Capítulo 6: La llegada de Philip
Por fin llegó el día en el que Philip vendría, sólo que venía para comer con mi familia y no para estar conmigo un rato a solas.
Cuándo el estaba en la puerta de Palacio yo estaba ahí para recibirlo junto con Cindy.
- ¡Estoy muy contenta de que hayas venido!- Dije acercándome a él con una sonrisa.
- Sí, yo también estoy muy contento-. Me dijo con una sonrisa con lo cual era muy raro porque él nunca se interesaba por mí o no lo mostraba.
El día transcurrió normal. Estábamos en el jardín todo el rato porque era mi lugar preferido en todo Palacio.
- Querida, ¿cómo está tu dama de compañía?- Preguntó.
- ¿Cindy? Está bien, es buena chica y me hace caso en todo-. Le contesté.
- Eso está bien, se nota que es buena y que sabe lo que hace en todo momento-. Dijo mirando a la fuente.
- Sí, la verdad es que no tengo ninguna queja de ella-. Dije mirando a Philip.
- Disculpame, pero tengo que ir al baño-. Me dijo levantándose del banco.
- Vale, yo esperaré tu regreso-. Dije con una amplia sonrisa.
Pasó el tiempo y Philip no llegaba al jardín, me empecé a preocupar y a andar de un lado para otro.
Al cabo de dos horas Philip seguía sin venir y muchas preguntas saltaron en mi mente. Me encargué de encontrar respuestas adecuadas a cada cuestión que se me pasó por la cabeza y decidí ir a su encuentro.
Caminé deprisa por los amplios pasillos de Palacio cuando de repente oí unas risas de dos personas, pude distinguir que era un chico y una chica pero no llegaba a reconocer esos sonidos.
Decidí acercarme más y pude descubrir que esas risas eran de Cindy y de Philip, decidí interrumpir su graciosa conversación.
- ¿Qué es tan divertido?- Pregunté de manera que ellos se sobresaltaron por el susto.
- Nada querida, sólo estábamos charlando-. Contestó Philip.
- ¿Y esa conversación es más interesante que ir a donde me encontraba?- Pregunté con tono triste.
- No Britanny, sólo se me hizo tarde-. Se intentó disculpar.
- ¿Sabes qué?- Unas cuantas lágrimas traicioneras se resbalaron por mis mejillas-. A mi también se me hizo tarde-. Con esto dicho entré a mi habitación llorando.
Una vez en mi habitación, las lágrimas pedían permiso para poder salir y se lo concedí.
Me tiré a mi cama boca bajo y abracé fuerte mi osito de peluche favorito, uno que mis padres me regalaron por mi noveno cumpleaños.
Pero, ¿sabéis lo peor de todo esto? Que él nunca vino a mi habitación para disculparse por lo sucedido.
Capítulo escrito por swiftie5sos13
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro