Becky estaba sentada a un lado de Sarocha, ya había pasado año nuevo, ya tenía dieciocho años y ya estaban en febrero. Justo ahora estaban enfrente de varias cámaras y reporteros ansiosos de saber la noticia que la dueña de la compañía de automotriz tenía por darles.

La castaña movía su pierna con nerviosismo, estaba muy nerviosa. Sarocha al ver esto colocó su mano en la rodilla de la menor y le sonrió tiernamente.

—Tranquila, cariño. Todo saldrá bien, confía en mí. —Susurró.

—Ojalá no tomen mal está noticia.

—Recuerda que si estamos haciendo esto es para que podamos salir sin escondernos. No importa si ellos toman bien o no la noticia, yo te voy a proteger de todos —Habló.

—Gracias, Freenky. —Le sonrió mientras calmaba sus nervios.

La conferencia dio inicio, muchos reporteros preguntaban quién era la castaña que estaba al lado de la dueña, ya que nunca la habían visto en una conferencia hasta ahora.

Sarocha respondía tranquilamente las preguntas de cada uno, estaba guardando lo mejor para el final. Vio como Becky, su pequeña osita estaba algo incómoda así que era mejor dar por terminada esa conferencia para irse con su novia.

—Por último, el motivo de esta conferencia es que tengo pareja desde hace casi un año. No había revelado nada acerca de ella ni confirmado nada ya que ella era menor de edad en ese entonces. —Tomó de la mano a Becky y se levantó de la silla junto con ella. —Ella es mi pareja actualmente, su nombre es Becky espero que la traten bien.

Miles de fotografías fueron tomadas, Sarocha Chankimha tenía pareja.

—Cabe aclarar que sus padres tienen conocimiento de esta relación y ellos nos apoyan, mi padre también está enterado de esto desde hace tiempo y me apoya. —Comentó sonriendo.

—Señorita, Chankimha. ¿Enserio cree que Becky la ama o solo está detrás de su dinero? —Preguntó una reportera.

—Becky no es ninguna interesada, ella me ha demostrado más de una vez que me ama y no importa lo que ustedes crean de ella, yo sé cómo es nuestra relación. —Sarocha apretó la mano de la castaña.

—¿Es la misma chica con la que salió de su departamento? —Cuestionó otro.

—Sí, desde que estoy con Becky solo he salido con ella. Voy a dar por terminada está conferencia ya que se alargó mucho y tengo otros pendientes. —Anunció mientras caminaba junto con Becky fuera de ese lugar.

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—¡¿Becky?! ¡¿Estás aquí?! —Sarocha entró muy preocupada a su departamento buscando a su novia.

Después de la conferencia, Becky estaba algo cansada así que le pidió a Charlotte que la llevara a su departamento para que pudiera descansar mientras ella veía unas cosas de su empresa. Sarocha estuvo llamando varias veces para avisarle que ya iba ir al departamento, pero ninguna llamada fue respondida, así que la mayor se preocupó mucho.

Entró a su habitación y vio un bulto en la cama, se acercó a ella y quitó la cobija. Dejando ver el angelical rostro de su novia con un pequeño mohín.

—Qué bueno que estás bien, me asusté muchísimo. ¿Por qué no respondías mis llamadas? —Cuestionó mientras abrazaba a su novia con fuerza.

—Lo siento, Freenky... —Se acurrucó. —No he agarrado mi teléfono porque no quiero ver cómo me comparan con tu exnovia o como me insultan. —Confesó.

—Tranquila, cariño. Me voy a encargar de eso, por el momento no quiero que agarres ese teléfono para nada. Te voy a comprar otro para comunicarme por ahí contigo. —Acarició los suaves cabellos de la menor.

—Sería lo mismo...

—Uh, tienes razón. Voy a buscar una forma para que no veas esas feas cosas. —Depositó un pequeño beso en la frente de la inglesa. —Que quede claro que eres una persona realmente maravillosa y no me importa lo que digan los demás, eres mejor que cualquier persona que he conocido.

—Freenky, te amo mucho. —Dejó un casto beso en los labios de la pelinegra.

—Y yo a ti, osita. ¿Dónde está Fluffy? —Cuestionó tratando de cambiar de tema.

—No he ido a recogerlo al veterinario, es que tenía miedo de que me hicieran algo en la calle. —Habló nerviosa.

—¿Quieres acompañarme a ir por él? —Preguntó.

—¡Sí! Deja me abrigo bien. —Se levantó de la cama y corrió al armario a ponerse una chamarra calientita. —¡Vamos! ¡Vamos!

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Becky llevaba la correa del cachorro mientras caminaba dando pequeños brincos. Sarocha la miraba con una sonrisa tierna, su novia era muy linda.

—Saro, tómame una foto con Fluffy. —Pidió mientras abrazaba al cachorro.

La pelinegra sacó su teléfono y abrió la cámara, enfocó el rostro de su linda novia para tomarle unas cuentas fotos.

—Listo, luces muy hermosa en todas. —Halagó.

—Quiero verlas. —Se acercó a la mayor aún con el cachorro en brazos y miró el teléfono de su novia. —Eres una gran fotógrafa, Freenky.

—Y tú eres una gran modelo. —Sonrió.

Becky sonrió tiernamente mientras le daba besos a la mayor. Ambas reían y estaban muy felices de poder pasear por el parque sin necesidad de esconderse de nadie, al fin podía salir juntas sin ninguna mascarilla o verse en lugares privados.

—Debo de confesar que me sentiré un poco celosa, va a haber muchas fotos tuyas en Internet. —Comentó.

—Tranquila, ellos podrán tener fotos mías, pero tú me tienes en persona y eres la única que me tiene como novia.

—Tienes razón, osita. —Abrazó a la menor.

—¿Mañana tienes mucho trabajo? —Cuestionó la castaña.

—Uh, no... Creo. ¿Por qué?

—¿Podemos tener una noche de películas?

—Por supuesto, te toca elegir las películas está vez. —Respondió.

—Solo veremos dos, ya que tengo planeado hacer otra cosa.

—¿Así? ¿Puedo saber qué es? —Sonrió coqueta.

—Gemini me dió algunos consejos para hacer... Ya sabes... Eso.

—¿Eso? ¿Qué es eso? —Cuestionó divertida, le encantaba ver a su novia sonrojada.

—Un... Oral. —Murmuró con vergüenza.

—Eso ya lo haces perfecto, cariño.

—Pero Gemini me dio consejos para hacerlo mejor, déjame intentarlo. —Suplicó.

—¿Qué clase de amigo tienes? Me estoy cuestionando si ese amigo es buena influencia o no. —Bromeó.

—Gemini dijo que si te encanta le consigas por favor una cita con tu contador. —Dijo.

—¿Fourth y tu amigo? Bien, acepto. —Sonrió. —Supongo que desde ahora mejor voy convenciéndolo de salir con ese chico.

—¿Eh? ¿Por qué? —Estaba confundida.

—Porque me encanta como lo haces.

—¡Saro! —Tapó su rostro sonrojado.