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Capítulo 5

-Comenzaremos sencillo- dijo mientras se sacaba su abrigo. Llevaba unos pantalones holgados y una remera negra que se pegaba a su cuerpo tonificado por dentro de su pantalón.

- Mientras no me mates- dije con burla. Me quite mis zapatillas y el buzo, por suerte estaba vestida cómoda.

- Por ahora- dijo burlón- aviso que no me contendre mucho- suspiré y asentí.

- Bien- me coloque en posición de pelea. Este soltó una risita. No tardamos en empezar.

Él comenzó atacando, admito que el no haber entrenado hace tiempo hizo que logrará darme muchos golpes, sólo esquivaba sus ataques.

Nos íbamos desplazando por todo el lugar, era difícil y los golpes no eran suaves. Comencé a ver el patrón de pelea, por lo que en un punto me giré con la pierna en alto para golpearlo, pero antes de tocar su rostro, detuvo mi pierna con una de sus manos.

- Sabes que así no lograrás golpearme- dijo con burla y una sonrisa socarrona.

- Tal vez no hoy- respondí divertida, y aprovechando que sostenía mi tobillo, salte hacia arriba y me sale de su agarre, caí detrás suyo y volví a atacar.

Ahora él esquivaba mientras yo atacaba. Fue divertido, entre bromas y comentarios fuera de lugar, sus provocaciones y chistes hacia un ambiente tranquilo.

Al no tener su infinito activo, los golpes le llegaban, no eran mucho pero al menos llegaba a tocarlo y dejarme a mi con la posibilidad.

Me deslice entre sus piernas por el suelo y lo desestabilice haciendo que callera al suelo, solté una risita mientras me colocaba arriba suyo, sentada en su estómago.

- ¿Que pasó Gojo Satoru?- pregunte con diversión- una simple hechicera logro tirarte al suelo.

- Te dejé hacerlo- respondió con una sonrisa. Noté su vista recorriendo todo mi cuerpo.

- Buena vista- dije de forma provocativa. Lo habíamos estado haciendo a lo largo de la pelea, los comentarios y la tensión entre ambos.

- Hay una que es mejor- respondió. No sé en qué momento me había dado vuelta dejándome ahora a mí en el suelo.

Con una de sus manos sostenía las mías arriba de mi cabeza, mi espalda pegada al suelo con fuerza, estaba entre sus piernas mientras me miraba con superioridad.

- Sin duda gana todas las vistas- dijo divertido.

- Me contaron algunas cosas de ti que pasaron en Shibuya- dije mirándolo. Soltó una risita.

- ¿Que, si se puede saber?- sus ojos me miraban divertido y con un brillo extraño. El escalofrío que recorrió mi espalda fue demasiado. Mi cuerpo estaba alerta y él lo noto.

- Sobre una faceta tuya que no se conocía- murmuré. Ensanchó su sonrisa y se acercó más a mi, con su otra manos, recorrió mi cuello y lo apretó un poco.

- Tal vez algún día puedas ver esa faceta- dijo de forma provocadora- aunque, en otros ámbitos puedo ser un poco más psicópata.

- No gracias, aún quiero vivir- respondí. Este río y se separó de mi.

- Vivirás- asintió- pero no creo que sentirás tus piernas por un mes- respondió.

- Como si algún día aceptará acostarme contigo- fruncí el ceño. Tomé su mano que me atendió para levantarme.

- Bueno, lo intenté- alzó los hombros y sonrió.

- Vaya, si que fue una pelea intensa- ambos miramos hacia la entrada donde Mei Mei comenzó a acercarse con Shoko y Utahime.

- Hola- saludé.

- Admito que me hicieron recordar al pasado- dijo la médica. Solté una risita y golpee a Satoru en el hombro, este se quejó.

- ¿Que cosa de todo?- pregunte divertida mientras me acercaba a las tres.

