Capitulo 4.Una muy mala idea
— Entonces sabes qué es lo que he venido a preguntarte. ―contestó Jose, Matt asintió y le instó a entrar a su clase, sin embargo él se negó. Prefería estar en el pasillo por si necesitaba huir.
—Claro. ―habló Matt, Jose lo observó atentamente esperando la respuesta del chico, pero este no decía nada, simplemente lo miraba y esto lo estaba empezando a sacar de e quicio.
—¿Me lo vas a decir o qué?
—¿De verdad no lo recuerdas? ¿No sabes de que la conoces? ―preguntó Matt, Jose lo miró hastiado ya se estaba empezando a cansar de que todo el mundo le preguntase lo mismo.
—No, no la conozco; de hecho estoy prácticamente seguro de que no la he visto en toda mi vida. Pero... ―Jose suspiró y Matt lo observó con interés. ―Ella parece tan segura de conocerme y me mira con tanta ira, que está consiguiendo que dude. Así que si tu pudieras decirme de qué se supone que nos conocemos, te estaría muy agradecido.
—La verdad es que... ―Matt se rascó la nuca pensativo. ―No me ha contado nada, le he preguntado varias veces porque te odia tanto y que le hiciste pero no me ha contestado.
—¿¡Cómo!? ―preguntó Jose fuera de sí golpeando la puerta con su puño. ―¿Me estas vacilando? ¿¡No se supone que tú eres su mejor amigo!?
Gritó furioso, ahora también ese chico se estaba burlando de él. Matt le dio un par de palmaditas en la espalda y echó los brazos hacia atrás despreocupadamente, Jose notó como se había convertido en el centro de atención de la clase debido a su grito, así que sujetó a Matt del brazo y lo obligó a salir de allí. Una vez en el pasillo, fulminó con la mirada al rubio.
—Sólo vine a hablar contigo porque Bel dijo que tú sabrías qué demonios le pasa a Nora conmigo, pero ya veo que no es así. ―Jose se dio la vuelta y comenzó a caminar hacia su clase.
—Conozco a Nora casi mejor que ella misma; es extremadamente tímida, casi siempre está metida en su mundo y rara vez se enfada de verdad. ―habló Matt, Jose se dio la vuelta y vio al rubio apoyado en la pared con las manos en los bolsillos mirando hacia el suelo, luego levantó la mirada y miró a Jose directamente a los ojos. ―No sé que le hiciste pero debió de ser algo bastante grave para que ella reaccionase así nada más verte. Pero lo que es de verdad importante y curioso es que no me ha contada nada.
—¿Y eso que importa? ―preguntó Jose, Matt se apartó de la pared y caminó hacia él.
—Eso significa que a pesar de todo te está protegiendo. ―Jose lo miró con cara de interrogación, ¿protegerlo a él? ¿de qué?; Matt sonrió de medio lado con malicia. ―Te voy a decir una cosa, no sé que le hiciste pero tuvo que ser algo horrible y si no me lo ha dicho es porque no quiere que nos metamos en líos haciéndote desaparecer del mapa.
—¿Eso es una amenaza?. ―inquirió Jose, Matt borró la sonrisa de su cara e hizo una mueca de disgusto. Jose se dio la vuelta y se encontró a Nora con los brazos en la cadera mirándolos enfadada.
—Te dije que no te metieras. ―recriminó la morena, Matt chasqueó la lengua y se rascó la nuca.
—Lo sé, pero no he podido evitarlo. ―contestó Matt caminando hacia ella y colocándose a su lado. ― Te compraré un helado para compensarte.
Jose miró hacia ambos jóvenes y vio como Nora sonreía.
—Será mejor que volvamos a clase. ―aseguró Nora mirando con semblante serio a Jose, luego se giró hacia Matt y tras chocarle los cinco se dirigió a la clase.
—Te estaré vigilando. ―murmuró Matt cuando Jose pasó a su lado.
Cuando entró a clase se encontró a Nora sentada en su sitio y leyendo, para variar. Vio como Evan se despedía de Bel y corría hacia su encuentro.
—¿Y bien? ―le preguntó expectante, Jose se masajeó la sien.
—No sabía nada y encima me ha amenazado. ―contó Jose, Evan abrió la boca sorprendido y parpadeó un par de veces confundido.
