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02


Hwang Hyunjin y Yang Jeongin estuvieron juntos a solas








De oído a oído aquel rumor fue pasando el segundo día de la semana, martes el cual procuraba ser normal, una absoluta mentira. Puesto a que las personas se rehusaban a creer que alguien como el Príncipe Hwang le gustara un don nadie. Por ello, cada boca que habla cuenta una versión distorsionada de los hechos.




"Yang Jeongin se encerró en el salón de música para estar un tiempo a solas con el Príncipe"

"Ese niño de primero sabe que a Hwang le gustan las personas tiernas y por eso siempre se viste así"

"Es el acosador principal de Hyunjin, lo ví espiándolo más de una vez"

"Es un don nadie que quiere colarse de la popularidad de nuestro Príncipe"



"Es un puto gay necesitado"








Eso y mucho más circulan por los pasillos mientras un intimidado bebé zorro camina por estos, sintiéndose cohibido. Todos le miran feo y susurran tantas cosas sobre él como si no estuviese enfrente. Tristemente logró escuchar algunas cosas de lo que decían sobre su persona y se dió cuenta.

Alguien lo vio el día de ayer con Hyunjin-hyung en el salón de música, solos y hablando.


¿Por me dicen cosas feas? ¿Por qué me lastiman?




—¡Innie! —escucha la voz de Félix llamándolo, levanta la vista y lo ve.

Se ve preocupado, todo por su culpa. El menor corre por otro pasillo y lo evita, no quiere ver a nadie. Se siente muy mal consigo mismo. Tienen razón, solo es un tonto y no merece ni siquiera tener un momento de compañía con Hwang, él no merece estar con alguien como él.












Un rubio australiano recorre los pasillos rojo de la ira, siendo seguido por su castaño amigo que trata de tranquilizarlo para que no creara un alboroto. Pero no lo podrá a evitar, Félix esta decidido en ir y golpear a Hyunjin, los rumores empiezan por algo. Ya han pasado varias horas desde que vio por última vez a su bebé zorro y por mas que lo busca no lo haya, debe de estar escondido teniendo mucho miedo en cualquier parte de la preparatoria o hasta siendo intimidado.

Llegó a la cafetería y localizó al culpable de todo.


—Se las verá conmigo —murmuró rencoroso, mientras levanta las mangas de su suéter y truena sus puños.

—Lixie, no creo que sea necesario los golpes, podemos hablar con...

Félix lo dejo hablando solo y siguió caminando hacia la mesa en donde solo cuatro chicos se hayan sentados. Hyunjin, el par de tortolos reconocidos por toda la Preparatoria y un rudo chico al que no le prestó atención pero vaya que tenía que haberlo hecho.

—¡Hwang Hyu... —cuando justo está a unos pasos y llama la atención de todos los de la mesa y capaz unos cuantos de la cafetería, alguien llegó detrás de él tropezando y haciendo que perdiera el equilibrio.

Intenta no caerse dando diferentes pasos al frente, sin percatarse de que se acercó mucho a la mesa y cayó sentado encima de unas fuertes piernas ejercitadas, sus manos toman la camisa negra con fuerza temiendo caer y las ajenas lo sostienen de su delgada cintura.

El australiano levanta la vista y mira con sorpresa al chico que tiene en frente, al don nadie que mencionó en realidad si lo conoce, Seo Changbin, el rudo chico con golpes de oro. Su rostro se calienta a mil y se levanta torpemente con vergüenza.

—L-Lo siento, lo siento... —murmura apenado.

—Ash, te dije que no fueras así —llegó Seungmin entre susurros y golpeándolo levemente en el hombro.

El rubio quiere morirse ahí mismo y mas cuando nota la intensa mirada de aquel chico. Dicen que es uno de los estudiantes más ejercitados y temidos de toda la escuela, además de practicar boxeo con un reconocido golpeador. Sin duda un golpe de él te manda para el otro lado del mundo. Es el lamesuelas del príncipe, desde pequeño lo acompaña a todos lados, es su más grande amigo y lo protege de todos. ¡Rayos, no quiere meterse con él!


«No tengo miedo, no tengo miedo»



—¿Sucede algo? —Hyunjin los reconoció rápidamente como los amigos de Jeongin, por lo que se levantó y se acercó curioso. —¿Él está bien?

