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40. Jimin

Había una cosa que me encantaba más que cualquier juego lleno de sadomasoquismo, y eso era molestar a mi querido gatito. Yoongi soltó un quejido en cuanto mis brazos rodearon su cintura y le daba una leve mordida detrás de su cuello, no tardo en removerse de mi abrazo, mientras que sus manos daban alcance a mi cabeza, jalando levemente las hebras de mi cabello entre sus dedos haciéndome soltar una risa en un resoplido.

—¡Ya, Park! —me dijo mientras jalaba mi cabello tratando de hacer mi cabeza para atrás y así evitar que siguiera mordiéndolo—. Eres un pesado —mascullo con fastidio, relamí mis labios y sacudí mi cabeza para quitar sus manos, cosa que funciono.

—Oh, vamos, Min Yoongi —dije animado—, no tienes porque enfadarte conmigo, sólo quiero divertirme un poco, ¿tiene algo de malo?

Yoongi se giro sobre sus talones para encararme, su ceño estaba fruncido y esos hermosos ojos gatunos me miraban con falso enfado, sé que le gusta tener toda mi atención, no tiene porque mostrarse fastidiado al respecto, sonrió ligeramente mientras lo miro a los ojos. Habíamos decidido tomar una ducha juntos después de nuestro pequeño y maravilloso momento en la cama, pero claro no era como si para mí fuera suficiente ese momento, quería que Yoongi cediera un poco a que tuviéramos sexo de nuevo. Comencé por molestarlo, tocarlo un poco en su cuerpo mientras el agua caía encima de nosotros, besarlo en zonas que sabía era muy sensible, incluso intente hablarle suavemente para que accediera, pero a cambio había recibido pequeños golpes de su parte, dándome pequeños zapes con sus manos cada que yo intentaba tocarlo demás, habíamos terminado de ducharnos y él seguía a la defensiva.

¡Joder, Min Yoongi! ¿Acaso no entiendes que me vuelves loco y que quiero tenerte debajo mío por horas? Quizás debí dejárselo en claro el primer día que lo conocí.

—Ni siquiera dejaste que me duchara a gusto —mascullo mi gatito, eleve ambas cejas ante sus palabras—, ¿acaso no tuviste suficiente con lo de hace unos momentos?

—Cuando se trata de ti, nunca es suficiente, gatito —Yoongi rodo los ojos y llevo sus manos a mis brazos, apretándolos levemente para después hacerme dejar de abrazarlo.

—Tenemos que irnos, Jimin —dijo él mientras alejaba mis brazos de su lindo cuerpo—, así que deja esto por la paz, no me acostaré contigo de nuevo.

Hice un pequeño puchero ante sus palabras, este chico si que sabe como hacerme sufrir... ¡me encanta!

—¿Ni por cinco minutos? —pregunte con leve decepción, nunca me ha gustado suplicar por algo, y jamás me había sentido tan mal al ser rechazado, Yoongi elevo una ceja ante mi pregunta—. Bueno, si quieres que sean más entonces.

—No —cruzo sus brazos por sobre su pecho—, y abstente de tocarme por ahora.

—Eso es injusto —cruce mis brazos sobre mi pecho también, sonreí ladino—, me pides que haga algo que no estoy dispuesto a hacer, tengo todo el derecho a tocarte.

—Por el momento te lo prohíbo, Park —Yoongi me regalo una pequeña sonrisa, se posiciono perfectamente recto y sin apartar su mirada de la mía, siguió con sus palabras—, y si te atreves a seguir con esto, te dijo que te mantendré en abstinencia por dos semanas.

¿Qué?

—Hazlo y cuando pasen esas dos semanas, te castigaré como no tienes idea —no iba a dejar que mi dulce Yoongi me hiciera algo como eso. Esta bien estar en abstinencia de vez en cuando, pero considero que algunas cosas no deberían de quedarse sin hacer, y tener a Yoongi a mi disposición era una de esas cosas—, así que será mejor que recapacites en tus palabras, amor.

