33. Yoongi
El tiempo había pasado mucho más pronto de lo que inclusive me imagine, en unos minutos estaba sirviendo bebidas, y al otro Mina ya me avisaba que pronto cerraríamos, ni siquiera me había percatado de lo tarde que ya era, pero era de esperarse, mi mente divagaba una y otra vez, todo referente a la conversación que tuve con mi hermana, quizás tenga razón, no toda mi vida me quedaría en la cafetería, además de que siempre había querido ir a trabajar en empresas grandes, pero estudiar diseño de interiores, a veces no es una buena idea, salía trabajo, pero era difícil que te contratarán.
Claro que muchos no llegaban a dedicarse completamente a su profesión, ahora mismo yo era parte de ellos, y no me molestaba, pero me hubiera gustado trabajar más en lo que me apasiona, pero no me quejo, la cafetería de nuestros padres no es un mal lugar para trabajar después de todo, además de que ya había puesto en practica mis habilidades cuando trabaje para Jimin aquella vez. Ahora, sería un nuevo trabajo, uno en donde podría inclusive tener un mejor sueldo, pero uno en el cual sabía que había más consecuencias, como tener a Jimin rodeándome todo el tiempo.
—Mina —le hable a mi hermana la cual se dedicaba a limpiar las mesas de la cafetería, de sus acciones para mirarme—, seré yo quien cierre la cafetería, no te preocupes por quédate, ¿bien?
—Esta bien —menciono ella en respuesta—, pero dile a Park que no se le ocurra que será buena idea tener sexo contigo aquí, ¿bien?
—¡No digas estupideces! —Mina no tardo en soltar una risotada al escucharme—. N-no voy a tener sexo con él aquí, degenerada.
—Eso no lo puedes asegurar del todo, hermanito —rodé los ojos y deje de mirarla, a veces Mina podía ser demasiado inapropiada, joder.
Mientras terminábamos con la limpieza de la cafetería, no podía dejar de pensar en las recientes palabras de mi hermana, ¿cómo se le ocurría algo como aquello? No es como si Jimin quisiera... ¿o quizás? Quería darme una bofetada, ¿cómo tan siquiera pensaba en la posibilidad de que algo como eso sucediera? ¡Es la cafetería de mis padres no un motel! Solté un suave suspiro, debo tranquilizarme, no pasará nada, lo sé porque Jimin es muy serio cuando se trata de asuntos de su trabajo, y este se trataba de un asunto laboral, no uno personal y demasiado íntimo, además no es como si dejará que Jimin me hiciera suyo en este lugar.
Los minutos volvieron a pasar tan rápido como el agua que corre por un río, cuando menos lo espere mi hermana no tardo en despedirse de mí, diciéndome que obligará a Jimin a llevarme a mi departamento, por supuesto ese no es el plan, sé que si lo hago, Jimin no me dejará ir tan fácilmente, y por supuesto no es como si yo quisiera del todo estar lejos de él, en cuanto ella se fue, no tarde en revisar que todo estuviera en orden dentro de la cafetería, revise el almacén, las maquinas de café, revise que cada mesa tuviera sobre de azúcar y crema y cuando estuve seguro de que todo se encontraba en orden, fue cuando la puerta de la cafetería se abrió de repente, sabía que se trataba de Jimin, tenía que ser él, así que no dude en mirar hacia la entrada.
—Te tardas... —no pude terminar de hablar, no cuando miré quien en realidad había sido la persona que abrió la maldita puerta, no era Jimin, demonios, no era Jimin, sentí como la sangre abandonaba mi cuerpo y como mi corazón comenzaba a latir en desenfreno al verlo a él.
—Tanto tiempo ¿no, Yoon? —Kihyun me regalo una tenue sonrisa, y yo solamente me estaba quedando allí parado, petrificado, pero no tenía que estar así, es mi ex pareja, eso era todo, Kihyun fue una bonita etapa y eso era todo, pero...