—Oh... ¿Ahora es que te preocupas? —Felix se acercó amenazante sin dejarse intimidar por la altura y complexión del muchacho mayor. —Por tu culpa mi bebé está perdido en alguna parte de todo este gran colegio sin saber qué le está pasando, si le están golpeando, molestando o solo escondido. ¿Por qué dijiste todo eso de él? ¿Era necesario que mintieras, maldito tonto?


—Ey, ey, calma amigo —Seungmin lo toma de los hombros y trata de alejarlo, notando que en cualquier momento soltaría sus garras.

—Wow, tiene agallas para retarlo y enfrente de mi —Changbin sonríe de lado, mirando con fascinación al chico rubio del que nunca ha prestado atención. Lo ha visto de lejos y reconoce su melena debido a que todos en esa mesa conocen al enamorado del gran Príncipe, siempre le ha parecido un chico bastante atractivo y hasta ahí llego. Pero ahora que aparece con unas llamas en sus ojos y una gran valentía que a muchos les hace falta, sin duda eso le gustó.

—¿Qué? Y-Yo, yo no me estoy metiendo contigo —el temblor en sus palabras es notorio pero aún así hace lo mejor posible por mantenerse fuerte.

—¿Está mal? ¿Jeonginnie está muy mal? —preguntó el más alto recibiendo una afirmación de parte de los menores. Suelta un gruñido y se desordena el cabello. —Tenemos que buscarlo, tengo que buscarlo.

Toma su bolso apresurado dejando su plato aún con comida.

—Te ayudaremos —Han se levantó rompiendo las caricias que su meloso novio le hacía.

—¿En serio? Siéntate, no vayas —Minho suelta un bufido y trata de que el mas enano se vuelva a sentar para seguir dándole cariñitos.

—Si no ayudas, te dejare en abstinencia —tan rápido como termino de decir aquellas palabras el castaño se levanta de un tirón.

—Tú no me puedes hacer eso, bebé. Sabemos que me necesitas —intenta abrazarlo por la espalda pero su chico lo empuja.

—Eso veremos.

—Ash, está bien. Te ayudaré —mira con molestia al pelinegro.

—Gracias.

—No tengo nada mejor que hacer —se encoge de hombros Bin uniéndose.

—Tal vez perdamos clases —comentó Félix, advirtiendo.

—Para lo que me importa —ríe Minho recibiendo un codazo de parte de su novio. —Auch.

—Una no hará daño.

Y así todos se divideron para buscar por toda la Institución al bebé zorro desaparecido, el cual nunca contestó las llamadas y ni reviso los mensajes que sus amigos le enviaban.
















Lleva horas desde que se escondió en el cubículo del baño del tercer piso, sentado en una esquinita en forma de feto, aferrándose a sus prendas con temor. Su corazón palpitando fuertemente con sus sentimientos destruidos.

Siempre ha tenido un perfil bajo, nunca le ha gustado llamar la atención y recibir miradas de otros. Le hace sentir pequeño e indefenso como ahora.

Cuando llegó sentía que moriría de un ataque de ansiedad, tuvo que esconderse en el lugar más remoto de la escuela, tomar su pastilla para relajarse y esperar durante horas hasta que se sintiera listo.

Su mamá se esfuerza para pagarle sus matrículas, ya ha perdido dos clases y por ella no debería de faltar a más. Espera paciente hasta que la campana suene anunciando que el receso acabo.


Toma grandes bocanadas de aire y se levanta vacilante.


«Tengo que estudiar, debo hacerlo por ella»



Toma su bolso y lentamente abre la puerta no viendo a nadie. Sale y se lava su rostro intentando agregarle color ya que está bastante pálido.

Se seca la cara y sale del baño sigiloso, sus compañeros deben de estar entrando a sus respectivos salones. No debe de haber mucha gente por los pasillos, aún así no quiere lidiar con las malas miradas. Agachando la vista corre rápidamente bajando las escaleras evitando a todos.

Cuando llega al segundo piso choca contra un pecho fornido, levanta la vista y se encuentra una sorpresa para nada agradable.

Yeonjun, Wooyoung, Lia y Yuna. Todos ellos mirándolo maliciosos.

—¿Creíste que te escaparías de nosotros, pequeño? —la voz del peliazul resuena con sarcasmo, esbozando una sonrisa malévola.

—Y-Yo... T-Tengo q-que...

