Capitulo 36. No me odies por favor
Se bajó del autobús de un salto y se colocó la mochila sobre el hombro, atravesó los muros de Góngora y vio a los tenistas pasándose ¿balones de baloncesto? Vaya, eso sí que era raro... sin embargo, en cuanto una de las pelotas cayó al suelo ésta explotó liberando así un extraño humo violeta que fue apagado rápidamente por un profesor con un extintor, luego el hombre con el extintor como arma salió corriendo tras los culpables.
―¡Buenos días!―saludó Bel mientras Evan a su lado le ofrecía golosinas, Jose negó con la cabeza y se apoyó en la pared.―¿Qué tal ayer? Evan y yo nos fuimos al cine, deberías venirte con nosotros de vez en cuando, no tienes que sentirte cohibido porque nosotros seamos pareja, también somos tus amigos y queremos que pases tiempo con nosotros, igual que Cris pero él con el kárate está ocupado pero no pasa nada nosotros haremos tiempo para él...
Jose rodó los ojos e ignoró a Bel como ya iba siendo habitual.
―¡¿Es que no puedes desayunar lo mismo que el resto de personas humanas?!―al escuchar el grito de Sonia miró a la puerta esperando ver entrar a Nora.―Vas a volver a ponerte gordo.
Sonia entró por la puerta cargando una bandeja de plástico dónde habían macarrones a la carbonara, tras ella entró Dan con los brazos cruzados y con cara de enfado. Nora y Matt aparecieron segundos después, él rubio tenía a Nora tomada de los hombros y la guió al interior de la clase mientras ella leía.
―Yo no era gordo, era fuertecito.―indicó Dan levantando el dedo índice al cielo, luego miró a Sonia. ―Y dame mi desayuno.
―¡Nunca!―exclamó Sonia caminando a la papelera y vaciando ahí el contenido de la bandeja mientras Dan abría la boca horrorizado.
―¡Mi comida!―gritó Dan apartando a Sonia de un empujón y tomando la papelera entre sus brazos, luego miró a Sonia y la fulminó con la mirada. ―Eres un monstruo.
― ¿¡Qué yo soy el monstruo?! Ayer te comiste tres pollos y una pizza tú solo, ¿te parece normal? ¿os parece normal?―preguntó Sonia mirando a Matt y Nora, ambos levantaron la mirada y se centraron en Dan. Sin embargo, Matt comenzó a reírse y susurró algo al oído de Nora haciendo que la morena se sonrojase enormemente.―¿Qué te ha dicho?
―Na... nada.―murmuró Nora con vergüenza escondiendo el rostro tras el libro haciendo que Sonia enarcase la ceja y Matt soltase una fuerte carcajada.
―Me voy a comprar un bocadillo, tengo hambre.―indicó Dan pero Sonia se interpuso en su camino y de una patada voladora lo derribó.―¡Bruta! ¿¡Cómo le haces eso a tu novio?!
Jose vio con interés como Matt se acercaba de nuevo a Nora y la chica volvía a sonrojarse para luego golpear al rubio con el libro en la cabeza.
― ¡Si como tanto es por tu culpa, tabla de planchar! ―espetó Dan poniéndose en pie a duras penas y señalándole el pecho a Sonia, la pelirroja entrecerró los ojos furiosa.
―¿¡Culpa mía?! ¡Qué culpa tengo yo de que tú seas un pozo sin fondo!―gritó Sonia agitando las manos de forma frenética, Jose la observó con miedo, seguramente dentro de poco lo golpearía de nuevo.
―Si es que lo dejas exhausto con tanto "ejercicio".―añadió Matt con picardía ganándose un golpe en la cabeza por parte de Nora que seguía color tomate; Dan y Sonia le lanzaron una mirada asesina al rubio antes de sonrojarse y evitar mirarse.
―No puede comer por eso; el muy inútil se quedó dormido antes del ejercicio... ¡seguro que con Will no me hubiera pasado eso!―reclamó Sonia a gritos mirando con pena a Nora, Dan frunció el ceño.
—¡Pusiste una película aburridísima y tus hermanos me tuvieron todo el día cargando cajas de un lado a otro para fastidiarme!―se defendió Dan a voces.
―¡Claro que te puse una película aburrida, pedazo de alcornoque! ¡Quería hacer "ejercicio", imbécil!―gritó Sonia llevándose las manos a la cabeza y rascándose la sien, Jose parpadeó un par de veces, ¿esos dos no tenían vergüenza?