— Pero... ―trató de hablar Evan pero Jose lo interrumpió levantando una mano.
No quería escuchar nada más y estaba pensando en poner a Evan en la lista de personas de las que no quería escuchar consejos, justo por debajo de su padre.
—Te está protegiendo.
Las palabras de Matt retumbaron en su cabeza, ¿protegerlo? ¿en serio? Cada vez entendía menos a esa chica. Pero la verdad era que no lo estaba protegiendo a él, sino a Matt y a Sonia, ya que si contaba que era lo que supuestamente había pasado entre ellos dos lo matarían. ¿Pero qué demonios se suponía que le había hecho? Por más que se estrujaba la mente no la recordaba, ni siquiera recordaba a alguien llamada Nora. Apretó el lápiz furioso casi haciendo que se partiese por la mitad, estaba empezando a detestar a esa chica de verdad. Además, ¿por qué se pasaba todo el día leyendo libros? se creería muy interesante, notó como Evan le daba un codazo en el costilla. Se giró hacia su amigo y lo fulminó con la mirada, su amigo le indicó con la cabeza que mirase al frente, cuando lo hizo se encontró con el profesor de filosofía mirándolo fijamente.
— ¿Y bien? ―dijo el profesor, él lo miró horrorizado. ¿En qué momento había entrado el profesor y había empezado la clase? Y más importante todavía ¿en qué momento le había hecho una pregunta? Notó como se posaron sobre él todas las miradas, tragó saliva nervioso y se hundió más en la silla. ― Por lo que se ve nuestro amigo Pepe estaba ignorándome por completo.
— Yo no.. ―trató de defenderse Jose.
— ¡Yo! Que vengo aquí con toda mi ilusión a llenar vuestros cerebros de conocimiento. ¡Con lo que me esfuerzo por hacer las clases amenas! ―protestó el profesor sentándose en la silla mientras hacía pucheros, dejó el libro sobre la mesa y escondió la cabeza entre sus manos.
—¡Estarás contento! Has deprimido al profe. ―le chilló Sonia
—Pero yo... lo siento profesor. ―se disculpó Jose antes de empezar a recibir insultos provenientes del resto de sus compañeros, pero su intento fue en vano ya que antes de darse cuenta empezaron a llamarlo de todo.
¿Pero qué clase de instituto era ese? Tenían antidisturbios en la entrada, se mataban los unos a los otros y ahora se unían todos para defender a un profesor, no había quien los entendiese.
—Tranquilos, calma...―pidió amablemente el profesor. ―Jose no lo volverá a hacer más ¿verdad?.
Su profesor lo miró con ojos llorosos y habló con voz temblorosa. Por lo que él asintió, sintiéndose culpable.
—Muy bien. ―el profesor se puso en pie recuperando con rapidez su habitual tono alegre, Jose enarcó una ceja. Si que se le había pasado rápido el berrinche.
Puso toda su atención en lo que quedaba de clase, no quería volver a ser el centro de todos los insultos de sus compañeros. En la siguiente clase también puso esmero, necesitaba distraerse y pensar menos en lo que odiaba ese instituto.
En la hora del recreo se sentó en el banco al lado de Cris y se puso a comer su bocadillo en completo silencio. A su lado Evan hablaba animadamente con Bel y con Sonia, al parecer la pelirroja le estaba enseñando formas de noquear al contrario de un solo movimiento; mientras tanto Cris intentaba meterlo de vez en cuando en la conversación que tenía con Helena pero él lo evitaba contestando únicamente con monosílabos por lo que su amigo desistió. Para su sorpresa, Nora no había desaparecido como en los anteriores recreos sino que estaba sentada en el suelo con la espalda apoyada en el muro mientras leía un libro sin hablar con nadie. De vez en cuando Jose le lanzaba miradas asesinas pero ella parecía ajena a todo eso.
—¡Buenas!. ―saludó Matt, el chico llevaba dos paquetes de patatas, uno de ellos se lo lanzó a Sonia.
— ¡Has salido de la cueva! ¡Eso es nuevo! ―exclamó Sonia feliz, él se encogió de hombros y se sentó al lado de Nora a la que le arrebató el libro y le ofreció patatas. ―Aún sigo enfadada contigo, no creas que te vas a librar tan fácilmente.
—Lo sé. ―dijo él despreocupadamente mientras se ponía a examinar el libro de Nora. ―Al final no te delataron.