—Ay, pobrecito, está asustado —Wooyoung se acercó y paso su brazo alrededor de los hombros ajenos apretándolo con fuerza. —Creo que deberíamos de jugar un poco.

—Llevemoslo al baño, es más privado —opinó Yuna recibiendo afirmaciones.

—¿Q-Qué...? Y-Yo...

—Deja de hablar, tartamudo. Me estresas —Yeonjun lo empuja y junto al pelimorado se lo llevan a rastras evitando que se escape.

Jeongin tiene miedo, intenta escapar y zafarse de los agarres ajenos pero no puede, ellos son más altos y fuertes que él.

—Mm... ¿A qué baño deberíamos de entrar? —se preguntó el peliazul.

—¿Por qué lo preguntas, no es obvio? —Lia abre la puerta del baño de mujeres y los muchachos ríen malévolos empujando al pobre chico.

—N-No, P-Por favor... —intentó agarrarse de la puerta mientras es jaloneado.

—Wow, es fuerte.

—Dejamelo a mi —Wooyoung con orgullo y descaro teniendo al más pequeño de espaldas lo toma de la cintura y lo jala hacia si.

Jeongin chilla y suelta de inmediato la puerta al sentir un bulto rozar con su retaguardia trasera. Las lágrimas caen de sus ojos y tiembla como un bebé tratando de zafarse de aquel agarre ajeno, que solo lo hace sentirse avergonzado y expuesto.

—¿Ves? A este solo le gusta que se la metan —Wooyoung levanta al menor como si fuese un saco de papas y le da un manotazo a su trasero.

—P-Por f-favor n-no... —pide en un hilo de voz en medio de sollozos.

—Si ni siquiera empezamos la diversión —Lia saca su celular y empieza a grabar. —Debemos de hacer un buen espectáculo para que el grupo del colegio lo vea.

—Deja al mocoso aquí —Yeonjun señaló el último cubículo, el cual es más espacioso, el contrario asiente y se mete para dejar al menor en la esquina.

Jeongin mira con temor a los chicos, le van a lastimar, le harán cosas malas. Tiene miedo, quiere ser salvado pero ¿quién podría venir a ayudarlo? Todos están en clases.

—¿Q-Qué me h-harán...?

—Muchas cosas —Wooyoung se arremanga su camisa y mira malicioso al contrario. —¿Te quitas la ropa tú o te la quitamos a la fuerza?

Inmediatamente se pone en posición de feto tratando de cubrirse, siendo esta una respuesta para los mayores.

—Bueno, tu elegiste. No seré suave.

Los muchachos lo toman a la fuerza y forcejean con el menor para tratar de quitarle sus ropas.

—¡N-No! ¡D-Dejenme! ¡A-Ayuda, a-ayudenme! —intentó gritar pero un puño llega a caer directamente en su rostro haciéndolo callar al instante con un dolor en su mejilla derecha.

—¿Qué pasa, marica? Deberías de estar agradecido que vatos tan hermosos como nosotros te pongan un ojo encima, esto no se consigue todos los días, eh —Wooyoung se pone encima de él subiendo su suéter, mientras que Yeonjun tiene sus brazos acorralados para que no se mueva.

A pesar de sus luchas le terminaron quitando el suéter por completo dejando expuesto la parte superior de su cuerpo.

—Veo que es cierto lo que dicen, tienes una piel bastante linda y afeminada. Apuesto a que te gusta que te metan la verga por el culo —Wooyoung pasa sus manos descaradas por el pecho del muchacho.

—Demasiado delgado, parece una chica —se ríe Yuna.

—Di hola a la cámara, zorrita —Lia se acerca y toma una perfecta toma del rostro sufrido del menor. —Di que te gusta que te follen. Anda dilo.

—Que te gustan las vergas grandes —Yeonjun se carcajea.

Wooyoung toma con fuerza la mandíbula del menor y lo hace mirar a la cámara.

—Dilo a menos que quieras aparecer en un mini cortometraje porno gay como estrella principal —amenzanó.

—Y-Yo... M-me gus... —sus ojos son temblorosos y tiene miedo. Mira a la cámara y trata de abrir su boca pero solo se escucha salir un sonido lastimero como de un pobre cachorrito.

—Creo que deberías de darle una probada haber si así reacciona —opinó Yuna.

—¿Qué te pasa? Asco, no soy una marica. Hazlo tu, Yeonjun.

—No me van los hombres. Además tengo novia, Yeji es bastante celosa —contestó.