― Que divertido es esto.―masculló Evan en voz baja.
― ¡Buenos días! Dan y Matt a vuestra clase.―saludó la profesora de Lengua entrando en el aula y dejando sus pertenencias sobre la mesa para luego colocar las manos en la cadera y mirar a Sonia.―Me gustaba más tu otro novio, vuelve con Will.
―¡Profesora se está ganando que le pinche las ruedas del coche!―exclamó Dan separando a Sonia de la profesora que se encogió de hombros, Dan miró de reojo a Jose y luego se centró en Matt.―Además Will está ahora ocupado intentando llevarse a la cama a Nora, ¿verdad Matt?
¿¡Qué?! ¡Como le pusiera un solo dedo encima a su Nora se iba a enterar el tipo ese!
―Eso me recuerda que tengo que darte el móvil.―dijo Nora sacando su teléfono del interior del bolso y entregándoselo a Matt.―Will no hace sino llamarme para preguntarme... mmm.. no importa, mira a ver si tú puedes bloquear el número o algo.
―¿Se puede saber qué le hiciste para que tenga esa fijación contigo?―preguntó Sonia.
―Hace un par de años intentó besarme y bueno, me enfadé y le rompí un par de costillas sin querer, desde entonces me tiene en el punto de mira por ser la única chica que lo ha rechazado.―explicó Nora con vergüenza.
Jose se removió en su asiento, a Will le había dado una paliza por intentar besarla pero él lo había conseguido en varias ocasiones, eso tenía que significar algo ¿no? Sonrió feliz y cruzó la mirada con Nora aunque ella rápidamente retiró sus ojos de él.
―Me voy novia-marimacho.―dijo Dan acercándose a Sonia y tomándola en brazos para luego besarse apasionadamente.
Se escucharon varios suspiros y la profesora comenzó a abanicarse también. Jose rodó los ojos, esos dos un día de estos acabarían montándoselo ahí mismo, vio como Matt le daba un codazo a Nora en el costado y ella lo miraba.
―Habitación acolchada.―pudo leer Jose en los labios del rubio.
Una vez que ambos se separaron Dan y Matt se marcharon de allí entre aplausos mientras Sonia y Nora se fueron a sus asientos. Jose y Evan tras despedirse de Bel y saludar a Helena hicieron lo propio y tomaron asiento en sus lugares.
* * * *
―¿Alguien me puede explicar qué están haciendo los indios?―preguntó Evan señalando hacia las canchas de baloncesto dónde los indios habían interrumpido los partidos de baloncesto para montar una enorme hoguera dónde muchos de ellos bailaban al compás de los tambores que otros tocaban.
Jose dejó de correr y se detuvo al lado de su amigo, los indios levantaban las manos al cielo para luego bajarlas rápidamente y comenzar a correr alrededor del fuego pero sin perder el ritmo.
―Están haciendo la danza de la lluvia, está clarísimo.―respondió Sonia uniéndose a ellos con el balón de fútbol en la mano para detener el partido.
―¡Cómo esto no funcione perderéis todos vuestros privilegios y vuestro huerto será clausurado!―gritó Dafne señalando con el bate a los tres jefes indios mientras a su lado Ann asentía y golpeaba con su bate a uno de los indios en la cabeza.―¡Me niego a ir de pesca con mi padre!
―¡¿Seguimos jugando o qué?!―gritó Dan haciéndoles señales, Sonia asintió y le pegó una fuerte patada al balón en dirección a la portería contraria dónde estaba Matt.
Jose miró hacia las gradas y allí encontró a Helena, Bel y Cris animándolos; Nora se había ido hacía un rato a comprarse un refresco y todavía no había regresado pero con Iván trabajando en el huerto de los indios la morena no corría peligro. Notó como Evan le daba una palmada en la espalda, por lo que tras agitar la cabeza corrió hacia el campo contrario. Su equipo iba perdiendo por tres goles gracias a la inteligente estrategia de Matt que desde los postes dirigía a todo su equipo de forma eficiente. ¡Maldito rubio sabelotodo!
―¡Jose espabila de una vez!―gritó Sonia señalándolo con la mano, él asintió y recibió un pase de Evan pero enseguida Flash le arrebató el balón.―¡Joder, pero serás inútil!
―No es culpa mía.―trató de defenderse el castaño, Sonia le lanzó una mirada asesina y caminó hacia él con mirada sombría; sin embargo, por suerte se escuchó una fuerte explosión en una de las clases de su torre que hizo que todos mirasen hacia el edificio buscando el aula aunque ésta fue reconocida de inmediato ya que comenzó a salir humo de la ventana.
