-el solitario lobo gris!.

-el señor de las flores!.

-el caballero sangre escarlata!.

Bebió su té con tranquilidad mientras escuchaba las voces de las damas que peleaban por elegir al caballero más apuesto de la sociedad.

Athanasia sonrió con una gotita buscando ayuda en su amiga oji esmerlada.

-Lady Alfierce -una sirvienta se acercó a las damas que dejaron de hablar -su majestad desea hablar con usted.

La rubia apretó sus labios para luego sonreírle a las damas.

-espero que su reunión sea próspera, fue un gusto charlar con ustedes -se levantó sonriendo brillante ante la cara desesperada de la princesa -gloria y bendiciones su alteza imperial.

Hizo una reverencia para luego irse seguida de la sirvienta.

-Lady Alfierce es tan hermosa y elegante -dijo una dama viendo sonrojada el aura celestial que rodeaba a la rubia a medida que se iba.

-de seguro el duque Jarvis se enamoró a primera vista de Lady Alfierce!, los dos hacen una hermosa pareja.

-Lady Alfierce es muy famosa en los círculos sociales, dicen que conoce a la realeza de los ex reinos.

-Lady Margarita, sabe a qué lugares viajo su prima?.

Las damas de la sociedad sabían que Adara se había ido de viaje con la condesa Yedith y todas se habían quedado encantadas ante ese dato.
Era el sueño de muchas mujeres recorrer el imperio y conocer a la realeza de los ex reinos.

-Adara ha recorrido la mayoría de los países, creo que conoce al príncipe de Arlanta -contestó la peli marrón quedándose pensativa.

Eso hizo emocionar más a las damas.

Por más que sean ex reinos por educación seguían llamando príncipes o princesas a los futuros líderes de los países del imperio.

-"Adara es muy admirada entre las damas de la sociedad" -sonrió divertida la princesa.

Aunque ella lo entendía, su amiga era hermosa, astuta y tenía un gran control en sus manos.
No solo por pertenecer al ducado más importante y ser la futura matriarca de otro ducado importante.
Sino porque tenía el apoyo de varias casas, fue instruida por dos duquesas influyentes desde pequeña. Quienes la guiaron y ayudaron en los círculos sociales.

El recorrer varios países la ayudó a relacionarse con varias personas y ganar influencia social y política.

Era una dama que no necesitaba depender del poder de un hombre para ser independiente y liderar a los de a su alrededor.

Ella adoptó y tomó consejos, inteligencia, astucia y actos de las personas a su alrededor construyendo poco a poco su propio escuadrón.
Sus propias espadas y escudos.

Sin la necesidad de casarse ella era una dama influyente y poderosa en la sociedad.

Por eso era tan admirada y codiciada por las damas.

-"Ada es muy famosa y admirada...incluso es cercana a la princesa y al emperador" -la oji celeste tocó con suavidad el anillo en su mano mirando por donde se fue su prima.

Ella siempre miro desde lejos a su prima.
Ser amada, admirada, elogiada.

Ella siempre se mantuvo en las sombras mientras su prima brillaba con fuerza.

A ella siempre le dijeron que era el tesoro del ducado Alfierce, sus tíos siempre le dieron lo mejor ya que era su tesoro.
Pero...el verdadero tesoro del ducado era Adara.

Su tío.
Sus tías.
Kiel.
Los sirvientes.
El pueblo.
La princesa.

El emperador.

Todos adoraban a Adara.

Por qué nadie la adoraba a ella?.

'-Jenny!'.

Esa sonrisa brillante y esos bellos ojos esmeralda que la recibían con los brazos abiertos.
Esos brazos que la rodeaban con calidez cuando dormían juntas porque había una tormenta la cual le daba miedo en las noches.

Bajo sus ojos a su regazo mirando su anillo.

Cuando se revele su secreto, sería tan amada y admirada como Adara?.

-aún eres joven.

Siguió sonriendo a pesar de las insistentes del emperador ante ella.

-elegí cuidadosamente a mi futuro esposo y confío en mi juicio.

Claude la miro por unos segundos y luego miro para otro lado moviendo el borde de sus labios.

Esa joven era terca.

-"en serio está interesado en mí?, hay mujeres mucho más bellas y poderosas que yo, ni siquiera le puedo beneficiar en algo y tengo la misma edad que su hija".

Ese interés le estaba dando miedo y curiosidad.

No negaba que el emperador era alguien atractivo pero no estaba en sus planes ser esposa de alguien tan importante.

Tampoco planeaba ser la madrastra de su amiga, quien tenía su misma edad.

-su majestad, si ya no requiere mi presencia volveré al lado de su alteza -se levantó de su asiento dispuesta a irse.

Pero el emperador se levantó con ella.

-sígueme.