—¡Pero no quiero!

—¡Hazlo! ¡A menos dale a este pobre chico una probada de lo que sería tener sexo con un dios Griego como tú, no seas egoísta, Woonie! —reclamó la rubia.

—Dale un buen show a este video, solo apuntaré a la zorrita a ti no —prosiguió la pelinegra recibiendo un asentimiento del pelimorado.

—Bueno, siempre para seguir siendo el Rey hay que sacrificarse —se encoge de hombros con desinterés. —Vamos a ver si es interesante tener sexo con un chico.

Desabotona los pantalones claros del más chiquito y hace lo mismo con los suyos, mirando con descaro el cuerpo ajeno.

—¿Q-Qué? N-No, n-no por favor, ¡No déjame! ¡Déjame!

Trató de luchar, en serio que lo hizo. Nunca le hizo daño a alguien, siempre ha procurado ser amable y recto, nunca ha buscado problemas. Ayuda a los demás, los escucha y les entiende. Calla ante cada insulto propiciado a su pequeño y afeminado cuerpo. ¿Qué puede hacer si así nació? ¿Qué puede hacer si le gusta el color rosado? ¿Si le gustan los hombres? ¿Acaso es malo pensar de manera diferente y se merece todo esto?

Quiere gritar, tirar todo por la borda pero se haya atrapado en manos ajenas que buscan hacerle daño. Le quitaran la virginidad de una forma tan desvergonzada y traumatizante.


«Ayudenme» y con ese pensamiento cerró sus ojos esperando a que todo pasara lo más rápido posible para luego desaparecer.


—¿Qué está pasando aquí? —una voz ajena se adentra al baño de mujeres, pero lo interesante es que no es una chica el que habla. —¡Maldita sea, ¿Qué le están haciendo?! ¡Sueltenlo, dejen a Innie ahora!

¿Hwang Hyunjin vino a salvarlo?

No puede ser cierto, es una maldita broma. Por un segundo pensó que era producto de su imaginación para tratar de alejarse de la realidad. Pero cuando siente como Wooyoung se levanta bruscamente encima suyo abre los ojos para verificar.

En efecto, el Príncipe Hwang vino a salvarlo otra vez, como si aún fuese el mismo crío de siete años necesitando de una mano.

El pelinegro no conteniendo la ira golpea con todas sus fuerzas al pelimorado tirándolo al piso.

—¿¡Pero qué haces!? —Yeonjun trata de acercarse y devolverle el golpe, hasta que ve como se asoma el matón más grande de toda la Preparatoria tronando sus puños como si se estuviese preparando para soltar golpes.

—¿Qué? ¿Te comió la lengua el ratón? —Changbin sonríe con sorna notando el temor. Éste se gira y mira a la pelinegra con su teléfono celular, da pasos amenazantes hacia ella, la cual retrocede intimidada por su tamaño.

—¿Q-Qué haces? —arrojó una vez contra la pared. —No puedes golpear a una chica, está prohibido.

—Una persona mala, es una persona mala sin importar el género y sin duda alguna todos en este baño se merecen una gran paliza —golpea con fuerza la pared al lado del rostro de ella. —Dame el maldito teléfono.

—T-Toma —dijo en un hilo de voz, entregandoselo.

—Tienes suerte de que aún así sea un caballero —masculló mientras recibe el celular y  borra el vídeo.

—Maldita sea, ¿¡Qué les pasa!? ¿¡Qué hacen aquí!?

—¡Callate, escoria! —Hyunjin ladro haciendo retroceder al pelimorado. Sin espera se arrodilla ante el tembloroso Jeongin mientras su corazón se oprime. —Pequeño, ¿Estás bien?

El menor no responde y solo se cierra a si mismo abrazando sus piernas mientras tiembla.

Hyunjin nunca tuvo tantas ganas de matar a una persona. Siempre ha sido una persona recta y con principios, le enseñaron a no meterse en problemas ni causarlos. Pero siente que ya no puede más, desea tanto partirles las caras a esos sujetos y cortarles su sistema reproductor masculino para dejarles sin descendencia. ¿Cómo se atrevieron a llegar tan lejos? Ayer supo que no eran las mejores personas del mundo pero ¿es necesario llegar a este nivel?

—¿Por qué? —preguntó con sus puños apretados. —¿¡Por qué le hicieron esto!? ¿¡Están cuerdos acaso!?

