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Capitulo 35. Te protegeré.

Jose vio como Dan y Sonia seguían besándose con pasión mientras Nora y Matt se miraban y sonreían con complicidad antes de abandonar su escondite. 

―Lástima, al final el plan funcionó... y yo que ya me había hecho ilusiones con Sonia.―comentó Will a modo de saludo.

¿Así que todo eso de Sonia y Will no era más que un plan para que Dan se confesase? Pues bien que había aprovechado el rubito la situación el muy pervertido.

―No te preocupes, seguro que encuentras enseguida a una chica que te consuele.―aseguró Matt, Will miró hacia Nora y la morena bufó.

―No.―contestó Nora por lo que Will hizo pucheros.―¿Tengo que recordarte que llevo una pistola eléctrica y que no dudaré en usarla?

―Lo sé, pero me debes un favor por ayudarte en todo este tinglado así que...¿cuándo te viene bien venir a mi casa para jugar a los médicos?―curioseó Will guiñándole un ojo a la morena y acercándose peligrosamente a ella, Jose que vio sus intenciones tomó a Nora del brazo y la alejó de él haciendo que el rubio se percatase de su presencia.―¿Y tú eres?

¡Esto era indignante! ¿¡Es que no se acordaba de él?! Bueno, vale, sólo lo había visto dos veces y una de ellas se escondió, pero en el centro comercial Vistabella le había gritado que se alejase de Nora, de eso debería acordarse. Encima de pervertido, idiota.

―Ahh, ya sé quién eres... por tu culpa Nora es claustrofóbica.―indicó Will señalándolo, Jose soltó a Nora y lo miró con sorpresa ¿cómo sabía eso? Will aprovechó su confusión y se acercó a Nora y  le rodeó la cintura con el brazo para atraerla hacia él, a Nora para variar se le subieron los colores por lo que Will sonrió con autosuficiencia.―Estás tan sexy cuando te sonrojas.

―Aléjate de ella.―ordenó Matt mientras Jose asentía por detrás, Will chasqueó la lengua con irritación y se alejó de Nora que sacó la pistola eléctrica del bolso y le dio una pequeña descarga al chico.

―Sonia ya cayó ante mi encanto natural, tú eres la siguiente.―comentó Will guiñándole el ojo a la morena antes de darse la vuelta pero en el último momento volvió a girarse y le dio un rápido beso a Nora en la mejilla.―Ardo en deseos por verte en mi cama.

¡¿Qué?! ¡Y una mierda! ¿Pero de qué iba el rubio ligón ese? ¿En su cama? ¿¡en su cama?! ¡Y una mierda! ¿¡Y con qué derecho la besaba?! ¡Ese despreciable rubio ligón, cómo lo viese de nuevo se iba a enterar! ¡Nadie besaba a su Nora delante suya y salía impune!

―¡Nora por fin somos novios!―gritó Sonia corriendo hacia Nora y abrazándola con euforia, luego abrazó a Matt y posteriormente a Jose al que estrujó como si fuera una esponja hasta el aburrimiento, en cuanto se separó de él volvió otra vez con Nora y comenzó a dar saltos de emoción.―¡Somos novios! ¡Somos novios!

―Ya deja de saltar que se te levanta el vestido.―aconsejó Dan caminando hasta ella y envolviéndola con su gabardina.

―Da igual, llevo unos shorts debajo.―indicó Sonia levantándose el vestido y mostrándoles unos pantalones cortos negros, Dan le dio un golpecito en la cabeza y le ató el cinturón de la gabardina con fuerza alrededor de la cintura. ―Por fin podré dejar de llevar estos ridículos vestidos, como los odio; no se puede golpear a la gente en condiciones si tienes que estar pendiente de que no se te vea nada.

―Pensaba que te gustaba ir con vestido.―dijo Jose recordando lo feliz que estuvo la pelirroja durante la semana.

