04
❝ La familia Hwang ha regresado. ❞
Apretando con fuerza el libro contra su pecho y respirando hondo enfrente de la entrada al Instituto en donde los pasillos posiblemente estén abarrotados de jóvenes chismosos, los cuales obviamente volverán a dirigir su vista en él cuchicheando como el día anterior. Todo aquello le genera muchos nervios e inseguridades.
Jeongin nunca fue seguro de sí mismo por completo, aún así intentaba ganar confianza pero desde que se volvió el rumor principal de la escuela todo ha recaído de manera negativa.
Las personas tenían razón, él no era lo suficientemente atractivo para estar con Hyunjin, ni tampoco inteligente, atlético y ni siquiera adinerado. Según los kdramas chicos como Hyunjin deben de estar comprometidos con alguien de su mismo estatus y si no, debe de ser al menos una persona más atractiva, espontánea y segura de si misma sin tantos completos.
Respirando por décima vez, Jeongin se arma de valor y con una mano temblorosa abre la puerta adentrándose de nuevo a su infierno en aquel día Jueves.
Baja la vista mientras escucha como muchos murmuran a su alrededor. Camina rápido con la vista nublada, sin mirar a nadie ni queriendo prestar atención.
De pronto alguien lo toma del brazo lo cual causó que se sobresalte en su propio sitio, se abraza a sí mismo buscando protección con sus ojos cerrados.
—Innie, ¿estas bien? —cuestionó Felix con total preocupación.
Al escucharlo pudo suspirar más tranquilo y abrir los ojos apenado.
—Lo siento...
—Murmuran mucho, ¿no? —asumió un tanto obvio, mirando de reojo a sus alrededores. Innie no hizo más que asentir para agachar su mirada. —Vamos a un lugar más tranquilo antes de que empiecen las clases.
Dicho esto toma con cuidado la mano temblorosa del menor y se lo lleva evitando a los demás compañeros. Llegaron a la puerta trasera, la abrió y salió a lo más lejos del patio de atrás el cual está lleno de vegetación bonita y unos cuantos bancos. Por suerte no hay ningún estudiante rondando por ahí.
Felix se sintió triste al notar que su pequeño zorrito parece tener miedo hasta de su propio tacto. Quiere hablarle, quiere escucharle para entender lo que pasa en su atormentada cabecita.
Sentó al menor y él a su lado dejando un notorio espacio por si se sentía incómodo.
—¿Puedes contarme que te aturde? —le preguntó con suavidad.
Jeongin apretó con fuerza los puños que se recargan encima de su regazo y baja la vista apenado.
—¿Estás bien?
«No»
Quería hablar, quería decir que no estaba bien pero no podía, la voz se estanca en su garganta. Nervioso, inestable, al borde del llanto.
—No estás bien, ¿verdad? —dijo en tono suave deslizándose para quedar más cerca del menor. Innie negó mientras arruga su naricita y las lágrimas por fin se deslizan en sus mejillas.
Felix no pudo soportar escuchar el sonidito lastimero salir de los labios del menor, por lo que sin espera lo toma con suavidad y lo abraza para acariciarle del cabello.
—¿Qué pasa, Innie? Dime, ¿qué sucede? Me preocupas tanto...
—T-Tengo miedo...
—¿Por culpa de lo que te hicieron en el baño esos pelotudos? —cuestionó con cierta rabia en su voz, claro que los odiaba. Sintió como el pequeño asiente. —Sabíamos que te pondrías sensible, por eso detuvimos a Hyunjin de procesar la demanda. Sabía, bueno más bien, Seungmin sabía que no estarías listo para hablar y que era mejor para cuando te calmes. No queremos presionarte pero si lo que necesitas para calmarte a ti mismo es demandarlos de una vez, haz lo.
Innie se frotó sus ojos durante aquellos segundos silenciosos tratando de calmarse.
—Y-Yo... D-Desde eso he tenido miedo del contacto, n-no quería que nadie n-ni... Ustedes me tocaran pero e-en realidad, n-necesitaba un abrazo y-y su apoyo. T-Tenía miedo de p-pedirlo pero realmente... Lo quería —se fue explicando con hipidos. Solto una sonrisa más un bufido áspero e irónico —Lo sé, soy raro... —admitió con desagrado a si mismo.