—Claro que no, saben lo que les conviene. ―comentó Sonia mientras se metía un puñado de patatas en la boca y sonreía.
Jose no pudo evitar mirarla con miedo, a pesar de que Sonia era pequeña daba mucho miedo, además de que gozaba de una fuerza sobrenatural. Seguramente si se lo propusiera podría darle una paliza a Cris a pesar de que su amigo fuese un experto en karate, bueno a él y a todo un equipo de fútbol si se lo proponía.
—¿Y qué te trae hoy por aquí? ―preguntó Bel interesada, Matt miró hacia Jose y el aludido lo fulminó con la mirada. Matt sonrió y se puso a comer patatas.
— Vine a tratar de comprar el perdón de Sonia. ―contestó el rubio por lo que Sonia soltó un "ja" antes de sentarse en el suelo frente a Matt y Nora.
—Mentiroso. ―murmuró Nora divertida
Jose no pudo evitar fijarse en ella, se veía tan... diferente. Estaba bastante relajada e incluso sonreía, algo bastante inusual en ella. Se fijó en que los tres chicos se pusieron a hablar animadamente pero no conseguía escuchar que era lo que decían. Sin embargo, el pitido procedente de los altavoces llamó la atención de todos.
"Probando, probando"
Dijo una voz perteneciente a una chica. ¿Y ahora qué? Notó como Sonia y Bel se emocionaban y la pelinegra se ponía a dar saltitos.
"Hola a todos. Sí, hemos conseguido piratear la megafonía del instituto de nuevo. Profesor Gutiérrez, va a tener que currárselo más."
—¿Quién es esa? ―preguntó Cris
—¡Triz! Va a primero de bachillerato, es como una especie de reportera. Se pasa todo el curso pirateando la megafonía para dar un informe de "noticias". ―explicó rápidamente ya que al poco tiempo, la tal Triz comenzó a hablar.
"Antes que nada dar la bienvenida a los nuevos estudiantes transferidos y a los nuevos antidisturbios, todos tenemos en nuestra memoria a los del año pasado ¡espero que ya les hayan dado de baja del hospital!"
Un momento, ¿cómo que los antidisturbios del año pasado estaban en el hospital? Pero si son profesionales, deberían de estar entrenados y preparados para situaciones de peligro. Cada día estaba más seguro de que iba a morir en ese instituto.
"Y ahora, ¡las noticias! ¡Tatata-chán! Cuatro alumnos fueron fuertemente agredidos aunque por suerte ninguno corre peligro de muerte; uno de los alumnos nuevos ha desaparecido, fue visto por última vez en territorio de los de primero de la E.S.O, ¡fue un placer conocerte!; seis alumnos de tercero están atados, amordazados y en calzoncillos dentro de los baños del sótano debido a que se negaron a pagar el tributo y por último ¡este viernes empieza la feria!"
"¡Triz abre la puerta!" Se escucharon fuertes golpes.
"¡Oh, no! Las fuerzas de la ley me han descubierto. Me despido hasta la próxima emisión, porque Gutierrez, ¡no podrás detenerme! Muhahahaha"
La emisión se cortó y el recreo volvió a la normalidad.
—Es verdad, este viernes empieza la feria. ―repitió Bel ilusionada mientras aplaudía con emoción.
¿En serio Bel? De todas las cosas que esa tal Triz dijo ella se tenía que quedar con que el viernes empieza la feria. Jose miró hacia Cris con preocupación, ¿qué cojones era eso del tributo? Porque no le apetecía en absoluto que lo desnudasen, atasen y escondiesen en los baños del sótano, ¿y desde cuando tenían sótano? Hasta dónde él sabía había sólo planta baja, no sótano. También le preocupaba enormemente eso de que un alumno hubiese desaparecido, sabía que los alumnos de primero eran peligrosos -- ya Bel se había encargado de comunicarles las zonas peligrosas del instituto-- pero de ahí a desaparecer y no volver a ser visto por nadie había un mundo.
— ¿Qué es eso del tributo? ―preguntó Jose a Helena
—No te preocupes, a nosotros no nos afecta. ―dijo Helena con ternura, realmente le empezaba a encantar esa chica.
—Vamos a ir a la feria ¿verdad? ¿verdad? ¿verdad?. ―preguntaba Bel mientras jalaba a Sonia del brazo, la pelirroja se negó.
