"LEONÉS"
Sus manos acomodaban la suave tela alrededor de sus piernas, era una falda larga que le cubría sus pies, y unas cadenas muy lindas y brillantes envolvían su cintura.
Uso una bufanda negra para cubrir su pecho, y encontró una linda corona que le cubría la cara, se la puso y modelo el traje, se veía en el reflejo de ese escudo con símbolos raros y no dejaba de sonreír y sonrojarse por qué era la primera vez que se vestía así.
Antes de ir con Harry usaba pantalones obsucuros y sin gracia, y una fea camiseta blanca y tirantes, todo complementado con zapatos negros y apretados.
Al llegar con Harry y ver que no tenía nada de ropa puesta, solo una falda improvisada no dejo de pensar en lo cómoda que era.
Se mordió el labio al pensar en Harry mirando todo su cuerpo, pasaba sus manos por su pecho imaginando que era tocado por esas grandes manos.
Ahora se sentía tan hermoso, tan único e invaluable, se sentía una obra de arte que merecía ser retratada por los mejores artistas, si, valía su peso en oro.
Pasado**
- Louis! Actúa como un hombre - su madre le gritó enfrente del sacerdote de la iglesia - disculpe mi señor, no se que le sucede a mí hijo estos días - trataba de sonreír.
- Tal vez su hijo necesita disciplina señora - el hombre miraba a Louis.
-
- Hey, Louis ¿Tienes compañero? - se le acercó un chico castaño.
- No y tu - Normalmente nadie quería ser compañero de excursión de Louis.
- No, ¿Quieres ir conmigo? - dijo mientras intentaba no reír, había apostado con sus amigos que si lograba hacer caer a Louis al río cerca de la ladera, le darían un par de botas. No era mucho, pero nada le costaba.
- oh, claro - dijo con una sonrisa, no sabía lo que le esperaba.
- Jóvenes, hagan una fila junto a su compañero y salgan haciendo una reverencia - el sacerdote y maestro de los chicos aviso antes de arrodillarse y salir por la gran puerta de la iglesia.
Louis iba a ir primero, pero su compañero le detuvo - tranquilo, iremos al final - dijo con una sonrisa y fingida amabilidad.
A Louis realmente no le importaba así que decidió obedecer.
Fueron los últimos en la fila, pero el otro chico se tardó más tiempo arrodillado, Louis solo veía como los demás seguían un mapa, estaba algo curioso de que podría haber en ese misterioso bosque al que no les dejaron ir.
- Listo, vamos - acomodó su mochila y mientras caminaba y hablaba un poco con Louis, desviaba el camino a la ladera.
Louis lo noto y no protesto
- Y si vamos al bosque - dijo de manera casual, sin ser una pregunta.
- Claro - el chico se sorprendió, al parecer Louis no era una persona que se opusiera.
La llegar al río, notaron que era como una pequeña cueva, era casi una laguna, y no era muy onda.
- Wo - el chico se maravillo con el agua tan cristalina que tenía el río. Empezó a sacarse la ropa, no dejaría pasar esta oportunidad, adoraba nadar y ese era el río más cercano del pueblo. - ¿No entrarás? - dijo el chico ya con solo ropa interior
- O, si - empezó a sacarse igual su ropa, la verdad sabía que estaba mal lo que hacían, pero los padres jamás dejaban que los jóvenes se acercaran al bosque y tal vez sería la única vez que vendría.
El chico olvidó un poco la apuesta cuando empezó a meterse debajo de un chorro de agua, cerraba sus ojos y mojaba su cabello, cuando los abrió vio a Louis acostando cerca de la orilla, iba a asustarlo cuando notó algo raro en su brazo.
Al verlo vio sangre y creyó que se habría cortado con alguna roca, pero grito cuando vio que la sangre salía del chorro de agua.
Salió corriendo del agua y empezó a vestirse de manera muy rápida y olvidando a Louis que seguía acostado y solo lo miraba.
Cuando el chico desapareció de su vista, se volvió a recostar cerca de la orilla. Cerró sus ojos y durmió.
Al abrir sus ojos, ya era de noche, se levantó despacio, dejo de moverse cuando notó a alguien parado delante suyo, la luz de la luna le dejó ver qué se trataba de un hombre, pero con cabeza de conejo.
De repente siento su cuerpo pesado y volvió a estar acostando, el hombre conejo se acercó a él y empezó a oler su cuello y su cara.
Movía la nariz y eso le pareció tierno, río un poquito cuando sus bigotes tocaron su piel.
- ¿Que eres? - pregunto el hombre, muy confundido al no oler miedo en su próxima presa.
Louis no respondió, estaba perdido en los ojos verdes del conejo.
- Vendrás conmigo - dijo enojado, la voz en su cabeza le molestaba otra vez.
- Si - Louis se levantó y se empezó a poner un saco para el frío.
Estaba a punto de ponerse pantalones cuando el hombre agarro su brazo y lo guío a lo más profundo del bosque, como siempre no puso resistencia.
Fin**
- Louis, ¿Ya acabaste? - al fin le mostró a Louis toda su guarida, era como un pequeño palacio dentro de una cueva, tenía algunos cuartos (que eran de otras brujas) pero todos estaban vacíos, excepto su cuarto de tortura y el cuarto donde estaba Louis, su cuarto de objetos valiosos.
Louis había querido vestirse sin que él lo viera y darle una sorpresa, y solo esperaba poder controlarse.
- Listo - se escuchaban sus risitas, y después de que sus mejillas se pusieran tan rojas por el sonrojo que le causaba vestirse así, salió y abrió sus brazos para que Harry tubería una mejor vista.
¿Acaso hay mejor vista que está? ¿El sol se ocultara cuando él sale? ¿Las estrellas intentaran iluminar lo más obscuro de la noche pero Louis siempre brillaba más? ¿Acaso esa falda no puede alzarse más?
- ¿Harry? - Louis estaba muy rojo por los ojos que observaban todo su cuerpo, en especial las partes descubiertas.
- Los hombres creen que lo más preciado que tienen es el oro, que tontos - tomo la mano de Louis y lo jalo hacia él.
- ¿Encerio? - se sentó en la piernas de Harry
- Si, son unos tonto porque lo más preciado que hay eres tú, y te han perdido - le empezó a besar el cuello y dejar unas marcas, estaba marcando su territorio.
- ¿P.. porqué? - su voz temblaba por lo que Harry le hacía.
- Por qué ahora eres mío - le besó con fuerza, tomo su cintura y la empezó a mover, una mano tomaba su nuca y acariciaba el cabello que tenía, era tan suave.
- ah, Ha..rry - abría su boca y su pecho subía y bajaba, quería que Harry siguiera pero estaban en un pasillo, y además le había prometido ir al circo.
- Sh, sh - dijo Harry en la boca abierta de Louis - tranquilo pequeño, iremos al circo - quito la bufanda y acarició el pecho de Louis, su nuca y cuello que le volvían loco.
Talvez llegarían un poco tarde a la función.
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