Se sentía feliz de tener la confianza del menor como para dejarlo entrar a su casa en realidad, quería imaginar que tendría mas oportunidades de esa manera pero no quería hacerse ilusiones al mismo tiempo. Aunque la verdad se había hecho una gran ilusión desde la primera vez que lo había visto así que no sabía de que se quejaba en realidad.

   —Por dentro es aún más hermosa...— comentó Ink, mientras le sonreía de manera leve a su contrario. Provocando que este se ruborizara de forma leve al notar la sonrisa de él.

   —Uh... Gracias, creo...— Respondió al instante, acomodando sus lentes por el puente mientras se agachaba a recoger algunos de los papeles que tiraba cuando una ecuación no le salía bien. Estaba algo avergonzado por eso, así que decidió disculparse con su contrario al instante, a quién no le importaba mucho en realidad —Podemos comer aquí en la sala, o en el comedor...

   —¡Creo que en la sala está bien! ¿a ti te parece?

   —Sí...— Respondió, mientras le devolvía la sonrisa de igual forma para irse por unos segundos trayendo una pequeña mesita que siempre usaba. Nunca comía en el comedor de la cocina en realidad pues no le veía la gracia, prefería comer mientras veía la televisión para no sentirse tan solo.

   —¿Qué te gusta ver?...

   —Generalmente veo documentales sobre animales, pero podemos ver otra cosa si lo deseas...

   —¡Está bien! En realidad me gustaría conocerte más a ti que a mí...