—No vuelvo a poner un pie en esa feria, el año pasado acabé en el hospital por defenderte. ―recordó Sonia mientras Bel sonreía como un angelito.
—No te quejes, que Nora y yo pasamos la noche en la cárcel. Menos mal que mis padres no se enteraron que si no me mandan a un internado inglés antes de decir "ice-cream". ―replicó Matt mirando hacia Sonia que comenzó a reírse a carcajadas, Nora a su lado asintió.
—¿Vosotros estuvisteis en la revuelta?―preguntó Evan sorprendido, Sonia asintió.
Jose rodó los ojos, ¿de qué se sorprendía su amigo? Estaba más que demostrado que los del instituto Góngora estaban metidos en todos los problemas. Cerró los ojos intentando hacer memoria, si no recordaba mal el año pasado se había armado un gran alboroto en la fiesta, la policía tuvo que mandar varios coches antidisturbios que lanzaban pelotas y tenían cañones de agua, pero al parecer los alborotadores consiguieron hacerse con un coche y empezaron a atacar a la policía con sus propias armas. Al final, una docena de policía fueron hospitalizados y hubo una veintena de detenidos y muchos más heridos.
—¿Y por qué empezó la pelea? ―preguntó Evan con curiosidad.
—Pues no lo sé, pero por lo que me dijeron fue culpa de unos estudiantes de Quevedo que se pusieron chulos con un grupo de estudiantes de aquí. Y claro, los nuestros no tardaron en correr la voz y se armó una buena. ―explicó Sonia, luego se giró hacia Nora y Matt. ―¿Cómo conseguisteis salir de la cárcel sin llamar a vuestros padres?
— Llamamos a tu hermano Fran, es una suerte que sea policía. ―contó Matt, el rubio se apoyó sobre Nora y miró hacia Jose al que le guiñó un ojo.
—Oye Nora, ¿cuándo volvemos a quedar para hacer lo de historia? ―preguntó sorprendiendo a los presentes, si ya sabía que era raro que él le hablase tan directamente y delante de todos pero no tenían porque mirarlo como si tuviese tres cabezas.
Ella lo miró con su seriedad habitual.
—No hace falta que quedemos más, ya terminé el trabajo. En clase tengo una copia para ti, luego te la doy. ―respondió ella de forma correcta aunque con tono tosco y arrastrando las palabras como si dirigirle la palabra fuese un gran esfuerzo para ella. Nada más terminar la frase ella apartó su mirada de él.
Notó como Evan y Cris lo observaban, suspiró fastidiado y se puso en pie. Dentro de poco sonaría el timbre y tendrían que regresar a clase, así que mejor subía ya. Mientras caminaba hacia clase, no pudo evitar ver como los alumnos se gritaban insultos a la vez que jugaban a baloncesto o futbol, aunque la mayoría de las veces acababan pegándose y los profesores tenían que intervenir. Echaba de menos jugar a fútbol, en su antiguo instituto era el capitán del equipo y jugaba en todos los recreos mientras las chicas lo animaban y coreaban su nombre desde las gradas. Su maravillosa antigua vida, ¡cuánto la extrañaba! Pero ahora estaba allí, en Góngora aunque debería llamarse el infierno. Sonrió amargamente, odiaba ese sitio y odiaba a Nora.
—¿Qué piensas? ―la pregunta de Evan lo sobresaltó, no esperaba que su amigo apareciese así de repente. Cris que estaba a su lado le pasó el brazo por el hombro para tratar de animarlo.
—Pienso que odio este sitio, aquí todos se gritan, se pegan y se insultan. Esto es una mierda. ―contestó Jose apartando a Cris de su lado
—Y a eso hay que unir una chica que no te puede ni ver. ―comentó Evan sonriendo, Jose le lanzó rayitos con la mirada. Si no fuera porque se quedaba sin un apoyo básico en aquel lugar, lo hubiera matado allí mismo. ―Es broma, es broma.
—Sólo necesitas tiempo para acostumbrarte a este lugar. ―dijo Cris tratando de animarlo, pero Jose comenzó a caminar hacia la clase.
—¡No, lo que necesito es irme de este lugar! Este lugar es horrible.
