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Recordar

Hola a todos 😊 aquí el siguiente capítulo espero les guste e.e aquí creo no hay chillacion como en otros lados xD

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Recordar
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— Es un gusto conocerte Silas.— Hyuga había sonreído con amabilidad, es muy sociable y hace amigos fácilmente.

— Gracias...— A comparación de Silas quién no se abre fácilmente a hacer amigos.

— Ven ven, en lo que lavan tu ropa vamos a sentarnos aquí.

A Hyuga se le hizo bastante fácil tomarlo de la mano para guiarlo, pero al momento de que tocó su mano, Silas sintió una extraña sensación... No sabía cómo explicarlo pero había algo en el niño bastante curioso.

De verdad tenía la sensación de haberlo visto ya antes.

Terminaron sentados en la sala de la casa del pelirojo y mientras Hyuga sonreía Silas estaba un poco serio debido a que, como se mencionó, no es fácil que haga amistad de buenas a primeras.

— ¿Cuántos años tienes Silas?.— Hyuga sonrió comenzando a sacar un tema para conversar y no quedarse en silencio.

— Tengo 25 años.

— ¡Genial!.— El menor seguía sonriendo aunque el saber eso le hizo recordar a Free, tienen la misma edad.— Yo tengo 19, ya voy a cumplir 20 en unos días.

— ¿De verdad?.— Eso le llamo la atención y lo seguía viendo.— Creí que tenías menos, te ves muy pequeño para tener 19.

— Es que soy un poco bajito.— Hyuga se rasco la nuca avergonzado, además de que tampoco la personalidad le ayudaba realmente.

— Entiendo eso.

Pero el peliverde seguía viéndolo, de verdad algo en su mirada le llamaba demasiado la atención.

— Si.— Hyuga volvió a sonreír.— Nunca te había visto por aquí antes.

— Solo llegué por azar, estaba paseando sin fijarme bien por dónde iba.— Le explico brevemente sin dar muchos detalles al porque o más bien por quién estaba pensando sin ver por dónde iba.— Pero me gustó la comida de tu restaurante.

— Me alegro mucho ¡mi papá hace la mejor comida!.— Volvió a sonreír animado.— Un día vuelve a visitarnos para que pruebes nuevos platillos.

— Me encantaría Hyuga, aunque ya veremos, como dije, llegué por azares del destino.

Pero el destino siempre tiene preparadas las sorpresas y situaciones aunque uno no quiera estás. Ese era el caso de Silas. Todavía estaba muy afectado por lo que vio respecto a la relación de Rantaro que no pretendía ser amable o inclusive querer llegar a conocer personas nuevas.

Pero con Hyuga...

Era una contradicción debido a su tan de repente interés en el jovencito... Algo en el, quién sabe que a su vista, algo tenía el pelirojo que no le podía apartar la mirada de encima.

Más sin embargo Hyuga no recordaba siquiera que estaba frente a su salvador de la infancia. Su mente había bloqueado aquel susto y no recordaba realmente lo que había sucedido. Aunque desde entonces Hikaru tenía especial cuidado en su hermano menor y no lo dejaba solo mucho tiempo cuando eran niños. Y aunque ya habían crecido y eran de cierto modo independientes, el peli-azúl seguía cuidando de su hermano menor de un modo u otro.

— A mi me gustaría ser tu amigo.

— ¿Que dijiste?.— Silas lo volteo a ver y el niño había sonreído con ternura.

— Me gusta hacer muchos amigos.— Comenzó a explicarle.— Y tu eres agradable.

— Ja.— Se había burlado ajustando sus gafas.— ¿Porque lo dices como si me conocieras? No sabes si soy una mala influencia o algo así.

— Creo que eres una buena persona.— Hyuga lo vio amablemente.— Porque otra persona en tu lugar se hubiera molestado y enojado mucho con lo que hizo mi mamá de ensuciar tu ropa.

Silas se le quedó viendo, ese niño además de su mirada dulce desprendía bondad y ternura. Sonrió apenas tenue.

— Mocoso tonto.— Se cruzó de brazos.— si me moleste un poco pero...

— Ahí está.— El oji rosa lo había interrumpido.— Aunque te enojaste fuiste amable.

— Tal vez tengas razón.

Silas ya no dijo nada, pero sonrió un poco más amable y eso le alegró a Hyuga.

— ¿Si quieres ser mi amigo?.— El niño le extendió la mano, estaba sentado a su lado.

— Está bien Hyuga.

Silas le dio la mano, volvió a sentir una extraña sensación debido a ello. Eso era agradable para él pero no estaba seguro de a qué se debía ese sentimiento. Pero pensaba averiguar de que se trataba.

No faltaba mucho para saberlo.

— Aquí tienes.

Pues después de un rato de platicar y esperar a que el ciclo de lavado hiciera lo suyo, la señora Asahi se había acercado con la camisa del joven peliverde ya limpia y seca. Sonrió amable para verlo.

