero estábamos seguros, teníamos mucha comida, agua caliente, ropa y camas suaves y calientitas.

Ahora nada de eso es igual, hemos conocido el mundo real, el nuevo mundo. Y no es bonito, pero eso ya lo sabía.

Así que tenemos que tener cuidado cuando caminamos, porque podríamos encontrarnos con un caníbal y morir.

Lo que me lleva a mencionar a Caín, quien pasó por una dolorosa recuperación. Los primeros días él estaba tan débil que teníamos que parar de andar constantemente, dudamos de las palabras de Julian sobre que iba a salvarse por ser mitad hechicero y no un Orígen completo cuando empezó a vomitar sangre negra, o cuando tuvimos que quedarnos con él durante un día entero porque no se movía, no hablaba y con costo parpadeaba. Pero lo que en realidad pasaba, es que su cuerpo estaba restaurándose del virus, vomitaba su sangre mala, la sacaba de su sistema y sus dolores más profundos eran porque sus órganos que se habían estado pudriendo se estaban recomponiendo, y eso, eso debió ser muy doloroso. Luego él se levantó por sí solo, sorprendiéndonos a todos cuando e su mano salió una llama naranja-rojiza. Caín ya estaba recuperado y ahora, actualmente es el mismo, sólo que con más brillo, más vida y eso también es gracias a Lukas, el pequeño hechicero, barra aprendiz de Caín. Los dos juntos son como hermanos, Caín le ha devuelto la felicidad que Lukas perdió de niño por estar encerrado en una celda por años y Lukas le devolvió la felicidad a Caín que había perdido desde que asesinaran a sus padres y su hermanito.

El mundo a nuestro alrededor es un caos pero estando juntos, nada puede hacernos caer.

A diario, mientras monto guardia, ya sea de día o de noche, veo a personas buenas teniendo que ser malas, veo la corrupción que hay de esquina a esquina, veo tristeza y desesperación, la gente ya no es la misma, muchos se han dejado llevar por sus instintos primitivos, esos son casi igual de peligrosos que los Caníbales o la gente de los Primeros. Porque tienen miedo y se dejan llevar por lo que el miedo les dice que hagan.

Hace un par de días vi a una niña asesinar a un anciano por una botella de agua.

Fue en un supermercado, a Jesse, Zack y a mi nos tocó ir por provisiones ya que se nos habían acabado, los tres buscábamos algo que sirviera y que no estuviera vencido en las estanterías casi vacías cuando escuchamos voces. Sabíamos que debíamos pasar desapercibidos porque no se puede confiar en nadie, y menos cuando se trata de comida. Nos asomamos desde uno de los estantes y los vimos, un anciano con una botella de agua, cargándola como un bebé, como algo preciado, y frente a él una niña, de más o menos ocho años, con un arma en sus manos y una mirada asesina en su rostro. Escuchamos el disparo, Zack tuvo que apartar la mirada, yo no pude, vi cómo el anciano cayó al suelo y la niña tomaba la botella y salía corriendo fuera del lugar.

Me sentí mal, no culpable, sólo... mal.

Porque la humanidad es tan escasa como las cobijas o una buena cama.

Sabía desde hace tiempo que los humanos estaban destinados a terminar de esta forma, pero nunca pensé que iban a ser nuestros creadores los catalizadores de esto.

Recuerdo cuando despertaba de una pesadilla y me sentía aliviada porque sabía que estaba a salvo en mi hogar. Ahora no sé qué es peor. Mis pesadillas o la realidad.

La realidad en la que ya no existen líderes que nos guíen, sólo escombros.

La realidad en la que tienes que matar por una botella de agua.

O en la que si no duermes con un arma no te sientes seguro.

Sé que no soy una santa y que hace tiempo acepté que si no empuño un arma frente a mi enemigo estaré muerta al instante, pero también sé que no le hubiera disparado a ese hombre, sé que le habría dejado conservar esa botella de agua.

Yo pensaba estar corrompida por el mundo, era porque no había visto al resto.

En fin, hemos sobrevivido y nos hemos mantenido juntos, bueno, a excepción de dos personas.

Aria, quien en cuanto salimos del pueblo tomó su propio camino y Sam, mi compañero que se fue con Mauro, uno de los Primeros orígenes para recolectar información.

Y si no me he derrumbado por su ida es porque tengo que mantenerme firme, porque hay un plan que seguir para cuando lleguemos a ese búnker.

No asesinaremos a nadie, lo que buscamos son aliados no enemigos pero para convencerlos de que Caín es un buen líder, mucho, mucho mejor que Scott, tenemos que ser duros, mostrarles que podemos protegerlos, que podemos guiarlos. Y por eso lo hemos planeado todo, desde posiciones hasta estrategias.

Julian me ayudará a cumplir mi promesa, o eso es lo que dijo y no tengo de otra más que confiar, porque¿Qué gano si no lo hago? Simple, el remordimiento de saber que pude haber hecho algo y no haber tenido el valor de hacerlo. Y ¿Qué gano si confío? La oportunidad de recuperar a la humanidad.

Tengo que intentarlo al menos, aunque el resultado no sea lo que se espera.

Además, tengo un chico que recuperar.

Veo los rayos del sol iluminar los edificios, es de mañana y hace un frío intenso, me preocupo por los que no son orígenes de fuego y tienen que soportar el hielo con mayor dificultad.

Muchas veces vi el amanecer con Sam, yo tenía que arrastrarlo fuera de la cama, convenciéndolo con que si se levantaba luego tendría una larga sesión de besos. Entonces se levantaba casi de inmediato.

En Old Town nos sentábamos en el tejado de la casa y observábamos, él me abrazaba, me sostenía entre sus brazos mientras observábamos.

Y ahora, en cuanto veo el sol salir, sé que tengo que tomarme mi tiempo a solas, por eso subo por la escalera de incendio hacia la azotea del edificio. No me asomo demasiado hacia abajo porque alguien puede mirarme, pero me basta con observar el cielo a solas, porque hay momentos como ahora, en que siento que el saber que no veré a Sam hoy o mañana me consumen por dentro y por fuera.
Pero hay una gran diferencia con el dolor que hay en mi corazón ahora y el que sentí cuando Jesse Thompson me abandonó hace meses, casi un año ya.

Y es que mi corazón está lastimado pero no roto.

Sam no rompería mi corazón, estoy tan segura de eso como lo estoy de que el sol saldrá mañana a pesar de que hay probabilidades de que esté nublado.

Lo sé porque el destino nos ha puesto obstáculos, unos más grandes y dañinos que otros y sin embargo, Sam y yo siempre encontramos la manera de superarlos.
Sólo espero que esta vez no sea diferente.

No paso mucho tiempo sola, pero el poco tiempo lo gozo, me dejo consumir casi por completo en mis pensamientos y sentimientos ocultos, luego llega mi madre, quien veo subir por la misma escalera y me guardo todo para mí misma. No quiero preocuparla, hay demasiado cosas en las que pensar y no quiero ser una carga para nadie más que para mí misma. Pero al parecer no logro ocultar mis problemas a tiempo porque sus ojos evaluadores de un gris tan profundo como los míos me escanean y entrecierran de manera sospechosa. En un dos por tres ella se sienta junto a mi y ve el cielo conmigo.

Nunca pensé que vería a mi madre con unos pantalones tan ajustados, pero se ve bien, muy, muy bien. No es que ella tuviera opción, con la escasez de ropa no habían muchas opciones.
Así mismo nunca pensé en usar unos shorts tan pequeños, odio los shorts, desde pequeña ha sido así pero ahora no me quejo, excepto por el frío. Pero como dije antes, no teníamos de dónde escoger. Era esto o andar en bragas.

-No deberías estar aquí sola.- Me advierte mi madre luego de un rato. Asiento desplazando mi mirada del cielo hacia ella.
-Lo sé, perdón.
-Pero entiendo por qué estás aquí.- Continúa y mis cejas se hunden como señal de confusión.- Hubo un tiempo en que estuve así también. Sentía que me ahogaba, estaba dolorida por dentro y nada ni nadie podía hacer algo al respecto.
-¿Por mi padre?- Le pregunto a pesar de que tengo sospechas de que no ed así.

Ella sacude su cabeza lentamente y sonríe de manera apretada.
-No ¿Recuerdas cuando te conté un poco sobre mi historia con James?

Mi mente se desplaza al pasado, me ubico de inmediato en el recuerdo. Ella y yo sentadas en el comedor, hablando sobre el primer amor de juventud y cómo tuvo que abandonarlo por su alma gemela. En ese tiempo las cosas eran diferentes, no se sabía que las almas gemelas eran sólo un hechizo de los Primeros para evitar que los Origenes de hielo se mezclaran con los de fuego para que los Medio Orígenes no habitaran entre nosotros, antes era algo que debía llevarse a cabo, la unión entre los almas gemelas, el desprecio a los Medio Orígenes. Ahora las cosas son muy diferentes.
Sin embargo mi madre en su tiempo decidió cumplir con lo que se "debía" y dejó a James por mi padre. Claramente ella lo amó, lo sé porque recuerdo los momentos entre mis padres, las miradas y besos, las palabras y gestos. Pero mentiría si no dijera que el corazón de mamá siempre le perteneció a James.

Cuando me lo dijo yo estaba insegura, no quería ser forzada a amar a alguien, quería ser libre de escoger a mi pareja. Yo quería a Jesse Thompson, quería escogerlo.

-Claro que lo hago.- Le aseguro.
-Pues así me sentí cuando tuve que dejar a James. Me sentí vacía, así como te sientes tú en estos momentos y cariño, lo entiendo.- Ella toma mi mano y acorta la distancia para darme más confianza.

Cuando escuché su historia amorosa con un cazador, jamás pensé que yo me enamoraría de uno, o que llegaría a amarlo. Yo odiaba a los cazadores porque fueron los responsables de la muerte de mi padre, porque pensaba que ninguno de ellos tenía corazón. Pero sí lo tienen, algunos sí.
Como James, como Sam, como Devon, o Cam o Drew, como Isak...

-Es duro.- Admito en voz baja, tratando de concentrarme en nuestras manos unidas y no en mis ganas dr llorar.- Él es importante para mi mamá, creo que nunca hemos hablado realmente de esto.

Ella se ríe.- Creo que no, no habíamos encontrado el tiempo.
-Con el virus, la guerra...- Niego con la cabeza.- Nos ha robado mucho más de lo que creíamos.
-Pero podemos hacerlo ahora.- Me anima ella.
-Hay cosas que son difíciles para mi el admitir...
-Soy tu madre Abby, no importa que tan graves sean las cosas, cuentas conmigo para lo que sea.

Respiro profundo y realmente me entristece darme cuenta de que huele a humo y no a aire fresco.
Me preparo mentalmente para lo que estoy por admitir.

-Hubo un tiempo en el que estaba demasiado rota.- Mi voz es baja pero precisa.- Fue el cambio, la guerra contra los cazadores, mi rompimiento con Jesse y su traición, la revelación de lo que los Primeros tenían planeado, todo eso me golpeó bastante y yo no quise admitirlo. En mi desesperación incluso llegué a hostigarlos y no trates de negarlo porque sé que fue así, estaba tan desesperada por mantenernos a salvo que olvidé que ustedes podían decidir por sí solos y cuando lo descubrí, cuando lo acepté, fue un golpe mayor. Yo estaba perdida, perdida en mí misma y no sabía qué hacer.- Con cada palabra es como si algo se liberara y cuando llego a mi parte favorita no puedo ocultar una sonrisa.- Y entonces Sam apareció y su golpe fue tan fuerte que... Que mis demonios parecieron salir corriendo. Y a pesar de que ahora sé por qué estuvo ahí aquella noche, sigue siendo para mi un héroe. Tal vez nuestro inicio no fue...

No puedo encontrar la palabra adecuada pero al parecer mi madre sí porque agrega:- ¿Normal?

Asiento divertida.- Sí, no fue normal pero nosotros tampoco lo somos. Supongo que lo normal es aburrido.- Me encojo de hombros.- En fin. Es irónico, Sam llegó a mi vida para destruirla y terminó reparándola. Me reparó a mí y a mi corazón roto.
Tuvimos esa atracción, ya sabes, esa que te hace suspirar, soñar, tener esperanza. No fue brusco, no fue acelerado, fue en el momento adecuado.
-¿Cuándo exactamente supiste que estabas enamorada de él?
-Una noche en Los Ángeles, casi muero, luego él casi muere por protegerme.- La miro.- Le dio hipotermia.

Su expresión me hace agregar:- Um.. No quieres saber los detalles.
-Con eso ya los diste.- Agrega divertida pero de manera acusadora.- Prosigue.