—¿Qué dices? Yo creo que es muy divertido, me encanta este sitio. ―comentó Evan alegremente golpeando a Jose con la mano abierta en la espalda.
—Así no lo ayudas. ―murmuró Cris al pelinegro
—Yo creo que tiene que tomártelo con calma, ya sé que es difícil adaptarte cuando allí eras popular e importante y aquí no, pero tienes que darle una oportunidad al lugar. Y en cuanto al problema con Nora, lo mejor que puedes hacer es dejarlo pasar. ―recomendó Cris, los tres chicos entraron a clase y tomaron asiento.
—¿Dejarlo pasar? Me pega, me insulta, me grita, su mejor amigo me amenaza, y tu consejo es que lo deje pasar. ―Jose golpeó la mesa con el puño ―Claro, como a ti no te odia porque sí, para ti es fácil decirlo.
—No te obsesiones con eso, no merece la pena. ―trato de calmarlo Cris, Evan sonrió de medio lado y miró hacia su amigo.
— O podrías vengarte de ella. ―propuso su amigo, Jose lo miró con interés, puede que tachase a Evan de la lista de gente de la que no oiría consejos ―Ya sabes lo que dicen, del odio al amor hay sólo un paso. Podrías conquistarla, hacer que se enamore locamente de ti y luego romperle el corazón.
Cris lo miró con la mandíbula desencajada. Jose se cruzó de brazos y se puso a analizar las palabras de su amigo.
—Eso es muy cruel, no es... no... ni siquiera tengo palabras para describir lo horripilante que es tu idea. ―expresó Cris mirando con asco a Evan, el pelinegro lo ignoró y se giró hacia Jose.
—¿Qué dices? ―preguntó Evan.
—Ni se te ocurra, lo mejor que puedes hacer es alejarte de ella y dejarla en paz. La idea de Evan es cruel y espantosa y no sería propio de ti hacer algo así. ―Cris estaba indignado y horrorizado a la vez, ya que no podía creer que Jose realmente se estuviera planteando esa opción.
La idea de Evan era tan descabellada y malvada, Cris tenía razón él no era ese tipo de personas que dañaban a los demás por gusto. Quizás debería hacerle caso, lo mejor sería dejarla en paz y olvidarse de ella.
El timbre retumbó por todo el instituto y poco a poco comenzó a llenarse la clase. Bel y Helena entraron a clase seguidas de Sonia y Nora, no pudo evitar seguir con la mirada a esta última, frunció el ceño al ver a Matt entrar tras ellas, el rubio se sentó en el lugar de Nora, ella se cruzó de brazos y él la obligó a sentarse encima suya. Se fijó en que Nora estaba levemente sonrojada, mientras Matt ajeno al color de la chica hablaba con Sonia. Vista así, Nora parecía una chica dulce e incluso atractiva. ¿Atractiva? ¿Él había pensado eso? Agitó la cabeza para alejar esa loca idea de su cabeza.
—Matt haga el favor de regresar a su clase. ―pidió amablemente la profesora nada más entrar en clase.
—¡Sí! ―exclamó el rubio cogiendo a Nora en brazos y caminando hacia la salida.
—Deja a Nora en su sitio. ―ordenó la profesora aunque con suavidad, Matt se quejó pero dejó a Nora en el suelo, ella se encargó de echar de clase a Matt mientras la clase animaba al rubio a quedarse.
Una vez que Matt se marchó, Nora se sentó en su sitio y la profesora empezó la clase. Las tres siguientes clases pasaron con rapidez y entre notas de Evan donde lo animaba a llevar a cabo su plan, para desgracia del pelinegro Cristian interceptó las notitas y le pegó un fuerte cocotazo a Evan por lo que se pasó las siguientes horas en silencio y quitecito.
—Deberías hacerlo. ―susurró Evan cuando empezaron a recoger las cosas, Cris le enseñó el puño.
—¿Es que quieres que lo maten? Porque eso es lo que pasará si alguien se entera de que esa idea ha pasado por su mente. ―dijo Cris mirando a su alrededor para asegurarse de que nadie los escuchaba, Jose guardó sus cosas en la mochila mientras oía como sus dos amigos discutían en susurros. ―Es una locura, y Nora no se merece eso.
