Hola a todos aquí estamos ahora más temprano e.e es que tengo cosas que hacer más tarde
Pero aquí esta el capítulo, espero les guste

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Reconocerlo
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Después de la fiesta de cumpleaños de Hyuga, Silas iba con frecuencia a visitarlo, y de ese modo día tras día conocerlo mejor...

Eso claro que era algo que a Hyuga le gustaba mucho... podría conocer más de Silas...

Terminando por enamorarse de él. 

— ¡Silas!

Tras haber escuchado la voz del niño, Silas había girado para verlo... Hyuga se había acercado corriendo una vez que el peliverde había salido del edificio donde trabajaba.

— ¿Que estás haciendo aquí enano?.— Aunque al peliverde no le molestaba la visita sorpresa le llamo la atención verlo ahí.

Una vez habia bastado para decirse donde estudiaba en el caso de Hyuga y trababa en el de Silas para ver qué el niño no se perdió a la primera que llegó a su lugar de trabajo.

— ¡Acompañe a mi papá a comprar mercancía para el restaurante!.— Hyuga sonrió con las mejillas rojas todavía tras el esfuerzo de correr.— ¡Recordé que estábamos cerca de donde trabajas! ¡Y aquí estoy!

— ¿Pediste permiso para venir?.— Pues tampoco quería meterse en problemas si Hyuga llegó sin permiso, pero como el niño asintió sonrió.— Bien, vamos.

— ¿A dónde?.— Hyuga sonrió para seguirlo notando que iba hacia su auto.

— Te invito a comer.— Silas sonrió levemente.— ¿Aceptas?

— ¡Claro!

El pelirojo sonrió, aunque era un poco divertido ir a comer a otro lado teniendo un restaurante familiar... le causaba risa pues cuando era más pequeño sentía que ir a otros sitios a comer "era como ser infiel" a su restaurante...

Subieron al auto y Hyuga sonrió encantado en el asiento del copiloto, vio de reojo a Silas y se había sonrojado un tanto debido a eso... El mayor se había dado cuenta de las miradas pero sonrió burlón al ver qué el niño volteaba la mirada al sentirse descubierto...

Habían comenzado a hablar de como les había ido en el día, en especial a Hyuga en la universidad, cuando en un semáforo en rojo sonó el celular del peliverde. Debido a que estaba al volante contesto usando el altavoz, haciendo que Hyuga guardada silencio.

— Hola abuela...— Silas sonrió levemente.

— Hijo ¿cómo estás?.— Del otro lado de la línea la mujer sonrió.— ¿Estás en casa?

— No, no, acababa de salir del trabajo... ¿porque?

— Es que estoy afuera de tu departamento.

Hyuga se había sorprendido y Silas lo imitó y se voltearon a ver, el niño había guardado silencio pero francamente era imposible para el mantenerse en silencio mucho tiempo.

— Abuela dame cinco minutos, llegaré enseguida.— Silas continuo hablando para sorpresa de Hyuga.— Llevaré a un amigo...

Aunque eso avergonzó al pelirojo, no conocía a la familia de Silas por lo que también en parte era emocionante conocer a alguien cercano a él.

No tardaron mucho tiempo en llegar a la zona departamental donde vivía el peliverde... Era un edificio de varios pisos y eran departamentos pequeños,  justo al tamaño ideal para un joven soltero...

— ¿Cómo es tu abuela?.— Hyuga preguntó con curiosidad.

— Pues...— Iban subiendo las escaleras.— Ya te darás cuenta...

Eso a Hyuga le llamo la atención, imaginaba que así como su abuela, la de Silas sería igual linda y amable....

Lo primero que vio al llegar a la entrada del departamento de Silas fue a una mujer de ojos azules y cabello recogido en una trenza pero ya cano... Y de seria mirada. Razón por la que el niño bajo la mirada apenado.

— Ya estoy aquí...— Silas evidentemente era más alto que su abuela, la había abrazado para ver a Hyuga.— Te presentó a alguien.

Hyuga con timidez levantó la cabeza para verla, donde la mujer tuvo interés en su mirada.

— Es el niño que salvaste.— Enseguida esa seriedad se esfumó, pues sonrió al acercarse y darle un beso en la mejilla.

— Si abuela...— Aunque eso avergonzó a su nieto.

— Mucho gusto.— Hyuga sonrió.

— Con razón esos ojos te gustaron hace años... tienes una mirada muy linda.