—¿¡Por qué proteges a una maldita zorra!? ¡Él es... —Yeonjun calla al pelimorado al notar como sus palabras lograrán al ira del príncipe.

—Es gay, es una marica que lleva años acosandote. ¿No te fue incómodo haber sido encerrado con él ayer? Es una inservible escoria para...

—Te equivocas —Hyunjin se levanta y mira con decisión y rabia a los dos chicos. Está haciendo que su pequeño Innie pase un dolor innecesario, él es el que está enamorado del pequeño, él es el maldito gay y marica que debe de recibir todo aquel odio y abuso. Tirando por la borda toda restricción y reglas que su prestigiosa familia le enseño desde pequeño, decidió por fin alzar la voz y hablar con la verdad. — Changbin grabame, haz un maldito en vivo —saca su celular y entra a Instagram a punto de hacer la peor tontería de toda su vida y antes de que se arrepintiera lo hara rápido.

—¿Qué? No es necesario, igual ya borré todo lo que esa perrita grabó —respondió el pelinegro aún con el teléfono ajeno de la muchacha. El príncipe le avienta su celular y el chico no tiene de otra que quecharlo tirando el de la chica al piso.

—¡Mi teléfono! —Lia chilló muy agudo para arrodillarse ante su pequeña propiedad.

—Graba mi rostro y que no se vea nadie más por favor.

—¿Qué harás? ¿Nos delataras? —Wooyoung preguntó con molestia y a su vez temeroso.

—No, tienen suerte de que sea lo suficientemente amable como para no hacerlo. Solo daré una advertencia.

—Listo, grabando —Changbin apuntó su cámara al hermoso rostro del pelinegro y rápidamente las visualizaciones subieron como candela y los comentarios se dispararon todos y cada uno diciendo lo hermoso que es.

—Recurro aquí porque es la única manera para poder hablar con la verdad y solo la verdad —inicio hablando, mira de reojo a los chicos para recaer en Jeongin, el cual por unos segundos lo miro también confundido, sin saber lo que está haciendo —Desde ayer en la noche se habló de un "acosador" mío pero es mentira, todo lo que han dicho de él está demasiado lejos de la verdad. ¿Y saben por qué? ¿Quieren saber la verdad? Por más que les duela, todo lo que dicen va a la persona equivocada. Yo soy el Gay, soy el marica, soy el maldito chico que necesita ser follado por el culo. Yo Hwang Hyunjin, no soy heterosexual y estoy completamente enamorado de Yang Jeongin, un chico de primer año B de quince años de mi preparatoria. Yo soy el que lo acosa, yo soy el que está detrás de él y yo me encerré en el salón de música para estar un tiempo a solas con él pero, es un amor unilateral ya que Jeongin es un chico decente que le gustan las chicas, así que les prohibo a partir de ahora que hablen o le hagan algo malo a su persona. Cualquiera que le insulte o difame es como si me lo hiciera a mi y tendrá graves problemas conmigo y todo el cello de mi familia.

Oh My God... —Changbin murmuró sorprendido por la revelación del pelinegro, por las grandes vistas y comentarios.

—Yang Jeongin es un pedestal que a partir de ahora está prohibido tocar y cualquiera que quiera hablar con él tiene que pasar por sobre mi. Desobedezcan y me encargaré de destruirlos. Bien, corta.

—¿Qué es todo esto? —Yuna se ve estupefacta y con todas sus ilusiones para engatuzar al primo de su amiga en picada.

—Que si quieren golpear y violar a alguien, no es a Yang si no es a mi —contestó con sequedad.

Hyunjin se gira hacia el menor notando su sorpresa y desconcierto. Toma el suéter rosado que tenía está mañana y se lo extiende.

—Vístete y vámonos.

—S-Sí.












—¡Innie! ¿Estás bien? —Felix llegó corriendo por el pasillo y prácticamente se tira encima del más pequeño. —Que bueno que estás bien, ¿Te hicieron daño? Dime, ¿Qué te hicieron? Mataré a los culpables, ¿Por qué estás tan pálido, bebé?

—Me alegro que estes bien —Seungmin trata de abrazarlo pero con un loco australiano en medio le fue realmente difícil.

—E-Estoy bien... —murmuró apenado, esbozando una tímida y vacilante sonrisa.

—¿Quién le hizo daño? —Felix mira ambos chicos.