—Ya cerramos —dije, y me sorprendí a mí mismo al no haber tartamudeado en ni un solo momento, me aplaudí internamente sintiéndome con el suficiente valor para enfrentarlo.
—Lo sé —respondió, apacible, como si en verdad no le interesaba si la cafetería había cerrado o no, me quede detrás del mostrador, mirándolo, Kihyun soltó un largo suspiro—, es un bonito lugar —comento y comenzó un pequeño camino, dirigiéndose hacia una de las mesas.
—He dicho que esta cerrado —volví a insistir y él giro su rostro para mirarme de nuevo.
—Y yo te he dicho que ya lo sé —menciono Kihyun en respuesta.
Maldición, sigue siendo tan terco como cuando lo conocí, esto no era nada bueno, sí Jimin llegaba y lo ve...
"... estoy para ti, cualquier cosa que ese imbécil intente, no dudaré en ir y darle una lección, no permitiré que se te acerque, ¿bien?"
Oh, mierda.
Recordar esas palabras habían encendido todas las alertas en mí de inmediato, no podía dejar que Kihyun se quedase aquí, no ahora, además como le había mencionado, el establecimiento esta cerrado, ni siquiera él debía estar aquí, así que tenía que hacer que se retirará de inmediato, antes de que Jimin hiciera acto de presencia en la cafetería y tenía que hacerlo rápido.
—Señor —hable de nuevo, caminando para salir detrás del mostrador y poder ir hacia Kihyun—, le pido amablemente que se retire, ya cerramos.
En cuanto salí del mostrador, escuche como Kihyun soltaba una risa al escucharme, no quería acercarme a él, pero tenía que hacerlo, pues ni siquiera esta prestando atención a mis palabras, camine hacia él y él avanzo sus pasos hacia a mí, ambos nos detuvimos antes de llegar a la entrada de la cafetería.
—¿Así va ser entonces? —sonrió ladino—. ¿Nos trataremos como si jamás nos hubiéramos conocido, Yoon?
—Por favor salga —volví a insistir, no tenía la intención de tener una conversación con él, ahora éramos prácticamente perfectos desconocidos, para mí Kihyun fue una etapa dulce que no duro más de lo que espere, fue un pequeño desliz, un gusto pequeño que me di y sé que para él fue lo mismo, pues él termino nuestra relación en primer lugar, así que no tenía porque hablar con la persona que creí que en verdad me quería, pero no fue así.
Volvió a sonreír, lleno de incredulidad, ¿en verdad él esperaba que lo recibiera con los brazos abiertos? ¿Creía que me dejaría llevar por los bonitos recuerdos y que lo abrazaría sin siquiera preguntarle nada? Pues estaba muy equivocado, estaba dispuesto a tomar la manija de la puerta para invitarlo de nuevo a retirarse, pero ni siquiera me lo permitió, en un movimiento rápido, Kihyun tomo mi muñeca con fuerza y la aparto, pero no me soltó, solté un pequeño quejido ante sus acciones sorpresivas.
—Suéltame —le dije y él me volvió a sonreír.
—¿Ahora dejarás las formalidades? —apreté mis labios levemente—. Me parece perfecto, Yoon, ahora deberías de calmarte un poco, no he venido a molestarte, quiero que hablemos.
—No tengo porque hablar contigo, Kihyun —respondí, intenté jalar mi propia muñeca, pero su agarre se hizo más firme—, ¿qué es lo que quieres?
En cuanto escucho mis palabras, no dudo en jalarme hacia él y alejarme de la puerta, detesto que tenga mucha más fuerza que yo, apreté los dientes con fuerza, mientras mi mano libre se cerraba en un puño, quería golpearlo, no quería verlo, ni siquiera sé lo que estaba haciendo aquí, además, estaba el hecho de que estaba esperando a Jimin.
