.¿Cuánto más debe caminar para encontrarla? ¿Cuántos lugares más debe visitar para saber algo de ella? ¿Cuánto más el mundo soportará el mal  que lo invade todo? Siempre se pregunta esto el trovador al salir de un pueblo, una ciudad o una aldea, ahora sale de la extraña ciudad sin nombre del mismo modo en como lo ha hecho cada vez que termina su canto, con el atardecer, sin embargo, a diferencia de muchas otras ocasiones, frente a él hay un extraño hombre con ropajes dorados y cabellera blanca, su rostro emite una gran paz.
El trovador sin saber que hacer se pone en guardia esperando sea uno de tantos enemigos a los que ha tenido que enfrentarse – Tranquilo amigo – dice el extraño hombre mientras baja de una pequeña nube – oí tu canto y me pareció muy bello, sin embargo me parece que no eres exactamente lo que dices ser –
-No entiendo a qué te refieres – agrega el trovador mirando de manera desconfiada al ser frente a él -
- Un ser como tú no se ve todos los días, en ti hay magia y es una magia que no a cualquiera se le otorga, por tus ropas y la historia se que bienes del norte - el trovador mira asombrado a quien esta frente a el cada vez desconfiando mas ya que parece saber mucho- ¡oh! Perdón - continua el desconocido - me emocione un poco  y he olvidado presentarme – agrega el desconocido – Por estos rumbos  soy conocido como "Hacedor de lluvias" aunque puedes decirme Sellu,  con respecto a mi nombre real, puedo decir que hace tanto tiempo que nadie lo menciona que incluso yo mismo lo he olvidado –
El trovador en ese momento en actitud de desafio retrocede esperando un ataque y pregunta-¿Cómo sé que eres lo que dices en verdad? –
-Vaya, veo que eres bastante prudente tanto con tus palabras como con tus acciones, ¿Que harias si fuese enemigo? O mejor aun ¿si soy un aliado tuyo y aun no lo sabes? – de inmediato Sellu toma un pequeño frasco y lo abre mientras el trovador se prepara para defenderse de un posible ataque– No te preocupes, este es un pequeño rocío, digamos especial, no te hara daño,  solo me mostrara un poco mas de ti, en realidad pude usarlo sin que te dieras cuenta pero es mejor de esta forma, pudiste considerarlo una agresion y no quiero malos entendidos en una epoca como esta ¿puedo usarlo?– el viajero asiente y frente a el  comienzan a formarse diminutas nubes y un ligero rocío invade sólo el lugar donde los dos personajes dialogan, trata de tomar algunas gotas con sus manos pero se disipan tan solo tocar su piel – No te preocupes amigo – agrega Sellu – es un rocío de suspiros y como todo buen suspiro se disipa al tocar un alma pura, eso me dice más que cualquier cosa que trates de decir para engañarme, ahora si realmente lo que haces es tan importante no me digas tu misión, sin embargo al ver tu pureza ¿quiero saber si puedo ayudarte en algo? Mi palacio en las nubes está a tu disposición para que descanses y si estás aqui por la princesa de tu historia podemos platicar en el con más tranquilidad –
El trovador sin decir una solo palabra, asombrado por la sabiduría de Sellu decide acompañarlo y ambos suben a la nube que de inmediato los lleva hacia un extraño palacio flotante, una vez en él entran a lo que parece una sala llena de frascos y hojas que cubre casi todo el lugar.
-MMMMM aún no termina ese muchacho, ¡IAN! ¡TENEMOS VISITAS! – grita Sellu y un joven delgado aparece desde otro cuarto.
-Perdón señor, estaba elaborando la lluvia especial de este año, recuerde que se aproxima la temporada y no podemos quedar mal – es hasta ese momento en que Ian se percata de la otra presencia y lleno de miedo se oculta detrás de una mesa.
-¿Por qué el miedo querido amigo? – pregunta Sellu sin voltear a su invitado.
-Señor,  ¿Por qué trajo esa bestia al palacio? Nos devorará – contesta lleno de miedo el aprendiz.
Es hasta ese instante en que Sellu mira a su invitado y descubre que no está ya más el trovador sino otro ser en su lugar, lo cual lo sorprende en gran medida y lo hace retroceder hasta que comprende lo que sucede.
-Mil perdones,  no pude evitarlo, esta es mi verdadera forma, supongo que con ella sabrá ahora quien soy – comenta quien una hasta hace unos instantes era un trovador.
-Disculpe mi torpesa, majestad, ahora entiendo la naturaleza del relato, ¡IAN! Muchacho bueno para nada, limpia este desastre y trae algo para nuestro invitado, que no te preocupe su apariencia, es parte de la realeza y como tal debe ser tratado, así que apúrate –
Sin más que decir el joven  comienza a limpiar el desorden,  una vez que termina sale con dirección a lo que parece una cocina y regresa con algunos bocadillos, pero cuando se dispone a salir Sellu le indica que se quede ya que lo que escuchará en esos momentos también son asuntos que le conciernen al joven.
Durante un par de horas el trovador narra todos los acontecimientos que lo han llevado a ese lugar, esta ocasión quita las partes poéticas y narra el horror verdadero, mientras Sellu e Ian escuchan atentamente, de pronto casi al final de la narración la mirada de Sellu cambia por completo, en ella hay preocupación, mira a su aprendiz y le toca la cabeza.
-Realmente las cosas no están bien, hace tiempo una ave me contó que allá las cosas estaban algo extrañas, pero lo que me dices es realmente grave. ¿Qué sabes del escritor?  –
-Fue el primer lugar que visite,  el lugar estaba completamente abandonado, eso me hizo pensar que está del lado del guerrero o planea algo solo para divertirse –
-Sí, con él es difícil saber lo que piensa y ahora que ha roto el juramento de no intervenir directamente en el mundo debemos tener cuidado  –
De pronto un diminuta nube entra por la ventana aproximandose a Sellu, rapidamente dirige una mirada a su joven aprendiz quien sabe lo que su maestro dirá – Muchacho es tu madre, está preocupada porque no has tomado tu medicamento y es tarde, así que por hoy dejaremos estos asuntos, ve a casa yo me encargo de nuestro invitado – Ian se despide de Sellu con un fuerte abrazo, aun temeroso se dirige al ser frente a él y se despide desapareciendo por una puerta.
Una vez solos los dos seres mágicos, deciden que es suficiente y deben descansar, un nuevo día y una larga jornada los espera, esa noche el trovador por primera vez mira una esperanza en su tan amada luna mientras intenta descansar después de mucho tiempo.
Al día siguiente Sellu e Ian se despiden de su amigo, esta vez Ian no le teme ya que el Trovador se muestra ante él con su disfraz el cual provoca una gran paz y tranquilidad, Sellu le entrega un pequeño frasco y se acerca a su oído para decirle una palabras que parecen darle un nuevo animo al trovador quien de inmediato inicia un nuevo camino con aparente rumbo desconocido para lograr su cometido.
Una vez que ya no ven al trovador Ian se decide a hablar – Señor ¿Qué fue lo que le dijo? –
- Todavía no es tiempo de que lo sepas, hay palabras que se deben decir en el momento adecuado por la persona correcta, mientras debemos prepararnos –
-¿para las lluvias? –
-No, esta vez no, debo proteger a la ciudad y a quien seguirá mi legado, así que prepárate para partir con tu madre a un lugar seguro –