Parpadeo curiosa viéndolo salir de la sala, suspiro levemente.

Jamás podría prevenir los siguientes movimientos del emperador.

Pero debía de estar atenta, era extraño que el emperador no haya actuado contra su prometido pero el que esté tan tranquilo la ponía más nerviosa.

El camino fue en silencio, habían salido del palacio garnet hasta llegar al lado este del palacio del emperador.

Allí estaba el palacio Topaz, un palacio abandonado desde hace siglos.

-su majestad? -lo miro curiosa al llegar a ese lugar.

-este palacio fue utilizado por las mujeres más influyentes de la sociedad y que fueron bendecidas con un mana especial.

El rubio volvió a mirarla e hizo aparecer una llave plateada con una pequeña joya topacio imperial.

-a futuro tal vez debas aprender a controlar el poder que te fue dado, ven a este lugar, el palacio Topaz te pertenece.

La rubia abrió su boca incrédula y luego lo miro alarmada.

-su majestad no puedo aceptarlo, ese palacio es muy valioso, debe ser entregado a su alteza, no a una persona que no pertenece a la realeza.

-ya eres parte de la realeza, eres importante para Athanasia, solo tú puedes ser la guardiana y propietaria de este palacio.

Adara lo miro sorprendida y nerviosa mirando la llave para luego mirar al palacio tras suyo.

Ese era el palacio más importante luego del garnet y esmeralda.
Allí solo residían las mujeres más influyentes y bendecidas con un gran mana en la realeza.

Claude al ver su temor, agarró su mano y dejó la llave en ella para luego hacer que cierre su mano.

-acéptalo como regalo por tu debut.

-"esto ni siquiera se puede considerar un regalo!" -si no estuviera frente a él ya estaría llorando del miedo y el shock.

-tal vez puedas sentirlo, el mana que reside aquí es mana de Aurbis, todas las propietarias de este palacio tenían algo de ese mana, por eso, tú eres la única que puede ser su propietaria.

Adara sostuvo la llave entre sus manos y luego miro el leve brillo dorado que bailaba alrededor del palacio.
Solo ella podía verlo.

Ahora lo recordaba, los magos de otras torres hablaron de un palacio que tenía algo del mana de Aurbis, pero éste jamás pudo ser invadido por algún mago ya que había algo que lo protegía cuando una persona entraba al palacio con malas intenciones o trataba de absorber algo del mana que rondaba por allí.

Ojalá que ese suceso no salga de ese lugar y que nadie se entere del valioso regalo que le dio el emperador.

-jamás estuve aquí, es increíble, parece hecho de oro y se mantiene muy bien a pesar de que ha estado deshabitado por tanto tiempo.

La princesa recorría cada esquina de la sala del palacio.

Fue una incrédula al pensar que la noticia sobre regalo del emperador no se iba a extender.

Cuando volvió a la reunión de la princesa una dama había visto la llave del palacio y a pesar de que trató de inventar una mentira la princesa la había descubierto.

'-papá te obsequió el palacio Topaz?!'.

Lo había gritado a los cuatro vientos y mientras ella quería que la tierra la tragará las damas empezaron a invadirla con millones de preguntas incluida la princesa.

Luego de 2 días toda la sociedad sabía sobre lo sucedido, las damas eran muy chismosas cuando querían.

Su padre...se había desmayado cuando se enteró.

Su madre simplemente se quedó mirando a la nada en shock sin saber si gritar de horror o alegría.

Kiel la consoló y trató de hacerle ver el lado positivo.

Y su tía...festejaba por la suerte de su hermosa sobrina.

Pero, Jeanette se notaba afectaba por lo sucedido. La había felicitado por lo sucedido pero se notaba triste.

-el mana de Aurbis es leve pero poderoso -Lucas también estaba allí.

Luego de que las puertas fueran abiertas por Adara, sirvientas fueron tras ellos para verificar si el palacio necesitaba de alguna limpieza.
Sorprendentemente el palacio estaba intacto y muy limpio.

El emperador había enviado sirvientas y guardias para que atiendan y custodien el palacio.

-"papá de en serio quiere que Adara venga a vivir aquí, ese hombre es muy notorio cuando intenta conquistar a alguien" -suspiro ante la poca sutileza de su padre mientras comía algo de pastel.

Luego miro a su amiga rubia que estaba leyendo.

Eso era lo negativo de que le hayan regalado el palacio Topaz.

Allí había mucha información sobre Aurbis, de seguro Adara y Lucas estarían por horas leyendo todo lo que había en ese palacio.

Los magos de la torre y magos de otros lados iban a querer ingresar a ese lugar.

De tan solo pensarlo le daba dolor de cabeza.

Pobre Ada.