― ¿Eso no es un baño? ―preguntó Dan en voz alta, su respuesta fue rápidamente contestada ya que comenzó a salir agua por la ventana.
―¡Noticia de última hora! ¡Kyle ha reventado las tuberías del baño!―anunció Triz con un megáfono asomando la cabeza por la ventana de dónde salía el humo.
Jose rodó los ojos, ¿qué hacía la peliblanca ahí? ¿y de dónde sacaba el megáfono? Al cabo de unos segundos un chico con una sudadera roja apareció por la ventana y se puso a estirar los brazos. Triz a su lado narraba lo sucedido, al parecer Kyle mezcló algo que no debía y corrió al baño para echarle agua pero por desgracia explotó en uno de los váteres.
―Triz esto está empezando a inundarse.―dijo Nora apareciendo por la ventana y señalando hacia el interior.
Jose vio horrorizado como Nora se asomaba por la ventana con total calma mientras Kyle y Triz miraban hacia el interior para luego mirar hacia el patio dónde todos los alumnos los observaban expectantes. ¿Es que ella tenía que estar siempre dónde estuviesen los problemas?
―¡Ahí va! ¡Es verdad!―exclamó Triz con emoción por el megáfono.―¡Noticias nuevas, el baño del segundo piso de la torre de bachiller se ha convertido en una piscina!
Jose escuchó como los indios le decían a Dafne que habían conseguido agua y gritaban eufóricos mientras la morena los miraba como si fueran idiotas. Jose suspiró y se revolvió el pelo, vio como Matt daba un golpecito a uno de los chicos de su equipo y éste ocupaba su lugar. El rubio sin decir nada más salió corriendo hacia el instituto al igual que Dafne y Ann que gritaban algo de parque acuático. Jose se rascó la nuca y reprimió las ganas de salir corriendo tras Matt para ver cómo se encontraba Nora, era mejor quedarse ahí para no llamar la atención y Nora estaba en su clase, en menos de cinco minutos la vería.
―¿Preocupado?―preguntó Evan con malicia, Jose lo fulminó con la mirada antes de negar con la cabeza, el pelinegro se apoyó sobre su hombro y sonrió de medio lado.―Es normal que estés preocupado por la chica de la que estás locamente enamorado.
―Yo no estoy enamorado de ella.―negó Jose en voz baja con mal humor, Evan soltó una fuerte carcajada antes de alejarse de él dando saltitos hasta llegar hasta Bel.
Siete minutos después estaba sentado en su silla mirando hacia la puerta mientras tamborileaba con sus dedos en la mesa. No estaba preocupado, no estaba preocupado...¿¡pero por qué tardaba tanto en entrar?! Si Sonia ya estaba en la clase dando voces desde hacía un rato, e incluso Dan ya se había marchado después de que ambos estuviesen a punto de empezar a desnudarse sobre la mesa del profesor. Se echó hacia atrás en el asiento y se dio cuenta de que Evan y Cris lo observaban con diversión por lo que frunció el ceño.
―¿Qué?―preguntó Jose de mal humor; Evan se río y formó un corazón con las manos mientras murmuraba "Jose quiere a Nora" con voz de niño pequeño por lo que le lanzó una mirada asesina.
― Evan acompaña a Nora a la sala de audiovisuales.―indicó la profesora de historia entrando en la clase, Nora que estaba en la puerta le hizo una señal a su amigo y éste se levantó y se marchó de allí. ―¿Si?
― ¿Qué vamos a ver hoy? ―preguntó Bel bajando la mano, la profesora de Historia caminó hasta su mesa y depositó allí sus pertenencias.
― La vida es bella de Roberto Benigni; y como no nos va a dar tiempo de verla entera hoy quiero que para el viernes me traigáis un comentario sobre la película.―explicó la profesora sacando la lista y colocándose las gafas, no obstante Sonia levantó la mano y la profesora chasqueó la lengua irritada. ―¿Sí?
―¿Es por parejas? ―preguntó la pelirroja, su tutora asintió y comenzó a pasar lista.
Jose resopló con indignación, prefería hacerlo solo antes que juntarse con Bel; seguro que la pelinegra no se callaría en toda la película y tendría que soportar su llanto. Además, seguro que Evan le suplicaba que no lo dejase a solas con Angy y que él y Bel fuesen a su casa para ver la película todos juntos y sinceramente soportar a Bel y Evan juntos era peor que ser golpeado por Sonia.
