27 - Respira
La nave surcó el cielo y arrojó la basura de ciudad Ritma, 99 personas abandonaron el lugar sin la promesa de una buena vida o siquiera de esperanza por vivir. Los nombres de los expulsados se dio a conocer, 101 nombres y entre ellos figuraba la fotografía de la excapitana Jaime. No hubo lamentaciones, llantos ni reproches. Los planes de la Junta seguían a pasos desmedidos, había desalojado Los Suburbios y crearon ahí el centro para la Academía, miles de jóvenes eran arrancados de sus hogares para crear nuevos escoltas y guardias para cuidar del bienestar de Ritma y de cualquier golpe de estado.
Y aunque Iván hubiera preferido otro destino no se dio el permiso de llorar o lamentarse. Después de todo ella tenía razón, a él le faltaba determinación, era apenas un títere de Feiro, perdió a su hermano, a sus padres y ahora la había perdido a ella. Sus pensamientos estaban fuera del oscuro lugar en el que se encontraba su cuerpo, lejos del tumulto de gente que lo rodeaba. Los gritos de júbilo llenaban el espacio. Nana lo observaba de lejos y a su lado posaban los que lograron escapar del Sótano, estaban organizando nuevas estrategias pues le dieron su lealtad a su compañera sin poner peros y con la promesa de que una vez tomado la ciudad no habría más Sótano.
Mientras el líder hablaba del gran golpe que dieron, del rescate de Nana, sobre lo bien que iban los planes y su siguiente ataque al coliseo de Nitel; otra reunión se llevaba a cabo, una lejos de sus dominios.
Cuatro mujeres reunidas pulcramente vestidas de blanco, sentían que por primera vez habían hecho las cosas mal, era la primera generación de capitanas en que una de ellas los había traicionado. Años de perfecto orden, régimen solidario y apoyo constante por parte de las mujeres que representaban a la Junta y ahora una de ellas les dio la espalda.
—Hagamos un resumen —dijo Triscal, uno de los Primeros—. Feiro y Geral, ambos escoltas personales son traidores. Angela escapó con 15 criminales más, y tenemos a una capitana que decidió unirse a alguna organización que está en nuestra contra.
Krisal sabía que ella se había propuesto para resguardar el Sótano y cuidar de Ángela, pero todo había salido mal, la única manera de remediarlo es hacer que Jaime hablará, pero hasta el momento no había podido verla, no quería enfrentar sus propios sentimientos porque si ella la rechazaba sería capaz de matarla. Siendo una capitana, no quería dimensionar su propio infierno, este no era la ciudad, ni la huida de Ángela, mucho menos el hecho de que su puesto corriera peligro, era que ella, esa mujer a la que ayudó a ser capitana, no la amara.
Al tiempo que Triscal intentaba dar una charla sobre la importancia de destruir a quienes deseaban el poder, ella solo pensaba en la última conversación con Ángela. Si bien no le dio tiempo de hacer tratos porque rompió su límite al golpearla hasta el hartazgo, si pudo sacarle una palabras: cuando Jaime esté en tu poder, porque no tengas duda que es por mí que la tendrás, ve a la florería Renacer Primavera, en el sector Linna. No se te hará difícil encontrarla.
—¿Krisal? —La voz de Amec la regresó del pasado.
—Estoy pensando en el método para dar con estos ladrones.
—No —negó Triscal. Todas miraron en su dirección, el asunto era grave, pues la reunión no la hacían por medio de una pantalla, el mismo descendiente de los Primeros estaba frente a ellas, en persona—, un error más Krisal y estás fuera. Este trabajo lo hará otra persona.
Nitel se burló desde su asiento, si Krisal dejaba de ser la mano derecha, ella estaba segura en ser la siguiente.
Sin embargo, de sus labios no salió lo que esperaba, por el contrario, la puerta se abrió y una mujer vestida completamente de azul entró. Su cabello rubio iba recogido en un perfecto moño, sus ojos esmeralda escanearon a los presentes y se colocó al lado de Triscal.
—Código ADR2657 proveniente del sector Amec reportándome —la voz de la invitada sonó melodiosa, dulce y segura.