Antes de que ella abriera las puertas del palacio nadie más había podido ingresar a esa cueva bañada en oro Aurbis y que escondía gran información.

-tienes en tus manos la mismísima sangre dorada de los dioses -se burló Lucas mirando a la oji esmeralda que sonrió de lado aún leyendo los papeles ante ella.

-te dejaré leer todo lo que quieras, siempre y cuando no permitas que la basura ensucie el palacio.

-...déjame quedarme aún cuando no estás aquí y cierro el trato.

-bien.

El mago sonrió satisfecho sabiendo que si obtenía el permiso de la propietaria el palacio no iba a mandarlo a volar con su poder.

Parece que el rumor sobre que el palacio Topaz tenía consciencia propia, era verdad.

Athy miro con una mueca la interacción "inocente" de sus amigos.

A veces le daba miedo cuando esos dos se reunían y empezaban a hablar en códigos.

-ahora que tienes este palacio en tus manos puedes venir a quedarte a dormir cuando lo desees Ada, será divertido hacer una pijamada! -habló alegré la princesa ignorando la mueca que hizo la rubia.

Lucas se acomodó en el sofá viendo divertido a las dos rubias.

La princesa ni siquiera se daba cuenta que Adara había aceptado ese regalo por conveniencia y no porque quisiera.

Si había algo que compartía con sus padres, era que prefería mudarse al otro extremo del continente antes que relacionarse con la realeza imperial.

-entonces me permite traer a alguien de mi círculo familiar? -sonrió de manera brillante dándole escalofríos a la princesa.

'No digas estupideces o haré que te arrepientas'.

Hizo un puchero esquivando los brillos que desprendía la sonrisa de la rubia oji esmeralda.

-"escupeme, golpeame y pisame pero no traigas a un pavo a nuestras reuniones".

Prefirió callarse y seguir comiendo dulces antes de que su querida amiga la agregué a su lista de "personas que debo castigar de forma amable en algún futuro no muy lejano".

La noche había llegado y con ello el frío, desde hace un tiempo la brisa nocturna hacía saber que el invierno se avecinaba.

Un par de ojos cerúleo brillaron en la oscuridad de la habitación.

-"siempre fui tan envidiosa de Ada?".

Ellas siempre fueron unidas, dormían juntas, jugaban, plantaban, cuidaban de las flores, estudiaban, charlaban.

Eran como hermanas, mejores amigas, confidentes, eran muy unidas.

Cuándo fue que se empezaron a alejar y ella empezó a verse en las sombras de Adara.

Cuando su prima se fue de la ciudad imperial para viajar con su tía?, cuando fue reconocida por la sociedad?, cuando fue solicitada para ver al emperador y a la princesa?, cuando empezó a ser cercana a la realeza?, cuando destacó tanto que la nombraron "rosa dorada" del imperio?.

Cuándo fue que empezó a sentir celos y envidia de su amada prima.

Ada siempre fue un sol, tan brillante y cegadora.
Pero tan astuta y poderosa como el fuego.

La admiraba y envidiaba.

Y...le dolía.

Porque aún cuando ella la envidiaba, su prima le seguía sonriendo con sinceridad y amor, e incluso la recibía con los brazos abiertos cuando otros no lo hacían.

Adara siempre fue la inteligente, amable, comprensiva, radiante.
Desde niña era tímida, sensible y enfermiza, aún siendo enfermiza capturó la atención del emperador y él le regaló un libro.
Luego de esa desaparición ella volvió más fuerte que nunca y todo empezó a cambiar.

Parecía haber sigo tocada por los rayos sagrados del sol.

-Ada -susurro con tristeza.

Odiaba sentirse así, odiaba no poder ser quien era, odiaba no poder ser como su prima.

La odiaba pero...la amaba y quería que ese sol solo la ilumine a ella.

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-"esto no puede estar pasando!, sabía que esto pasaría pero jamás pensé que se atrevería a hacerlo, le entregó el palacio más importante de todos, el palacio que ni siquiera las emperatrices más favorecidas pudieron tener en sus manos".

El duque caminó de un lado a otro en su oficina recordando cuando su hija le mostró la llave del palacio Topaz.

Luego de eso no supo nada más ya que se desmayó.

Un evento vergonzoso que quería olvidar pero su querida cuñada se lo recordaba cada vez que lo veía.

Nadie sabía por qué era tan importante ese palacio, solo sabían que una persona normal no podía entrar a él y que había algo especial en su interior.

Si Adara pudo ingresar quería decir que era especial.

Pero qué tan especial era como para capturar la atención del emperador más frío del imperio.

-"cálmate Roger, de seguro solo se lo regaló porque vio que era ese tipo de persona especial que podía ingresar al palacio Topaz, sí de seguro es eso, es para beneficio propio, no lo hizo por otros motivos".