Los labios de Yoongi estaban entreabiertos mientras parecía estar pensando en las próximas palabras que me diría como defensa, pero parecía que se había quedado completamente sin voz, quizás había sido una advertencia que se la pensaría dos veces antes de volver a decirme que me pondrá en abstinencia, además no es como si pensase en obedecerle de todas formas, camine dispuesto a alejarme de él, tenía que colocarme mi ropa y secar mi cabello, apenas habíamos salido de la ducha y necesitábamos alistarnos, mis pasos se escucharon sobre el suelo mientras me alejaba de él.

—Ven, Yoongi —dije al no escuchar movimiento alguno—, tenemos que alistarnos o sino llegaremos tarde.

—Ya vamos tarde.

—Lo sé —y esta vez escuche sus pasos aproximarse.

A pesar de que conocíamos perfectamente la anatomía del contrario, ninguno de los dos se atrevía a mirar al otro, quizás era por respeto, o por el simple hecho de mantener el espacio personal, la idea me agradaba en realidad, y al parecer a Yoongi también, pues he notado que entre más tiene mi mirada puesta sobre él, más nervioso se pone, sonreí con diversión, ¿sería buena idea mirarlo ahora? Ponerlo nervioso es mi especialidad, y es inevitable, me gusta cuando tiene un ligero temblor en sus manos y sus ojos se desvían para evitar mirarme a los ojos, a veces inclusive un notorio color rojizo se pinta en sus mejillas.

Mire detrás de mí, percatándome de que Yoongi me daba la espalda, llevaba puesta su camisa la cual por desgracia le cubría hasta su trasero, maldita sea, pero me dejaba ver esas largas y esbeltas piernas blanquecinas, no pude evitar bajar la mirada poco a poco delineando aquellas extremidades de su cuerpo, no solamente eran delgadas, tenía muslos firmes y suaves, además de que esas lindas curvas que se formaban en sus piernas lo hacían lucir sumamente exquisito, ciertamente la ropa un poco más ajustada a sus piernas lo harían ver más atractivo de lo que es, volví a subir la mirada poco a poco, cerré y abrí mis puños acariciando las palmas de mis manos, sintiendo la ansiedad por querer tocar esas piernas, quizás inclusive dejar un par de marcas en ellas para que se vieran rojizas en su piel, quizás estuve mirando por demasiado tiempo, porque no tarde en escuchar un carraspeo en cuanto quise volver a bajar la mirada para seguir disfrutando de la vista, poco a poco volví a subir la mirada y me encontré con Yoongi de brazos cruzados con el ceño fruncido y una mirada llena de furia que me decía claramente que me mandaría a la mierda en cuanto me dispusiera a decir una sola palabra.

—¿Conoces el significado de disimular? —parpadee un par de veces.

—¿Sí?

—Pues no parece —solté un resoplido—, ¡deja de mirarme las piernas, pervertido!

—Pues si te vistieras más rápido no las estaría mirando, cariño —sonreí ladino—, además no veo nada de malo.

—Yo no te estoy mirando.

—¿Y quién me asegura eso? —Yoongi estuvo a punto de decirme algo, pero cerro la boca, eso solamente me daba a entender que él también me estaba mirando—. Entonces si miraste —pronto sus mejillas adquirieron un leve sonrojo.

—¡N-no estaba mirando!

—Ese sonrojo tuyo me dice todo lo contrario —solté una risa al escuchar un bufido salir de los labios de Yoongi, en verdad esta situación me estaba encantando, puede que él se encuentre molesto porque no deje que se duchará a gusto en todo el tiempo y me estuve insinuando una y otra vez para que él tuviera claras mis intenciones, pero esto era divertido—, además no tiene nada de malo, puedes mirarme cuanto quieras, no me molesta.