—Claro que no, claro que no —negó apresurado —Tu no eres raro, eres de las cositas más lindas y tiernas que he conocidos. ¡Ellos son los raros, aquellos que te hacen daño lo son!
—M-Me lastima que me señalen, que hablen de mi mientras paso enfrente de ellos. No se que hacer, Hyung —se sincero, abrazando con más fuerza al mayor buscando una calidez que logró encontrar.
—No se que decirte la verdad, Seungmin sabe dar mejores consejos que yo —apretó sus labios pensativo —Solo... Solo se fuerte, todo esto acabará pronto, pequeño. Ya verás.
—Gracias, Hyung, por siempre apoyarme.
Sabía que Felix a pesar de ser muy meloso, no es lo suyo dar buenos consejos serios. Él es más de defender a capa y escudo. Insultar a quien lo insulta y golpear a quien lo golpea. Es tan leal, justiciero y sin pizca de miedo, con una feroz confianza. En cambio, Seungmin es más suave, no posee la fiereza del pelirubio pero siempre trata de dar lo mejor de sí, es más amable y compasivo, dulce y con buenos consejos.
Ojalá fuera como sus Hyungs, ellos tienen muchos más puntos atractivos que él.
—¿Sabías que la familia de Hwang está en casa? —la pregunta de Felix lo desconcertó. Se alejo de él para verlo a la cara perplejo.
—¿Qué?
—De eso están hablando hoy, hasta su hermano mayor dicen que vuelve hoy de Inglaterra.
—¿En serio? ¿Jinyoung-ssi?
—Si, creo que es por el escándalo que a armado Hyunjin, sabes lo de Instagram... —balbuceo un poco lo último —No se si sean buenas o malas noticias la verdad, tal vez malas pero para ustedes.
—¿U-Ustedes? ¿Yo?
—Ambos se gustan y la familia millonaria de Hyunjin volvió al país, ¿Te imaginas que te toque una Suegra malvada como de los doramas? Tienes que ser fuerte, Innie. No puedes dejar que esa bruja interfiera en tu amor.
Jeongin se avergüenza y penoso admite —N-No creo que le guste a Hyunjin, creo que lo hizo para ayudarme...
—¿En que mundo vives? ¿Acaso no ves como los ojos de Hyunjin forman corazones cada vez que te ve? ¡Tu le gustas, de eso estoy segurísimo, si no, no hubiera hecho el Live! ¡Nadie arruinaría su reputación de esta manera por una persona! ¡Es más, creo que hasta te ama! —dice eufórico tratando de darle animo y confianza al menor —Tu eres una bolita de algodón, como un hermoso zorrito recién nacido, ¡no hay razón para que no caiga irremediablemente enamorado de ti, así que ten más confianza!
El menor ruborizado asiente.
—Joven Yang, ¿puede llevar estos libros a la biblioteca?
El menor asintió rápidamente a la docente y toma la docena de libros, un tanto pesado para sus bracitos. Y así mismo, se dispuso a caminar hacia el lugar. Lo malo es que le toca subir varias escaleras. Con cuidado pone un pie en esta y como pudo poco a poco fue subiendo temiendo caer.
Pero por más precavido que estuviese, aún así terminó tropezando.
Los libros volaron por el aire, mientras Jeongin intenta tomar algo para agarrarse y no caer espalda abajo. Cerró los ojos esperando, al menos, no caer de forma vergonzosa.
De pronto unas fuertes manos sujetaron su cuerpo, una rodeo su cintura y otra sus hombros.
Abrió los ojos de forma automática y ve enfrente de unos centímetros, a nada más ni nada menos que de Hwang Hyunjin. Su rostro se ruboriza y baja la vista inmediatamente.
—G-Gracias...
—No fue nada —murmuró suave.
Hyunjin con cuidado ayuda al menor a levantarse de nuevo, luego juntos van agarrando los libros esparcidos.
—¿A dónde llevaras esto?
—Yo puedo solo —desvío su vista el castaño.
—Déjame ayudarte, si no fuera por mi hubieras caído.
Al escuchar aquello, hace que acceda. No desea volver a tropezar de esta forma y menos sin tener a alguien que lo salvará como en este momento, no siempre se tiene la suerte.
Juntos empezaron a subir las escaleras.
—¿A dónde los llevas?
—A l-la biblioteca —no quería ruborizarse, no quería que su corazón se acelerará de esta forma.