Otro lado de su cerebro le quería dar una golpiza por los pensamientos ineptos que estaba teniendo al no querer aceptar la realidad.

Pero qué podía hacer?!

Su pequeña, su niña, su bebé había capturado la atención del hombre más poderoso y gélido del imperio.

Y lo peor de todo, es que no podía hacer nada para alejarla o su cabeza y la de su familia adornaria las puertas del Palacio Real.

Estábamos hablando de ir en contra de la máxima autoridad del imperio.

Suspiro pesadamente mientras se sentaba y frotaba su frente.

Por primera vez le rezaria a todo lo divino del mundo para que su hija pueda ser feliz y amada de cualquier forma posible.

No quería que Adara se involucre con la realeza porque sabía cómo iban a terminar si sus planes funcionaban, y al mismo tiempo no deseaba que ella descubra sus verdaderos orígenes.

Ella siempre sería una Alfierce sin importar sus genes.

Era su hija, era Adara Alfierce.

Pero, si nada resultaba como lo planeaba, de una forma u otra solo quería que su hija sea feliz y cumpla sus sueños.

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Un suspiro escapó de los labios del futuro duque.

A pesar de que trataba de ser positivo y contener a su hermana, él estaba preocupado.

El emperador puso sus ojos en su hermana menor pero nadie sabía qué lugar le daría, si es que Adara aceptaba su conquista.

Emperatriz, reina, concubina.

No quería que su hermana sufra, sabía que ella era inteligente pero muy en el fondo seguía siendo esa niña tímida y temerosa que siempre fue.

Lo podía ver, era su hermano después de todo.

Eran familia.

Ambos crecieron juntos y ambos podían saber cuando el otro mentía, estaba preocupado o algo le daba temor.

Simplemente quería que su hermana sea feliz.

Y haría lo que sea para que ella lo sea.

Incluso si debía de ir en contra del imperio o...de su Ángel, lo haría.

Adara era su amor infantil y su hermana menor.

Por más codicia y orgullo, para el ducado Alfierce siempre existió un lema con el que estaban de acuerdo y llevaban grabado en el corazón.

'La familia es primero'.

-quiero ver unos lazos de una tienda cercana.

-escuché que son muy hermosos.

-deberíamos apurarnos, ya está por terminar el horario que tienes permitido salir.

El oji ámbar ayudó a su hermana a levantarse y luego a su prima que le sonrió amable.

Los dos Alfierce y la Margarita salieron del restaurante ante la mirada de una rubia y un azabache.

-...pensé que Ada iba a salir con su prometido -susurro mirando por la ventana a su amiga irse.

-deja de ser tan protectora con ella, ya es grande y sabe cuidarse -se burló Lucas al ver los celos de la princesa.

Todo había empezado cuando Adara comentó que saldría al pueblo en la mañana y que por eso no se iba a poder reunir con la princesa.

La cual arrastró a Lucas con ella para ver con quién iba a salir su amiga para cancelar su reunión.

La princesa era una amiga algo posesiva.

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-es allí -miro la tienda que señaló su prima pero luego se quedó parada mirando hacia uno de los callejones.

Kiel se había detenido igual que su hermana pero su vista estaba fija en una tienda de pájaros.

Ambos hermanos partieron hacia diferentes lados dejando sola a la peli marrón.

La rubia caminó hasta adentrarse al callejón y alejarse un poco del lugar.

La persona encapuchada se había acercado a un caballo.

Al ver su aura estrechó sus ojos y luego sonrió de lado.

Una nueva oportunidad de tener un escudo se presentaba.

-no está algo lejos de su hogar?.

Su voz detuvo las acciones de la persona, que siguió dándole la espalda.

-es extraño ver a un extranjero pasear con tanta libertad en tierras lejanas.

Entrelazo sus manos a la altura de su estómago acercándose a la persona.

-debería informarle a los caballeros sobre su visita inesperada?.

La persona se mantuvo en silencio mientras apretó un poco las cuerdas del caballo.

-...me sorprende que alguien de su rango no sea cortés con una dama, acaso es mudo...su majestad?.

Miro divertida los hombros tensos del hombre ante ella.

El hombre se dio la vuelta y se mostró sorprendido al verla.

-...es curioso que una Lady de su edad me reconozca.

-gracias por el halago, he estudiado mucho sobre los extranjeros, es un honor conocerlo su majestad, Erudian Belgoat.

-diría lo mismo si supiera su nombre, Lady.

Sus ojos esmeralda destellaron al ver los ojos rubi del hombre ante ella.

Quién imaginaría que sin la necesidad de viajar iba a conocer a la realeza extranjera.

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El papucho de Erudian hace presencia bbs~ uwu

Tal vez a futuro aparezcan más~.