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43. Yoongi

Conocer al padre de Jimin fue algo que definitivamente no pude hacer, y no era porque hubiera escapado o algo por el estilo, simplemente una llamada fue la que dio prácticamente fin a la reunión familiar, el padre de Jimin se encontraba con unos asuntos de ultimo minuto, así que la reunión no podía hacerse sin él, aún así aquella mujer no dejaría que la comida se desperdicie, por lo que nos insistió en quedarnos para que la acompañemos.

El sonido de los cubiertos chocando con los platos hacía chirridos ligeros cada que el cuchillo pasaba por la carne, me encontraba sentado frente a Jimin, mientras que su madre se encontraba sentada justo a mi lado, parecía muy animada y llena de energía inclusive podía verla sonreír de vez en cuando mientras se dedicaba a masticar.

—Y dime, Yoongi —la mujer llamo mi atención mientras tomaba la copa de vino en su mano derecha—, ¿cómo conociste a mi mochi? —su voz era animada, curiosa y sumamente agradable, inclusive me hacía recordar a mi propia madre cuando le presente a Kihyun...

—Pues... —no pude evitar darle un vistazo a Jimin, quien parecía más concentrado llevando vegetales a su boca. No sé que decirle en realidad, porque la forma en la que nos conocimos pues era por el trabajo, pero esté hombre me había dejado muy claras sus intenciones después y... definitivamente mi encuentro con él no fue del todo romántico, en realidad me asusto, estaba nervioso y enojado, muy enojado. Quizás tarde un poco en contestar, porque la voz de Jimin no tardo en ser escuchada.

—Fue en el trabajo —Jimin dijo sin mirarnos—, Yoongi iba a pedir empleo en nuestra compañía, como diseñador de interiores para el nuevo edificio.

—¡Oh! —dijo su madre con leve sorpresa—. Eso es genial, me imagino que mi hijo te hizo la entrevista.

—En realidad fue Namjoon —comento Jimin de inmediato, elevo la mirada—. Yo solamente fui con él para pedirle que despidiera a mi asistente personal y que contratará a alguien más —sus ojos se dirigieron a mí—, y lo vi —se encogió de hombros—, supe de inmediato que es perfecto.

Sí... perfecto para tu sumiso. Eso sé que fue lo primero que se le cruzo por la cabeza cuando me vio, pero claro no lo dirá, ahora que lo pienso ¿su madre sabrá que Jimin...? Mire a la mujer que se veía encantada con las palabras de su hijo, no quizás no lo sepa.

—¡Vaya! —su comentario me tomo por sorpresa—. En verdad eres increíble, Yoongi —me regalo una radiante sonrisa—, sinceramente no sé como lo lograste, Jimin no es alguien que le llame mucho la atención otras personas —soltó un suave suspiro—, recuerdo cuando era más pequeño, casi siempre le rodean personas, y algunas querían inclusive salir con él, sobre todo cuando iba en primaria, amaban sus mejillas esponjosas.

—Mamá —dijo Jimin en advertencia alargando la ultima letra—, no hables sobre eso —y ahora, damas y caballeros... estaba sorprendido, porque por primera vez en todo lo que llevo a su lado lo vi sonrojarse, sus mejillas tenían un leve rubor, su ceño estaba fruncido ligeramente y en verdad, en verdad se veía totalmente apenado. Su madre no tardo en soltar una risa.

—No tienes de que avergonzarte, mochi —definitivamente su madre es la mejor de todas—, sólo eran mejillas esponjosas, además todos en la familia las aman.

—Yo no —Jimin soltó un suspiro—, sólo deja de hablarle a mi novio de esas cosas, ¿quieres?

Pero al parecer ni siquiera Park Jimin podía detener los comentarios de su propia madre, no podía dejar de verlo, Jimin siempre me ha demostrado una actitud llena de arrogancia, y sin temor a la vergüenza, pero cuando esta con su madre parece que el feroz tigre se convierte en un cachorro, quiero reírme, pero si lo hago es seguro que él va darme una advertencia. El hombre frente a mí sigue comiendo mientras espera y se asegura mentalmente de que su madre no vuelva a decir alguna tontería.

—Yoongi —la animada mujer volvió a hablarme y con gusto le preste atención—, dime algo, ¿cómo fue la primera impresión? —Jimin dejo de masticar cuando ella me pregunto aquello, quizás estaba más interesado de lo que aparentaba.

