Becky estaba maldiciendo en voz baja mientras se cambiaba.

—Becca, ¿Estás lista? —Cuestionó Gemini mirando a su amiga.

—Sí, Supongo. —Cerró el cierre de la chamarra deportiva y salió del vestidor con su amigo siguiéndole el paso.

La castaña observaba a los alumnos de distintas clases. Ella estaba sentada en la grada junto con su clase, estaban esperando que llegarán todos para comenzar.

—Bec, está vez no será como la anterior. —Dijo Gemini.

—Está vez será peor.

—¿La enfermera se dio cuenta de que fingías tu dolor de estómago? —Preguntó.

—Sí, Dijo que la próxima vez debería actuar mejor... —Soltó un suspiro.

—¡Vamos a dar inicio! —Anunció el profesor.

—¡Sarocha Chankimha, está aquí! —Gritó una chica que estaba sentada en lo más alto de las gradas.

Inmediatamente todos empezaron a murmurar y a ver hacia donde la chica había apuntado

—¿Qué hace tu sugar aquí? —Habló en voz baja el amigo de Becky.

—No lo sé... —Respondió.

—¡Cálmense! ¡Iré a ver qué sucede! —Gritó el profesor y se fue corriendo hacia donde estaba la pelinegra.

Becky caminó un poco hasta donde estaba su novia y vio como esta le dedicaba una sonrisa. Escuchó el grito de la mayoría de sus compañeras; poco después vio como su profesor regresaba junto con el director de la institución y Sarocha.

—Guarden silencio todos. —Ordenó el señor. Inmediatamente todos tomaron asiento mientras veían a la pelinegra.

—Por única ocasión, está vez no todos podrán realizar esta actividad deportiva. —Habló el profesor.

—Como verán a nuestro lado está la empresaria Sarocha Chankimha, el motivo de su visita es que entrevistará solo a ciertas personas... —El señor le dio las listas de los diferentes grupos para que escogiera a los estudiantes... —A las personas que mencioné por favor, pónganse aquí. —Señaló su lado derecho.

—Buenos días. Bueno, veamos.... —Empezó a buscar la lista donde estaba el nombre de su osita. —Rebecca Armstrong...

Becky se levantó de dónde estaba sentada y se paró para pararse a un lado del director, Sarocha siguió nombrado a los diecinueve estudiantes que le faltaban para una encuesta que estuvo elaborando desde hace dos días.

—Bien, todos ustedes se quedarán aquí para realizar las actividades. Los demás sigan a la señorita Chankimha. —Hablo el profesor.

Sarocha caminó con una sonrisa y se dirigió a la sala de audio visual dónde la esperaba Charlotte, la cual estaba preparando una mesa y sillas.

Becky sería la última en la sala de audio visual. Sarocha tenía todo planeado para que Becky no tuviera que participar en esa actividad deportiva ya que sabía que la aborrecía.

—Becky, ven. —Ordenó Sarocha mientras sonreía tiernamente.

La castaña se levantó de dónde estaba sentada y se acercó a la mesa donde Sarocha estaba.

—Char, te presento a Becky. —Habló la pelinegra con una sonrisa.

La castaña hizo una pequeña reverencia, tenía sus mejillas de un leve tono rosado.

—Así que tú eres su osita.

Becky se sonrojo más.

—Ah, sí. Yo soy osita...—Hablo un tanto avergonzada.

—Espero que en verdad ames a mi amiga, porque ella hizo todo este show para que tú no participaras en esa tonta actividad. —Agarró el portafolio donde estaban las encuestas y salió del audio visual.

Se iba a quedar afuera para darle su privacidad a la pareja, pero también estaría cuidando que nadie viniera. No quería meter en problemas a la chica ni mucho menos a su amiga.

—Freenky. —Abrazó a la mayor y dejó unos cuantos besitos por toda la cara de su novia. —Eres la mejor, muchas gracias.

—Soy capaz de hacer cualquier cosa por ti, mi pequeña osita. —Dijo mientras acariciaba el cabello de su novia.

—Me sentí un poco celosa por como esas chicas te veían. —Hizo un tierno puchero el cual fue besado por la pelinegra.

—Mis ojos siempre están puestos en ti.

—¿Me darás un besito? —Cuestionó haciendo una "trompita" con su boca

—Te daré muchos besitos, muchos. —Unió sus labios con los de Becky.

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—Tu sugar es mala, ¿Por qué no me eligió también a mí? Tuve que correr tres veces la pista. —Se quejó.

—Te compraré una botella de agua.

—Becky tú nunca traes dinero. —Habló Gemini mirando a su amiga.

—Saro me dio un poco de dinero para que pudiera comprar algunas golosinas. —Le mostró varios billetes.

—Y según tú no es tu sugar. —Dijo.

—Saro no es una sugar mommy...

—¿Eso es poco dinero para ella? Por dios, Becky... —Señaló el dinero que su amiga traía en la mano.

—Me lo dio porque no me pudo comprar las golosinas por su cuenta.

—Bueno, ¿Que importa? —Empezó a caminar hacia la tienda de la escuela. —¿Me puedes comprar uno de esos panecillos?

—Por supuesto, Gemini. Solo deja de decir que Sarocha es mi sugar.

—Eso te costará dos panecillos.