―¿Iván? ―preguntó su profesora en voz alta mirando hacia su alrededor, al ver que el joven no estaba la mujer hizo una pequeña cruz y continuó.
Jose volteó hacia dónde habitualmente estaba Iván sentado para encontrarse su asiento vacío, juraría que esta mañana lo había visto. Levantó la mano cuando la profesora lo llamó y se echó hacia atrás, si que había visto a Iván... en clase de inglés leyó un texto en voz alta... entonces, ¿dónde estaba ahora? ¿podría ser que siguiese en el huerto de los indios? Pero enseguida rechazó esa idea, los indios siempre lo dejaban marchar en cuanto finalizaba el recreo para que no perdiese clase. Entonces, ¿se habría ido a su casa? Miró hacia la mesa de Iván y vio bajo la mesa un par de libros y el estuche por lo que también descartó esa idea. ¿Dónde podría estar?
Miró hacia Cris y lo vio aburrido haciendo garabatos en un folio para luego estirarse y sonreírle. Jose volteó hacia dónde estaba Nora más por costumbre que por otra cosa y al no verla allí sintió un escalofrío recorrerle la espalda; miró al frente y apoyó la cara sobre la mano derecha, estaba demasiado paranoico con Nora... ella no estaba en problemas cada vez que no estaban juntos, aunque las estadísticas demostraban lo contrario. No, además ella ahora estaba con Evan. Evan podía ser un poco cobarde pero era todo un caballero y defendería a la damisela en apuros a costa de su vida y ella era una de las jefas de Góngora, era fuerte y valiente... y...y... ¡tenía que verla! Algo en sus entrañas le decía que pasaba algo malo, no eran paranoias suyas...pasaba algo lo sabía.
―¿Sí? ―preguntó la profesora mirándolo fijamente, fue entonces cuando Jose se dio cuenta de que había levantado la mano. Tragó saliva nervioso y miró con pena a la profesora.
―¿Puedo ir al baño? ―preguntó Jose, la mujer se quitó las gafas y le lanzó una mirada de superioridad antes de asentir con lentitud.
Jose se levantó de la silla con rapidez y abandonó la clase antes de que su tutora pudiese cambiar de opinión. Una vez en el pasillo se quedó un rato apoyado sobre la pared, ¿se estaba obsesionando demasiado? Sólo porque tuviera un mal presentimiento no podía significar que le pasase algo a Nora. Tras un pequeño rato de debate interno bajó caminando hasta la planta baja y de ahí caminó hacia el edificio principal; una vez en éste tomó uno de los pasillos de la izquierda, se quedó paralizado al ver a Iván frente a la puerta de madera golpeando con un bate el panel que servía para abrir la puerta.
¿Qué narices estaba haciendo?
Sin embargo, unos fuertes golpes en la puerta de madera llamaron su atención. Nora. Había encerrado a Nora. Corrió hacia Iván y sin pensarlo dos veces lo derribó y lo hizo caer al suelo.
―¿¡Cuál es tu maldito problema?!―gritó Jose agarrándolo del cuello de la camisa y levantándolo un poco del suelo.
Iván lejos de contestar tomó el bate como pudo y le pegó con él en la cabeza, Jose dolorido lo soltó momento que aprovechó Iván para pegarle un puñetazo y derribarlo. No obstante, no se iba a dar por vencido tan fácilmente y se levantó rápidamente para devolverle el golpe, haciendo que en pocos segundos ambos rodasen por el suelo golpeándose mutuamente.
―¡Socorro! ¡Que alguien nos ayude!―Jose escuchó el grito de Nora y tras golpear a Iván en las costillas se puso en pie y corrió hacia la puerta con desesperación.
― ¡Nora! ¡Escúchame, voy a sacarte! ¡Te prometo que voy a sacarte! ―exclamó Jose palpando la puerta para intentar transmitirle seguridad a la morena. Miró hacia el panel y lo vio completamente destrozado, ¿y ahora cómo iba a abrir la puerta? Apoyó la cabeza contra la puerta sintiéndose un completo inútil... si hubiera llegado cinco segundos antes.
―¿Jose? ―preguntó Nora con voz temblorosa.
―¡Sí, soy yo! ¡Voy a sacarte ¿vale?! ¡Sólo confía en mí, voy a sacarte, no sé cómo lo voy a hacer pero lo haré!―exclamó el castaño con cierta felicidad al saber que ella lo había reconocido sin embargo esa felicidad desapareció rápidamente. ―Nora, ¿cómo estás? ¿Está Evan contigo?