—No te preocupes por ellos —soltó Hyunjin. —Están en la sala del director, serán expulsados sin opción a una charla.

—¿Quienes?

—Wooyoung, Yeonjun, Lia y Yuna —habló esta vez Changbin logrando sorprender al rubio.

—¿¡Qué!? ¿¡Ellos te siguen molestando!? ¿Por qué me mentiste? ¡Me dijiste que hace un año te dejaron en paz!

—L-Lo lamento... —arruga su naricita aún con todos aquellos torturosos recuerdos atormentándole. —E-Ellos me dijeron que t-también te l-lastimaran, p-por eso t-te mentí...

—¿Entonces dices que me hice esta permanente por nada? —desvergonzado el rubio levanta su camisa demostrando una pequeña cicatriz en su abdomen, no más de tres centímetros.

—¿Quién te lo hizo? —los ojos de Bin oscurecieron notablemente.

—No eres el único fuerte que desayuna peligro. Estoy, sin duda alguna, orgulloso de esa cicatriz porque es la muestra de que protegí a mi pequeño, igual Wooyoung tiene una peor en su espalda —sonríe "inocente" y baja su camisa como si lo que dijo fuese lo más normal del mundo.

Changbin solo queda babeando por el menor.

«Poderosos, así me gusta»


—Jeongin, pásame tu celular —el pelinegro se dirige al menor, quien con temblor le hace caso. Hyunjin anota su número y lo registra —cada que vez estés en problemas, necesites ayuda o cualquier cosa así lo veas tonta llámame, para ti siempre estaré disponible.

—¿Qué está pasando aquí? —el australiano se ve bastante confundido, notando la intensa mirada del mayor hacia su bebé. Sin duda hay gato encerrado.

—Deberías de ver el en vivo que Hyunjin dió, debe de estar circulando por todas las redes —comentó Changbin con una media sonrisa.

—Tambien anote el número de Binnie por si yo no contesto, aunque lo dudo pero por si acaso. No dejaré que nadie te dañe. —le vuelve a extender el celular al menor, el cual temeroso asiente —Lo lamento, todo se salió de control, es mi culpa. Si quieres desquitarte conmigo insultándome o golpeándome puedes hacerlo. D-Debes odiarme o sentir asco al verme, lo sé, y lo siento. Si no quieres volver a hablarme o verme está bien, no necesitas hacerlo. P-Pero solo llamame si estás en problemas...

Jeongin se quedó sin palabras desde que vio como su crush de toda la vida le salvó prácticamente la vida, más aún cuando hizo un en vivo y soltó tantas cosas que creyó que por un segundo moriría de un ataque cardíaco. No ha sido capaz de mirarle a los ojos y ni de agradecerle correctamente, por alguna razón su voz está estancada.

Le gusta a Hwang Hyunjin, ¡Su mayor amor! ¿Entonces por qué no puede decir a los cuatro vientos que también siente lo mismo? ¿Por qué es tan cobarde con aquellas simples palabras?

El más alto al notar que el menor no le responderá con nada, se ruboriza avergonzado sorprendiendo a todos los presentes. Un Hyunjin nervioso es algo nuevo de ver.

—Y-Yo, te veré después entonces. Iré a clases —arrojó y despidiéndose con cierta timidez se va siendo seguido por el pelinegro bajito.

—¿Qué fue eso? ¿Qué está pasando? No entiendo nada, Innie —Felix se ve realmente confundido, no entiende lo que pasa pero sabe que se perdió de algo muy importante.

Seungmin toma su celular y se pone a divagar.

—No puede ser... —murmuró aquel castaño con sorpresa encontrando a lo que se refería el mayor.

—¿Qué sucede? Cuenta, Seungmin.

—El gran Hwang Hyunjin revelo ser homosexual.


—¿En serio? ¡Son buenísimas noticias para ti! —el rubio chilla y toma de los hombros con emoción al maknae que aún parece perdido en otro mundo.

—Pero está terriblemente enamorado...

—Ay, bueno, ¿por eso te sientes mal, Innie? Los sentimientos pueden cambiar con el tiempo.

—Espero que no lo hagan —interviene Seungmin y le muestra a su mayor el vídeo de la revelación. —El principe cayó en los gatunos encantos de nuestro Bebé Zorro.









Yo se que Lia, Yuna, Yeonjun y Wooyoung no son así pero tenía que poner algunos nombres y son lo primero que se me ocurrió😔

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