Lo bueno es que gracias a Felix, su charla y sus abrazos. Ganó valentía y se dio cuenta del miedo estúpido que había tenido. Se alegra tener un amigo que lo haga ser más fuerte, aun así tenía muchas cosas de las que mejorar y entender, como su relación con Hyunjin. ¿Son amigos, conocidos o enamorados?
—Lo lamento —la disculpa repentina del más alto, logró sorprenderlo haciendo que se detenga y lo mire confundido. Hyunjin suspiro triste —Creí que haría bien pero lo eche todo a perder, solo pensé en mi mismo, se que estas enojado conmigo y me gustaría al menos, si no me perdonas, finjas hacerlo.
—Hyung, usted no hizo nada malo. ¿Por qué estaría yo molesto con usted si lo único que ha hecho es ayudarme y salvarme en todo momento? Incluso cuando eramos niños, seguía salvandome —fue diciendo suavemente con pausas y con valor se atreve mirar a la cara del chico, lo que causó que su rostro se ruborizara por completo y su corazón latiera. No puede ser un cobarde, debe de afrontar sus sentimientos en vez de escapar.
Cuando Hyunjin escuchó lo último, también se sonrojo avergonzado. —Y-Yo bueno... Cualquiera lo hubiese hecho en mi lugar.
—No, cualquiera pasa de largo y finge no ver nada pero usted no puede fingir no haber visto nada —esbozó una sonrisa genuina y por primera vez pudo decir algo que nunca se había atrevido antes. —Siempre me ha gustado eso de usted.
Justo llegaron enfrente de la Biblioteca y Jeongin rápidamente escapo entrando primero para evitarlo, la vergüenza lo carcome tan vivamente que no sabe que hacer. Le dio los libros a la bibliotecaria con el mayor a su lado y luego se despiden de ella.
De regreso, un cálido silencio fue lo que rodeo el aura de los dos. Ambos buscando abrir la boca pero no atreviéndose por la pena y sus corazones ansiosos.
—¿P-Podemos ser amigos?
La pregunta de Hyunjin sorprendió al menor, el cual carraspeo mirando a otro lado.
—Pensé que querías que fuéramos algo más... —admitió avergonzado.
—¿Qué? ¡Si, si! —asintió eufórico pero al instante se dio cuenta de sus acciones —No, no. Osea, si pero no ahora. P-Podemos empezar como amigos y ver si algo más sucede, a-aunque bueno, si no quieres que algo más suceda esta bien. T-Tú me gustas pero creo que a ti no y...
Jeongin no pudo evitar soltar una genuina risa, logrando poner rojito el rostro de Hwang, el cual lo miró entre sorprendido y avergonzado.
El día paso mucho más rápido de lo esperado, con Jeongin y su inseguridad de estar rodeado de personas, Felix y Seungmin se encargaron de acompañarlo a comer en algún rincón de la escuela para no toparse con la multitud en la Cafetería, lo cual, hizo que no viera en todo el día a Hyunjin, algo que le causó cierta tristeza.
La última campana sonó dando culminada las clases pero es hora de ir a los Clubes.
Seungmin por su parte salió del salón y decidió pasar antes por el salón de Música. Quiere verificar si Jeongin va o no, ya que el día de ayer no fue y no les dijo, algo que al enterarse se preocupo.
Cruzando por el pasillo vio a algunos chicos entrar por aquella puerta. Se acercó y cuando quiso asomarse por ella chocó accidentalmente contra otro cuerpo.
Papeles ajenos llenos de partituras musicales cayeron.
—Oh, lo siento mucho —se disculpo apenado y sin mirar al contrario se dispuso a ayudar a recoger todo.
Al levantarse, le extiende al más alto sus papeles fijando su vista por primera vez en aquel rostro.
Nunca lo había visto en la escuela, bueno, de por sí él no es sociable pero este chico es realmente atractivo. Su cabello rubio un tanto desordenado pero viéndose realmente bien en el. Sus hombros anchos y cuerpo realmente atlético. Hizo esfuerzo en no verlo mucho y fija su vista en aquellos hermosos ojos mieles.
—T-Toma... —balbuceo nervioso.
— Gracias —le agradece y sonríe, una sonrisa que casi mata a Seungmin.