—Bueno —deje de mirarla, los recuerdos volvían a mi cabeza en imágenes aleatorias, el elevador, yo dentro de ese espacio diminuto, él deteniendo las puertas, nuestras miradas conectando... todo en aquel momento pareció haber ocurrido en cámara lenta—, a decir verdad, me intimido un poco... —solté una risa nerviosa.

—Descuida, es normal —dijo ella—, mi querido niño no tiene buen tacto cuando se trata de que alguien le gusta.

—¿Qué? —Jimin hablo, pero su madre no le dejo continuar.

—Igual que su padre —ella coloco su mano sobre mi hombro—, apuesto a que lo viste regañar a uno de sus empleados.

—Pues no se equivoca —ella soltó una pequeña risa ante mi comentario.

—Te paso igual que a mí —comento ella—, ¿sabes? Conocí al padre de Jimin debido a una cena a la que mi madre me obligo a asistir, el lugar era elegante y todo eso, pero sabía que estaría rodeada de personas a las que no conocería —hizo una breve pausa—, después de ser prácticamente arrastrada hacia aquel lugar, no quise ni siquiera comer, y claro mi madre trataba de presentarme ante los demás en la fiesta, pero era un tonto intento hasta que lo vi a él —ella soltó un suspiro—, admito que cuando lo vi pensé que sería un presumido, y lo era, en verdad lo era, la primera impresión siempre es la que cuenta, y él me dejo una muy mala —llevo la copa de vino a sus labios dándole un sorbo pequeño—, de hecho despidió a uno de sus empleados frente a mis narices solamente porque no le llevo el postre que quería con dos uvas, ¿puedes creerlo? —soltó un bufido—. Ni siquiera sé que hizo para que me enamorará de él, pero lo logró...

Esas ultimas palabras... no pude evitar mirar a Jimin. Tampoco yo sabía exactamente como llegué a tenerle cariño a ese hombre, tampoco supe que demonios me había pasado por la cabeza cuando acepte que él se apoderará de mi mente por completo, Jimin... a pesar de que me había dejado en claro que solamente sería un contrato para que él pudiera satisfacer sus deseos sexuales, eso no le impidió demostrarme con pequeños detalles la maravillosa persona que se esconde detrás de él, puede que desde un principio pensará que solamente se trataba de un tonto que cree que puede tenerlo todo, que inclusive solamente se trataba de un hombre sumamente arrogante que no le enseñaron que las personas son diferentes y que nunca se acoplarían a su placer, pero de alguna manera Jimin había logrado hacerme ver que no solamente le gusta dar órdenes, sino que también es comprensivo, que puede ser dulce cuando menos se lo propone, que jamás estaría dispuesto a soltar lo que más anhela y le gusta, que esta dispuesto a todo con tal de hacer permanecer a alguien a su lado, no sé como surgieron mis sentimientos hacia él, y no me interesa en realidad, lo amo y eso es lo que importa.

—Sí, al principio el me intimido un poco —comente y aparte mi mirada en cuanto sentí la mirada de Jimin sobre mí—, en realidad ni siquiera tuvo el tacto para hablarme —sé que me esta mirando, tengo su atención completa, y quiero que me escuche—, tampoco es como si me hubiera invitado a salir de una manera normal —sonreí levemente—, pero eso dejo de importarme cuando él comenzó a tratar conmigo, puede ser algo impulsivo, arrogante, un poco manipulador, mandón y controlador... —y está vez me atreví a mirarlo—, pero también es tierno, amable, un gran escucha, es sincero, seductor en momentos inesperados y es la persona que se ha robado mi corazón por completo...

Aquellos ojos suyos brillaban en demasía por mis palabras, pronto aquella mirada suya dejo de ser tan soportable, sentí como la vergüenza se apoderaba por completo de mi cuerpo, y sentí como mis mejillas poco a poco se iban calentando, jamás le había dicho esto a él... pero no podía mentir, no cuando él inclusive me ha dicho que me ama, puede que aún me sienta un poco triste por lo que paso hace meses, pero... eso no quita el hecho de que mi corazón le pertenece, es la verdad. Jimin se ha robado por completo todo mi ser.

—Awww —menciono aquella mujer haciéndome levantar la mirada—, en verdad que estás muy enamorado de mi pequeño mochi —ella no tardo en rodearme con sus brazos, abrí mis ojos con sorpresa por el repentino abrazo—, gracias por amarlo tanto, Yoongi...

—Mamá, déjalo —dijo Jimin y su madre no tardo en mirarlo.

—Y tú deja esos celos, niño.

Solté una suave risa ante ese comentario, definitivamente la madre de Jimin es encantadora.