—¿Sabes? —volvió a jalarme hacia él, casi juntando nuestros cuerpos, eleve un poco la cabeza para poder mirarlo a los ojos, él no dejaba de tener esa espantosa sonrisa arrogante en su rostro—. Vine aquí por unos negocios, pero jamás creí que volvería a ver ese rostro tuyo, Yoon —soltó una suave risa—, y es gracioso porque en verdad pensé que nuestros caminos jamás volverían a cruzarse.
—No debieron cruzarse —mencioné en voz baja, fruncí mi ceño—, suéltame, tienes que irte.
—¿Por qué?
—No tengo porque darte una maldita explicación, Kihyun —él soltó otra nueva risa, una llena de burla.
—Vaya, vaya —su otra mano no tardo en subir a mi rostro, acariciando mi mejilla con el dorso de sus dedos, me removí incomodo por el tacto—, parece que ahora mi inocente y pequeño bebé ya sabe decir palabrotas.
—¡Suéltame, idiota!
—¿Por qué debería, bonito? —apreté los dientes con fuerza.
—No sé que carajos quieres, pero será mejor que te largues de aquí, Kihyun, no quiero verte.
—¿No quieres verme? —saco un poco su labio inferior demostrando algo de tristeza fingida ante mis palabras—. Es una lástima, Min Yoongi, porque yo —su rostro se aproximo un poco al mío—, yo sí quiero verte... —bajo un poco el tono en su voz—, más de lo que crees...
Estaba a punto de empujarlo para alejarlo de mí, cuando la puerta nuevamente se abrió, Kihyun volteo, y yo hice lo mismo.
—Perdona la... —la voz de Jimin se corto en cuanto levanto la mirada para vernos, vi claramente como la diminuta sonrisa en sus labios se esfumaba al ver la escena frente a él—, ¿qué demonios?
—Jimin —dije su nombre y de inmediato empuje a Kihyun para que se alejará de mí, afortunadamente pude hacer que me soltará y no dude en correr hacia él, gracias al cielo que llegó—, Jimin...
Él me miro a los ojos, en verdad estaba asustado, aunque no lo demostrará, lo mire y él supo de inmediato que algo no estaba bien, la mirada de Jimin paso de ser la más dulce y agradable del mundo a una que te decía claramente que te alejarás antes de que se dispusiera a matarte, no dudo en mirar a Kihyun quien parecía algo sorprendido de ver lo que pasaba.
—¿Park Jimin? —pregunto Kihyun parecía sorprendido de verlo aquí.
—¿Acaso te importa? —menciono Jimin—. Lárgate.
—No me das órdenes.
—¿Quieres ver como puedo sacarte de aquí?
Trague saliva. Demonios, esto no podía terminar en una pelea, no debía ser así, de inmediato me dispuse a abrazar el brazo izquierdo de Jimin para hacerlo comprender que no debía de discutir o tener una pelea en este lugar. Mire hacia Kihyun quien me dio una rápida mirada antes de pasar a ver a Jimin de nuevo, la tensión entre estos dos hombres me estaba causando escalofríos en todo el cuerpo.
—Bien, me iré —menciono Kihyun, volvió a darme otro vistazo—, tenemos que hablar Yoongi.
—Él no tiene nada de que hablar contigo —ataco Jimin de inmediato, pero Kihyun lo ignoro.
Kihyun no tardo en caminar hacia la salida de la cafetería, desafortunadamente pasando al lado de ambos y chocando su hombro con el de Jimin, sé que esa acción no fue un accidente, Kihyun parecía querer retarlo a como dé lugar, aprete más mi abrazo hacia el brazo de Jimin, no quería una pelea.
En cuanto Kihyun salió de la cafetería, me sentí mucho más tranquilo, solté un suspiro y recargué mi cabeza sobre el hombro de Jimin.
—¿Quién era él? —me pregunto en un tono suave de voz.
—Kihyun —respondí en un murmullo, Jimin no tardo en fruncir el ceño, al parecer le había dado una razón para que me cuidará más.
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