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21. Jimin

—¿Quieres quedarte a dormir, o preferirías que te lleve a casa? —pregunte, no quería que se sintiera incomodo conmigo, y aunque nuestras tensiones habían sido aliviadas por aquel acto carnal, quería que él se sintiera bien.

No tardo en darme una mirada, parpadeo un par de veces, sus ojos tan brillantes parecían insistirme desde sus adentros que lo dejará quedarse en mi departamento, no es como si planeara echarlo como si nada, ese no es el plan, quiero que se quedé, pero no quiero hacerlo sentir incomodo.

—¿Puedo quedarme? —desvió por un par de segundos la mirada antes de soltar un suspiro—. Claro, si no es molestia alguna para ti.

—Jamás serías una molestia, Yoongi —solté un resoplido—, puedo dormir en el sofá, puedes dormir en mi habitación sin problema.

Frunció levemente el ceño al escucharme decir aquello.

—No, yo —relamió sus labios levemente con la punta de su lengua—, ¿n-no quieres dormir a m-mi lado?

¿Dormir juntos?

Ya lo hemos hecho, el recuerdo del día en que lo llevé a la cabaña de descanso cerca de aquel lago vino a mi mente en unos instantes, aquella vez fue la primera vez en que lo tuve entre mis brazos, disfrutando de cada centímetro de la suavidad de su piel bajo mi tacto, escuchándolo pronunciar sus suaves gemidos, complacido por cada una de mis acciones, aquella vez había sido impulsivo, no pude esperar más a tenerlo conmigo, era inevitable, Yoongi sin querer provocaba sensaciones en todo mi ser que solamente me pedían que lo tomase de inmediato, además estaba el hecho de que tener a alguien como él, un pequeño rebelde sin causa, me hiciera querer demostrarle algunos modales pequeños, maldita sea, trague saliva con pesadez, debía de sacarme la imagen de Yoongi gimiendo debajo de mí, pero definitivamente era sumamente deleitante para mis sentidos.

—¿Estás seguro de que quieres que durmamos en la misma cama, gatito? —sonreí ladino, de alguna forma pensar de nuevo en tener a Yoongi gimiendo mi nombre no estaba nada mal.

Aparto la mirada de inmediato en cuanto me miro, a pesar de que la luz dentro del departamento era tenue debido a la oscuridad que nos rodeaba, pude notar el leve sonrojo en sus mejillas, había logrado que se pusiera avergonzado, tan tímido y encantador como siempre, adoro esa timidez que presenta en el momento perfecto, puede que Yoongi demuestre seguridad a plena luz del día, pero conmigo, pareciera que toda esa seguridad se marchitaba en un santiamén.

—Podemos dormir en la misma cama —comencé a caminar hacia él, al escuchar mis pasos aproximarse, Yoongi se encogió un poco en su sitio, pero sus pies no dudaron en caminar, dando un paso hacia atrás en cuanto yo daba uno hacia el frente—, pero —relamí la comisura izquierda de mis labios—, debes saber que en este momento en lo único que estoy pensando es en querer que de nueva cuenta me dejes hacerte mío, gatito.

Mi sinceridad parece abrumarlo, porque sus labios se entreabren levemente y su mirada pasa hacia mi rostro, sonrió con suficiencia, me encanta colocarlo nervioso, es tan dulce ver como mi encantador gatito pareciera una indefensa presa ante su depredador, me encanta, sigue retrocediendo mientras yo sigo aproximándome hacia él, poco a poco, su pequeña escapatoria esta siendo cada vez más imposible para él, y no tarda en darse cuenta de que esta perdido, porque la pared es la muralla que le impide seguir retrocediendo, sonrió levemente al ver como impacta su espalda contra la pared y me ve con sus ojos bien abiertos, temeroso por no tener escapatoria alguna.

—Entonces, ¿estás seguro de que quieres compartir la misma cama conmigo, gatito? —mi voz sale rasposa, no detengo mis pasos hasta que, por fin, logró invadir su espacio personal, el aroma del suave perfume del jabón que siempre utiliza no tarda en llegar a mis fosas nasales, aspiro su delicado aroma deleitándome y soltando un pequeño suspiro—. ¿Qué pasa? ¿Te comieron la lengua los ratones, gatito?

Llevo mis manos hacia su pequeña cintura, reteniéndolo de ese modo en su sitio, y sintiendo el leve temblor en su cuerpo, adoro tanto a este chico que me vuelve totalmente loco, relamo mis labios y miro hacia sus labios entreabiertos.