Seguimos disfrutando de la comida, entre algunas platicas, la mayor parte de ellas dirigidas por la madre de Jimin, me hablo un poco de la familia, de los negocios y de su "pequeño mochi" algunas anécdotas divertidas, y yo estaba encantado de escucharla. Pronto la comida desapareció de los platos y cuando estuvimos completamente satisfechos, Jimin menciono que era hora de irnos. Su madre nos condujo hacia la puerta y me dio un nuevo abrazo como despedida e hizo lo mismo con Jimin.

—Vengan cuando quieran —dijo ella mientras nos regalaba una sonrisa.

—Eso haremos —menciono Jimin—, perdón por no quedarnos más tiempo, pero no quiero problemas, Yoongi tiene que regresar a casa.

—Entiendo, hijo —ella me dio una mirada—, gracias por amarlo, Yoongi —y miro a su hijo—, y a ti ni se te ocurra hacer una estupidez, por primera vez estoy aprobando algo que haces y que esta bien, así que no dejes que Yoongi se te vaya de las manos, ¿entendiste?

—No lo haré, mamá —sonrió hacia su madre—, descuida —sentí como su mano se colocaba por debajo de mi espalda en mi cintura, tomándola—, lo que menos quiero es que él se aparte de mí.

Y su madre aprobó eso, y claro que también yo. Y no es como si estuviera tan dispuesto a dejar ir a Jimin, no cuando lo estimo demasiado.

Su madre nos despidió de nuevo antes de cerrar la puerta, y Jimin y yo empezamos a caminar, la tarde había caído y pronto la noche sería la que reinaría en el cielo junto a las estrellas, caminábamos mientras Jimin parecía no querer soltarme en ese momento, pero ni siquiera estaba incomodo.

—Tu madre en verdad que es encantadora —comente para tratar de abrir una conversación con él.

—Lo es —dijo antes de soltar un suspiro—, pero le encanta avergonzarme —sonreí, era cierto—, supongo es lo normal, usualmente no se comporta así, ni siquiera con sus amigas, siempre ha sido una mujer seria y con alegría más suave, ahora mismo parecía más una adolescente...

—¿De verdad? —Jimin dio un asentimiento—. Supongo le emociono que vinieras y con pareja.

—Sí —él me miro de soslayo—, cuando le llame confirmando y diciéndole que llevaría a alguien se sorprendió, inclusive pensó que bromeaba, pero no... en verdad llevaba a alguien y cuando le dije quien eres, hizo una fiesta del otro lado de la línea.

Una suave risa escapo por su garganta.

—Ella dijo que jamás llevas a alguien.

—Sé que sabes que he tenido sumisos —di un asentimiento—, por lo tanto, jamás he tenido algo que fuera serio, ni un interés amoroso que quisiera traer a mi casa o presentárselo a mis padres, hasta ahora.

—En ese caso me alegra ser el primer interés amoroso que traes a tu casa.

—Primer y último, gatito —sus palabras me sorprendieron, mis labios se entreabrieron y mi corazón comenzó a latir con más rapidez al escucharlo—, ¿qué?

—¿Por qué d-dijiste eso?

—Min Yoongi —soltó el agarre en mi cintura mientras detenía sus pasos, y de igual forma yo también deje de caminar, se coloco frente a mí y me miro a los ojos—, allá adentro dijiste que te robe el corazón... y de una vez te digo que no pienso devolvértelo.

—Jimin...

—Quiero permanecer el resto de mi vida a tu lado —elevo un poco sus manos, mostrándome las palmas vacías, invitándome a colocar mis manos sobre las suyas—, todavía no tengo una argolla de compromiso —sentí un nudo en mi garganta ante sus palabras—, y sé que seguramente me mandarías muy lejos si te lo pido ahora, pero en verdad... —soltó un resoplido—, en verdad me encantaría que aceptases que me quede con tu corazón...

Las palabras se habían esfumado por completo de mi boca, quería decirle que sí, quería gritarle que podía tener mi corazón para toda su vida, que ahora solamente le pertenece a él y a nadie más, pero por alguna razón me había quedado mudo, nadie me había dicho esas palabras en mi vida, pero no tarde en sonreírle, eleve mis manos y las coloque justo sobre las suyas, sintiendo el calor ajeno, él no dudo en tomarlas con firmeza y cariño, y me sonrío, amaba esa sonrisa suya.

—Es tuyo —dije—, mi corazón es completamente tuyo, Jimin...

—Mi corazón también te pertenece, Yoongi.

Esas fueron las palabras más hermosas que escuche salir de sus labios.

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