Yoongi dio un pequeño asentimiento ante mis palabras antes de continuar con sus acciones, decidí dejar de mirarlo mientras me acomodaba el cuello de la camisa, era tarde, pero las reuniones familiares no son la gran cosa en estos momentos, posiblemente pronto reciba una llamada de parte de mi hermano o de mi madre para saber en donde me encontraba y la razón de mi tardanza, pero no estaba dispuesto a dar muchas explicaciones al respecto, además no es como si mi padre ya estuviera allí presente, él la mayor parte del tiempo le gustaba llegar tarde a las reuniones familiares mientras que los demás llegaban primero, pero esta vez estaba dispuesto a realizar sus acciones, acomode el saco sobre mis hombros, evitando abotonarlo, mire hacia abajo para asegurarme de que la camisa no tuviera alguna clase de arruga que fuera difícil de quitar o disimular por el momento y solté un suspiro, ya estaba listo, lleve ambas manos hacia mi cabello haciéndolo hacia atrás sintiendo la leve humedad en el mismo, sacudí mi cabeza para alborotarlo un poco.

—¿Tardaremos mucho en llegar? —la pregunta de Yoongi me hizo mirarlo, esta vez ya se encontraba vestido mientras pasaba su mano derecha por su cabello, peinándolo un poco.

—Estaremos allí en menos de diez minutos, no tienes de que preocuparte —me dirigió una mirada y no pudo evitar soltar una suave risa al verme, fruncí levemente el ceño al escucharlo, pero esa suave risa suya me quería robar una sonrisa—, ¿qué?

—Es gracioso verte despeinado —menciono en respuesta—, es raro cuando puedo verte así —soltó una risa—, tus cabellos... pareciera que un tornado acaba de pasarte por encima.

—¿Mira quien lo dice, señor nido de pájaro en la cabeza? —soltamos una risa al mismo tiempo por mi pequeña broma, Yoongi no pudo evitar tirarse en la cama mientras se dedicaba a reír, sus manos estaban sobre su vientre y sus ojos se cerraban mostrando medias lunas, sonreí al verlo.

Deje de reír y me acerque del otro lado de la cama para después colocar mis manos sobre el mullido colchón, inclinándome un poco hacia él, mis manos estaban por encima de la posición de su cabeza, y lo mire desde arriba, mientras dejaba que mis cabellos cayeran levemente debido a la inclinación que tenía, Yoongi poco a poco dejo de reír para después fijar sus hermosos ojos marrones en mi rostro.

No pude evitar mirarlo con detenimiento, admirar aquellas mejillas levemente esponjosas, esa pequeña nariz de botón que lo hacía ver como el ser más pequeño y adorable del mundo, esos ojos gatunos que brillaban ante mi presencia, esas leves pecas que apenas y lograban sobresalir en su tersa piel, esas delgadas cejas perfectamente delineadas, esos lindos y finos belfos que me invitaban a robarle un beso, y esos cabellos de un marrón oscuro que tanto hacían resaltar su piel blanca, Yoongi es perfecto... no cabe duda de eso.

—¿Q-qué? —sus iris viajaban de un lado a otro con nerviosismo mientras me dedicaba a sonreírle—. ¿P-por qué me miras así? —soltó una leve risa nerviosa.

—¿Así como? —pregunte en un pequeño susurro.

—No lo sé en realidad —apretó levemente sus labios formando una fina linea recta.

Mis razones eran simples, pero quería que las supiera, ahora en verdad no tengo miedo en decirle lo que pienso y siento.

—Te miro porque me gusta como tus ojos brillan cada vez que estoy cerca —sus ojos no tardaron en conectar con mi mirada de nuevo—, te miro porque me gusta admirar cada parte de ti, me gusta mirarte porque provocas que mi corazón palpite como loco —pude notar un leve rubor en sus mejillas—, te miro porque te amo, Min Yoongi...

Sus ojos se abrieron un poco más ante mis ultimas palabras, y sus labios se entreabrieron levemente.

—Y yo a ti, Park Jimin —susurro por lo bajo haciendo que mi corazón quisiera salirse por mi garganta por la emoción que sentí al escuchar sus palabras.

En estos momentos lo único que deseo es jamás haberme acobardado en un principio, hubiera deseado corresponder a sus palabras en aquel momento en que se atrevió a decirme sus sentimientos, quizás las cosas hubieran sido distintas, aunque ahora, sentía que todo iba a estar bien entre nosotros.

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