—J-jimin —su pequeño tartamudeo me hace mirarlo a los ojos—, n-ni creas que...

—¿Qué dejarás que te toque? —sonrió ladino—. Acabas de hacerme perder el control hace unas horas, gatito y ¿quieres que no te toque?

—E-es muy pronto —dijo, mientras lo sentía removerse levemente—, y...

—Sé que lo deseas tanto como yo, hermoso —elimino un poco más la distancia entre nuestros rostros, sintiendo su respiración pesada, casi podía escuchar los latidos de su corazón, acelerados—, ¿en verdad me vas a negar que no quieres que te tome de nuevo? —susurro sobre sus labios, rozándolos ligeramente.

Yoongi no tarda en soltar un suave suspiro ante mis palabras, lo escucho tragar con pesadez, su cuerpo sigue temblando ante mi toque, acaricio su cintura por sobre la tela de la camisa que trae puesta, joder, en verdad quiero que Yoongi me deje tocarlo de nuevo, bajo un poco más mis manos, sintiendo la orilla de la camisa, y no tardo mucho en levantarla de su cuerpo, su piel se eriza bajo el tacto de mis dedos, y un pequeño suspiro sale de sus labios indicándome lo mucho que le fascina lo que le hago.

—Oh, pequeño —murmuro mientras siento su suave piel, y me percato de algo, no lleva ropa interior, y eso solamente me esta volviendo cada vez más loco—, ¿creíste que era buena idea solamente colocarte mi camisa?

—Ji-min —suspira mi nombre mientras mis manos le proporcionan caricias casi llegando a la suavidad de sus firmes glúteos—, p-por favor...

—¿Qué pasa, gatito? —llevo mi lengua a sus labios, lamiéndolos levemente y separándome un poco de su rostro—. ¿Te gusta que te toqué?

—¡Ah! —canturrea levemente un pequeño grito al sentir como mis dedos aprisionan levemente su piel en un ligero pellizco—. B-basta... por favor.

Lo miro a los ojos, y él lo hace del mismo modo, sus pupilas dilatadas, y ese hermoso brillo en su mirada me dicen que lo desea, me desea tanto como yo lo deseo a él, inclino ligeramente mi cabeza, sé que me pide que no lo toque, no ahora, pero en verdad todo en su ser me pide a gritos que siga con mis acciones, porque lo estaba disfrutando, pero no lo admitiría en voz alta, siento sus manos sobre mi pecho desnudo y como sus dedos tamborilean levemente sobre mi piel, sonrió levemente.

—Hay que dormir —menciona en voz baja.

—Tienes razón, gatito —siento que su cuerpo deja de estar tenso cuando aparto mis manos de su cintura, respira con tranquilidad—, pero ni creas que dejaré que te me escapes de nuevo, cariño.

Sonríe levemente, y sin que yo me lo esperé, él se acerca a mi rostro y deposita sus labios sobre los míos en un pequeño beso, maldita sea, pude haberlo tomado por la cintura para profundizar aquel beso, pero sus suaves y delgados belfos se separaron de los míos en unos instantes, eleve una ceja y él solamente soltó una suave risa.

—¿Ni siquiera me darás un beso más...?

—Sí lo hago, terminarás queriendo follarme —me interrumpe, entrecierro mis ojos mientras lo veo, bueno, quizás tenga un poco de razón, me encojo de hombros—, ¿estás molesto?

—Para la próxima te tocará un par de buenos azotes, gatito.

Él suelta una suave risa ante mi amenaza, no le veo la gracia, esto no me gusta, los besos cortos están bien, pero no puedo contenerme mucho cuando se trata de Min Yoongi, así que dejarme con las ganas de obtener un beso mucho más largo y apasionado con él, me hace sentir molesto, él deja de reír cuando se percata de la seriedad en mi rostro, no estoy jugando.

—¿No fue una broma? —me pregunta.

—No, gatito —suelto un ligero resoplido—, siempre hablo en serio, y de verdad, cuando menos lo esperes, te haré pagar por esto.

—Tan controlador como siempre —Yoongi soltó un suspiro—, los aceptaré sólo por ti, Jimin.

Di un pequeño asentimiento con la cabeza, mientras él este dispuesto a todo lo que hago, no me puedo quejar, aunque sé que seguramente Yoongi estará molesto después de su castigo, pero no hay problema, tengo mis propios métodos para hacerlo sonreír de nuevo.

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