20. Jimin
Ver caminar a Yoongi con las piernas al descubierto, y portando una de mis camisas, lo hacía ver sumamente deleitante, sus pies descalzos chocaban contra el piso suavemente mientras volvía a aproximarse hacia mí, habíamos terminado de hacer el amor, no me esperaba ni siquiera que él mismo me pidiera que lo tocará, y mucho menos en ese mismo instante, pensé que inclusive me pondría muchas más trabas para que no le tocará, pero ahora que me lo permitió por completo, me sentí más vivo que nunca.
No quise tratarlo brusco a pesar de su comportamiento tan sumiso ante mí, no debía de hacerlo mío de una forma brusca, no quería hacerlo, si lo hubiese hecho jamás me lo hubiera perdonado, Yoongi es alguien a quien ahora mismo debo cuidar y mantener a mi lado, también estaba el hecho de que no quería que se sintiera nuevamente usado por mí, sino que quería que él se sintiera bien conmigo, y ahora que lo veo con un poco más de confianza, caminando de nuevo hacia mí, mientras mira su celular y escribe un mensaje a su hermana, me hace sentir menos tensión entre ambos.
Su esbelta figura no tarda en estar cerca de mí, me encuentro sentado recargando mi espalda a un costado de uno de los reposabrazos del sofá, con los pantalones puesto, a excepción de mi camisa porque mi gatito la trae puesta sin pudor alguno, mientras que miro a Yoongi quien sin pedirme alguna clase de permiso, se sube al sofá, empuja una de mis piernas con una de sus manos haciendo que la deje al aire, y se posiciona dándome la espalda para después dejar caer su peso encima de mí, no me quejo, su cabeza reposa debajo de mi mentón, y siento sus cabellos rozar ligeramente mi piel desnuda, se remueve levemente mientras se echa encima de mí, y suelta un suspiro, sonrió ladino al verlo tan calmado, ni siquiera tiembla, y eso es sumamente agradable.
—Mina me matará después de esto —dice antes de dejar de mirar su teléfono celular, lo deja sobre su vientre, su mirada se concentra en un punto fijo al frente, y no puedo evitar mirar a ese punto.
Yoongi mueve sus pies, de un lado a otro, y hace que su pie izquierdo choque con mi pierna, rozándose ligeramente, lo escucho soltar una pequeña risa, ¿en qué estarás pensando, mi lindo gatito?
—No si yo se lo impido —recargo mi mentón sobre su cabeza, haciendo que él vuelva a soltar una risa corta—, ¿puedo preguntar la razón por la que decidiste que hacerte mío fuera una buena idea?
Miré como enroscaba sus dedos de los pies, haciéndolos desaparecer por unos momentos y soltaba un pequeño suspiro, podía jurar que ahora mismo se estaba mordiendo el labio con fuerza, no quise mirarlo, mis manos se escabulleron para poder abrazarlo por la cintura, y así mantenerlo en su sitio, no quería que se separará de mí en estos momentos.
—S-sólo quería que lo hicieras... —murmuro en voz baja, sonreí levemente.
—No sabes lo mucho que ansiaba con tenerte de nuevo, gatito —murmure de igual modo, la leve ronquera en mi voz, hizo que él temblase ligeramente—, ¿nervioso?
—Un poco —se removió de nuevo—, Jimin...
—¿Sí?
A pesar de mi respuesta inmediata, Yoongi no dijo absolutamente nada, quizás lo estaba pensando demasiado en ese preciso momento, no me considero un desesperado, pero la sensación de que mi gatito necesitaba algo de ayuda para que pudiera decir las palabras, me hizo querer insistir en que podía hablar conmigo lo que él quisiera. Solté un pequeño resoplido, y afiancé mis manos entrelazadas sobre su vientre y le di un ligero apretón a su cuerpo para brindarle algo de confianza.
—Vamos, gatito —susurre en el silencio—, puedes decirme lo que sea.
Insistí, me acomode un poco más en el sofá, sintiendo el borde del reposabrazos clavarse sobre mi espalda con algo de fuerza, logré quedar un poco más alto, y la cabeza de Yoongi dio por completo encima de mi pecho, él no dio protesta alguna por mis acciones, y yo no dude ni un solo segundo en depositar un pequeño beso sobre su coronilla.