―¡No! Es horrible, lo único que me gustaba de ir con vestido era la cara que ponía Dan cada vez que me veía.―habló Sonia con maldad mirando hacia Dan, el chico rodó los ojos y se limitó a pasarle el brazo por encima a la pelirroja.

― Ahora que me acuerdo, ¿vosotros no estabais en una cita? ―dijo Dan, Jose abrió los ojos de forma desmesurada momento que aprovechó Matt para darle un puñetazo en el estómago y hacerlo caer de rodillas debido al dolor.

―¡Matt!―exclamó Nora con sorpresa, Jose se quedó en el suelo unos instantes intentando recuperar el aliento aunque si levantó la mirada para lanzarle rayos al rubio.

―Y luego la bruta soy yo.―comentó Sonia agachándose para ayudar a Jose a incorporarse. ―¿Estás bien?

― Si, si... estoy bien.―contestó Jose tomando grandes bocanadas de aire y con la mano aún sobre la barriga, miró hacia Matt con odio.―¡¿Qué demonios pasa contigo?!

―Eso por quitarle el móvil cuando estaba hablando conmigo y luego cortar todas las llamadas.―explicó Matt con soberbia cruzándose de brazos, Jose entrecerró los ojos y deseó que le cayese un rayo al rubio así se libraba de él y nadie podría echarle la culpa por su muerte.―Además, no voy a tolerar que el niño que la atormentó siendo niños se junte con ella, por tu culpa es claustrofóbica, y cuando estás cerca le recuerdas todo lo que pasó pero ella es demasiado buena para decirtelo directamente.

¡Eso era un golpe bajo! el castaño apretó los puños y miró hacia Nora, la morena que lo observaba fijamente apartó la mirada de él y se centró en Matt al que se acercó hasta colocarse a su lado. Jose la miró con miedo, no le gustaba que le recordarán eso, cada vez que mencionaban el tema la mirada de Nora se ensombrecía y parecía que lo odiaba.

―Deberíamos volver, estamos en una zona controlada por Quevedo.―indicó la morena, Matt asintió y se dio la vuelta no sin antes lanzarle una última mirada amenazante a Jose, tras eso el rubio caminó hacia la boca de metro más cercana seguido de Dan y Sonia que iban tomados de la mano.―Mi móvil.

Jose miró a Nora y vio como ella tenía la mano extendida, Jose la miró un par de segundos dudando de si sería una buena idea tomarla de la mano y arrastrarla lejos de allí, al final decidió que era una idea estúpida y metió la mano en el bolsillo de dónde sacó un móvil táctil de color blanco que depositó sobre la mano de la morena lentamente. Una vez que se lo entregó, ella se dio la vuelta dispuesta a marcharse de allí.

                                                                       * * * *

 ―Buenos días.―saludó a Cris entrando en la clase, su amigo hizo un ligero movimiento de cabeza y Jose se desplomó sobre su silla.

Se había pasado todo el puñetero fin de semana pensando que podría pensar la morena, y su conclusión fue una auténtica porquería. Si él fuese Nora, no lo perdonaría jamás...¿cómo perdonas a una persona que te traumatizó para el resto de tu vida? Si, vale... en lo que llevaban de curso la había rescatado en innumerables ocasiones y había demostrado que él no era ese horrible niño pero eso no significaba que ella lo perdonase o quisiera ser algo más que amigos. 

―¿Cómo que Will besa mejor que yo?―preguntó Dan entrando en la clase con Sonia a su lado asintiendo, la pelirroja tal y como era de esperar vestía uno de sus habituales chándales.―¡Esto es indignante!

―Pero es normal, él tiene más experiencia, no te puedes comparar.―habló Sonia mientras a Dan se le deformaba la cara en una horrible mueca.

―¿¡La estáis escuchando!?―exclamó Dan mirando hacia la puerta por dónde se asomaron Nora y Matt y asintieron.

― Llevamos todo el camino escuchando vuestra discusión.―comentó Matt empujando a Nora que iba leyendo el libro que el sábado sacó de la biblioteca.

