Le alegraban mucho sus días de descanso, pero ahora le ponían algo triste al darse cuenta de que no podía ver a la persona que (tal vez) le estaba gustando. Al mismo tiempo solo pensaba que era porque era muy lindo, pero después recordaba su sonrisa y todo lo lindo que tenía y sus mejillas se ponían rojas de tan solo pensarlo.

Cómo quiera, un chico tan lindo como él de seguro ya tenía novio. Así que no valía le pena. Seguiría enamorándose en silencio cuando ni siquiera le había dirigido nada la palabra, solo cuando iba a pagar, y tampoco sabía su número o donde vivía. Alguien como él no merece a alguien tan hermoso a su lado. Lo seguiría amando y adorando en silencio hasta que tuviera el valor de preguntarle si quería salir con él.

Ahora se encontraba en casa, mirando una película en la televisión. Sentado en el sillón mientras comía sopa maruchan de camarón con limón. De sus favoritas. Su vida era muy tranquila en realidad, su hermano mayor Zephyr lo visitaba pero solamente era de vez en cuando. No cada día.

Suspiro.

Dejando el pequeño bote con la sopa en una pequeña mesita para cobijarse con su cobija.

¿Cómo sería compartir una casa con alguien que amas?