Ya solo faltaba un mes para su graduación, el tiempo pasaba de volada y eso no cabía en duda.

Tzuyu se encontraba acostada viendo una película en espera de su omega, quien tuvo que ir a la universidad por unas cosas y le había avisado que después iba a ir a su departamento, ese día se iba a quedar en el departamento de Tzuyu, por ello la alfa se puso a arreglar las cosas que según ella tenía desordenadas.

El sueño le estaba ganando, o más bien dicho se dejó vencer por el sueño, cayó dormida y la película pasó a segundo plano.

Nayeon se encontraba con lágrimas por todo su rostro, ella había llegado como hace una hora a la casa de su alfa pero no la quiso despertar ya que se veía muy tranquila durmiendo.

La omega pasó su mano para eliminar sus lágrimas, estaba sollozando ya que no quería despertar a su alfa. Y se empezó a calmar cuando estaba aspirando el aroma de su alfa, ahora estaba acostada prácticamente arriba de ella, ya que tenía la mitad de su cuerpo arriba de Tzuyu y su cabeza escondida entre el hombro y su cuello.

Tzuyu se empezó a despertar por las cosquillas que sentía debido a la respiración de Nayeon.

Nayeon se separó un poco para ver a Tzuyu y Chou vio el rostro de su omega con lágrimas, rápidamente se acomodó quedando sentada con su espalda recargada con el respaldo de su cama.

– ¿Qué pasa? – preguntó preocupada – ¿Por qué lloras, Nay?

– Eres una tonta alfa – comentó de la nada – Una muy tonta.

Tzuyu era una alfa mimada y muy mimada por su omega y que le diga esas palabras le dolía.

– ¿Por qué lo dices? – preguntó con sus ojos llorosos.

– ¡Lo siento, lo siento, es que es mi culpa no la tuya y yo-! – no pudo terminar ya que sus sollozos se hicieron más fuertes.

– Omega, necesito que te calmes y me cuentes qué pasa – pidió Tzuyu abrazando a Nayeon contra su pecho.

Nayeon empezó a tranquilizarse unos minutos después ya que Tzuyu empezó a soltar su aroma y eso a Nayeon la tranquilizaba.

– Si tu quieres dejarme, lo voy a comprender, Chewy – soltó de la nada Nayeon.

Tzuyu separó a Nayeon de su pecho para verla a los ojos – ¿Por qué tendría que dejarte, NayNay? – preguntó más confundida.

– Es que arruiné uno de nuestros planes a futuro…

Tzuyu se quedó pensando en todos sus planes a futuro y uno de ellos era que iban a tener a su primer bebé después de un año de la marca que le haría después de que se graduaran.

– ¿Cuál de todos, bebé? – preguntó para confirmar sus sospechas.

– El de tener un bebé – contestó en voz baja – Yo te juro que sí me cuidé pero no entiendo qué paso…

– Bebé – la llamó para después sostener las mejillas de Nayeon –Está bien, pero tienes que tener esto claro – tomó un bocado de aire.

Nayeon se quedó viendo a Tzuyu y se estaba preguntando dónde estaba esa carita de su tierna alfa, ahora la mirada de Tzuyu no tenía nada de esos brillantes ojos y su mirada era más intimidante.

– Las dos nos tenemos que cuidar, no solo tú eres la persona que se tiene que cuidar – empezó a explicar – Para tener relaciones se necesitan dos personas, no una, además si tú no quieres tenerlo yo te voy apoyar, ¿Sabes por qué? – Nayeon negó – Porque tú eres la que va a cargar un bebé por nueve meses, va a tener cambios de humor y sobre todo antojos por la madrugada – respondió.

Nayeon en ese momento era un mar de lágrimas – ¿Si yo quiero tener al bebé, tú vas a cumplir todos mis antojos y vas aguantar mis cambios de humor? – Preguntó abrazando a Tzuyu.

– Claro que sí, además voy a intentar ser una mejor alfa y una buena mamá – comentó con una sonrisa.

Nayeon se lanzó a darle besos por todo el rostro a Tzuyu y dejar unos picos en sus labios.

– ¡Vamos a ser madres, Tzu! – exclamó Nayeon emocionada.

– Y vamos a ser las mejores mamás, Yeonie – comentó Tzuyu con una hermosa sonrisa.