―¡Pero es que es increíble! ¡Que Will besa mejor que yo, no sabes de lo que hablas tabla de planchar!―exclamó Dan señalando a Sonia y agitando la mano, la pelirroja cerró el puño derecho y lo chocó contra la palma de su mano izquierda.

Jose rodó los ojos, esos dos ni siendo novios dejaban de discutir y pelear.

 —¿Qué dijiste? ―preguntó Sonia, Dan le enseñó la lengua e hizo burlas.

―Tabla de planchar, mi novia es una tabla de planchar... lisa, lisa, lisaaaa ¡ay! ―se quejó Dan cuando Sonia le pegó un pisotón seguido de un golpe en la cabeza, la pelirroja sacudió las manos y caminó hasta Nora y Matt que miraban la escena con diversión.

―Oye, oye... si Will ha besado a Sonia y Sonia ha besado a Dan, eso quiere decir que Dan y Will se han dado un beso indirectamente, ¿no?―dijo Dafne entrando en la clase junto con Ann que asentía a su lado; Dan las miró con espanto y se puso a hacer como que vomitaba en la papelera.

―Es verdad.―dijo Matt chasqueando los dedos y dándole la razón a Dafne que sonrió con orgullo.

―¿Y Triz? ―preguntó Nora, Ann señaló hacia el techo y empezó a hacer una cuenta atrás desde el cinco, cuando llegó a cero los altavoces pitaron y se escuchó un gong.

"¡Noticias! ¡Tatatachán! Sonia y Dan están saliendo ¡por fin!, después de tantos años ese par está saliendo, por un momento pensé que no llegaría a dar esta noticia nunca; el profesor de filosofía que era quién llevaba la porra dice que publicará en el recreo el nombre del ganador..."

 "¿Cómo que el de filosofía llevaba una porra?"

 "¡Oh, no! Las autoridades me han descubierto...¡Viva Góngora!"

 ―Adoro este instituto.―murmuró Evan con ojos brillantes.

―Oye, oye...nosotras nos volvemos a nuestra torre antes de que empiecen a sublevarse.―comunicó Dafne abandonando la clase seguida de Ann.

―Será mejor que nosotros nos marchemos también.―dijo Matt mirando hacia Dan, el chico asintió y Sonia se subió sobre una silla algo que aprovechó Dan que la tomó de la cintura con un solo brazo y comenzaron a besarse.―Tengo que preguntarle a Kyle si ha escuchado ruido raros.

― ¡Matt!―exclamó Nora parcialmente roja por lo que el rubio la miró con diversión y le pasó el brazo por encima del hombro.

―Siempre piensas mal.

― Tú eres el que dices las cosas para que yo piense mal.

―¿Y bien? ¿Quién besa mejor? ―preguntó Dan depositando a Sonia en el suelo, la pelirroja ladeó la cabeza y se quedó pensativa un buen rato por lo que Dan le lanzó una mirada asesina.―Marimacho.

― ¡Deja de decirme eso! Y para tu información, Will besa como un millón de veces mejor que tú.―proclamó Sonia a gritos, Dan la miró con enojo antes de tomarla en brazos y empotrarla contra la pared comenzando a besarla de forma salvaje.

―¡Oh dios mío!―exclamó Bel con emoción dando saltitos de felicidad en su sitio.

Jose rodó los ojos, Bel se emocionaba por todo aunque tenía que reconocer que a él le estaban dando unos ganas sobrehumanas de hacer algo parecido con Nora, disimuladamente miró hacia ella y la vio sonrojada a más no poder mientras admiraba como la parejita se besaba, ¿estaría pensando en sus besos?

 ―¿Y bien? ―preguntó Dan con las mejillas coloradas y con voz ronca.