―¡Quiero salir, Jose sácame por favor! ¡Por favor!―suplicó la morena ignorando completamente sus preguntas; Jose apretó los puños y miró la puerta, sabía lo que pasaba cuando se quedaba encerrada y el no poder estar allí dentro con ella para abrazarla y consolarla lo estaba matando.―¡Rápido! ¡Nos vamos a quedar sin aire!
¿Nos? ¿Eso quería decir que Evan estaba ahí con ella? ¿Y si lo estaba por qué su amigo no hablaba?
―¡Nora cálmate todo va a salir bien! ¡No voy a dejar que te pase nada, ¿me escuchaste?!―volvió a gritar Jose para tratar de tranquilizar a la morena que golpeaba frenéticamente la puerta mientras sollozaba.
―¿Ahora vas de héroe? Recordemos que si es claustrofóbica es por tu culpa, ¡¿verdad Nora?!―dijo Iván acercándose a la puerta y golpeándola con el puño, Jose apretó los puños con fuerza hasta que los nudillos se le quedaron blancos. No tenía que perder el tiempo golpeando a Iván, debía concentrarse en encontrar la manera de sacar a Nora de allí.―¿Como era la canción...? Vamos, seguro que la recuerdas.
De reojo vio como Iván sonreía de medio lado y abría la boca para decir algo. Sin embargo, Jose no iba a tolerar que cantase la canción para que Nora la escuchase y relacionase todo eso con lo ocurrido hacía diez años y lo odiase de nuevo así que volteó hacia Iván y lo empujó para hacerlo caer al suelo, luego lo tomó del cuello de la camisa y lo obligó a ponerse en pie.
―¡¿Por qué le haces esto?! Ella no te...―Jose se calló de repente, es verdad ella no le había hecho nada pero Matt le había dicho que si Iván iba a por ella era por su culpa y el mismo Iván había confirmado que Nora no era más que un daño colateral...
¡Todo esto era por su culpa! ¡Iván atacaba a Nora porque ella le gustaba! Desde el principio fue por eso, no tenía nada contra Nora... nunca lo tuvo, todo era por él. Si le hacía algo a Nora, él sufría.
―Lo haces porque ella me gusta.―murmuró Jose en voz baja tratando de asimilar la nueva información.
―Es justicia, tú te entrometiste e hiciste que Bel me odiase...yo haré lo mismo con Nora. Por suerte para mí, a Nora sólo hay que recordarle que eres un cabrón sin corazón y que su claustrofobia es culpa tuya.―dijo Iván con una sonrisa maliciosa, Jose apretó los puños entorno a su cuello y vio como la nariz de Iván sangraba un poco y su mentón se iba hinchando poco a poco. Él debía de tener un aspecto similar pero ahora mismo eso le importaba un bledo.
―No vas a conseguirlo, no lo voy a permitir.―declaró Jose con una seguridad impropia en él.
―¿Tú crees?―preguntó Iván levantando las cejas y mirando hacia la puerta de audiovisuales que era fuertemente golpeada por una histérica Nora que pedía ayuda desesperadamente.
Jose liberó a Iván del agarre y se dio la vuelta, no obstante en el último segundo se arrepintió y encaró al chico al que dio un fuerte puñetazo en la cara haciéndolo caer al suelo. El castaño sacudió la mano, pegar a otra persona dolía pero la sensación de satisfacción que tenía ahora mismo no se la quitaba nadie. Corrió a la puerta y examinó el panel, estaba completamente destrozado y por desgracia él no tenía conocimientos de electrónica así que poco podía hacer.
―¡Ayúdenme por favor, no puedo respirar!―chilló Nora llamando su atención, Jose le pegó una patada a la puerta y se revolvió el pelo; escuchó a Nora sollozar cada vez más bajo y sintió como el peso del mundo se le venía encima.
Todo era su culpa. Absolutamente todo. Apoyó la cabeza sobre la puerta, no podía rescatar a la chica que quería, ¿qué clase de hombre era él?
―Nora, lo siento... es mi culpa.―susurró auto compadeciéndose y acariciando la puerta, miró el picaporte y se le ocurrió una idea. Quizás podía hacer como en las películas y golpear la puerta hasta que ésta cediese y se abriese, no podía ser tan difícil y en las películas siempre lo conseguían a la primera.
