13.
Blard tenía un gusto de asustarlo abrazándolo por la espalda, en una casi había sido golpeado ganando risas por parte ajena, enojarse fue lo último que pudo hacer, cruzándose de brazos.
— No te enojes, solo fue un pequeño susto.
— Casi te golpeo, pero tengo ganas de hacerlo ahora mismo.
— Te avisaré entonces la próxima vez, ¿Te parece?
El menor le miró de reojo, la mirada ajena, su sonrisa y expresión le hacía difícil enojarse por más tiempo, suspiró rendido.
— Bien, bien, tú ganas.
Alzó ligeramente los brazos, siendo abrazado al instante por atrás otra vez, esta vez riendo y dándose un pequeño beso.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro