Eran las diez de la noche y me disponía a leer la carta que el príncipe me había enviado. Aquélla vez iba a mi nombre. Desde luego, jamás dejaría que mi princesa lo descubriera, o se pondría muy triste.

"Querida Cindy:
Me alegra recibir una carta tuya de nuevo. Mis disculpas por no preguntar tu nombre antes. Aunque no sea mi intención, no puedo evitar acordarme de ti todos los días y a veces temo que esos hombres vuelvan a por tí.

Prométeme que no dejarás el palacio sin compañía, sería muy peligroso, al menos hasta que los capturemos. Pronto vendré de visita. Enviaré también una carta a la princesa anunciándoselo cuando llegue el momento, ya que no debe ver esta carta. Jamás dejes que sepa que nos escribimos, se le rompería el corazón.

Lo cierto es que no se qué contarle pero siento que contigo puedo conversar sin problemas. Espero recibir pronto otra carta tuya.

Siempre tuyo, Philip."

No me lo podía creer. ¡ Me había mandado aquella maravillosa carta y encima se despidió de la misma forma que yo! No cabía en mí misma de la alegría. Como no sabía dónde guardar la carta para que mi princesa no se enterara, decidí quemarla. Volví a leerla hasta memorizarla y le prendí fuego. Era una pena pero no podía arriesgarme.

En cuanto ella se enterara me echaría del palacio, seguro. Volvería a la calle y me colgarían de nuevo. No tenía familia, por lo que tampoco tenía un hogar sl que volver. Ése era mi hogar, al lado de la princesa, y mediante esas cartas sentía que la traicionaba, pero me gustaba tanto recibir cartas del príncipe que no podía evitar seguir escribiéndole.

La culpabilidad se apoderaba de mí cada vez que mandaba o recibía una carta de él hasta que por fin, un día, llegó la carta destinada a la princesa, con la noticia de la tan ansiada visita de Philip. Me preguntaba si venía a verla a ella o a mí. Claramente era a ella, pero quería imaginarme que aquellas cartas eran de verdad y no por cortesía y que venía a visitarme solamente a mí, aunque fueran sueños, pero soñar era lo único que podía hacer.

Capítulo escrito por FlightOfFantasy