—¿Crees que esto funcione? —su pregunta me desconcertó por unos momentos—. M refiero a lo nuestro, b-bueno —el nerviosismo en su voz lo hacía mucho más dulce—, n-no sé si hay algo o no, yo...
—Cuando estés listo, habrá algo nuestro, Yoongi —dije—, sé que seguramente estarás pensando en que vamos algo rápido, que inclusive tus acciones ahora mismo fueron las incorrectas, pero —lleve una de mis manos a su rostro, acariciando su mejilla levemente tibia con el dorso de mis dedos—, no me importaría esperar una eternidad por ti.
—¿Tanto me amas? —pregunto.
—Creo que ha quedado más que claro que me enloqueces, Min Yoongi.
Se removió levemente antes de elevar su rostro para poder mirarme, sus ojos gatunos no tardaron en hacer contacto con los míos por breves momentos.
—De todas formas —dijo mientras apartaba su mirada de la mía—, ¿no crees que debí ser menos accesible contigo? —solté una pequeña risa al escucharlo—. ¡No es divertido!
—¿Acaso no te gusto lo que paso? —se encogió un poco en su sitio, y encogió sus piernas un poco—. No tienes por qué cohibirte, Yoongi.
—Sí tengo —soltó un bufido—, tener sexo contigo de nuevo...
—No fue sólo sexo, y lo sabes, amor —Yoongi en cuanto me escucho, no dudo en dejar de recargar su peso sobre mi pecho, se sentó de forma brusca haciéndome sonreír, no dudo en girar su cabeza para mirarme por sobre su hombro, el tenue color rojizo en sus mejillas me indicaba de inmediato que estaba sumamente avergonzado, y sus ojos tan abiertos y esos labios delgados entre abiertos, me decían lo sorprendido que estaba por mis palabras.
—¿A-amor? —relamí mis labios mientras sonreía levemente—. Yo...
—Si quieres puedo decirte de otra manera, si es que te molesta que te diga...
—N-no —apretó levemente sus labios—, no me molesta, p-pero —soltó un suspiro— es tan raro escucharlo de ti.
—¡Oh, vamos, gatito! —sonreí ladino—. No debería ser raro para ti, no ahora —lo mire a los ojos—, además, busco que me des una oportunidad, y no sé siquiera si me la he ganado un poco, convencerte es difícil, aunque ahora que —su sonrojo se hizo mucho más notorio—, te hice el amor, creo que me gustaría que aceptases algo.
—¿Aceptar qué?
—Que seas mi novio.
No era la clase de momento, ni lugar en el que yo esperase proponérselo, pero este ambiente era cómodo, al menos no había tensión entre ambos, Yoongi no se mostraba tan nervioso y errático como antes, así que debía aprovechar la oportunidad, aunque no tuviera una respuesta inmediata, mi propuesta ya estaba hecha.
Dejo de mirarme, y pude notar la razón, estaba totalmente sonrojado, tan sonrojado que inclusive sus orejas estaban tornándose de un color rojizo, no pude evitar reír por lo bajo, se veía tan adorable así de nervioso y avergonzado conmigo que lo único que quería hacer era atraerlo a mí y abrazarlo.
—C-creo que es muy p-p-pronto —el tartamudeo en su voz me hizo querer reír con más fuerza, lleve mi mano a mis labios para cubrirlos y evitar que la risa saliera.
—Yo creo que es un gran momento, gatito.
Volvió a mirarme, pero se alejo un poco de mí.
—Hey, no hay necesidad de huir, encanto —dije y me incline hacia él, estire mis brazos y logré de nueva cuenta aprisionar su cintura para después jalarlo y atraerlo hacia mi cuerpo, haciendo que de nueva cuenta su peso cayera encima de mí—, así está mejor.
—Jiminie —llevo sus manos a sus labios, cubriéndolos.
—Ya te dije que no me molesta que me digas así, bonito.
Rodo los ojos ante mi mirada antes de volver a apartar sus manos, el sonrojo de su rostro parecía no querer desaparecer por el momento.
—Hagas lo que hagas ahora, ni creas que te responderé rápido —dijo en tono levemente duro, haciéndome sonreír en el proceso, allí estaba el gatito que tanto me gustaba, ese Min Yoongi que se hacía el difícil de vez en cuando pero que sabía perfectamente que quería lo mismo que yo.
No me importa si tengo que esperar por años su respuesta, amaré convencerlo de una y mil formas para saber la respuesta que se guarda para sí mismo.
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