-Tuve miedo de perderlo, esa sensación terrible dentro de mi, ese pensamiento de que no volvería a verlo. No quería perderlo así que me arriesgué, ya sé que has usado conmigo esa frase de "Si tus amigos se tiran de un puente no tienes por qué hacerlo también" Y créeme, fue casi literal lo que pasó esa noche. Pero lo hice. sin pensarlo dos veces y fue estúpido pero era lo correcto porque quería. Y luego él iba a irse y se fue y esos días fueron como el infierno para mí y ¿Sabes lo que es chistoso? Que él ni siquiera tuvo el valor de irse de la ciudad, le ordenó a Devon y Cam que me cuidaran y ese par...- Me río.- Eran como mis guardaespaldas, me cuidaban por él y luego iban al apartamento a comunicarle todo. Y cuando lo volví a ver fue como cubrir una herida con bálsamo. Supe que no podía dejarlo ir así que madre, desde esa noche lo supe. Sam es mi ancla. Y ahora no está y es como si estuviera otra vez dirigiéndome al infierno.

Mamá supira profundo, me recuerda a cuando mirábamos películas de romance comiendo helado y palomitas de maíz, solíamos suspirar así, Jared solía rodar los ojos pero bueno...

-Es amor, claramente lo es.- Dice de manera alegre.- Siempre quise un buen hombre para ti, y tuve miedo de que te desviaras. Supiste escogerlo bien cariño.
-Creo que aprendí de la mejor.- Me burlo.
-No.- Dice de inmediato.- Yo dudé, ni hice lo que mi corazón me dijo, hice lo que los demás creían correcto y aunque amé a tu padre demasiado y no me arrepiento de haberte tenido ni a tu hermano, creo que pude haber sido más valiente. Tú siempre has seguido a tu corazón y has aprendido de tus errores al igual que ahora tu hermano ha hecho, ambos se arriesgan por lo que quieren y por los que quieren, estoy tan orgullosa de ambos. Me alegra que ambos encontraran sus anclas.
-Tú lo has hecho también.
-No tengo una cariño, tengo tres.- Me asegura asintiendo.- Pero debo decirte algo, no puedes sólo dejarte caer, sé que su partida te duele pero tú tienes que seguir con tu vida hasta su regreso, eso es justo lo que él quiere, justo la razón por la que hizo lo que hizo. Eres grande Abby y estás por lograr cosas aún más grande así que tendrás que concentrarte en el futuro. Si te das por vencida entonces ellos ganan.

-Y no puedo dejar que pase.- Termino por ella, comprendiendo por completo sus palabras.

Ella palmea mi hombro.- No pierdas la esperanza pequeña, ya lo tienes, sólo tienes que esperar su regreso.- Y con eso se levanta de mi lado y camina hacia las escaleras de incendio, la veo alejarse antes de que se voltee de nuevo hacia mi.- Prepárate para mañana, partiremos temprano, ya no es seguro aquí.

Lo sabía de antemano, no podemos quedarnos en un edificio por mucho tiempo porque los curiosos y vándalos se interesarán en nosotros.

-Tú también mamá.

Ella se va y yo me quedo sentada en el mismo lugar, pensando, sólo pensando.

Y ahí, en silencio viendo hacia el cielo, busco en lo más profundo de mi ser aquella conexión entre él y yo. Hay un muro que me detiene, algo que me bloquea por mi bien, pero eso no me detiene de decir lo que siento.

Te amo.

Lo digo, a pesar de que no hay respuesta del otro lado... Por ahora.

¿Recuerdan cuando en Infierno Helado, Abby menciona que sería su primer último día de instituto?
Pues mis queridos Orígenes, este es el último primer capítulo de la trilogía :')

Muchos me han estado pidiendo que ya empiece con este libro y la verdad no llevo muchos capítulos hechos, en Infierno Helado capítulo que escribía, capítulo que subía, mientras que en Paraíso En Llamas me tomé mi tiempo para al menos hacer la mitad antes de subirlos pero sé que no soportan las ganas así que les dejo el primer capítulo.

Aclaro que no subiré un capítulo por semana aún, no así de seguido sino que, cada vez que avance un capítulo entero, subiré uno, esto es por si me da por cambiar algo a última hora. Espero que lo disfruten y comenten lo que más les ha gustado del primer capítulo, sé que no es mucho pero les aseguro que la acción empieza desde el capítulo dos.
Saludos, los quiero y no olviden que tenemos un grupo de facebook llamado Origenes y Medio Orígenes, espero con ansias sus solicitudes. ❤

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