Ese último comentario había avergozado aún más a Silas y eso sorprendió a Hyuga.... El ya se estaba enamorando del mayor, pero... ¿el podría sentir lo mismo?

Hyuga paso un momento lindo en compañía de Silas y de su abuela y también conociendo un poco más de él...

— ¿Cómo volvieron a verse?.— Sonrió la señora Karlisle, pese a que ya sabía.

— Abuela...— Murmuro el peliverde pidiendo no siguiera con eso.

— Bueno, mi mamá al parecer le tiro la comida encima.— Hyuga comento con calma.— Y de ahí, supe que Silas... fue quién me salvo cuando era niño.

— Eso es muy lindo.— Sonrió ella.— ¿Sabías que hay personas que están destinadas aún antes de encontrarse?

La mirada de Silas delataba su vergüenza, pero Hyuga en cambio mostraba curiosidad en saber.

— Cuando las personas están destinadas, hay un hilo rojo que les une aún cuando no se conocen.— Sonrió.

— ¿Un hilo?.— Parpadeo curioso.

— Está atado al dedo meñique.— La abuela le había mostrado su propio dedo.

— ¿En serio?.— Hyuga se vio su dedito y lo movió.

Silas en cambio estaba viéndo al menor, se veía lindo con esa inocencia y curiosidad propia de él.

— No importa cuan lejos este, o se anude o se tuerza, este no se rompe jamás....— Le termino por explicar.— Y aunque a veces se tarde, la persona indicada siempre llega.

— ¿Cómo sabe uno cuando es real?

Ante esa pregunta Silas había volteado a ver a Hyuga, pues el también se había hecho esa misma pregunta tiempo atrás.

— El corazón lo sabrá... cuando menos lo esperes, tu corazón te lo dirá.

Ante eso Hyuga sonrió felizmente por eso... Tal vez con Free no había sentido lo que estaba sintiendo por Silas, pero, era un sentimiento extraño y especial que no habia experimentado nunca antes. Y ahora que la abuela Karlisle le había contado esa historia, más seguro estaba de sus sentimientos.

— Vamos Hyuga te llevaré a casa.

— Rayos ya es tarde...— Debido a ello Hyuga se levantó y tomo su mochila y asintió.— ¿Abuelita vendrás más seguido?

— ¿Cómo que "abuelita"?.— Silas se sorprendió por la rápida manera a su parecer de tomar confianza. Ni siquiera Rantaro se había tomado esa confianza en su momento.

Pero eso no le molestó a su abuela al contrario, había reído levemente pues Hyuga también le había generado cariño y no le molestó que le dijera así.

— Me voy a quedar un par de semanas, pero en otro sitio porque conozco a mi nieto.— Sonrió la anciana.— Pero ven a visitarme aquí siempre que quieras.

— ¡Lo haré!.— Hyuga le dio un beso de despedida en la mejilla y Silas lo jalo del saco de su uniforme.

Eso le hizo sonreír a su abuela, ya podía entender que Silas había encontrado a la persona correcta. Aunque su nieto todavía no viera eso tan obvio.

De camino a casa en el auto, no dijeron mucho por unos minutos, fue Hyuga quién rompió el silencio.

— Tu abuela es muy linda.— Había sonreído.

— Note que le tomaste mucha confianza enseguida.— Se burló mientras iba conduciendo.

— Eh...— Había reído avergozado pero con timidez prosiguió.— ¿Te puedo preguntar algo?

— ¿Que cosa pelo de bambú?

— ¿A ti te gustó mi mirada cuando era pequeño?.— Hyuga se sonrojo.

Silas no dijo nada, siguió manejando sin hablar, eso no fue una buena señal para Hyuga quién se desánimo para seguir viendo por la ventanilla.

Habían llegado a la casa del pelirojo y Hyuga se desabrochó el cinturón, como ya no dijeron nada entre ellos asumió que Silas no quería hablar ya.

— Gracias por traerme, creo que nos veremos después.

Ya se iba a bajar del auto pero Silas lo detuvo de la muñeca haciendo que volteara.

— Espera, Hyuga.

La mirada del mayor intrigó más al oji rosa.

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CONTINUARÁ
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Chanchanchan owo
Falta que Silas le diga que no e.e okno además ya Hyuga tiene la bendición de la abuela y Silas la de sus suegros xD okya.
Gracias por leer 😊❤️ y nos leemos pronto 😊❤️