—Siempre hay una selección previa —intervino Linna.
—Veo que no bastó con lo sucedido a MAR2368 para que se comporten de manera agresiva. —La respuesta de Triscal alertó a Krisal, que se haya referido a la excapitana por su código solo significa una cosa—. Quiero presentarles a su nueva compañera. ADR2657 es de ahora en adelante, la nueva capitana del sector Jaime.
Nitel se tragó el coraje, en algún momento se designaría una nueva compañera, pero esperaba que por lo menos las capitanas tuvieran oportunidad de seleccionarla. La reunión siguió con los detalles para la integración de Jaime. Una vez terminada Krisal salió de su sector rumbo al sector Linna. Nitel esperó a que todas se fueran y bajó cantado al laboratorio de Krisal.
El lugar estaba vacío, el Sótano seguía en el sector Nitel y Krisal decidió retener a su presa en su laboratorio, estar dejando tanto tiempo sus deberes la estaba poniendo en desventaja, no aceptaba que tomó demasiadas responsabilidades y no pudo con todo. Para ella tenerla en su poder le resultaba más seguro, no sabían cómo es que su compañera se quedó mientras que Ángela logró salir. Pero suponía que fue traición, después de todo Ángela le aseguró que eso pasaría.
—Vengo a darte las nuevas noticias —dijo con voz burlona Nitel— han ocupado tu puesto, ya no eres más Jaime.
La mujer se levantó del piso, sus heridas estaban cerradas y su ropa era de nuevo blanca, alguien la había vestido como capitana, pero ella ya no se sentía como una.
—¿Tienes idea de la persona que escapó? —Preguntó con desespero.
—Querrás decir a quien ayudaste a escapar.
—Yo no sabía que ella era Ángela —su respuesta parecía precipitada.
—Entonces quién se supone que crees qué es —Nitel no quería información, a ella no le interesa el bienestar de nadie, ni de Ritma, solo quiere jugar, divertirse, vivir.
—Dejame ir, por favor, necesito verla, necesito... —La petición de la excapitana irritó a la chiquilla, ella no era una traidora, a Nitel si le gustaba el sistema en el que vivía—. Ángela puede tomar tu puesto si se lo propone.
—Nadie me quita lo que es mío —sus ojos parecían arder. Aquello le resultó ofensivo, Ángela era una traidora y no se podía comparar a Nitel.
Jaime lo sabía, sentía que estaba derrotada. Veía cómo su vida se convertía en un día gris, los despojos de sus sueños estaban frente a ella, y esa pesadilla no parecía tener piedad.
—Nitel... afuera la gente está muriendo, y no me refiero al domo. El sistema está matando a los menos favorecidos, cada día hay más delincuentes y es debido a la falta de oportunidades. Las personas no tienen derecho a soñar, solo se les asigna un oficio y deben vivir felices con eso, pero qué pasa con la gente que desea otra cosa, nadie los escucha, entonces se ven obligados a salir de sus sectores y se encuentran con un millón de peros para trabajar o tan solo para visitarlos.
—Es fantastico, más gente para nuestros fines.
La mujer bajó la mirada, a través de ese cristal era imposible tener voz, siendo capitana aportó con el avance tecnológico, pero siendo una delincuente tenía las manos atadas.
—Quiero ver a Krisal.
—¿Estás demeritándome?
Nitel tocó su arma a un costado de sus prendas.
—Eres una niña infantil —dijo resignada a no ser tomada en cuenta.
—Es verdad, soy una pequeña que solo quiere jugar. —Nitel odió ver la derrota de su excompañera—. Me pregunto qué pasará si coloco mi pulgar aquí. —La retó, pero su colega no parecía temerle.
Acto seguido la capitana dio la autorización para que la simulación empezara. Entre las cuatro paredes de cristal el oxígeno empezó a ser expulsado y la temperatura aumentaba.
La excapitana miró directamente a Nitel, quiso mantenerse serena, pero la falta de aire la hizo doblegarse, intentó retener todo el oxígeno en sus pulmones, no moverse ni rascarse la piel por la comezón que le provocaba.
