Aunque la canción sonaba, y el baile seguía, no todos estaban muy cómodos, pero tampoco podían hacer mucho, no se atrevían a mirarse a los ojos, quizás porque ninguno de los dos se dan cuenta que los dos sentían algo, y quizás la vergüenza les llegaba a esos momentos, como aquel bello vals, más aún cuando todos debían bailar y solo ellos dos quedaron de ultimo y sin pareja viéndose obligados a bailar juntos.

Ninguno de los dos se daba cuenta que el silencia se rompía con el sonido del violín que les indicaba como bailar. Quizás fue su suerte de ambos, pero los dos terminaron un poco mas pegados para dar una vuelta porque dos parejas habían hecho de los dos terminarán bailando juntos en un espacio un poco reducido.

Pero en ese baile debían de mirarse al rostro y lo sabían, cuando los dos se encontraron mirándose frente a frente, uno le miraba a los ojos y el otro igual, no podía apartar la mirada, quizás no se daban cuenta, pero se habían relajado y también se habían sentido como si todo se hubiera puesto en negro y solo una luz les reflejaba a los dos, como si fueran los únicos en aquel lugar. Tiempo para sentir, y decir sin hablar.