15. Yoongi
Su silencio no me estaba ayudando en nada, y lo estaba considerando más insoportable, quizás no debí haber hecho aquella pregunta, no tardamos en llegar a su departamento, aunque todo fue demasiado silencioso de lo que esperé, subimos al ascensor sin decir una palabra, todo ese tramo de pequeños minutos se fue en el silencio completo, y en cuanto se detuvo y abrió las puertas dejándome ver aquel lugar de nuevo ante mis ojos, no pude evitar sentir los recuerdos volver a mí de nuevo.
Recordé de inmediato la primera vez que había pisado ese lugar, lo enorme que me pareció aquel sitio a pesar de que Jimin dijo que era poco, también cuando me dio la llave, recordé cuando nos quedamos un buen rato en la cocina, disfrutando de lo que él había preparado para comer, cuando firme aquel contrato que le daba total acceso a mi ser, las pocas veces que utilizamos esa dichosa habitación suya que tenía especialmente para lo estipulado en el contrato, y... el recuerdo de él llevándome a su habitación, a su propia habitación para... cerré los ojos por unos momentos, intentando que esos recuerdos por un momento se esfumarán y dejarán tranquilo mi corazón y mi mente. Estuve demasiado tiempo distraído.
—¿No piensas entrar? —la voz de Jimin me hizo abrir los ojos de inmediato, y allí estaba él, afuera del elevador, yo seguía parado en mi sitio, en cuanto lo vi a los ojos él bajo la mirada.
Su semblante era sereno, pero en sus ojos parecía no haber nada de brillo, nada que me indicará que estaba feliz como hace unos momentos, ¿Por qué se ve triste? Aprete levemente mis labios.
—Si quieres irte, puedes hacerlo —su voz era levemente ronca—, seguramente te incomoda venir aquí, ¿no es así?
Quería decirle que no, pero no podía hacerlo, sería como si estuviera mintiendo, cerré mis manos formando puños, me sentía levemente impotente ante todo esto que estaba pasando, pero no quería irme de allí, quería estar con él, compartir mi tiempo con él, en verdad quería, pero una pequeña parte de mí me pedía que me alejará, aunque todo en Jimin me pedía a gritos que no lo dejará, ¿qué carajos debo hacer?
—Fue una mala idea ¿verdad? —volvió a levantar su mirada, me dedico una tenue sonrisa y se gro sobre su eje para comenzar a caminar hacia mí—. Iré a dejarte a casa.
—¿Quién dijo que me quiero ir? —mi voz apenas y era audible, pero logré que él detuviera sus pasos, sus ojos se conectaron con los míos y no pude evitar mirar hacia otra parte, me cuesta trabajo verlo a los ojos, maldición—. Quiero quedarme...
—No te obligaré a hacerlo, Yoongi —me dio aquella respuesta y volví a verlo a los ojos—, no es necesario que lo hagas, esto fue una terrible idea desde el principio —soltó un resoplido y llevo su mano derecha hacia la parte trasera de su cabeza, masajeando con sus dedos aquella zona con fuerza—, debí llevarte a un restaurante cercano —sonrió ladino—, y no aquí.
—No digas que es una mala idea, no lo es —negué levemente con la cabeza.
—Claro que lo es —me respondió y volvió a caminar hacia mí, sin ingresar al ascensor—, lo es porque sé que no te sientes nada cómodo con todo esto, ni siquiera con mi presencia.
¿Su presencia?
Sí, no me sentía nada cómodo con saber que me busca, pero sé también que me siento de ese modo porque todavía me duele el rechazo que tuve de parte suya, mi pecho se oprime al recordar lo que paso entre nosotros, me duele el corazón cada que pienso que un posible rechazo podría estar próximo, su presencia me aterra por el hecho de que siento que puede volver a lastimarme de nuevo.
—No te culpo —volvió a hablar—, seguramente estarás pensando, ¿por qué carajos me trajo a este lugar? —soltó un bufido—. Una mala idea de mi parte, lo sé, pero debes de saber que no tengo ni siquiera la menor idea de a donde podría llevarte, no lo pensé mucho cuando te invite, y como te lo mencione anteriormente, quiero estar contigo, pasar mi tiempo contigo, aunque sólo sean un par de horas, serán suficientes para sentirme tranquilo —hizo una pequeña pausa, y aparto su mirada de la mía—, aunque sé que... seguramente no quieras estar conmigo.