—Toma. ―Nora apareció delante de ellos causando que Evan tuviese que sentarse debido a que casi le da un infarto, Nora miró a Evan extrañada pero no le dijo nada; la morena le tendía el trabajo a Jose, él la miró y cogió el trabajo. Lo examinó rápidamente y pudo ver como estaba escrito a ordenador y en orden cronológico.
—No tenías porque hacerlo todo tú sola. ―dijo Jose, ella se encogió de hombros.
—No te preocupes, no le diré a la profesora que yo hice la mayor parte del trabajo. ―contestó ella con seriedad
—No me refería a eso. ―murmuró Jose que guardó el trabajo en la mochila tratando de no arrugarlo, se fijó en que Nora se dio la vuelta y comenzó a caminar hacia la salida, él salió corriendo detrás de ella y la agarró del brazo para hacerla dar la vuelta y que lo mirase. Ella dio un manotazo y se soltó bruscamente de él mientras lo miraba irritada y enfadada. ―¿Qué demonios tienes en contra mía?
—Ya te dije que no es mi problema que no lo recuerdes. ―contestó ella con frialdad dando un paso hacia atrás para poner más distancia entre ambos.
—¡Bien! ¡Pues refréscame la memoria! ―bramó sujetándola del brazo con fuerza para evitar que se marchase, ella trató de pegarle con el libro pero lo esquivo y la empujó contra la pared. Seguramente Sonia no tardaría en intervenir y le metería la ostia del siglo así que debía aprovechar. ―¡Venga, dímelo de una vez!
—No tiene sentido que yo te lo diga, tienes que recordarlo por ti mismo. ¡Y ahora, suéltame! ―gritó ella agitándose de un lado a otro para tratar de librarse de él.
—¡No! ¡Tú no te mueves de aquí hasta que no me digas que te hice!
—Jose...―lo llamó Cris, su voz denotaba preocupación pero lo ignoró. Nora aprovechó y lanzó una patada al aire, pero él consiguió bloquearla con la rodilla.
—¡Dilo!
— ¡Vete a la mierda!
A los pocos segundos notó como impactó un puño fuertemente contra su mejilla, haciéndolo perder el equilibrio y cayendo al suelo. Se rascó la mejilla dolorida y miró hacia su atacante, Matt estaba al lado de Nora y lo miraba furioso. El rubio se estaba preparando para un segundo golpe, Jose se puso en pie preparado para pelear con Matt pero esta vez fue Sonia la que lo atacó y de un solo movimiento derribo y ahora le retorcía el brazo.
—¿Estás bien? ―preguntó Matt a Nora, ella asintió y se apoyó en el pecho del rubio. ―¡Tú!
—Creo que deberíamos calmarnos todos un poco. ―sugirió Cris al ver como Jose se estaba empezando a poner cada vez más violeta cuanto más le giraba Sonia el brazo.
—Pártele el brazo. ―dijo Matt sin dudar, Jose lo miró enfadado mientras Evan y Cris se miraban horrorizados. ― Y luego las dos piernas y lo que hay en medio también.
—Creo que Cris tiene razón, deberíais calmaros todos un poco. ―apoyó Helena viendo como Sonia había agarrado el otro brazo a Jose y tiraba de los dos mientras apoyaba la pierna sobre su espalda, Jose gritaba dolorido. ―¡Nora! ¡Que lo mata!
— Si, pues espera a que se enteren Dafne y An. ―señaló Matt sonriendo con maldad. ―Entonces sí que deseará haber muerto hoy.
—Sonia, ya está bien. ―pidió Nora, la pelirroja fue soltando poco a poco a Jose mientras Matt la miraba disgustado. ―No quiero que te metas en problemas, y tú tampoco Matt.
—Pero Nora...―protestó Sonia que soltó a Jose y lo pisoteó antes de llegar hasta Nora y Matt.
—Pero nada. Y en cuanto a ti, no has cambiado en absoluto. Te lo diré sólo una vez más, déjame en paz. ―comunicó Nora que agarró a Matt y a Sonia de los brazos y se los llevó de allí.
Bel y Helena se despidieron en voz baja antes de marcharse de allí y dejarlos a los tres solos. Jose se puso en pie como pudo, rechazando la ayuda que le ofrecieron tanto Evan como Cris. Enfadado pateó una de las mesas y miró hacia Evan.
— Esa chica se va a enamorar de mí y le partiré el corazón en millones de pedacitos. ―aseguró Jose muy seguro de sí mismo.
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