Pensó en irse antes de que se desmayara o pasara vergüenza delante del desconocido pero cuando siente aquella fuerte y grande mano tomar su delgado brazo, casi hiperventila y se vuelve gelatina.
—Espera, ¿Eres Seungmin, no?
Abrió los ojos con sorpresa, al ver que éste ser lo conoce.
—¿C-Cómo sabes?
—Soy Bangchan, seguro que Innie ha hablado de mi —se presentó amable.
—Oh si.
«Pero nunca me dijo lo bueno que estas.
¡Oh no, Seungmin! ¿Qué son esos pensamientos?» Se reto a sí mismo.
—Innie habla mucho de ustedes y los he visto en más de una ocasión por eso te reconocí —explicó mientras el más bajo asiente ante sus palabras. —¿Y qué haces por aquí? Él no ha llegado.
—¿No? Vine a ver si llegaba.
—Ayer tampoco vino, dijo que se sentía mal, espero que pueda venir hoy —se lamento un poco —Bueno, saldré un momento, ahorita vuelvo.
Se despidió del mayor con una tonta sonrisa, al perderlo de vista se dio una cachetada un poco más fuerte de lo que esperaba. Se quejo y frota con tristeza su mejilla. No podía volver a acercarse al tal Bangchan, se vuelve estúpido.
Entró al salón y ojeo un poco. Cuando pensó en volver a salir la profesora Jihyo llegó cerrando la puerta tras de sí.
—Siéntense —ordenó a los jóvenes.
Seungmin quiso irse pero estaba indeciso. La Profesora lo ve de pie y le señala los asientos.
—Siéntate, por favor.
Tuvo miedo de hablar y explicarle así que rápidamente se sentó en los últimos asientos. Cuando ella se distraiga, va a escapar a su Club de Plantas.
La puerta es abierta y de ahí se adentran Jeongin junto a Bangchan, y por fin pudo respirar en paz. Se alegro de que el menor haya tomado el valor de venir.
Cuando sus miradas chocaron, notó la confusión en ambos rostros a lo que solo pudo devolver una incómoda sonrisa.
Jeongin junto al rubio se acercaron y se sentaron cada uno a un lado.
—¿Qué hace aquí, hyung? —le preguntó Innie mientras se quita su mochila para dejarla colgando detrás de la silla.
—Pensé que no vendrías, estaba preocupado —se sinceró en un susurro —Me alegro de que hayas venido.
—Pero tiene otro Club —hizo un inconsciente puchero de triste y culpabilidad.
—Puedo escabullirme en cualquier momento, ahorita me iré.
—¿Chan-Hyung podrá ayudarlo? —el menor se dirigió al mayor de todos, el cual lo miro confundido pero aun así asiente.
—Bueno si lo necesita, puedo ayudarlo.
—No es necesario —intervino Seungmin nervioso moviendo sus manos sucesivamente. —Yo puedo.
—Hyung, usted es muy malo mintiendo y escondiendo. Se va a delatar a si mismo aunque tenga la oportunidad —dijo sincero el menor sin querer sonar ofensivo, pero aún así logró ofenderlo.
—Yang Jeongin, ¿vino? —cuestionó la Profesora buscando con la mirada al muchacho hasta encontrarlo al final —¿Te has podido preparar para presentarte?
—¿Qué? —la miro sorprendido. Luego de inmediato se acordó que tendría oportunidad para presentarse hoy, algo que se le olvido por completo. Claramente no esta listo, no ahora. Desde que entró ni siquiera se ha atrevido a mirar a la cara a Hyunjin, tres asientos más adelante. —Y-Yo...
—¿Por cierto quién es ese alumno que no lo conozco? ¿Sabes que puedes ganar un acta por irrumpir en una clase? —dijo la mujer en dirección de Seungmin, el cual trago duro sin saber qué responder. —¿Quién eres? Levántate.
Implorandole a los cielos y al Señor de que todo salga bien, Kim se levantó con las miradas de todos puestas en el.
—Ahora si, preséntate joven y dígame a que Club en realidad deberia de estar.
—Y-Yo... Yo soy Kim Seungmin y... —sus ojos se llenaron de lágrimas. Nunca antes le habían mandado un acta. ¿Por qué fue tan estúpido de entrar? Bueno no, Jeongin valía mucho. No se arrepiente de sus actos, si va a recibir un castigo por esto, lo recibirá con la mandíbula en alto. Ganando más seguridad abrió la boca y cuando estaba a punto de hablar, alguien ya se había adelantado.