— Muchas gracias.

Silas se puso de pie y enseguida se quitó la chaqueta quedando con el torso desnudo para tomar la camisa y ponérsela. Francamente no le importo hacerlo frente a ellos, la madre de Hyuga ya lo había visto hace un rato de ese modo. Pero algo a Hyuga le llamo la atención.

— ¿Que te paso en la espalda?

Pues estando sentado en el sofa con Silas dandole la espalda para vestirse, mientras esté se quitaba la ropa y ponerse la limpia, Hyuga había visto su espalda, notando la cicatriz que obtuvo años atrás.

— ¿Que? ¿Mi cicatriz?.— Silas comenzó a hablar con calma pero eso también llamo la atención de la señora Asahi.— Me lastime hace tiempo.— Comento simple mientras se abrochaba la camisa para cerrarla.

— Eso fue...— Pero la mujer comenzó a hablar.— ¿Por un accidente provocado por un auto?

Llamando de ese modo la atención del peliverde, quién la había volteado a ver un tanto sorprendido.

— S-si... salvando a un niño que estuvo a punto de ser atropellado.— Silas había hablado con calma, aún con duda también.— Pero ¿cómo lo sabe?

— Porque ese niño... es Hyuga.

El pelirojo estaba sentado escuchando con atención todo pero se levantó del sofá sorprendido al escucharlos, Silas tenía la misma expresión de sorpresa al escuchar ello.

— ¿Hyuga?.— El peliverde mantenía la mirada sobre el niño, ahora ya entendía porque su mirada lo desconcertaba tanto.

Pues años atrás esa mirada aún siendo un niño pequeño lo había cautivado.

— ¿Que?.— Pero Hyuga estaba bastante nervioso, se tocó la cabeza dudando de ello.

— ¿Que sucede enano?.— Esa acción le desconcertó de cierto modo a Silas.

— Hyuga no recuerda bien ello.— Comenzó a explicar su madre.— El doctor dijo que, fue tan grande el susto que su mente había bloqueado ese recuerdo.

— Entiendo.— Silas se había acercado a acariciarle la cabeza al pelirojo.— Es natural, era muy pequeño y además fue un susto fuerte para el.

— ¿De verdad me salvaste?.— Hyuga había levantado la mirada.

— Si...— Silas sonrió levemente.

Pero enseguida Hyuga lo abrazo por eso, como una forma de agradecerle.

— ¿Vez?.— El niño lo había vuelto a ver mientras sonreía.— El destino quiere que seamos amigos.

Había vuelto a sonreír y la mirada de Hyuga le hizo recordar a cuando era pequeño nuevamente.

El destino...

Después de despedirse prometiendo volver a visitarlo para comer juntos y conocerse, Silas había vuelto a su departamento donde realizó nuevamente una videollamada con su abuela.

— ¡Así que encontraste al niño que salvaste!.— La señora se escuchaba bastante feliz por eso.

— Si, no a cambiado nada respecto a su dulce mirada.— Aunque Silas hablaba realmente sin dar mucho interés a lo que decía.

— Debe ser un chico muy lindo.

— Algo así, tiene 19 años...

Pero nuevamente la señora Karlisle sonrió... Pues recordó hace unos años atrás una pequeña plática.

"— Así que te hiciste esto por salvar a un niño.— Se encontraba curandole la espalda a su nieto."

"— Si...— el joven peliverde se quejo al contacto del alcohol en su piel.— Pero..."

"— ¿Pero...?.— Su abuela lo vio."

"— ¡Sus ojos son los más lindos que he visto!.— Silas sonrió."

¿Esa mirada lo habrá cautivado nuevamente?

Al día siguiente Hyuga después de la universidad había llegado a casa bastante feliz.

— ¿Silas no a llegado?

— No hijo, no a venido por aquí.— Su madre lo vio extrañada.— ¿Te dijo que vendría?

— ¡Si!.— Sonrió emocionado el niño.— Me prometió que vendría a verme para comer juntos.

Realmente Hyuga estaba de cierto modo maravillado con aquel joven, mucho más en especial porque fue quién le salvo la vida cuando era muy pequeño, aunque no recordaba bien ese momento pero estaba agradecido con él. Así que era muy notorio que quisiera conocerlo más.

Pero los días pasaban y Silas jamás llegó a verlo, lo que poco a poco había empezado a hacer sentir de cierto modo mal a Hyuga, quién se había preocupado por ello.

— Creo que fue una promesa de mentira...

Hyuga estaba sentado afuera del restaurante en los pequeños escalones, suspiro con tristeza.

Al parecer Silas no tenía intención de querer ser su amigo y mucho menos ir a visitarlo.

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CONTINUARÁ
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Bueno, tal vez si hay un poco de chillacion e.e xD
.__. de por sí Hyuga todavía sentía el rechazo de Free como para que lo dejen así otra vez e.e
Gracias por leer 😊❤️ y nos leemos pronto 😊❤️

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