Nitel paró la simulación al ver sus efectos, no evitó excitarse con los resultados, podía entender la fascinación de Krisal por su laboratorio, aunque no tenía muy claro el verdadero objetivo, todos sus experimentos terminaron en lo mismo, todos morían, ya fuera porque se convierten en monstruos o porque el cuerpo humano no resistía la radiación. La mujer dentro del simulador recuperó la respiración, pero pudo percatarse de las quemaduras, un poco más y estaría muerta.
—Quiero que te disculpes —retó Nitel. Pero no recibió respuesta. La reacción de su excompañera la alteraba, era más el deseo de verla sufrir, deseaba ver la transformación, entonces lo volvió a encender.
La cabeza de Jaime se llenó de luces, por un momento se cegó mientras su garganta sentía el fuego, sus órganos parecían reventar por dentro y todo su sistema inmunológico parecía no funcionarle, estaba muriendo de la manera más cruel que pudo imaginar. La sangre brotó de su nariz y su boca, se dejó caer intentando detener la hemorragia y sin previo aviso la capitana volvió a parar el simulador.
Su compañera yacía en el piso sin la fuerza suficiente para levantarse, Nitel aprovechó para abrir la puerta y burlarse mientras sostenía en sus manos su arma. La radiación no se disipaba, y la capitana aguantó el escozor de su cuerpo, Nitel tenía mucha ventaja sobre su compañera.
—Si te mueres, nadie lo lamentara.
Y ella lo sabía, en su vida no había un Feiro que organizara un rescate, una Krisal que moviera un ejército para cuidarla, una madre o pareja que la esperara en su casa, no tenía nada más que a ella misma. Y recordó el día en que Diego se marchó. Sintió dolor, pero también se sintió más fuerte para continuar, la necesidad de demostrarse que su existencia tenía un propósito la levantó.
—Pero no voy a morir Nitel.
Con toda la fuerza que tenía, sostuvo su cuerpo con sus manos y lanzó una patada baja con la que derribó a su contrincante. Nitel intentó ponerse de pie, pero volvió a caer al piso por un golpe que la excapitana lanzó a su rostro, no se percató del momento en que su enemiga se hizo de su arma y sin piedad, Jaime disparó muy cerca de su pecho.
La mujer salió del simulador, sabía que ya no tenía el cargo de capitana y se preguntó si su huella digital ya había sido borrado del sistema, además si Krisal había sido cuidadosa de darle acceso a todas las capitanas o solo a las que tenían conocimiento de su laboratorio, después de todo sus instalaciones le pertenecían a la Junta, nada les pertenecía a las capitanas.
Así, para salir de dudas y con la intención de estar equivocada, colocó su huella digital mientras Nitel gritaba una sarta de blasfemias para ser liberada. Y el simulador se encendió.
La excapitana no se quedó a ver el resultado, dejó encendido el aparato y con la sangre saliendo por diferentes partes de su cuerpo, se arrastró para llegar al elevador. Su vista estaba borrosa, no enfocaba bien y temía desmayarse, caminó como pudo hasta llegar a las escaleras, el dolor cada vez era más fuerte, temía que uno de sus riñones hubiera dejado de funcionar, y aunque no se veía varias partes de su piel estaba calcinada.
Logró ver a una persona vestida de blanco y pensó que todo estaba perdido, que uno de los médicos o científicos de Krisal la atraparían, pero ya no tenía fuerza para seguir, entonces escuchó en tono muy bajo, casi un susurro:
—¿Jaime?
Apenas pudo enfocar, pese a no ser el rostro que desea ver, le dio la mano y antes de desmayarse le respondió.
—No, ya no soy más la capitana del sector Jaime. Mi nombre es Marina.
PROHIBIMOS LA COPIA PARCIAL O TOTAL DE ESTA OBRA, TAMBIÉN LAS ADAPTACIONES.
TANTO LOS PERSONAJES COMO LA HISTORIA NOS PERTENECEN, NO AL PLAGIO.
Nos despedimos, seulRN Dulce-Miyuki
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