—¡Yo lo traje! —exclamó Bangchan a su lado, levantándose de un tirón, sorprendiendo a todos. Amigable y como si fuese un experto en la mentira rodea los hombros del más delgado con su brazo de forma amistosa. —Él realmente le gusta la música y quiere entrar al Club, pensando sobre la salida repentina de cuatro miembros, obtener uno más estaría bastante bien.
—Oh, ¿en serio?
—Si, en serio —esta vez asintió Hyunjin, también levantándose apoyando la causa aún sin saber nada exacto pero no quería que Jeongin se metiera en problemas. —Yo los escuche de camino aquí.
—No estamos en temporadas de Audición y Recolección de integrantes pero puedes venir, presentar tu talento y dependiendo lo podría pensar. Es cierto, perdimos cuatro buenos miembros talentosos —asintió Jihyo y más una sonrisa amable señaló el escenario —Kim, ven y preséntate.
Y ahora, el castaño realmente quería tirarse de un barranco. Bangchan no ayudó en nada, solo empeoró la situación y lo peor es que si lo niega, estaría dando hasta a Hyunjin de mentiroso. No quiere meter a nadie en problemas.
Tomando una gran bocanada de aire se dirigió al centro de todos.
«Bien, imagina que esto es como una exposición solo que en vez de hablar sería cantar» Se trató de convencer a sí mismo.
Lo bueno de él, es su estabilidad emocional (bueno, dejando a un lado el caos que se vuelve al lado de Chan) pero usualmente siempre intenta tomar todo con calma. No es de los que canta mucho pero, no se morirá si desafina. Lo máximo que pueden hacer es reírse de él por unos días y luego olvidarlo. Así es la gente, siempre olvidan todo después.
Y pensando en su cantante favorito, más específicamente un altísimo Canadiense de voz hermosa con canciones de bellos significados. Sí, ese Shawn Mendes.
Últimamente ha tarareado y cantado bastante en la ducha su éxito Stiches del 2015. Una canción inolvidable para su persona, por lo que decidió interpretar un verso de la canción hasta el coro.
La verdad no lo pensó mucho, no es profesional ni sabe nada sobre las técnicas de cantos ni estilos de voces. A veces cuando barre, hace su tarea y como mencionó antes, cuando se baña, simplemente le nace cantar una que otra canción. Usualmente lo hace cuando está solo ya que se avergüenza, sabe que no tiene las voces de cantantes profesionales.
Bueno, su pensamiento es totalmente errado puesto a que cuando terminó de cantar abrió los ojos y vio como todos parecían totalmente perplejos y absortos, incluso la profesora.
Sus vista chocó con la de Bangchan, notó aquel extraño brillo en sus ojos, algo bastante inusual y hasta lleno de ¿admiración? ¿Deseo? Sin duda, él cree que está alucinando. Aún así, no pudo despegar su vida de él, durando largos y eternos segundos sosteniendole la mirada.
Siente una electricidad pasar por su cuerpo y un revoltijo en su interior, además como su rostro se calienta.
Los aplausos de todos y hasta de ese rubio resonaron, haciendo que volviera a la normalidad de golpe.
¿Por qué le aplauden tanto?
—¿Has estado en alguna academia?
—¿Qué? ¿Yo? —se señaló perplejo.
—Si, tu eres el único ahí —río Jihyo por la torpeza del menor.
—No, no he estado.
—¿Prácticas en casa o algo?
—En realidad no —se encogió de hombros y soltó con sinceridad —no se nada de música ni instrumentos, no estoy interesado ni acostumbrado a cantar, es mi primera vez.
Jihyo frunce el ceño —¿No viniste aquí porque te gusta la música? ¿Por qué estás audicionando?
Un sudor frío pasó por la mente del menor. Esta al borde de arruinar el teatrito.
—Y-Yo... Si, si me gusta. Recientemente me ha gustado pero no se por donde empezar, no se nada —apresuró a decir nervioso.
—Está bien —asintió la Profesora entendiendo —Bueno, claramente estas aceptado. Déjame procesar tu inscripción al Club en la Coordinación, para el Lunes estarás fuera de tu anterior Club y entrando a este. ¿Te parece?
Y justo ahí, todos los sueños de Seungmin se desmoronaron.