―Bueno, aún tengo un par de dudas... creo que vamos a tener que repetirlo.―respondió Sonia con la cara tan roja que apenas se distinguía de su cabello, Dan sonrió de medio lado y Sonia tomó a Nora del brazo y la arrastró a sus asientos.―¡Y ahora fuera que tenemos clase!

―Sí señora pulga.―dijo Dan haciendo que Sonia tomase el estuche de Nora y lo lanzase contra Dan con fuerza, por suerte el objeto fue parado por Matt que se lo tiró a Nora con menos fuerza.―¡Bruta!

―¡Que te den Dan!―exclamó Sonia, Matt soltó una carcajada antes de obligar a Dan a salir del aula entre aplausos y silbidos.

                                                                        * * * * 

 Miró la hora y bufó con fastidio, ¿cómo podía ser que sólo hubieran pasado dos minutos desde que abandonó a Evan y los demás con la excusa de que tenía que ir al baño? Pues no iba a volver aún, soportar a Bel hablando sobre... ¿sobre que estaba hablando hoy? Da igual, no iba a volver hasta dentro de diez minutos por lo menos. Caminó por el pasillo con las manos en los bolsillos hasta que le pareció escuchar a alguien cantando, intentó hacer un esfuerzo pero no consiguió escuchar la letra pero sí identificó la voz. Iván. Caminó por el pasillo y encontró dos figuras en él, Nora e Iván estaban en el pasillo y el chico sonrió con malicia al verlo; rápidamente se acercó a Nora y se colocó a su lado.

 ― ¿Ocurre algo?―preguntó mirando hacia Iván con ira, el chico sonrió con malicia y se encogió de hombros; Jose observó a Nora y lo que vio no le gustó nada, parecía abatida y apretaba el libro entre sus manos.―¿Estás bien?

―Si.―murmuró  Nora en voz muy baja, Jose frunció el ceño y trató de tomarla del brazo para llevársela de allí pero ella se apartó de él y lo miró con frialdad. ―No me toques.

Jose se sorprendió, no le hablaba así desde hacía meses. De reojo vio como Iván sonreía con autocomplacencia por lo que volteó hacia él con enfado.

 ―¿Qué le dijiste? ―preguntó Jose apretando los puños.

―Sólo le canté una vieja canción.―contestó Iván señalando hacia Nora, Jose miró con horror hacia la morena y vio como ella desviaba la mirada hacia el suelo.―Seguro que si haces un poco de memoria la recuerdas, al fin y al cabo tú la inventaste.

Hijo de puta.

 Le había cantado a Nora la canción con la que la había torturado tantos años atrás, ¿cómo se atrevía a hacerle eso? Apretó los puños con fuerza y trató de tomar a Nora del brazo de nuevo pero ella se alejó de él.

 ―Vaya parece que no quiere ir contigo.―dijo Iván con burla, Jose completamente furioso lo tomó de la pechera y lo arrastró contra la pared.―Es algo entendible, al fin y al cabo no paraste de atormentarla cuando éramos pequeños.

―¡Cállate!―masculló Jose irritado viendo de reojo como Nora apretaba el libro contra su pecho.

―Y luego viniste aquí y no fuiste capaz de recordarla, muy mal.―continuó Iván haciéndolo enfadar por segundos.―Aunque claro yo tampoco la reconocí hasta que os gritasteis en el patio, fue bastante divertido saber que ella era "Sonrisa de hojalata".

De reojo vio como Nora se estremecía y se sintió horrible. ¿Cómo iba a perdonarlo si no paraban de recordarle su pasado a todas horas?

― Si te vuelvo a escuchar cantar esa canción delante de ella, juro que no respondo de mis actos.―dijo Jose enfurecido apretando sus puños en la camiseta de Iván.

― ¿Y qué vas a hacer ex- capitán?―Iván miró hacia Nora y Jose lo fulminó con la mirada y apretó aún más su agarre.

― Mantente alejado de ella.―dijo Jose con voz tan fría y dura como pudo, se separó de él y tomó a Nora del brazo por la fuerza.