—Quiero estar contigo —elevo la mirada, y yo sentí mis mejillas calentarse, demonios, hablé en voz alta, mi yo interno me traiciono en este momento y ahora si me estoy arrepintiendo—, e-es decir... —carraspee la garganta, ¿qué demonios le digo ahora? Pocas veces me traiciono a mí mismo, y esta no era una buena ocasión para esto—, y-yo...
—¿En verdad quieres estar conmigo? —carajo, su mirada permanecía concentrada en la mía, esperando por la respuesta, ¿qué decirle? ¿Mentir era lo mejor? No lo sé, mi corazón me pide a gritos que acepte, pero también me pide que me niegue.
Estoy dentro de un dilema que no puedo resolver a pesar de que la pregunta es mucho más sencilla que un problema de algebra, pero en verdad no sé qué hacer, miro a Jimin, ¿qué debo decirle? Todavía lo quiero, todavía tengo las enormes ganas de caminar a su lado, tengo el deseo de que volvamos a ser tan cercanos como antes, en verdad anhelo todo eso con mi corazón, pero también temo ser lastimado de nuevo.
Bajo la mirada, no sé qué decirle, y sostenerle la mirada es difícil, no sé qué hacer, y me odio por no saber qué demonios hacer, muerdo mi labio inferior con fuerza, detesto todo esto, quisiera que me tragase la tierra y me escupiera en otro país, lejos de todo esto, lejos de mis pensamientos.
Antes de que siquiera piense en presionar el botón de la planta baja del tablero del elevador, Jimin me extiende su mano con la palma abierta, indicándome que la tome, invitándome de ese modo a estar con él, mire su mano extendida, y subí la mirada para poder verlo a él, su semblante era serio, sin alguna expresión que me indicará alguna emoción, pero su respiración era pesada, estaba nervioso y atento a lo que pudiera hacer.
—Toma mi mano —menciono Jimin—, y te prometo que jamás te soltaré, Min Yoongi.
—¿Jamás?
—Jamás —recalco él y mire de nuevo su mano, trague saliva, esto era un riesgo para mí, uno muy grande, uno en él que podría hacer añicos mis emociones, pero ¿en verdad estaba dispuesto a hacerlo?
El amor duele, duele como una quemadura, sólo que esta no deja una marca visible en la piel, sino que es interno, y jamás llega a curarse por completo. Jimin estaba dispuesto a reparar mi corazón roto, pero ¿era posible que la persona que te rompe el corazón pueda ayudarte a volver a repararlo?
Confiar en que él jamás dejaría que volviera a sentirme desgarrado por dentro me costaba trabajo, darle una oportunidad era algo que podía permitirle, pero no estaba seguro de si es la forma correcta de hacerlo, no puedo dejar de pensar en su rechazo, pero también no puedo dejar de lado los bellos recuerdos que él logró implantar en mí, quiero tener más recuerdos a su lado.
Deje de dudar, quiero esto, al igual que él, no debería de ser tan complicado, inhale aire profundamente antes de estirar mi mano para poder dejarla caer sobre la palma abierta que estaba delante de mí, su calidez no tardo en invadir la frialdad de mi mano, y en cuanto mi mano se colocó con la suya, él no dudo en entrelazar nuestros dedos y sostenerme con firmeza, trague saliva con fuerza y me atreví a mirarlo de nuevo.
—Vamos —me dedico una sonrisa—, prepararé la cena para ambos, gatito.
Di un asentimiento, y dejé que me arrastrará dentro del departamento, las puertas corredizas del elevador no tardaron en cerrarse detrás de nosotros, mientras seguíamos el camino por el pasillo para dar con la estancia del departamento, no pude evitar mirar hacia nuestras manos y nuestros dedos entrelazados, las manos de Jimin siempre han sido tibias, con la calidez necesaria para hacerte sentir reconfortante, las mías son más frías a comparación de las suyas.
Me percate de que yo mismo con la sola acción de aceptar su mano, había firmado sin querer un nuevo contrato, un nuevo enlace entre nosotros, había logrado unir los eslabones de nuestra cadena rota, había aceptado que él ingresará de nuevo a mi vida sin que me opusiera a sus acciones, y estaba feliz con eso.
No me decepciones, Park Jimin, aún te sigo amando, y no quiero que termines por destruir mi corazón.
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