«¡Mis plantas!» sollozo intermanente, con agonía. Aún así en el exterior, por más que estuviera sufriendo por sus plantitas, mostró una relajada sonrisa.
—Está bien —esbozo una sonrisa que amenaza en desaparecer pero a duras penas la mantuvo.
—Me alegro tener a alguien tan talentoso como tu —sonrió con emoción la docente —Cualquier cosa siéntete libre de preguntarme todo lo que no sabes y a Bangchan que es el Delegado de la Clase de Música.
Bangchan.
Ese es el ser que le hizo esto.
«Mis plantas están sufriendo por ti» le envió una mirada al pelirubio, por más calmada y serena que se ve en realidad por dentro tiene tantas ganas de despellejarle su cabello. Bueno, no. Bueno, sí.
Odia a Bangchan por haberlo arrastrado hasta ahí. ¡Eso no era lo que quería, prefería el acta! ¿Ahora quien cuidara de sus plantas, sus pobres plantas...?
—Bueno, ya te puedes ir.
Haciéndole caso a la docente toma su bolso y se despidió de Jeongin y Chan con una sonrisa.
Al salir, cerró la puerta con cuidado y mientras camina por los pasillos se dispuso a meditar sobre todo lo que acaba de pasar.
¿Quién lo diría? Escabullendose en un Club que no es suyo, para evitar un acta terminó audicionando y siendo, de alguna extraña manera, aceptado.
«Vaya vida...»
Por primera vez en mucho tiempo, el corazón de Hyunjin se siente amado, aceptado y cálido. Jeongin no lo odia, ni lo aborrece. No le ha dicho que le gusta pero al menos sabe que no le disgusta.
—Joven Amo, ya llegamos —la voz de Changbin logra hacerlo salir de su ensoñación. Miro a su lado y ve como aquel pelinegro se encontraba afuera del auto con la puerta abierta esperándolo.
—No me digas así, nosotros somos amigos —se quejo apenado. Salió tomando su mochila.
Changbin no le respondió y espero a que él caminara de primero. Si bien, en el colegio no se comporta tanto así y en el día menos, con su padres en casa debe de tener miedo de recibir algún regaño y en parte lo entendió.
«Mama y Hyung deben de haber llegado» Pensó con ilusión y se apresura aún más en entrar a la casa. No ve a su mamá desde hace dos meses y a su hermano hace un año, realmente los extraña muchísimo.
Al entrar escucha una voz conocida. Se apresuró en llegar a la sala y en efecto, es su madre y hermano, ambos parados con las maletas a un lado.
—¡Mamá! ¡Hermano! —exclamó emocionado cual crío, primero abrazo a Jinyoung ya que es el más cercano. Siendo correspondido más una risa genuina del mayor.
—¿Cómo has estado pequeño? —le revolvió su cabello con cariño.
Se separo y con casi lágrimas en los ojos se dirige a su mamá, y la abraza. Ella también le correspondió pero con menos sentimiento que su hijo mayor.
—Si, si, si. Ya basta de abrazos hijo, sabes perfectamente porque estamos aquí —detuvo la progenitora el momento afectivo y emocional del menor. —Has causado muchos problemas en mi ausencia.
Se cruzó de brazos y miro con reproche al menor, el cual se sintió pequeño. Su madre es audaz, tenaz y fuerte. Su sola mirada causa miedo y obediencia.
—L-Lo siento... —se apenó cabizbajo. —Yo solo quería...
—¿Querías qué? —le interrumpió con enojo, sus ojos reflejan una furiosa llama candente —Ahórrate tus disculpas, yo misma me encargaré de arreglar todo el problema.
—¿Cómo?
—No te incumbe, tu solo cállate —dicho esto se gira sobre los talones de su tacón y se va hacia su habitación con molestia.
Hyunjin nunca fue tratado de esa manera brutal y seca por su madre. Es la primera vez y esperaba que fuera la última, porque realmente le dolió hasta el alma.
—Lo siento Hyung, interrumpí sus estudios por mis acciones egoístas —hizo una reverencia hacia Jinyoung y sin esperar a ser respondido sale corriendo para encerrarse en su habitación junto con Changbin, el cual le sigue en silencio y lo apoya en todo.
Se alegraba tener al pelinegro trabajar para él. Es lo mejor que le pudieron haber dado, le hacía sentir menos solo..
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