Jose caminó con paso firme ignorando los gritos de Nora en los que le ordenaba que la soltase. No iba a hacerlo y ya podía gritarle lo que le diese la gana, ¿qué pasaba con Iván? ¿qué ganaba él atacando de esa forma a Nora? Agitó la cabeza para aclarar sus ideas, de todas formas no iba a permitir que se acercase más a ella y desgraciadamente para asegurarse de eso tendría que ir a hablar con el odioso rubio. 

 ―¡Suéltame quiero ir con Matt!―exclamó Nora cuando ambos entraron en la clase, Jose se llevó la mano libre a la cabeza y suspiró con resignación.―¡Como no me sueltes te pegaré!

―¡No voy a soltarte así que pégame si quieres!―gritó Jose dándose la vuelta y observando a la chica, Nora entrecerró los ojos y usó el bolso para pegarle repetidas veces.―¡Que no lo decía en serio! ¡Ay!

―¡Suéltame, suéltame, no quiero estar contigo, no quiero que me toques, no quiero que te acerques a mí!―exclamó la morena mientras lo golpeaba, Jose tomó el bolso con su mano libre y tiró de él hasta que se lo arrebató, una vez con el objeto en su poder lo lanzó lejos; Nora lo miró enfurecida y le pegó una patada en la espinilla izquierda seguido de un rodillazo en las joyas de la corona que le cortó la respiración durante una fracción de segundo, pero a pesar de todo  no la soltó.―¡Que me sueltes!

―¡No!―gritó Jose con furia, Nora lo miró con ira y antes de que ella pudiera hacer cualquier movimiento que lo enviase a la enfermería, la abrazó con fuerza. Sintió como Nora se estremecía e intentaba forcejear para separarse por lo que la apretó más contra él.

―¿¡Qué...qué...estás...haciendo?!― preguntó Nora tartamudeando, Jose respiró con un poco de alivio, al menos ya no parecía tan enfadada y no sonaba con tanta frialdad.

―Abrazarte.―contestó él como si fuera lo más obvio del mundo, escuchó perfectamente como la chica mascullaba "imbécil" y él no pudo evitar sonreír.―Creo que con ese rodillazo se ha esfumado toda posibilidad de tener descendencia.

―Tú te lo buscaste.―murmuró la morena ya más calmada y con cierto tono de divertido en su voz.

―¿Estás mejor?―susurró Jose en su oído, sintió a Nora asentir y él suspiró.

―¿Cuánto tiempo piensas seguir abrazándome?―preguntó la morena y Jose hundió su cabeza en el cuello de Nora.

―Mmm... ¿lo que tarda Bel en contar una de sus historias fantásticas? Lo que viene siendo una eternidad.―contestó Jose agarrándose a ella como si fuera un niño pequeño que se aferraba a la pierna de su madre el primer día de clases.

―Jose.―lo llamó Nora intentando sonar enfadada pero no pudo esconder que su comentario le había hecho gracia.

Bufó molesto. ¿Por qué no podían quedarse así para siempre? A regañadientes se fue separando poco a poco de ella hasta quedar solamente tomados de las manos, fue entonces cuando Nora levantó la mirada; Jose no pudo evitar esbozar una sonrisa, ella se veía tan adorable con sus mejillas sonrosadas, balanceó sus manos y la observó con picardía.

 ―¿Estás pensando en nuestros besos?―curioseó Jose, Nora negó rápidamente con la cabeza mientras su cara se encendía a la velocidad de la luz por lo que Jose sonrió complacido y comenzó a atraerla hacia él despacio para que ella no se asustase y le diese otro rodillazo, se quedaron a escasos centímetros el uno del otro y apoyó su frente sobre la de ella para dejarse llevar por su perfume, a continuación le acarició la mejilla con el dorso de la mano y lentamente fue deslizándola con suavidad por su cuello antes de besarla con timidez.