Se echó un poco hacia atrás y con fuerza golpeó la puerta pero nada sucedió. ¿Por qué en las pelis era tan fácil? Quizás debería coger más carrerilla, dio un par de pasos hacia atrás y corrió hacia la puerta a la que empujó con todas sus fuerzas pero nada pasó a parte de sentir un terrible dolor en el lado derecho del cuerpo.
No podía rendirse, no podía... tenía que rescatar a Nora, debía rescatarla, si a ella le pasase algo se moriría. Volvió a separarse de la puerta y esta vez se colocó más lejos. Quería sacarla de ahí, no porque fuera una cuestión de hombría el derribar la puñetera puerta, era una necesidad... necesitaba ver a Nora y decirle que todo iba a estar bien mientras estuviesen juntos, quería abrazarla y no soltarla jamás, quería pasar el resto de su vida perdiéndose en su mirada y viéndola sonrojarse por su causa, quería comprarle una librería entera si eso la hacía feliz, quería...quería...¡joder, la quería a ella! ¡la quería tanto que era imposible describir con palabras lo mucho que la necesitaba en su vida!
¡Mierda! Evan tenía razón, estaba enamorado de ella. Bueno, ya maldeciría a su amigo más tarde, ahora tenía una chica a la que rescatar. Se echó un paso más hacia atrás y comenzó a correr, golpeó la puerta con fuerza pero solo escuchó un crack antes de sentir un terrible dolor en el hombro. ¡Maldita sea! ¡Mierda! ¡Joder! Se dislocaba el hombro y la puta puerta ni se inmutaba. Se llevó la mano izquierda al hombro y miró al cielo con ira. ¿¡Qué coño tenía que hacer para tener algo de buena suerte?! Pateó la puerta con fuerza y gruñó con frustración.
Pues si creían que un hombro dislocado iba a detenerlo estaban muy equivocados. Volvió a ponerse en mitad del pasillo dispuesto a envestir de nuevo la puerta pero justo cuando iba a correr vislumbró a Sonia al principio del pasillo.
―¿Qué coño está pasando? ¿Por qué Nora y Evan tardan tanto? ―preguntó la pelirroja a gritos llegando hasta él y lanzándole una rápida mirada a Iván que estaba inconsciente en el suelo antes de mirarlo.―¿Qué leches ha pasado aquí?
―Iván atacó a Nora y a Evan, ¡están encerrados en el aula de audiovisuales! ―exclamó Jose señalando hacia la puerta donde Nora ya no golpeaba lo que lo asustó terriblemente; si ella no estaba gritando lo más seguro era que estuviese inconsciente.―¡Tenemos que sacarla cuanto antes!
― ¡Joder, la madre que lo parió!―exclamó Sonia colocándose frente a la puerta para luego coger carrerilla y pegarle una fuerte patada haciendo que la puerta se abriese.
Jose frunció el ceño, ¡la había abierto porque él ya la había aflojado, ¿vale?!
Agitó la cabeza y con la mano izquierda aún sobre su dolorido hombro entró en la pequeña habitación. Evan estaba inconsciente al lado de una de las estanterías, Sonia que fue en su ayuda le tomó el pulso y le indicó a Jose que aún respiraba por lo que ambos buscaron con la mirada a Nora. Encontraron a la morena sentada al lado de la puerta abrazada a sus piernas y con la cabeza escondida entre sus rodillas llorando en silencio.
―Nora.―murmuró Jose acercándose a ella y colocándose en cuclillas a su lado, con miedo le colocó la mano sobre la cabeza por lo que ella se sobresaltó pero no levantó la cabeza.
Preocupado se acercó a ella y pudo escuchar como ella cantaba una canción que desgraciadamente identificó en seguida. Nora cantaba la canción con la que él la había atormentado de pequeños. Sintió como el miedo lo invadía, encerrada en el instituto y habiendo escuchado su voz cuando estaba encerrada... debió relacionarlo todo con lo sucedido diez años atrás.
De repente Nora levantó la cabeza y clavó sus preciosos ojos miel en él. Jose tragó saliva, ella lo miraba con una mezcla de odio y miedo, estaba más pálida de lo normal y respiraba de forma extraña por lo que trató de acariciarle el rostro para calmarla pero ella dio un respingo y se echó hacia atrás para alejarse de él.
―¡No me toques, no te acerques a mí! ¡Te odio, te odio, te odio! ¡Ojala nunca te hubiera conocido!―gritó Nora a pleno pulmón sin dejar de mirarlo a los ojos; Jose bajó la mirada con tristeza.
Esto no podía estar pasándole. Ella no podía estar gritándole que lo odiaba.
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