- Cuando entrenaban juntos y siempre se notó esa tensión entre ustedes- respondió Mei con una sonrisa divertida mirándonos a los dos.

- Pero que siempre lo rechazaste- dijo Utahime y me abrazó llevándome con ella- que no te entre lo tonto.

- ¿Hace cuánto están viendo?- pregunte devolviendo el gesto a la contraria.

- Desde que sentimos sus auras- contesto Shoko- y no somos los únicos espectadores- señaló hacia una dirección donde podía verse a los más jóvenes.

Estos al ver que nuestras miradas fueron a ellos se ocultaron y algunos se alejaron. Solté una risita por eso.

- Controla a tus alumnos Gojo sensei- le dije divertida al albino. Este me volteo a ver cuándo lo llame de esa forma.

- Quiero que pruebes el ser profesora antes de decir eso- dijo como queja- aunque no me molesta que me llames de esa forma- me guiño un ojo.

- Bueno, hay que ir a cenar- voltee a ver a Mei.

- ¿Que?- pregunte.

- Estuvieron todo el día luchando- explico simple- por eso interrumpimos.

- Vaya- murmuré y suspiré- el tiempo pasó más rápido de lo que esperaba.

- Estaban tan inmersos en ustedes que no se dieron cuenta de alrededor- dijo Shoko.

- Bien, entonces hay que ir a cenar- dijo el albino con alegría, todos salimos detrás suyo para ir al comedor.

Los que estábamos, luego de dar las gracias a la mujer de la cocina, la pasamos bien. La cena fue entretenida, los chicos se presentaron ante mi y fue tranquilo.

Unas horas despues, ya me encontraba bañada y lista para acostarme a dormir. Cerré los ojos y dejé que me invadiera el cansancio.

Todos los viajes, las vidas que salvas, se paga el precio

Me desperté de golpe. Tomé mi cabeza entre mis manos. Suspiré y miré el horario, las tres de la mañana, me levanté y camine hacia la salida de mi cuarto.

Caminé por los pasillos, me hacía recordar a la escuela, cuando no podía dormir y caminaba para despejarme.

Fui a la cocina donde tomé un vaso de agua y una vez termine de beber, lo deje en la mesada pero este callo al suelo y se rompió en varios pedazos.

- Mierda- dije para mí. Me agaché a juntar los trozos de vidrio, pero me corté a lo que mire mi mano con mi sangre- una vida por una vida- dije en un susurro.

- ¿Estas bien?- voltee a ver a Satoru quien entró- escuché un ruido y...

- ¿Que haces despierto?- pregunte. No era necesario que lo contestará, ya lo sabía- deberías descansar.

- Sabes que no puedo- dijo. Baje la vista a los vidrios en el suelo. Extendí mi mano.

- Ritual de dominio dirigido- dije. Un aura marrón cubrió la zona indicada, enseguida comenzó a verse como el vaso se iba armando, paro antes de que tocará el suelo.

Lo tome en mis manos y lo dejé en la mesada. Estaba intacto, como si nunca se hubiera roto.

- Siempre me fascinó ver eso- su comentario me hizo reír.

- Ve a dormir- tomé una servilleta y limpie la sangre- yo estaré despierta.

- Aunque quisiera dormir, no puedo.

- ¿Pesadillas?- pregunte tranquila.

- Todo el tiempo.

- Colocaré un bucle- dije tranquila- no pasarán, de hecho, estarán más tiempo de lo que piensan, y las maldiciones no podrán pasar.

- Tn...

- Lo digo enserio Satoru, descansa- palmee su hombro.

- Pero tú...

- Yo ya descanse por siete años- dije obvia- tranquilo.

-Nos vemos mañana- saludo- gracias.

Asentí. Era de las pocas técnicas que aún seguía usando al pasar los años. Suspiré y me levanté para colocar e bucle.

Me estaba muriendo, nadie lo sabía, y los que si no les importaba, menos a mí


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