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82.

Hace dos años aproximadamente...

Geno estaba despierto desde temprano, había algo que removia su interior con una extraña sensación, una emoción por la fecha que nunca pensó que sería tan importante para él.

Llevaba un año conociendo a Blard, quien tristemente tuvo que trasnochar y partir de inmediato a buscar las reservas de comida semanal.

Intentó ver lo positivo, con ese tiempo podría pensar algo especial para él, pero apenas tenía posesiones y llevaba un mes recién viviendo en su universo, todo seguía siendo demasiado complejo, aún todos le trataran de maravilla.

Suspiró frustrado, llevaba horas buscando alguna forma de agradecer todo lo que había hecho por él, y por no obtener ninguna idea, se sintió mal, era increíble que todavía no sabía con seguridad qué le gustaría a su querido amigo.

— Buenas tardes, Geno. —Saludó de sorpresa el mayor, casi quitándole el alma por el susto, ganando una risa del mismo.

— ¡Ngh...! Tú quieres robarme el alma.

— Bueno, tú robaste mi corazón, estaríamos a mano.

— No tienes corazón, Blard.

— Por eso mismo. —Guiñó.

Geno rió algo avergonzado, pero no negó el beso en la frente del cual ya se acostumbró cada vez que Blard llegaba del trabajo.

Este se había quitado el gorro sentándose en el banquillo que habían trasladado al exterior de la tienda de ambos, a Geno le gustaba sentarse ahí en vez de pasar un tiempo con el pueblo, de apoco se uniría.

Quedaron en un silencio, Geno por un momento olvidó la razón de su preocupación, con ver al contrario sentía que lo demás no existía, y tener ese pensamiento le provocó un ligero rubor en sus pómulos. No podía creer lo meloso que se estaba volviendo por la culpa del adverso.

Blard bebía una botella de agua, respirando profundamente evidenciando su cansancio, fijo en la nada; Geno supo que estaba pensando en quién sabe qué.

Esperó un momento, pero pasado los cinco minutos, eternos para ambos, Blard puso su mano sobre la ajena, girando lentamente el rostro hacia el menor, en su rostro había una suave sonrisa, con una expresión amable y comprensiva.

— Hoy cumplimos un año desde que nos conocimos.

— Sí... Lo sé, no podía pasar por alto esta fecha.

— Heh, creía que saber ese dato sería demasiado.

— Para nada... Fue el inicio de muchos cambios en mi vida.

Blard amplió su sonrisa, girando más su torso para estar por completo atento al de bufanda, usando su otra mano para rozar delicadamente sus dedos sobre su mejilla; era un gesto muy relajante, a Geno comenzaba gustarle.

— Lo mismo debo decir, ese pequeño cambio de rutina resultó ser lo mejor que me haya pasado en la vida, porque te conocí a ti, el responsable de mis sonrisas tontas cada vez que trabajo, el responsable de que sienta el mundo de otra forma, el que provocó que mi rutina cambiara. —Tomó un breve silencio, aprovechando que Geno había quedado sin palabras— Geno, acabo de llegar de trabajar, pero quiero expresar el agradecimiento que quiero darte por ser a quien más quiero, a quien puedo decir que amo.

— Amar...

— No te puedes imaginar cuánto pensé para "celebrar" esta fecha, y solo pude pensar en un paso muy importante para nosotros, el cual hará que este día sea siempre especial todos los años... Solo depende de tu respuesta.

— Dilo de una vez... Me estás poniendo nervioso. —Rogó.

Geno tragó saliva, era de esperarse que Blard era muy directo cuando quería decir algo, pero no quitaba la impresión que le provocaba sus acciones. Tan caballeroso, educado y amable, usando sus encantos para que lo que dijera pareciera sacado de un poema.

— Pff... —No pudo evitar reír, negando con la cabeza— Geno, Llevamos un año conociéndonos, un mes viviendo juntos, y todavía falta mucho por conocernos al completo, pero ese tiempo que falta por vivir, quisiera vivirlo contigo a mi lado, como mi pareja, ¿aceptarías ser mi novio?

A cada palabra, Geno estaba más rojo por la felicidad, la vergüenza y la tristeza. Con esa pregunta final, pudo recordar que después de tanto mal que causó, había gente que lo amaba incluso siendo una falla y un deshecho del multiverso.

Blard lo amaba tal cual era.

Y Geno lo amaba también por igual.

Sin poder pronunciar palabra, el de bufanda asintió, inclinando su cabeza hasta la mano ajena cual persistía en acariciar su rostro. Blard hizo un gesto de alegría, antes de abrazar a quien era su pareja oficialmente.

Esa fecha jamás la olvidarian.

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