Fue un beso lento y mucho más corto de lo que Jose hubiera querido, pero no debía olvidar que seguían en el instituto y podían ser descubiertos por Triz o por Matt (aunque esa idea no le desagradaba). Miró a Nora y se mordió el labio intentando reprimir el impulso de volver a besarla pero se dijo a sí mismo que no todos los días tenía esa gran oportunidad de besarla dos veces seguidas así que se dejó llevar y volvió saborear sus preciosos labios. Dios, le gustaba tanto besarla que lo volvía loco. 

 Se separaron por segunda vez y jugueteó con sus narices hasta que el color rojo de las mejillas de Nora lo hizo reír, en serio, ¿cómo podía sonrojarse tanto y tan rápido? Era tan divertido, respiró hondo y se planteó si sería un buen momento para sacar el tema de su declaración; sin embargo, Nora dio un largo suspiro y  enfocó sus ojos miel en él. Parecía contrariada y algo cansada, pero adorable con sus mejillas en llamas.

― ¿Por qué fuiste así de malo? Yo no te hice nada, ni siquiera eras de mi clase, no me conocías.―preguntó Nora mirándolo fijamente, Jose intentó hablar pero ningún sonido salió de su garganta, no sabía qué decir, la pregunta lo había cogido con la guardia baja.

Nora se soltó de él con brusquedad y fue a por su bolso mientras Jose la observaba con tristeza. Realmente no sabía que contestarle, y decirle: "me gustabas pero era un cobarde" era realmente patético. Nora recogió su bolso del suelo y se lo colocó en el hombro, luego caminó dispuesta a marcharse de allí pero cuando pasó a su lado Jose la tomó de la cintura y la sentó sobre la mesa más cercana.

 ―¿Todavía me odias?―preguntó aún temiendo por la respuesta, si ella decía que sí, no sabía que iba a hacer; Jose miró a Nora a los ojos intentando buscar la respuesta en ellos pero Nora una vez más desvió la mirada hacia el suelo.―¿Me odias?

―¡No lo sé!―exclamó ella intentando bajarse de encima de la mesa pero Jose colocó sus manos a cada lado de ella para evitar que huyese por lo que la morena lo miró fijamente.―Me confundes, todo es contradictorio cuando estás cerca, no puedo olvidar lo que pasó pero sé que ya no eres así porque no paras de entrometerte e intentar salvarme y besarme y cuando me besas no puedo pens.... Pero cuando Iván me recordó la canción y luego apareciste fue como volver a tener siete años y odio tener siete años.

Jose se fijo en que ella temblaba un poco y se sintió miserable. El mini-Jose había sido el mayor idiota del mundo, ¿cómo pudo portarse tan mal con ella? Con ella, con la niña que lo cuidó y lo consoló en la enfermería, que fue capaz de leerle un libro y tomarlo de la mano cuando la enfermera comenzó a curarlo. ¡Un momento! Ella dijo que no la conocía, ¿eso quería decir que no recordaba lo de la enfermería?

 ― La enfermería, ¿no lo recuerdas?―indagó Jose, ella lo miró confusa.

Quizás era mejor así, ¿para que recordar que fuiste amable con un niño y que este a los dos días comenzó a insultarte y a hacerte la vida imposible? Eso no decía nada a su favor, además cuanto más lo pensaba más ganas le daban de volver en el tiempo y abofetearse por desalmado. Respiró hondo y tomó las manos de Nora para empezar a jugar con ellas, dedicándose a entrelazar sus dedos una y otra vez mientras miraba sus manos hasta que aburrido centró su mirada en el rostro de la morena que estaba colorada a más no poder.

―Últimamente cada vez que te toco te sonrojas, es realmente divertido.―indicó Jose con felicidad.

―Cállate.―masculló Nora con enfado, Jose soltó una fuerte carcajada y ella soltó sus manos para luego intentar golpearlo con el bolso pero el castaño estuvo ágil y detuvo el ataque quedando ambos sujetando el bolso y mirándose fijamente.

― No sé qué tiene Iván contra ti pero no voy a permitir que te haga daño.―aseguró con una seriedad impropia en él.

No iba a permitir que ese chico se acercase más a ella, no iba a tolerar que le recordase esa canción o que le hiciese daño, iba a protegerla, estaba decidido.

 ― Mis problemas no son asunto tuyo y puedo apañármelas muy bien yo sola.―dijo Nora tirando del bolso, Jose enarcó una ceja pero no dijo nada, no tenía ganas de discutir la enorme cantidad de veces que había tenido que ayudarla.―Y si no quieres nada más, me voy con Matt.

Nora le pegó un empujón y se bajó de la mesa de un salto, Jose se revolvió el pelo y caminó tras ella; le daba igual que no quisiera su ayuda, no iba a dejar que Iván se acercase a ella y por desgracia para asegurarse de eso iba a tener que hablar con el odioso rubio.

―¿Dónde estabas?―preguntó Matt saludando a Nora cuando llegaron al pasillo de la planta superior, Jose sonrió con malicia y se señaló a sí mismo por lo que Matt hizo una mueca de espanto.―¿Volvió a secuestrarte? Voy a tener que enseñarte a respetar la propiedad privada.

― ¡Que ella no es tuya!―exclamó Jose con frustración, Matt tomó a Nora del brazo y la alejó de él.

― Sí que lo es, es mi mejor amiga.―sentenció Matt mirándolo con odio, Jose bufó molesto y se cruzó de brazos, al final la iba a secuestrar de verdad.―¿Y se puede saber que haces en mis dominios secuestrador de chicas?

Jose lo fulminó con la mirada antes de aclararse la garganta, casi se olvida de su verdadera razón para ir hasta allí.

―Quiero que la vigiles bien; encontré a Iván cantándole... eh..bueno cantando la canción que yo inventé cuando éramos pequeños y bueno, en navidades la encerró en la biblioteca y creo que podría intentar hacerle algo de nuevo.―explicó Jose, Matt se rascó la nuez antes de mirar hacia Nora.

―Antes de que lo preguntes, estoy bien y puedo cuidarme yo solita perfectamente.―dijo Nora cruzándose de brazos y mirándolos a ambos con seriedad.

―Lo sé, pero igualmente ordena a los indios que lo apresen y lo pongan a trabajar en el huerto, así estará vigilado y no podrá acercarse a ti en el instituto.―Nora asintió y Matt volteó hacia Jose con interés. ―¿Dijo algo sobre Evan?

―No, pero ¿crees que vaya a hacerle algo a Evan? ―preguntó Jose con preocupación, sabía que Iván era capaz de cualquier cosa pero pensaba que con haber mandado una banda a que le pegarán era suficiente.

―Con este tipo de personas nunca se sabe; por suerte Damien fue bastante eficiente y no creo que pueda volver a usar el mismo truco dos veces pero por si acaso dile a Evan que se cuide.―contestó Matt, el rubio se quedó pensativo y Jose miró a Nora, ella como era habitual estaba tranquila y calmada.―Que fastidio de chico.

―Y que lo digas.―murmuró Jose.

― Tú te callas que si la tiene tomada con Nora es por tu culpa.―dijo Matt, Jose abrió la boca con sorpresa, ¿¡y él que culpa tenía?! Iván era el loco que la había encerrado no él y si estaba contra la morena era porque ella no se había fiado nunca de él y eso no era culpa suya.―Como ya es tarde para empezar a jugar, ¿qué te parece si vamos a hablar con los indios y de paso vamos a ver que hacen Dan y Sonia?

Nora asintió y Matt la empujó con suavidad, el rubio al pasar a su lado le lanzó una mirada de superioridad. Jose entrecerró los ojos, ¿cómo podía ser tan odioso ese chico? Pero ya vería, ya vería... quisiese o no quisiese el  estúpido y creído rubio, Nora iba a ser su novia.

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